Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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10 de febrero de 2017

Aliaga emplaza al sistema y sus agentes en las organizaciones de escritores

Jorge Aliaga CACHO
A mis amigos todos les informo que me encuentro bien. Quien debe de estar preocupada es la parte que cometió el delito de difamación contra mi persona que hasta ahora esconde la cara. Aclaro que no están divulgando que me haya apropiado de algún bien material o pecuniario, No amigos. Lo que están divulgando es que: 'me habría apropiado de una institución' que en realidad nunca existió como tal ni tuvo, ni tiene, ningún bien patrimonial. En realidad son agentes del sistema, que no han podido concretar sus campañas de difamación contra países que fijaron un rumbo independiente y ahora están tratando de difamar individualmente a quienes tienen una posición contestataria. Les pido que observen en sus propias bases en todo nuestro continente. El sistema emplea agentes en nuestras instituciones para crear el desánimo, desunión y crear conflictos entre organizaciones hermanas. Pues resulta increíble que siendo los escritores quienes trabajan con la inteligencia, en siglos, no hayamos podido ser capaces de unir a dicha fuerza. Por ello pienso que el sistema actúa en el seno de nuestras organizaciones procurando la división. No se puede explicar, por ejemplo, porque en la mayoría de países del mundo no se tengan establecidas efectivas leyes que defiendan los derechos de los escritores. Lo que me viene sucediendo debe de ser una alerta para que en ningún país hermano se deje actuar libremente a estos gusanos que muchas veces se disfrazan de democráticos y hasta de izquierdistas con tal de cumplir el objetivo que es el objetivo de los que controlan el sistema político y social de nuestras naciones. Les repito queridos amigos: yo me encuentro bien, pero quería pedirles que pensaran con una óptica más amplia al analizar los ataques que recibimos por parte del sistema y sus agentes. Los abrazo a todos.
Jorge Aliaga Cacho

8 de febrero de 2017

Gusanos anti-cubanos también en el Perú

Fidel con su pueblo


Por Ángel Bravo 
Cubainformación.

Estos días circularon noticias de la “gran lucha” de los “disidentes” cubanos. Todos totalmente desconocidos, sin incidencia política, ni apoyo social. ¡Claro! gozan de propaganda de la maquinaría mediática y el respaldo económico de la ultraderecha de Miami y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). O sea, tienen el aval de Washington. 

Cuba lleva más de medio siglo resistiendo al imperio. En esa lucha desigual, Cuba, digna, como el pequeño David, siempre ha salido victoriosa ante Estados Unidos, que se comporta arrogante y matón cual Goliat. No hay un escenario político o diplomático internacional donde las verdades dichas por Cuba no hayan pulverizado y humillado las mentiras de Washington.

El desprestigio del imperio llega a sus asalariados en Cuba; dista de otros años, cuando hacían sus fechorías a escondidas, hoy las hacen públicas y desvergonzadamente. Grabaciones, videos, facturas y fotos, prueban la subversión que crean y el dinero que reciben del imperio.

¿Podrá implosionar una Revolución que ha resistido 55 años de bloqueo económico, comercial y financiero una señora cuyo propio traductor ha dicho que “ella solo piensa en el dinero”?

¿Podrá acabar con una Revolución que ha dado a su pueblo seguridad y salud gratuitas y de alta calidad, un sicólogo violento, mentiroso y corrupto que se quedó sin pacientes, porque es él quien necesita atención mental por agredir a bastonazos a un anciano indefenso?

¿Podrán derrotar a una Revolución, escuela de artistas consagrados internacionalmente, un dúo de cantantes de hip hop, que inclusive para ser músicos de la Isla, no cantan bien?

¿Podrán destruir una Revolución que ha dado a su pueblo educación gratuita, con estándares mundiales de calidad, mujeres que vagan posando para el lente extranjero, por dólares, pero carecen de la mínima capacidad para articular un discurso político lógico, coherente y creíble?

No se equivoquen señores, esto no es Túnez, Egipto o Libia. Esto es Cuba. Esta es la Revolución de todo un pueblo. Aunque no le guste al imperio, en Cuba, Revolución es igual a pueblo. Fidel ha dicho varias veces, que éste no tolera a los gusanos mercenarios, y exige sanciones duras contra ellos (en cualquier país los mercenarios están presos). En Cuba, en muchas ocasiones, la policía actúa, para evitar que el pueblo defendiendo sus conquistas, acometa con los parásitos.

