Jorge Aliaga Cacho a bordo del Crucero ''Aurora'', en San Petersburgo. La nave tomó parte en la Guerra Ruso-Japonesa y fue quien dio la señal para el asalto al Palacio de Invierno. |
| En la Plaza Roja con los dobles de Lenin y Stalin |
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Jorge Aliaga Cacho, el representante de la Embajada Soviética en el Perú, y Pedro Aspillaga, resguardando el Lunajod 1, en la Feria Internacional del Pacífico, en Lima - Perú
| Svetlana Kopaneva, ex oficial de la policía soviética |
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La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue creada el 30 de diciembre de 1922. La Gran Revolución Socialista de Octubre, por su parte, irrumpió hace 105 años. Muchos hombres y mujeres, de mi generación, se formaron con el aliento que aquella revolución brindaba. Ella nos enseñaba un modelo para luchar por un mundo mejor, una patria donde los seres humanos vivieran a plenitud, en armonía con sus semejantes y la naturaleza.
Hoy seguimos soñando y luchando, pues nuestra utopía es inmortal. Para celebrar su aniversario tengo a bien repúblicar el ensayo que, escribiera con el título, "Why did the USSR collapse?", para la Facultad de Ciencias Sociales, ''Adam Smith'', de la Universidad de Glasgow, en1992.A la memoria de mi padre, Don Jorge Aliaga Merino, ex Director de la Escuela Nacional Sindical de la CGTP, y miembro del Comité Central del Partido Comunista Peruano, fundado por el Amauta José Carlos Mariátegui.
Por Jorge Aliaga Cacho
La Unión Soviética durante el período de Brezhnev, como jefe de Estado, experimentó un aumento constante del nivel de vida de los ciudadanos soviéticos, y extendió su influencia por el mundo.
Durante este período el producto social bruto en la URSS se duplicó entre 1960 y 1970; se triplicó en 1980; y la producción industrial se cuadruplicó. Sin embargo, la producción agrícola se incrementó modestamente, y en los años 1981 y 1982 las cifras oficiales de las pobres cosechas fueron suprimidas.
El ingreso real, de los ciudadanos soviéticos, se había duplicado en los últimos veinte años, y los salarios de los agricultores colectivos aumentaron más de cuatro veces. La Unión Soviética tenía en este período tres veces más personas en educación superior que cuando Brezhnev asumió el poder.
Los soviéticos tenían más camas en los hospitales, más viviendas, más automóviles, más refrigeradores, más televisores, e incluso, la dieta de la población soviética mejoró en este período: el consumo per cápita de carne, pescado y frutas, tuvo un incremento del cincuenta por ciento. Pero, el consumo de pan y patatas retrocedieron considerablemente.
En ese periodo, la URSS también había comenzado a adquirir una influencia internacional. La Unión Soviética había adquirido una capacidad estratégica, que le daba, a principios de la década de 1980, paridad con los EE.UU., y a finales de esa década se calcula que Estados Unidos tenía 23000 armas nucleares, frente a las 39000 de la Unión Soviética. La URSS, también contaba con uno de los ejércitos más grandes, y una de las mayores flotas marinas del mundo.
Además la URSS, dirigía la alianza militar del bloque oriental, y su economía era el centro de una de las organizaciones comerciales más importantes del globo, COMECON.
La URSS también era miembro influyente de las Naciones Unidas. Tenía relaciones diplomáticas con 139 países a principios de la década de 1980. Esto constituyó un avance, si consideramos que solamente tenía relaciones diplomáticas con 74 países hasta el año 1960.
La Unión Soviética, aumentó su comercio internacional. En 1950, la URSS tuvo comercio con 45 Estados, pero durante la era de Brezhnev sostuvo relaciones comerciales con 145 Estados. Esta cooperación se extendió al ámbito científico, por ejemplo: el primer astronauta hindú en el espacio o, más tarde, el primer cosmonauta británico en misiones conjuntas con sus homólogos soviéticos.
La Unión Soviética fue, sin duda, una de las potencias más grandes del mundo. Entonces. ¿Qué pasó? ¿Por qué se derrumbó?
Se ha cuestionado: ¿Cómo era que la industria soviética podía producir cientos de misiles balísticos intercontinentales SS.9, y poner el vehículo Lunahod en la luna, pero encontraba difícil construir, en la URSS, una cadena de hoteles modernos, como se hizo en el lapso de algunos años, en el empobrecido Mezzagiorno italiano?
