Manolo Castillo
Por Raúl Núñez
Sobre Manolo, parafraseando a Nazim Hikmet podemos decir que estuvo “… extraordinariamente contento de haber venido al mundo, que amó su tierra, su lucha, su pan”.
Los inicios de la década del 70 estuvo signado por las grandes movilizaciones antiimperialistas, de solidaridad internacional, de la lucha de los pueblos contra el colonialismo y el racismo, por la paz y el progreso social, nos encontró hermanados con Vietnam frente a la agresión y genocidio yanqui, defendiendo la Unidad Popular de Chile, exigiendo la libertad de la recordada comunista norteamericana Angela Davis, movilizándonos con el proceso revolucionario que removió estructuras oligárquicas y feudales en el Perú. En este marco Manolo ingresó a militar en la Juventud Comunista Peruana, donde se le encomendaron altas tareas en la dirección nacional de la Jota.
Proveniente de las canteras universitarias se incorpora a las luchas que libraban el movimiento obrero y popular, los campesinos, la intelectualidad, capas medias de izquierda y democráticas y el PCP por una patria libre, soberana en construcción de una nueva sociedad.
Destacó como artista y promotor del movimiento de la Nueva Canción Popular, aquella que nos erizaba con sus notas de amor, de amistad, de luchas solidarias, de revolución y de esperanza. Integró Puka Soncco (Corazón Rojo) y Vientos del Pueblo que unidos con otros grupos y solistas impulsaron este destacamento artístico identificado con el pueblo y sus sueños indicándoles una dirección.
Manolo alcanzó las máximas responsabilidades políticas en el PCP, fue miembro de su Comité Central, de la Comisión Política, Sub-Secretario General, Secretario de Relaciones Internacionales y Secretario de Frente Único. Fue un militante que afirmaba su identidad ideológica y su fe pero siempre abierto y unitario a todos los sectores y credos que buscan revolucionar la sociedad peruana sin privilegios, sin explotación ni miserias. Llevaba en su sangre y pensamiento el ADN del PCP, hizo carne en él sus luchas, su cultura, su historia, su propuesta no dogmática y sobre todo sus criterios de la unidad más amplia basada en principios y programa de transformaciones que nos lleve a nuestra meta, el Socialismo sin calco ni copia a decir de nuestro José Carlos Mariátegui.
Manolo fue un militante con un elevado espíritu de Partido, respetuoso de sus organismos de Dirección y de su militancia, de sus acuerdos y de su línea política elaborada colectivamente. Nunca se apartó del PCP, cuidó de su unidad, permaneció en las buenas y en las malas. Tuvo grandes aciertos y errores que aceptó y corrigió, honesto, sencillo con gran sentido del humor; jamás tuvo poses de iluminado que desde un atalaya extra terreno indica inmutable lo que debe y debería hacerse, sin ensuciarse las manos y los pies.
Mirtha, su leal esposa y camarada, testifica lo amoroso y amigo que era con ella, con sus hijos Melisa y José Manuel, con sus padres y familiares. Ella era cómplice cuando Manolo no llegaba o tardaba a las citas familiares, sus hijos preguntaban ¿a qué hora llega? respondía“…tu papá está luchando por cambiar el mundo”.
Las manifestaciones de amistad y de dolor por su partida han sido múltiples, a su velatorio y al cementerio concurrieron representantes de todos los partidos de izquierda, de los trabajadores, intelectuales, asociaciones del mundo católico, amigos del barrio, del colegio y universidad, etc. Los homenajes de los grupos artísticos en la Derrama Magisterial y de la Coordinadora Político Social (a la que dedicó gran parte de su energía e inteligencia política) en el local central del SUTEP indican la conmoción que significa su ausencia física pero también el reconocimiento que su lucha por la unidad de la izquierda y del pueblo es una demanda que deja y que su concreción será el mejor homenaje a su vida y a su lucha.
Recurramos a Nazim, poeta y comunista turco, para testimoniarle nuestro reconocimiento: “Has de saber morir por los hombres que quizás nunca viste, y además sin que nadie te obligue a hacerlo, y además sabiendo que la cosa más real y bella es vivir”.
¡Hasta siempre querido camarada Manolo!