Sociólogo - Escritor

El material de este blog es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformarnos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya al periodismo independiente. Es tuyo.

"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
email address:
jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
https://en.m.wikipedia.org/wiki/Jorge_Aliaga_Cacho
http://www.jorgealiagacacho.com/

4 de enero de 2014

EL HOMBRE EN LA POESÍA DE VALLEJO (IV)

César Vallejo

Fuente: Chungo y Batán

Por Ernesto More
(Conferencia pronunciada en las Universidades del Cuzco y Arequipa, el 15 y 29 de octubre de 1954, respectivamente).
(…)
Es una poesía en piedra viva. ¡Quién sabe si este poeta peruano ha encontrado en su poesía la cabal expresión de los mensajes que viven en su piedra en nuestros colosales muros prehistóricos!... Hay en ella algo más que acento español, un recóndito, estrujado sufrimiento, un resorte largamente presionado, algo que desborda la experiencia de un solo individuo, y que parece reflejo de un pueblo, en varios siglos de existencia. Tal es, señores, el poder mágico de la poesía: resumir hombres, sociedades y tiempos en un solo cristal. Y yo volvería a agregar, el poder de la humildad. Conviene señalar atentamente esta virtud tan profundamente arraigada en Vallejo, porque en nuestro país se la conoce muy poco y se la confunde generalmente con la resignación y el servilismo. La llave del encanto y de la fuerza de la poesía vallejiana, reside en la humildad del hombre que la creó. Juan Larrea, al recordar su primer encuentro con Vallejo decir: “Aquella gustosa efusión de inocencia que irradiaba su persona, aquél no se qué, tan eternamente indefenso que de él se desprendía en cuanto le agitaba la emoción, me inclinaron al afecto”. ¿Y qué dice de él el escritor ecuatoriano Raúl Andrade?: “Este triste Vallejo de huesos rotos y corazón pulverizado… Molido por los estacazos de las desdichas, vino a París para esperar a “su muerte”. No ambicionaba gloria, honores, ni bienestar. Su poesía, desaliñada, remendada de palabras de otros colores, como un traje de vagabundo, no era otra cosa que un nocturno diálogo con la miseria y las amargas comprobaciones”. Y más allá, este mismo escritor dice: “Su queja es ronca y desarticulada, verdadero gruñido de sufrimiento… una tartamudez de la poesía”… Lo extraño, lo sensacional y lo inexplicable, es que Vallejo no era triste, ni melancólico, ni introvertido, como suelen serlos los hombres del Ande. Era un hombre alegre, directamente expansivo, personalmente aliñado, sumamente vigilante de su parca indumentaria, aseado, casi podría decir elegante. Jamás salia sin asegurarse el brillo de sus zapatos, y siempre ostentaba el cuello impecablemente blanco. Cuidaba a su ropa más que a su cuerpo. Es cierto que su traje tenia que trabajar poco con ese cuerpo descarnado, huesudo, airoso, ingrávido. Sus “momentáneos pantalones” estaban invariablemente bien planchados. No se advertía tampoco en los tacones de sus zapatos ese desgaste al sesgo tan característicamente de todos los zapatos de los vagabundos. ¡Vallejo no gastaba sus zapatos!... Tenia por sus prendas de uso ese cariño que se reserva al único bien que tenemos en este mundo. Decimos que Vallejo era alegre, pero bien se advertía, a través de su fiesta de serrano que él estaba en lo cierto cuando cantaba: “Todo está alegre, menos mi alegría”…

De su aliñada persona se desprendía, aún en los momentos en que parecía estar ebrio de alegría, un no se qué perfume triste, quizás más triste mientras él se mostraba más alegre. Seguramente que había entre él y Chaplin un parentesco muy estrecho. Nunca el inglés se pone triste sino para hacer reír. Y el peruano nunca estaba tan alegre como cuando estaba ocultando su tristeza, que le salia, sublimada, por los ojales del chaleco. Más que en su rostro y en sus palabras, advertíamos su estado de ánimo en los toques de su bastón contra el suelo y en el ritmo de sus pasos, o en esa manera tan coqueta como gustaba estar haciendo contra alguna superficie plana, una misteriosa telegrafía mediante los golpes de un hermoso anillo con una piedra preciosamente engastada, que no se dónde lo consiguió.