En un artículo publicado en 1969, "Pravda" admitió que el problema clave era cómo aumentar la productividad; el enfoque cuantitativo de la economía soviética ya no era suficiente; Se requerían nuevos métodos y una nueva decisión. Los otros problemas fueron: la brecha tecnológica entre Oriente y Occidente; la brecha gerencial causada por una segunda revolución industrial, en Occidente, que produjo cambios en las técnicas industriales y de gestión.
Robin Edmonds, en su libro: "La política exterior soviética-los años Brezhnev", sostiene que el mayor obstáculo en la URSS fue la ausencia, en el sistema económico y político, de un mecanismo efectivo para renovar la gestión empresarial.
El planificador soviético habría tenido dificultades, incluso a través de la reforma económica de 1965, para modificar el culto a la producción bruta que era la esencia de la economía del gobierno de Stalin.
En mi opinión este fue el error que no permitió a la economía soviética desarrollar una estrategia más global. Y fue, quizás, la razón de la debacle que más tarde ocurriría. Sin embargo, es necesario señalar que, Lenin estaba claro al respecto, cuando se refirió a la importancia del trabajo de Taylor en la gestión científica. Pues él consideró vital, introducir algunos métodos de racionalización para el servicio de los logros del socialismo.
A estas alturas, las aspiraciones de los consumidores soviéticos, habían comenzado a crecer y, se hacían sentir fuertemente. Sin embargo, hay que reconocer que parte de la tensión, impuesta a la economía soviética, fue causada por el exceso de recursos al sector de defensa.
En la arena política, los líderes soviéticos presumían ser defensores de la ortodoxia marxista-leninista, en el Kremlin, y se sentían incómodos para incorporar nuevas ideas que se originen fuera de los límites de la élite política soviética. No escucharon a los comunistas chinos que se oponían al retiro de los misiles balísticos de Cuba. No escucharon a los comunistas checoslovacos que defendían el pluralismo. No escucharon a los comunistas de Europa Occidental. Por ejemplo, Marcuse fue descrito como un ideólogo de los rebeldes petit-bourgeosie, un viejo tonto. Esta actitud fue obvia cuando el XXIV Congreso del Partido Comunista Soviético, incluyó en su informe un ataque contra marxistas como Roger Garaudy, Ernst Fisher, el "Grupo Manfiesto" italiano y Teodoro Petkoff, que anteriormente había sido miembro del Partido Comunista Venezolano.
Sin embargo, las nuevas ideas crecieron dentro de la Unión Soviética ocupando un espectro amplio. La conexión era la convicción de que el progreso científico e industrial era inseparable de la libertad intelectual. La dirección del Partido Comunista Soviético no pudo aceptar este suceso. No consideraron la solución a sus problemas, políticos y económicos, en los métodos propuestos, por Sakharov o Medeved,con sus enfoques pluralistas, o los que los reformadores checoslovacos habían seguido a pesar de la oposición total de sus camaradas rusos.
Andrei Sajarov escribió en sus memorias, publicadas en 1990, acerca de Lenin: "En cuanto a mi opinión acerca de Lenin, es imposible no apreciar la importancia de su personalidad y la tragedia de su destino (una reflexión sobre el destino de nuestro país), y la gran influencia que él tuvo en el curso de los eventos. Estoy de acuerdo con Berdayev en que el impulso inicial de Lenin, y de la mayoría de los revolucionarios bolcheviques, era en esencia humanitario y moral, fue la lógica de sus luchas, y el trágico giro de la historia, lo que dictó el curso de sus acciones.
Pero no solamente eso. Hay algo inherentemente falso en sus premisas básicas, políticas y filosóficas. Es por ello que la objetividad fue a menudo suplantada por consideraciones pragmáticas, y el humanismo por el fanatismo, y fue por ello que la línea del Partido y sus luchas triunfaron sobre los principios morales". (Sakharov, "Memorias", Hutchison, 1990, p.33. Andréi Sájarov murió en ejercicio de sus funciones en las filas del partido comunista.
Sugiero que la posición internacionalista de la Unión Soviética, los gastos que significaron, fue otro de los elementos que contribuyeron a su crisis económica y política. El apoyo que la URSS brindó a aliados como Cuba, Etiopía y Vietnam, sólo tres de ellos, costó a la Unión Soviética una suma del orden de los 5 mil millones de dólares anuales.
En su informe al XXIV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev habló de 'la gran alianza', de las tres fuerzas revolucionarias básicas de nuestra época: el socialismo, el movimiento obrero internacional y la 'lucha de liberación' de los pueblos. Para poner en práctica estas políticas fue necesario un gran despliegue de recursos que la economía soviética, en un momento, no estuvo en condiciones de afrontar.
