Jorge Aliaga Merino en el Puente de Forth, Edimburgo, Escocia. |
Por Jorge Aliaga Merino
Es la capacidad del hombre para trabajar, el conjunto de energías físicas, intelectuales y espirituales del hombre que le permiten producir los bienes materiales. La fuerza del trabajo constituye el elemento activo de la producción, la que crea y pone en movimiento los medios de producción, se perfeccionan también la capacidad del hombre, su destreza, sus hábitos y su experiencia productiva.
La fuerza de trabajo es un factor preponderante en la producción, y su compra a bajo costo por parte del capitalista es un ahorro en la inversión, porque comprando la fuerza del trabajo como “mercancía barata”, los mayores egresos en los gastos generales de la producción se compensan amplia y lucrativamente en su beneficio.
En los Estados Unidos, Inglaterra y otros países del campo occidental se está dando actualmente un mayor estímulo e interés a la cotización de la mano de obra, pero en los países subdesarrollados y en las colonias la fuerza de trabajo, o “mano de obra”, es comprada a precio de explotación y usura, siendo este hecho el principal motivo por el que estos pueblos han estancado su desarrollo económico y social. El hombre, vendiendo su fuerza de trabajo a costo real y sin ser víctima del criterio explotador de las gentes, se abre campo en todas las actividades que le brinda la vida moderna, y esto solamente pasa en los pueblos de avanzada organización social o en los que se han dado gobiernos de tipo socialista. Las relaciones sociales de los hombres en el proceso de la producción de bienes materiales, forman las relaciones de producción. Las relaciones producción incluyen las formas de propiedad sobre los medios de producción, la situación que en la producción ocupan las clases o grupos sociales, las relaciones mutuas que entre ellos existen y las formas de distribución de lo que se produce colocan al hombres, en la sociedad capitalista, en el grupo social que el monto de su participación en la riqueza le ubica. Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones entre sí, y solo a través de ellos es como se relacionan con la naturaleza y con los organismos de promoción productiva.
Del libro "Relaciones de Producción en el Agro Peruano", Evolución Social del Trabajo, Fondo de Cultura Popular, Lima, 1963.