Qué extraño parece que la humildad fuera la necesaria e irreemplazable base desde la cual parte todo impulso revolucionario. Qué diferente del orgullo, de la prepotencia, de la vanidad, sobre los que no es posible crear nada duradero ni penetrante. Vallejo era congènitamente humilde. Hasta su organismo enteco de penitente, parecía hecho para albergar esa suprema virtud de las almas fuertes y de los grandes revolucionario. Su humildad no significaba escasez de virilidad en él; por el contrario, Vallejo tenia a veces arrestos de impulsivo, sobre todo cuando sentía flotar ante sí la injusticia. Vallejo era todo un hombrecito –lo diré utilizando su propia palabra-. No sólo hombrecito en el más elevado sentido del vocablo, esto es para resistir sin doblegar su línea, los embates que apareja la existencia, sino hombrecito en la acepción criolla. Recuerdo haberlo visto una noche en el conocido café Can-Can de Lima, hacer frente, junto con varios amigos, a un grupo de gentes del pueblo que acometieron a los que lo acompañaban en una mesa. Vallejo cayó al suelo por efecto de un fuerte golpe, pero desde el suelo siguió profiriendo palabras iracundas, que aunque son sumamente graciosas en el recuerdo, no podría repetirlas ante este auditorio. Gracias a esa fuerza que para él emanaba de su humildad, Vallejo pudo resistir tantos años de miseria en Europa, sin empequeñecer, y sin pervertir su alma.

(…)

3 de enero de 2014

NO AL SAQUEO MINERO, NO ES VITAL



Por Duilio De la Motta
 

Los "cogotudos", a través de los medios de comunicación, han mal informado al pueblo, haciéndoles creer que la INVERSIÓN MINERA NOS SACARA DE LA POBREZA. Esto es falso, totalmente falso como lo demostraré con algunos ejemplos: EE. UU. en la crisis de 1929 ¿quien invirtió? fueron alemanes, rusos, japoneses, NO, fueron los presidentes Hoover y Roosevelt los que pusieron orden y efectuaron las inversiones del estado, hicieron las grandes represas, las autopistas, electrificaron el sur, crearon las coprporaciones de desarrollo. etc. ¿DONDE ESTUVO LA INVERSION MINERA?. En el Japón ¿QUIEN INVIRTIO? ¿Los alemanes, norteamericanos, Ingleses? No señores, fue el ordenamiento del estado, dieron 3 leyes, fomento a la agricultura, a la siderurgia y a la metalurgia y con eso el 7 de diciembre de 1941 los japoneses atacaron Pearl Harbor a la primer potencia del mundo, con aviones, barcos, portaviones, submarinos, todo fabricado en el japón ¿DONDE ESTUVO LA INVERSION MINERA?. Cuando toma el poder Hitler, Alemania se debatía en una crisis económica, como casi todos los paises desarrollados (Aclaro no estoy de acuerdo con la política social de Hitler, pero si es necesario saber como superaron la crisis) Hitler nombró a Hialmart Schacht ministro de economía, éste creó las grandes corporaciones industriales, incremento en 50% el PBI, modernizó las vías de comunicación, termino con el desempleo. Creó la base económica para iniciar la II Guerra Mundial, repúdio las guerras, pero lo interesante es ver ¿DONDE ESTUVO LA INVERSION MINERA? Puedo seguir describiendo muchos ejemplos, pero me parece que con los que he dado es suficiente para demostrar que la INVERSIÓN MINERA ES UNA FALSEDAD PARA EL DESARROLLO. No estoy en contra de la inversión, si ayuda en el desarrollo, pero no es lo determinante. En nuestro país solo ha dejado riós, valles, tierras contaminadas y lo más grave socavones sin nada. Solo en 10 años los dueños de las minas se llevaron 150,000 millones de soles, datos de la SNM. Ese es el interes de los "cogotudos" que tienen en la inversión minera, su afan es seguir lucrando con los minerales. Al Perú saquean minerales desde hace 500 años y seguimos siendo un país donde campea la pobreza.