Stephen White, en su libro: "El desarrollo en la política soviética", argumenta que el sistema político soviético tenía, como elemento central, al partido comunista basado, explícitamente, en el marxismo-leninismo, y organizado de una manera altamente centralizada.
White sostiene que el partido tuvo un papel destacado: dirigió el trabajo de los soviets electos, los tribunales, los sindicatos y todas las demás formas de vida organizada. También dirigía la economía basada en la propiedad pública y la planificación estatal.
Las decisiones fueron tomadas por unanimidad de liderazgo; y la dirección del partido y de los órganos de Estado, nunca fueron cuestionados. Las decisiones se adoptaban por unanimidad y en votación pública. El papel de liderazgo del partido fue impuesto.
La práctica del centralismo democrático fue la causa del centralismo en el sistema político soviético. A través de este sistema, los puntos de vista opuestos se podían expresar en los congresos del partido. Sin embargo, a las ideas minoritarias derrotadas en votación, el sistema político no les daba la oportunidad de continuar su proceso antagónico.
Pienso que en un período de crisis revolucionaria, cuando la amenaza capitalista es evidente, o cuando la revolución es joven y sin experiencia, los métodos del centralismo democrático son indispensables para lograr el cambio social; en otras circunstancias creo que se hace necesaria cierta flexibilidad en la conducción del proceso de cambios.
El Partido Comunista de la Unión Soviética, en mi opinión, desaprovechó el uso efectivo de los diferentes puntos de vista propuestos en muchos ámbitos de la vida. Por ello, el descontento creció, tanto en la opinión pública en general como en minorías étnicas, nacionales, en los artistas e intelectuales. Lo que estoy sugiriendo, es que había una necesidad de liberalizar, todos los ámbitos de la vida, con el fin de enriquecer la teoría del marxismo-leninismo. China, y más tarde Cuba, tímidamente, comenzarían a implementar estos procesos de liberalización.
Stephen White, nos brinda una idea clara del grado de organización adquiridos por la Unión Soviética, en el momento en que Gorbachov asumió el poder: "Gorbachov heredó un 'Estado multinacional, integral y federal'. Sus Estados gozaban de poderes formales, como el derecho a establecer relaciones diplomáticas con otros Estados, o tomar parte en las decisiones sobre cuestiones de importancia local. (Art. 76 y 80 de la Constitución de 1977)".
Después de 1944, las repúblicas ganaron el derecho a mantener sus propias fuerzas armadas, y también el derecho a retirarse de la URSS. Las repúblicas ocuparon territorios en los que predominaron determinadas nacionalidades. Cada república tenía su propio parlamento (Supremo Soviético), y su propio gobierno (Consejo de Ministros). Las repúblicas de Rusia, Uzbekistán, Georgia y Azerbaiyán, incluían entre sus fronteras repúblicas autónomas.
Sin lugar a dudas, se trataba de una impresionante estructura que, si se utilizaba bien, habría sido capaz de proporcionar el mayor grado posible de autogobierno. Sin embargo, se hizo daño a los gobiernos locales. Todo el país funcionaba sobre la base de un plan y presupuesto unitario, determinado a nivel central, lo que limitaba, en gran medida, las funciones de los gobiernos locales para elegir sus propias prioridades ". Stephen White, ("Gorbachov y después", p.139, Cambridge, 1991).
Las anomalías a las que me he referido en el párrafo anterior se observan claramente en las estadísticas de la producción industrial, pues los ministerios con sede en Moscú tenían el 57% de la producción industrial, los ministerios basados parcialmente en Moscú producían el 37%. Mientras que sólo el 6% de la industria era regulada por completo a nivel de las repúblicas.
El Partido Comunista, ejercía los métodos del centralismo democrático; y no había forma para que un Tribunal Constitucional resuelva disputas sobre, las competencias respectivas de, las repúblicas "independientes" y de la URSS en su conjunto.
Cuando Gorbachov introdujo su histórico Programa Perestroika, la Unión Soviética, en mi opinión, ya estaba en manos de una maquinaria burocrática, ineficiente y corrupta, que no ofrecía ningún tipo de ayuda para desarrollar el socialismo. Estos miembros, de los aparatos burocráticos, se infiltraron en el Partido Comunista con el fin de lograr ambiciones personales.
Estos falsos 'comunistas', llegaron a posiciones de poder, y fueron, ellos, quienes introdujeron un programa de reforma, política y económica, que no estaba destinado a resolver los problemas experimentados por el socialismo; y no constituían ayuda alguna para restablecer el sistema socialista. Por el contrario, este nuevo sistema permitiría que, interéses imperialistas, ocuparan un rol central en el proceso político interno de la otrora Unión Soviética.
