Alberto Tauro del Pino presidiendo la mesa
Por Jorge Aliaga Cacho
El presidente del comité Pro-Casa del amauta fue el distinguido escritor, Dr. Augusto Tauro del Pino, quien también fuera presidente de la la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), y de la Sociedad Bolivariana del Perú. Tuve el gran honor de trabajar bajo su dirección en el Museo Nacional de Historia. Allí, pude apreciar sus dotes de intelectual y eximio peruanista. Tauro del Pino, ha contribuido, con significantes aportes, al estudio de la historia y literatura peruanas pero, fundamentalmente a temas bibliográficos. Es justo recordar a aquellos personajes que, como Tauro del Pino, supieron desarrollar las tareas que hicieron posible la conversión de la casa de Mariátegui en museo. Allí, el Amauta pasó los últimos cinco años de su vida. Ese, fue el lugar desde donde se irradiara lo mejor del pensamiento de su tiempo. Acerca de Tauro del Pino, ilustre hijo del Callao, también podríamos reseñar su compromiso con la educación de los trabajadores peruanos, tal como lo prueba su participación en diferentes actividades educativas en beneficio de ellos. Recuerdo, por ejemplo, sus conferencias dirigidas a los alumnos de la Escuela Nacional Sindical de la C.G.T.P. que, en aquella época, era dirigida por, mi progenitor, Jorge Aliaga Merino.
Otro de los intelectuales que tambièn coordinara temas educativos era el Dr. Luís Guillermo Lumbreras; él facilitaría la participación de los sindicalistas en cursos de Introducción al Perú Prehispànico, realizados por el Departamento de Extensión Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Y así, podrìamos mencionar a otros, tales como: Alonso Alegria, destacado dramaturgo peruano; o de allende los mares, el mismísimo eximio poeta ruso, Yevgueni Yevtushenko.
Esta liaison, entre intelectuales y trabajadores, es una practica que debiera conservarse. Ya desde Manuel González Prada, era clara la importancia del trabajo educacional e intelectual en el seno de todos los estratos sociales y, en particular, de los trabajadores. Así también lo concebía Mariátegui, como muy bien lo concibe ahora el museo que lleva su nombre. Pues, como también lo dijera Gramsci, desde la otra orilla, es deber es no solamente organizar y agitar, sino también educar. Quisiera terminar esta nota, transmitièndoles mi contento por haber hallado, entre los papeles dejados por mi padre, el recorte periodistico al que se refiere esta nota, donde se informa la participación de mi padre, representando a la C.G.T.P., en el noble comité conformado para la adquisición del inmueble, que hoy irradia la vida y obra del gran amauta peruano.
Jorge Aliaga Merino, director de la Escuela Nacional Sindical de la CGTP, agradeciendo al Dr. Alberto Tauro del Pino al término de su conferencia en las aulas de la escuela. |