ISIDORO GAMARRA. AÑOS DECISIVOS

Fuente: nuestra bandera 

Publicado: 2 de Enero de 2014



Entre 1968 y el fin del siglo XX Isidoro Gamarra vivó, con la clase obrera peruana, años decisivos. A ellos se alude en el fragmento de un trabajo que en torno a esta gran figura del movimiento sindical de nuestro continente, está en preparación.

Escribe: Gustavo Espinoza M. (*)

Cuando se reconstruyó la CGTP, en junio de 1968, el Perú seguía gobernado por Fernando Belaunde, que desarrollaba una política reaccionaria pero sobre todo entreguista en relación al capital financiero y a los monopolios. Entre junio y octubre la CGTP puso esa política en su línea de mira y golpeó con fuerza al gobierno debilitando aún más su imagen entre los trabajadores. Entre julio y agosto se produjo el escándalo del Petróleo a raíz de la firma de la famosa Acta de Talara, cuya página 11 nunca fue publicada. La denuncia en torno al hecho, que también hizo la CGTP generó verdadera ira nacional y creo las condiciones para la insurgencia militar del general Juan Velasco Alvarado, hecho que ocurrió el 3 de octubre de ese año.
La CGTP, depositaria de antiguas reservas en torno al accionar de la Fuerza Armada mostró escepticismo cuando se concretó la acción de Velasco. Sin embargo, no levantó en absoluto la bandera de la constitucionalidad derrocada no solamente porque ella estaba fuertemente desprestigiada, sino porque nunca había generado beneficio alguno para los trabajadores.
El proceso de Velasco y la lucha de los trabajadores
El gobierno militar de Velasco Alvarado, sin embargo, tuvo un signo distinto e impulsó un proceso de cambios patrióticos y antiimperialistas que fuera respaldado por los trabajadores y el pueblo. La posición de Gamarra influyó también mucho en esta línea sindical de clase que asumió la CGTP sobre todo a partir de la nacionalización del petróleo, y más precisamente de la Reforma Agraria dispuesta en junio de 1969.
Gamarra no abandonó nunca, sin embargo, sus aprehensiones frente a los militares. Mostró escepticismo y desconfianza en los primeros meses de la gestión uniformada, pero poco a poco fue comprendiendo el sentido general del proceso y finalmente hizo suyos los objetivos generales del mismo. Se puede decir que maduró políticamente al ritmo del conjunto del núcleo dirigente de la Central e incluso de sus bases, que se identificaron firmemente con el proceso en marcha y lo defendieron con energía ante las acechanzas de sus adversarios.
Pese a la cercanía de la CGTP con el gobierno de entonces, la dirección de la Central tuvo apenas dos reuniones con el Presidente Velasco para discutir temas de común interés. La primera ocurrió en junio de 1971, cuando la huelga minera del centro del país y la masacre de Cobriza. Y la segunda, en octubre de 1974, cuando ya Velasco estaba baldado luego que se le amputara una pierna. En ambas ocasiones, la reunión fue cordial, pero también dura en la asunción de posiciones. Ni Gamarra, ni los dirigentes de la CGTP que lo acompañaron, cedieron nunca en materia de principios ni conciliaron. Respaldando claramente el proceso, mantuvieron distancia, respetuosa pero firme en el manejo de los problemas de los trabajadores y en el análisis de la situación del país. Esto fue una constante a lo largo de los siete años de la gestión velasquista.