El año 1988, fue un año de afirmación nacionalista, un período en que el pueblo aspiraba 'democracia'. El papel del Partido Comunista fue cuestionado desde el Báltico, y el Cáucaso, hasta los importantes movimientos nacionalistas; desafiando, de esta manera, el viejo modelo de federalismo.
De acuerdo a Sawka: 'El resurgimiento del nacionalismo, de algunos de los ciento y pico pueblos de la Unión Soviética, puso en duda la existencia misma del Estado Multinacional'.
Este fenómeno nacionalista, no era nuevo en la URSS. Existió antes de la llegada de la perestroika. Algunos de los problemas confrontados por Gorbachov ya habían sido evidentes en el periodo de Khrushchev; cuando las comunidades optaron como práctica, por ejemplo, tomar clases de defensa personal. Así lo hicieron los tártaros de Crimea, los judíos y otros con necesidades específicas.
La Unión Soviética se creó como una federación de repúblicas en 1922, conservando estas la aspiración a la condición de Estados de la Federación original. Se les dio un marco político aceptado. Si el aspecto de la condición de Estado ethno federalista se vio socavada, esto no alteraba el principio básico de que la Unión Soviética, en principio, no era solamente un Estado. Se trataba de una federación de naciones.
Sin embargo, Lenin vio la necesidad de ganarse la confianza de los vecinos de Rusia, e instó a mantener bajo control el chovinismo ruso y, también, respetar los idiomas locales, las culturas, y pidió se abstengan de llevar a cabo la rusificación forzada.
Según Bohdhan Nahaylo, bajo Stalin la nación rusa fue exaltada como superior en todos los sentidos; el pasado imperial ruso fue rehabilitado y se llevó a cabo la rusificación de las minorías nacionales. A esto siguió un respiro, a mediados de 1950, cuando Khrushev relajó los controles en la esfera de las nacionalidades y anunció un retorno a los principios leninistas.
Sin embargo, introdujo una nueva forma de rusificación al final de la década con el pretexto de promover el idioma ruso como 'el medio común de intercambio y cooperación entre los pueblos de la URSS'.
La ruptura de la antigua economía, planificada y centralizada, facilitó el insurgente localismo y el nacionalismo como parte de una lucha común, que no sólo era 'nacionalista' sino, que formaba parte de la lucha por la 'justicia nacional' y la inauguración de los 'movimientos democráticos nacionales'. Las luchas eran nacionales pero de contenido democrático.
A principios de la década de 1990, treinta y cinco fronteras dentro de la Unión Soviética fueron disputadas entre diferentes grupos nacionales. Tal vez, podríamos decir que uno de los principales factores, que condujeron al colapso de la Unión Soviética, fue el grave error de Gorbachev de subestimar la fuerza del nacionalismo.
El 29 de noviembre de 1988, Gorbachev, declaró que la primera etapa de la reforma era abordar la reestructuración de los soviets centrales y locales, y la reforma electoral. Sólo la segunda etapa de la «transformación política» trataría de la armonización de las relaciones entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Sin embargo, la cuestión de la nacionalidad rápidamente se convirtió en una serie de grandes crisis. Richard Sawka, en su libro: "Gorbachov y sus reformas", argumenta que los retrasos en la convocatoria de un plenum del comité central, que se había prometido durante mucho tiempo para tratar el tema, sólo empeoraron las cosas.
Intentaron resolver la cuestión confinándola al partido, y no convocando una conferencia constitucional, de emergencia, de los diputados del Congreso de los Pueblos. Sawka piensa que esto demostró un intento de tratar el tema de manera tradicional.
Mientras tanto, los nacionalistas establecen el paralelo de que: si Polonia podía obtener independencia genuina de Moscú, ¿por qué no las repúblicas soviéticas? Hubo dos cambios principales durante la perestroika que facilitaron el colapso de la URSS. El primero era el hecho de que las latentes instituciones nacionales, que usualmente servían para formalizar el control de Moscú, ahora despertaban y salían a la vida. El segundo cambio principal, que provocó la desunión, fue la ruptura de su partido comunista. La nueva dirección del partido, especialmente en el Báltico y Transcaucasia, comenzó a identificarse con las aspiraciones de la población local. Los partidos locales comenzaron a caer bajo el control de los frentes populares.
