José Villacreses Vinueza |
Por Jorge Aliaga Cacho
Del libro "Emoción sensorial" del distinguido escritor ecuatoriano, José Villacreses Vinueza, deseo compartir con los seguidores del blog uno de sus bellos poemas: "La que volvió". Pepe como cariñosamente lo llaman sus amigos posee una pluma exacta en tiempo y musicalidad que tocan los estados del alma con singular maestría. Pocos como Villacreses dominan el arte de lo exactamente necesario, ni una letra más ni una letra menos. Leer su poesía es vivir la vida sensorial que nos entrega con destreza y naturalidad. El poeta riobambeño sabe suspirar y siente sus nostalgias. Le canta al barrio, a la escuela y al deporte, pues él sabe de 'la emoción de alinearse en una cancha'. Pepe ha sido un excelso jugador de baloncesto convocado en varias oportunidades para representar al Ecuador en torneos internacionales. El poeta no se lamenta y asume sus victorias y derrotas con optimismo: 'Mi alma está inflamada por avalanchas de penas/ que como nieve en lágrimas blanquearon mis sienes/ y ahora al deshelarse con el sol de la primavera/ se nutre con la savia que sana y reverdece". Para mi fue un gran honor recibir en el Perú a José Villacreses y a su encantadora esposa con motivo de la realización del III Encuentro Internacional de Poetas y Escritores realizado en la ciudad de Huacho, al norte de Lima. Ahora que he reflexionado sobre sus versos puedo afirmar categóricamente que el evento se vio engalanado con el calibre de su trabajo literario. Vaya para este gran escritor, que viene de las canteras de la Ingeniería y la cátedra universitaria, mis sinceras felicitaciones y reconocimiento.
LA QUE VOLVIÓ
Por José Villacreses Vinueza
Con zarpazo glacial huracanado
regaste mi alma un día muy triste;
heló mi corazón petrificado,
el desdén de tu mirada al irte.
Retornaste como ave sobre el viento
pintando de ilusiones mi destino,
convirtiendo las espinas del lamento
en rosales que bordearon mi camino.
Tu corazón como pichón entre mis manos
se asemeja a los cálidos reclamos
de tus besos piando con latidos.
Brújula orientadora de mis días,
calandria palpitando en melodías
como caja musical llena de trinos.