En el periodo la CGTP creció significativamente y desarrolló una actividad sindical y política de gran resonancia. Desarrolló cuatro congresos ordinarios (1968, 1971, 1974 y 1976) y 1 congreso extraordinario, en 1969, en el que Gamarra pasó a desempeñar el cargo de Presidente de la Central. En cada evento se constató el crecimiento orgánico de la CGTP que en 1976 representaba a 500 mil trabajadores y tenía una significativa influencia social y elevado prestigio tanto en el plano nacional cono en el internacional. Gamarra representó a la Central en los Congresos de la Federación Sindical Mundial a partir de 1969 y fue incorporado, en reconocimiento a su aporte y la fuerza de la entidad que representaba, al Consejo General de la FSM. En el Perú, fue condecorado con le Orden del Trabajo por el ministro del sector, el general Pedro Sala Orozco.
No obstante hoy puede afirmarse que cuando el 29 de agosto de 1975 Velasco fue desplazado del gobierno por Morales Bermúdez, tanto la CGTP como las otras fuerzas que respaldaron el proceso, se equivocaron, por cuanto el nuevo régimen no fue concebido para profundizar los cambios, sino para retroceder y capitular. Debió entonces no solamente no ser apoyado, sino más bien denunciado y combatido por los trabajadores. Pero eso sólo ocurrió 4 meses más tarde, cuando la CGTP lideró un Paro General en Lima y Callao el 29 de diciembre de 1975. Ese Paro, que fue exitoso y combativo, fue la antesala de lo que sería una jornada de lucha mucho mayor: el Paro Nacional del 19 de julio de 1977.
Ante el derrumbe de las transformaciones progresistas
La Jornada de Lucha más significativa en el periodo ocurrió, en efecto, el 19 de julio de 1977, cuando la fuerza de las circunstancias impuso el Paro Nacional en protesta por la política del nuevo gobierno. La esencia de esa política, como se dijo sin rubor, fue la “reinserción del país en el sistema financiero”, es decir, el retorno al tutelaje del Fondo Monetario, el BID y el Banco Mundial. El Paro fue contundente, pero también violentamente reprimido por el régimen. El local de la CGTP fue allanado y quedó en manos de la policía por casi dos meses. Gamarra fue perseguido por la policía debiendo trabajar en condiciones de clandestinidad, pero no desmayó en el cumplimiento de sus tareas.
No obstante su edad -tenía ya 70 años- Gamarra jugó un rol descollante en la defensa de las posiciones de clase de la CGTP también después del Paro. El surgimiento de otras corrientes de izquierda que tomaron cierta fuerza por el giro político del país y la lentitud que mostró la CGTP para adaptarse a las nuevas circunstancias, generó un cierto desconcierto en la esfera sindical, pero el prestigio de Gamarra permaneció intacto, razón por la cual, cuando se realizaron las elecciones nacionales para la Asamblea Constituyente, en 1979. Ese mismo prestigio hizo que se le considerara, en los comicios generales de 1980 como integrante de la fórmula presidencial que encabezara el general Leonidas Rodríguez Figueroa, en representación de la entonces llamada Unidad de Izquierda, germen de lo que sería después Izquierda Unida.
