¡Ay, Carmela!
Sinopsis:
1)Carmela y Paulino junto con Gustavete, son artistas ambulantes que tras divertir a la tropa republicana en el frente, deciden partir buscando un mejor destino. Por error, llegan a la zona nacional e inmediatamente son detenidos y encarcelados. Justo antes de ser fusilados, reciben el encargo de hacer una obra de teatro que exalte el valor de la "Cruzada". Esto puede salvarles el pellejo. 2) Un grupo de cómicos que ameniza como puede a los soldados republicanos durante la Guerra Civil están cansados ya de pasar penalidades en el frente. Carmela, Paulino y Gustavete se van a Valencia, pero, por error, van a dar a la zona nacional. Allí, son hechos prisioneros. La única manera de salvar la vida es interpretando una comedia que choca de lleno contra las ideas de los cómicos. Análisis de algunas tomas, tomado de acá.
Parte I. Análisis de encuadre
Unión de fuerzas: España y la Brigada Internacional
Después que los miembros del espectáculo son capturados por las Fuerzas Nacionalistas y tomados prisioneros en una ciudad Republicana tomada por las tropas de Franco y aliados, Carmela se relaciona amistosamente con un soldado polaco de la Brigada Internacional. Este encuadre ilumina el intento de comunicarse en dos lenguas diferentes sobre lo común que hay entre ellos. El primer plano enfatiza al personaje principal, Carmela y al soldado polaco (cuyo destino es una obsesión para Carmela a través de la película). La luz principal en este encuadre proviene del lado izquierdo y superior de la cabeza del soldado polaco, ambas sombras y ropa contrastan con el iluminado mapa de colores, el cual sirve como principal herramienta de comunicación para hablar sobre sus orígenes. Los dos personajes forman un balance en la composición de este encuadre y el espectador se ve forzado a ver íntimamente este intercambio de información. Es el único momento en la película en el cual La Brigada Internacional es representada con una voz y por lo tanto alude sutilmente los sacrificios que se hacen por la causa republicana.
La pequeña amistad que se forma aquí anuncia el clímax de la película cuando Carmela comienza a gritarles a las fuerzas de Franco durante el espectáculo para detener los disparos de los soldados de la brigada (lo cual irónicamente, la lleva a su propia muerte). También, durante el espectáculo, los soldados comienzan a cantar “Ay Carmela”, la cual le permite saber después al soldado polaco el nombre de Carmela. Esta canción parece unificar todos los aspectos de la película desde que aparece en la escena de apertura, la de la prisión, como la representada arriba, la del espectáculo nacionalista al igual que las tomas finales después del cementerio. Líricamente describe tanto las dificultades y el orgullo de las Fuerzas Republicanas, lo cual representa este soldado a través de su devoción a la causa.
El miedo de Paulino en la prisión
Paulino saludando a las fuerzas fascistas
Estos dos encuadres representan las acciones contrastantes de Paulino y sus inciertos principios cuando se encara a la muerte y después el estar a cargo de apoyar la armada republicana a través del espectáculo “Varietes a lo fino”. Este encuadre de Paulino en la prisión Nacionalista con Gustavete descansando en el trasfondo, revela su miedo ante los problemas. Su marcado seño y su boca fruncida son mostrados en foco profundo en un acercamiento extremo con una luz claroscura. Los rasgos pensativos de este personaje son mostrados desde una perspectiva cercana lograda a través del uso del nivel del ángulo de la cámara con la cara. El alumbrado proviene del lado derecho de la toma y pasa ligeramente por encima de la cabeza, enfatiza sus ojos y le da una sombra profunda al resto de la cara. Paulino está viendo al frente como intentando aceptar su incierta situación, mientras en la parte de atrás del marco se muestran Gustavette y el alcalde Republicano en foco suave y luz contrastante.