Las autoridades de Moscú también contribuyeron al colapso de la URSS, al insistir en que los comunistas locales deberían, usar su influencia para, 'calmar las pasiones nacionalistas'. Muchos comunistas se encontraron en una posición difícil. Algunos se unieron a los frentes populares, pero al mismo tiempo le debían su lealtad al partido comunista de la unión.
El Partido Comunista de Lituania tomó la iniciativa para resolver la crisis de lealtad entre Moscú y la localidad. Los comunistas lituanos eligen esta última. Otro elemento que contribuyó a la caída de la URRS fue la introducción, por parte de Gorbachov, de elementos de la economía de mercado en la economía soviética. Según Stephen White, ("Developments in Soviet Politics", page 3), la introducción de estos elementos condujo a un rápido aumento de los precios porque los productores se aprovecharon de las condiciones de escasez. La pobreza aumentó entre los pensionistas.
Cuarenta y tres millones de adultos, o el 15% del total, cayó por debajo de la línea de pobreza. El desempleo y el subempleo también contribuyeron a la debacle del sistema. Hubo algunos esfuerzos para mejorar las prestaciones sociales, especialmente las pensiones; pero el presupuesto era insuficiente. Otros elementos que aceleraron la caída de la URSS, fueron la explosión nuclear de Chernobyl, y el terremoto armenio que junto con cuestiones de salud, medio ambiente y otras prioridades, exigieron recursos adicionales del gobierno soviético.
Podemos añadir a todo esto, la tensión social causada por la huelga de los mineros durante el verano de 1989, la más larga en la Unión Soviética desde la década de 1920.
Stephen White sostiene que la última era de la Unión Soviética, contenía contradicciones entre "las lógicas de lo 'viejo' y lo 'nuevo', entre la gestión y el control local, o entre el leninismo y la soberanía popular". White cree que la combinación de estas diferentes lógicas, entre un sistema político económico, dio también lugar a tensiones sociales.
White sostiene que estas tensiones eran tan graves que amenazaban la supervivencia del propio sistema Gorbachoviano. La historia ha demostrado que la gravedad de las tensiones era tal, que no sólo ponían fin al estilo de Gorbachov sino también a la propia Unión Soviética.
Sin embargo, hay un elemento que White debería de incluir también en su análisis, verbigracia, registrar el nefasto rol que le cupo al imperialismo, con sus campañas de desprestigio y desconocimiento de los avances obtenidos por el socialismo que transformó a Rusia, de una economía feudal dirigida por el zarismo a una economía solidaria y socialista dirigida por la clase obrera y su partido comunista.
La historia ha hablado. Desde que escribiera este ensayo, hace un cuarto de siglo, mucha agua ha traído el río a la ex Unión Soviética, hoy convertida en la Federación de Rusia: inestabilidad política, chauvinismo, nacionalismos locales, amenazas del Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional, pero gradualmente se ha posicionado firme, defendiendo en el terreno militar, las estrategias de su política exterior en contra de la hegemonía imperialista liderada por los Estados Unidos.
Por mi parte, he viajado en varias oportunidades a Rusia, y he hecho observaciones a su fábrica social, la cual deja mucho que desear. Existen sectores de la población que sienten nostalgia de las bondades que les ofrecía el régimen socialista. El sistema capitalista que opera en Rusia, a la fecha, no ha resuelto los problemas obvios de centralismo, desprotección socio-laboral, discriminación y desigual desarrollo en regiones alejadas de Moscú.
En 1992 señalaba que el futuro de Rusia era incierto. Me preocupaba, como ocurre hoy, que el país tenga una economía dependiente del gas natural y otros recursos naturales que no son interminables. La diversificación de su economía es urgente. Se necesitan cambios sociales en beneficio de los trabajadores y pueblo en su conjunto. Ellos serán los signos que grafiquen el futuro que espera a la Federación de Rusia: una vía neoliberal o un retorno al modelo socialista. Los cambios a efectuarse, hoy, en los terrenos: económico, político y cultural, afectarán a todas las clases sociales en Rusia. Ellos serán los indicadores de lo que suceda en la patria de Lenin en las subsiguientes décadas.
Bibliografía
1- Edmonds Robin, "Soviet Foreign Policy - The Brezhnev Years".
2- Owen C. Thomas, "Capitalism and Politics in Russia",
Cambridge University Press, 1981.
3- Andre Deutsch, 1985.
4- Sakwa Richard, "Gorbachev and his Reforms, 1985-1990",
Philip Allan, 1990.
5- Sakharov Andrei "Memoirs", Hutchinson, 1990.
6- White Stephen, "Development in Soviet Politics",
Macmillan, 1990.
7- White Stephen, "Gorbachev and after",
Cambridge, 1991.