En la década de los 80 Gamarra continuó su trabajo en la CGTP. Mantuvo sus funciones y cumplió abnegadamente con sus responsabilidades. Enfrentó dos etapas distintas, pero también complejas: el segundo gobierno de Fernando Belaunde, y el gobierno aprista liderado por Alan García. Ante ambos mantuvo una nítida posición de clase en la que preservó la independencia de la Central. No capituló ante las presiones oficiales, ni concilió con las autoridades de turno.
Igualmente hizo frente a la ofensiva terrorista atribuida a Sendero Luminoso y a las acciones radicales del MRTA que se expresaron con distinto signo en el periodo. Condenando firmemente el terrorismo, fue sin embargo plenamente solidario con los trabajadores que sufrieron las consecuencias del mismo en sus dos variantes: el de los grupos terroristas, y el del terrorismo de Estado.
En el seno de su Partido, sin embargo, fue relegado injustamente. Hubo quienes lo consideraron “obsoleto” y “acabado”, y que no estimaron su contribución política ni su aporte a la lucha social. Esta situación se agravó a comienzo de los 90, cuando Jorge del Prado dejó la conducción del Partido. En marzo de 1992 Gamarra fue considerado “Presidente de Honor” de la CGTP, función que mantuvo hasta su muerte, ocurrida el 30 de marzo de 1999. En diciembre de 1992 fue asesinado Pedro Huilca, Secretario General de la CGTP, hecho que conmovió profundamente a Isidoro.
La crisis y la ofensiva del fujimorismo
Esta última etapa de Gamarra fue ciertamente dura y difícil. Vivió en condiciones de pobreza, aunque finalmente fue ayudado por sus familiares y algunos camaradas del Partido. Mantuvo formalmente cargos partidistas pero dedicó su esfuerzo principal a concurrir al local de la Central Obrera y a los actos que se desarrollaban en el gremio de la Construcción. En 1996 estuvo en el local de Construcción Civil cuando visitó esas instalaciones Alberto Fujimori en calidad de Presidente de la República. El mandatario lo buscó expresamente para saludarlo, pero Gamarra lo recibió secamente y con marcada distancia.
Aunque en sus últimos tres años de vida -entre 1996 y 1999- estuvo frecuentemente enfermo, se esforzó mucho por continuar sus actividades. En las oficinas de la CGTP recibía a los trabajadores y orientaba diversos casos procurando ser útil a la organización sindical. En enero de 1999 resolvió viajar a Trujillo para una visita familiar que fue una suerte de despedida premonitoria de los suyos, ya que en febrero de ese año su salud se agravó y debió ser internado a comienzos de marzo en el Policlínico Sabogal del Seguro Social del Callao. Allí falleció a las 7 y 30 de la noche del 30 de marzo de 1999.
En vida, Gamarra recibió diversos reconocimientos, pergaminos y medallas de gobiernos e instituciones públicas. Dio conferencias en el centro de Altos Estudios Militares del Perú -el CAEM- por invitación de los mandos castrenses y asistió a numerosos eventos internacionales y nacionales. Hombre modesto y de excepcionales cualidades personales y honradez a toda prueba, se ha convertido en símbolo de un estilo de gestión sindical que debiera ser imitado, sobre todo en circunstancias como ésta, cuando el movimiento sindical peruano afronta una compleja crisis de representatividad.
Aunque los años han pasado, el recuerdo y la imagen de Isidoro Gamarra viven en las acciones de lucha de los trabajadores. Fue, sin duda, el más importante dirigente sindical peruano del siglo XX. En el marco de la nueva ofensiva del capital, su emblemática figura se hará crecientemente indispensable.