Oliver Stone probó con Looking for Fidel (el 2004 en pleno período especial), que la Revolución es del pueblo. Stone ‘retó’ a Fidel, para que fueran de sorpresa a cualquier lugar, para ver la conducta del pueblo (creía que la seguridad de Fidel organizaba con anticipación las visitas). Llegan a un barrio y la gente se amotina. Fidel dice: “Él está muy preocupado porque hemos tenido que arrestar y someter a los tribunales a unos cuantos llamados disidentes”. Una señora repele: “No trabajan, viven a costa de las miserias que le dan los imperialistas”; la gente corea: “Fidel, Fidel, Fidel”. Stone atónito: “Parece que se preparan para la guerra”. Fidel: “Si quieres nos vamos a diez cuadras más para allá o veinte para acá”. El pueblo exclama: “Viva la Revolución”, “Abajo el imperialismo yanqui”. Un señor tercia: “Cuadra por cuadra, barrio por barrio, estamos prestos a hacer la guerra necesaria si fuera posible. E inclusive a alzarnos como se alzó este compañero hace más de 50 años”. Fidel advierte: “Ahora, esa gente dice que tienen muchos aviones de bombardeo”. El mismo señor asegura: “Comandante, Comandante, bajo la sombra de esos aviones somos capaces de luchar y somos capaces de resistir y seremos capaces de obtener la victoria”. Una chica grita: “Hasta la última gota de sangre si fuera necesario por esta Revolución”. Un joven negro remata: “En ningún país hay negros como aquí que trabajan…Pueden ser científicos. En ningún lugar hay negros así.”

En Cuba los mercenarios y sus familias gozan de todas las conquistas sociales: seguridad, educación, salud gratuitos; cultura deportiva y artística, cero desnutrición infantil, mejor cifra de médicos por habitantes, etc. ¿Van a insistir los mercenarios en querer subvertir esta Revolución? ¿Acaso no tiene derecho el pueblo a enardecerse contra ellos?

Hace 53 años, un 02 de enero en la Plaza Cívica Fidel advirtió: “Las manos de los miserables quieren destruir lo que producen las manos de los hombres honrados, de los hombres y mujeres trabajadores de nuestro pueblo, para ir a cobrar la paga miserable de los amos extranjeros. Los gusanos creen que la Revolución no puede acabar con ellos, ¡y la Revolución, que ha acabado con muchos males, sabe también cómo acabar con los gusanos!”.

El pueblo seguirá acechando, para erradicar la gusanera.

Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.php/contrarrevolucion/60304-cuba-los-gusanos-una-lacra-a-erradicar

Versos del silencio

Patricia Rojas

Por Jorge Aliaga Cacho

"Versos del silencio", el nuevo libro de Patricia Rojas, es un renacer, obra que se regenera con mayor vida espiritual. Sus versos sugieren que el amor no muere, pues, cuando es verdadero, se bifurca y encuentra su cauce en el río eterno de la felicidad. La obra es también esperanza de champagne que ansía la felicidad. La lírica de Patricia Rojas nos tiene acostumbrados a desgarradoras proclamas que han dado a su obra una singular tonalidad. Poseedora de buenas técnicas del lenguaje y una predisposición innata para el poieo griego. La creación poética.

"Fue la navidad de dos amantes
que en la copa burbujeante se embriagaron
dejando por el suelo los vestigios
de aquel encuentro.
Fue la navidad tuya y mía
sin relojes, ni regalos, ni comidas,".

Patricia Rojas, como en sus anteriores obras, logra, con "Versos del silencio", conmover al lector, logrando de esta manera el objetivo primordial de la poesía. Y es que el dolor para la poeta es una espina punzante que la lacera en la medida de sus nostalgias y de ello se percata el lector. La poeta Rojas, como un ave fénix, se recicla en su dolor para no sufrir pero sufre cuando, con su alma, encuentra la soledad que es el laboratorio mismo de su fuerza para vivir. Su voz poética grita afectos lejanos a los cuales la autora, se brindó con mucho amor un día, y hoy, con su corazón y alma, los recuerda con versos silenciosos que le nacen de lo más profundo de su ser.
Los poetas siempre logran acercarse a sus sueños, a sus locuras. Por ello creo que este ramillete de poemas llegará un día a Madrid, buscará la tumba de los abuelos que un día también partieron en busca de sus sueños. Y cuando ello suceda: una lágrima de la poeta anunciará una voz venida del cielo: "vas bien hija mía, vas bien mi principessa".
Auguro a Patricia Rojas y sus "Versos del silencio" un largo y placentero camino por las tierras de los grafemas literarios.
Jorge Aliaga Cacho.