En contraste al encuadre de la prisión, el segundo acercamiento profundo de Paulino captura su cara desde una perspectiva frontal, saludando a Franco y a todos los fascistas de Mussolini y de Hitler. En lugar de una luz claroscura profunda, una brillante luz frontal principal ilumina a él y a los brillantes colores de la bandera nacionalista en esta toma. Una contrapicada atrae la atención al fondo blanco, a la robótica cara y al saludo a la armada fascista, también se ve en foco profundo. En esta escena, la audiencia grita: “¡Hail Franco!, ¡Hail Hitler!, ¡Hail Mussolini!” mientras que Paulino ve pasivamente. Este encuadre capta su traición a la causa republicana, en lugar de entretener y dar diversión a los soldados republicanos, él está actuando para el lado nacionalista con el objetivo de salvar su vida, al igual que la de Carmela y la de Gustavette. Sus ambiguas acciones muestran sus contradictorios puntos de vista e ideas sobre la Guerra Civil, como ambos acercamientos lo representan. La iluminación en cada encuadre contrasta grandemente entre ellos, al igual que el ángulo de la cámara, los colores y las expresiones faciales. Claramente se enfatiza su indeterminada lealtad entre ambos lados de la guerra.
El doctor examina a la paciente enferma
Este patético encuadre del espectáculo de variedad nacionalista, el cual favorece el lado franquista de la Guerra Civil, representa el clímax cuando Carmela, Paulino y Gustavette insultan a los Republicanos y a los prisioneros de la Brigada Internacional. Por la construcción del gran plano y el uso de la luz principal que emana de un reflector ( un momento que fue prefigurado tempranamente en la película), el énfasis toma lugar en la humillada representación de la bandera republicana y los ideales democráticos. En el marco, sus sombras son totalmente oscuras en la ladrillada pared, contrastando con la brillante luz que engrandece la bandera republicana envuelta irrespetuosamente en el cuerpo de Carmela al igual que el doctor examina su “enfermedad”. Gustavette, el personaje mudo secundario, está vestido como un ruso, símbolo de las fuerzas estalinistas para ayudar a los republicanos, y por lo tanto representa el miedo que los fascistas sienten ante el comunismo “rojo”. Paulino es presentado en este encuadre comentando insolentemente de las manchas rojas y “este horrible color púrpura” que distingue a la bandera republicana de la nacionalista. Esta escena es la más importante ya que Paulino abandona sus convicciones personales para salvar, irónicamente, a Carmela, a Gustavette y a él mismo. En Contraste a Paulino, la luz brillante enfatiza la indecisión que se refleja en la cara de Carmela sobre la participación de esta escena, como el estrechar sus manos y sus ojos abiertos lo demuestran.
Este encuadre precede a la simbólica muerte de Carmela. Desde que ella representa metafóricamente a los republicanos por vestir la bandera y llevar su “desnudez al Doctor “Tocametodo”, su muerte simboliza la derrota de la armada republicana al final de la Guerra Civil. Mientras su muerte presenta un crudo retrato de los republicanos y la larga dictadura, afecta profundamente a Gustavette y cambia un aspecto de su personaje durante esta escena climática. Después de tener una vida callada sin la libertad de expresión, al ver a Carmela caer en el escenario, Gustavette encuentra su voz finalmente para protestar y mantener la ética republicana.
La sepultura
Este encuadre en el panteón resume las resoluciones que tienen lugar en la película “¡Ay Carmela!”. A través del uso de contrapicada de Gustevette y Paulino, el espectador ve a los dos personajes llevando flores y la rotula de la tumba para indicar el lugar donde descansa Carmela. Mientras la luz principal parece provenir de la luz natural del sol en el fondo detrás de ellos a la izquierda, sus caras son gentilmente iluminadas por una suave luz en el lado derecho del marco para mostrar la emoción grabada en sus caras. La profundidad del marco es poca para dar importancia a los objetos simbólicos que están en sus manos. Por ejemplo, en este plano medio, una especial atención necesita ser dada al diminuto pizarrón que Gustavette lleva en sus manos. En toda la película, Gustavette usa el pizarrón para hablar desde que era mudo y no podía expresar sus pensamientos sin éste. Durante la muerte de Carmela (irrespetuosamente vestida con la bandera republicana en el espectáculo de variedad nacionalista), Gustavette grita con agonía: “¡Ay Carmela!” y oye su voz por primera vez. Como resultado, Gustavette no necesita más el borrador como un apoyo e irónicamente toma el lugar de la rotula de la tumba de Carmela en el jardín.
En conclusión, la muerte de Carmela representa la derrota de la armada republicana en la Guerra Civil; ante el fallecimiento de Carmela, Gustavette encuentra simbólicamente una voz para continuar la protesta del descontento durante los cuarenta años del reinado de Franco como dictador.
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