(*) Secretario General de la CGTP. 1969-1976)

2 de enero de 2014

Russian Caviar

Red gold: Russia’s famous salmon caviar
Red caviar

Red caviar is as common on the Russian table as black caviar used to be in the past. Source: RIA Novosti
Red caviar, a famous Russian delicacy, appeared on the tables in Russia rather recently, around the same time as potatoes in the 18th century. However, Russians have always liked fish and seafood, unlike potatoes.
With the final annexation of the Far Eastern regions to the Russian Empire, her subjects gladly took a fancy to a new appetizer from there, which started to be supplied to the European part of the country by tens of thousands of tons.

Various species of salmon have always been common in reservoirs in the north of the European part of the country, and, of course, red caviar was well known and regularly consumed. However, the extent of its consumption was much lower than that of the famous Russian black caviar, without which no reception was held in those days – from parties within the family circle to large banquets.
Different fish – different caviar
Coho salmon, also known as silver salmon or white fish and named for the bright silver color of its scales, provides the most expensive caviar. It is considered as the best, and its color is bright red. Coho salmon is a fish that is also known in America (it is found also in Alaska) and is not bred in captivity, because Coho salmon die after spawning.
Kryazhevaya lake char is a legendary fish. A man who has fished for lake char is considered a master among fishermen. Lake char live in deep Ladozhskoye and Onezhskoye Lakes in the European north of Russia, it is a very timid fish and lives at depths of 70 meters to 150 meters, never rising higher.
It seems funny, but the gastronomic qualities of Kryazhevaya trout are not high: its flesh is a bit loose, in comparison with other salmon, and its caviar is pale yellow.

Chum salmon – the greatest mass supplier of caviar – is strikingly different from char. Sometimes when this fish comes from the Pacific Ocean to spawn in the rivers of the Kamchatka Peninsula and Sakhalin Island, the water is hardly visible due to its huge numbers.
In some places, the natives still go fishing with a bucket or simply pull out the fish with their hands – as much as they need. It is clear that in these regions, red caviar is not quite the delicacy that it becomes after traveling thousands of kilometers to the west.
The right way to cook this delicacy
Technology of caviar production is rather simple: fish eggs are released from membranes. In factories special sieves are used, in private life a simple fork can be used, and then are covered with unrefined salt or specially brewed brine is poured over them.
Nutritionists highly recommend this dish: you can take capsules with polyunsaturated fatty acids (omega 3, 6 and 9) for months, for successful prevention of heart disease, or you can eat three small sandwiches with red caviar every day, which is much nicer.
Now red caviar is as common on the Russian table as black caviar used to be in the past. It is usually served on toasted dark bread, preferably Borodinsky, with fresh sweet butter, sprinkled with lemon juice and garnished with a sprig of dill or half a black olive.

However, dill is not necessary, the more so in the West, as this vegetable herb is considered too strong for them, which is in contrast to the Russians, who strive to put dill into every dish.
Chicken or quail eggs are often stuffed with red caviar. Icy vodka is considered the traditional accompaniment to caviar, but dry white wine such as Chablis and Champagne Brut is also quite appropriate.
If you go to Russia, be sure to buy caviar in any city you visit. It is not too expensive – a can of 150 grams will cost you $10 to $15. You only need to remember two things: always buy caviar from the current season, and that produced on Kamchatka or Sakhalin – this is a guarantee of quality. 

source:  http://rbth.ru/arts/2014/01/01/red_gold_russias_famous_salmon_caviar_33013.html

