Pelotita mía

 Por Julio R. Villanueva Sotomayor


Con el recuerdo imperecedero de Daniel Peredo, gran periodista y excelente narrador de partidos de fútbol. 

 La pelotita ya rueda en la Copa América,

a veces, rápida como la centella;

a veces, Daniel: “con pelotita parada”,

para, luego, arrastrarse o elevarse,

siempre con la intención de ir a otros pies.

Para ti, pelotita mía, no hay momento de alivio,

todo el mundo te acaricia, te engríe,

todo el mundo te patea, te cocea;

rebotas en la cancha, volátil perla,

coqueteando por doquier, sin dueño fijo.

No hay novia tan frívola como tú,

llegas, rozas con delirio,

besas con arrebato y, luego,

sí, luego, te vas a otros amores,

a quienes también quitas el aliento.

En tu cabrioleo, truculento, emocionante,

miles de ojos te retratan,

te siguen con embeleso,

con angustia, a veces, y alegría, otras,

siempre: en el pasto verde del fútbol.

Todos, dentro de tu recinto o fuera de él,

esperan que hinches las redes,

que deformes el arco,

aunque sea un segundo,

en el grito sublime del gol.

Eres, pelotita mía, luz relampagueante,

ilusión de triunfo en el momento del gol,

cuando los gritos se rompen en el aire,

vuelan con pigmentos de triunfo

y se mezclan con migajas de gloria.

Eres, pelotita mía, lánguida vela,

punzante espina, atrevida mortaja,

cuando te aposentas en mi red,

quebrando el Crono de la esperanza,

convirtiendo mi aplauso en quimera.

Eres, pelotita mía, espejo y muestra;

refulges en el aire o en la tierra;

brillas en el triunfo o en la derrota.

Allá o acá: “Otro gol va haber” -dizque Daniel.

Ojalá que sea con el laurel de la victoria.

Un bello poema al deporte, a la pasión que despierta el juego bonito, el juego del pueblo. Gran aporte literario del gran vate ancashino, actual presidente del Club Ancash, Julio R. Villanueva Sotomayor.