La revolución cubana cumple 55 años




Por Teófilo Bellido
La epopeya revolucionaria en Cuba empezó en 1953 con el asalto al Cuartel Moncada cuando un puñado de hombres armados se alzó contra la dictadura de Fulgencio Batista dejando un saldo sangriento adverso. Fidel Castro a la cabeza y un grupo de combatientes presos es amnistiado en 1955 gracias a la presión del pueblo y el apoyo familiar. Exilado en México, Fidel desarrolló un arduo trabajo de preparación para liberar a Cuba convertida en una dependencia norteamericana hasta donde llegaban turistas yanquis para invertir en el azúcar y hacer de ella un antro de diversión, juegos, garitas, prostíbulos y sucios negocios controlados por la mafia gansteril de los Estados Unidos; todo bajo la protección de un régimen entreguista y corrupto. Mientras tanto, la inmensa mayoría de cubanos eran presa de la miseria y el atraso, el analfabetismo y pésimas condiciones de salud.  
Se produce el desembarco del “Granma” en las costas orientales de Cuba y 82 hombres emprenden la lucha guerrillera en diciembre de 1956; ¡Patria o Muerte! es la consigna, Sierra Maestra es la base de la insurrección y el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) liderado por Fidel Castro es la organización Político Militar. Ante el arrollador avance de los rebeldes y el masivo apoyo del pueblo, el 1º de enero de 1959 Batista huye de Palacio presidencial. Fidel, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro y Juan Almeida al frente de un grupo de revolucionarios ingresan a La Habana aclamados por la multitud. Ha caído el dictador, ha triunfado la revolución. Se da inicio a un periodo de transformaciones en la Isla de José Martí que tendría grandes repercusiones en la lucha revolucionaria del continente. Sin duda, hasta hoy, la revolución cubana es uno de los acontecimientos más importantes en la historia de América Latina.
Después de 55 años, Cuba sigue siendo fuente de inspiración para millones de hombres y mujeres que luchan contra la opresión y la explotación. Existen comités de apoyo y solidaridad, sean casa de amistad o colectivos, en casi todos los países del mundo. No solo ello, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha expresado por más de veinte años consecutivos, su rechazo al bloqueo económico y comercial que Estados Unidos mantiene contra Cuba desde 1962.  
La entereza y dignidad del gobierno y el pueblo cubano ha sido uno de los factores que ha permitido enfrentar con éxito los más duros embates del imperialismo yanqui y la reacción internacional. Ni los actos de sabotaje propiciados desde Washington, ni la invasión contrarrevolucionaria de Bahía Cochinos en 1961 con la desembozada participación de la Agencia Central de Inteligencia CIA, ni el repudiado bloqueo económico y comercial, ni los atentados contra la vida del Comandante Fidel, ni la expulsión de Cuba del seno la OEA, ni las maniobras presentándola como enemiga de la “democracia”; tampoco las campañas mediáticas del imperialismo USA y la llamada guerra cibernética, las repudiables actividades de los gusanos refugiados en Miami o las “Damas de Blanco” han doblegado al gobierno revolucionario y al pueblo de Cuba.
La revolución socialista en Cuba resolviendo viejos problemas enraizados desde mucho antes de 1959, enfrentando los nuevos retos de la época, superando errores cometidos, avanza en las propias narices de los Estados Unidos de Norteamérica, el país imperialista más poderoso de la tierra, enemigo número uno de los pueblos y principal amenaza para la paz mundial. 55 años después, los logros obtenidos en el campo de la salud, la vivienda y la educación, la cultura y el deporte, son irrefutables. En Cuba existe un sistema político mucho más desarrollado con una democracia socialista que se perfecciona cada vez más permitiendo la participación organizada del pueblo en decisiones de gobierno y no solo válida para los periodos electorales como ocurre en nuestra sociedad.
Es un hecho que la revolución tiene obstáculos por delante, no puede –no podría- hacer las cosas a la perfección, tiene sus traspiés, pero al mismo tiempo tiene el firme propósito de superarse y rectificar aquellas cosas que no hayan acertado.
En el Perú poco o nada ha cambiado de manera estructural a favor de los explotados y los oprimidos. El dominio de las transnacionales y el poder económico y financiero con el soporte de los partidos políticos de la derecha y la protección de los gobiernos de turno continúan como la raíz de los grandes problemas económicos y sociales.  Se mantiene la marginación social, una educación atrasada y una salud lejos del alcance de las mayorías; entretanto la corrupción, la delincuencia y el crimen organizado no se detienen en su crecimiento.
Los trabajadores y el movimiento popular no han cesado en su lucha por la transformación de nuestra patria. Las exigencias de cambio se han expresado en calles y plazas, también en las urnas, y persisten ante un gobierno encabezado por el ex capitán del Ejército, Ollanta Humala,  que ganó la presidencia en las elecciones generales del 2011 levantando un programa de transformaciones con el apoyo popular e importantes sectores de la izquierda para luego dar un viraje y continuar con las políticas neoliberales y una espuria Constitución Política que recusó en su campaña electoral.
Cuba no es un modelo revolucionario a imitar, pero si un referente del cual aprender. Las revoluciones no se exportan, emergen de cada realidad y tienen características diferentes en cada país, en nuestra patria será creación heroica como lo señalara José Carlos Mariátegui.