7 de febrero de 2017

Nuestro vals criollo



Desde hace algún tiempo hemos venido pensando que sería una buena idea revalorar la música criolla. La misma tiene como elementos a las culturas y música de la Península Ibérica, de la población nativa del Perú y de los esclavos traídos del África.
El género representa a la música de la costa.
El vals criollo es una forma musical originaria de la costa del Perú, una variación del Vals Europeo traído por los españoles al Perú. Se realiza con instrumentos españoles tocados por criollos o mestizos de todas las razas desde la época de la colonia. Durante los años 30 los barrios de la ciudad comenzaron a desarrollar sus propios estilos. Veinte años después se imponen y varios grupos, como cantantes, comenzaron a hacer giras. Otros cantantes, compositores y etnomusicólogos estaban compilando viejas interpretaciones y comenzaron a grabar canciones que nunca fueron grabadas antes. Este tipo de música incluye una elaborada obra de guitarra española acompañada en los últimos años por cajón y castañuelas con letras que hablan de amor, dilemas sociales y nostalgia. Esta forma se conoce fuera de Perú como vals peruano. Entre los artistas más populares se encuentran cantantes como Arturo "Zambo" Cavero, Jesús Vásquez, grupos como Los Morochucos, Los Troveros Criollos, Los Embajadores Criollos, Fiesta Criolla y compositores como Felipe Pinglo Alva, Chabuca Granda y Augusto Polo Campos.
Te han visto por Orrantia - ¡Vals peruano y final de la trilogía más impactante en la historia de la música criolla peruana! Los Troveros Criollos (Lucho Garland y el Carreta Jorge Pérez con el hermoso vals de Mario Cavagnaro grabado en 1955.
Aunque ya Los Troveros Criollos habían tenido extraordinario éxito con sus primeros valses Julia, Ay Chinita gorda y bonita, Amancaes de Ayer, Un Zapatero celoso, entre otros, los valses criollos de replana, Yo la quería Patita, Cántame ese Vals Patita y Te han visto por Orrantia, fueron, junto a Carretas aquí es el Tono, sus más representativos temas en aquella inolvidable época de la música criolla peruana.
La melódica y carismática introducción de Lucho Garland es una de las más emblemáticas en la historia de la música criolla peruana.


TE HAN VISTO POR ORRANTIA – LETRAS


Mario Cavagnaro

No, no quiero que vayas a pensar,

que vengo en plan de hablarte de mi amor.

Ya todo eso está olvidado

como todas las cosas, que no tienen valor.


Hoy vuelvo nuevamente porque ayer

fui al antiguo barrio de los dos,

pues como me iré muy lejos

fui a ver a los muchachos a darles un adiós.


Y dicen que, te han visto por Orrantia

manejando un carrazo.

Será el del blanquiñoso

con el que hoy andarás.


Y yo hasta en la canasta

por defender tu nombre;

aunque lo hice por hombre,

por hombre y nada más


Así es que ésta es la finca

que te ha parao el punto.

Por Dios que has mejorado,

si hasta tienes balcón.

Tanto que a lo que vine

quizás ni te interesa.

Ayer tu madrecita

murió en el callejón (bis) 


Te han visto por Orrantia - Vals peruano y final de la trilogía más impactante en la historia de la música criolla peruana! Los Troveros Criollos (Lucho Garland y el Carreta Jorge Pérez) con el hermoso vals de Mario Cavagnaro grabado en 1955. 

Aunque ya Los Troveros Criollos habían tenido extraordinario éxito con sus primeros vales Julia, Ay Chinita gorda y bonita, Amancaes de Ayer, Un Zapatero celoso, entre otros, los valses criollos de replana, Yo la quería Patita, Cantame ese Vals Patita y Te han visto por Orrantia fueron, junto a Carretas aquí es el Tono, sus más representativos temas en aquella inolvidable época de la música criolla peruana. 

La melódica y carismática introducción de Lucho Garland es una de las más emblemáticas en la historia de la música criolla peruana.

Raquel Los Troveros Criollos Augusto Polo Campos


Yo no sé porqué estás indecisa, 
tu linda sonrisa, muy poco se vé, 
en tu rostro de hermosa criatura, 
una mueca dura me quieres poner. 

Ayer tarde te vi por la calle, 
y te dije mi amor cómo estás, 
me miraste, volteaste y te fuiste, 
dejandome triste sin poderte hablar. 

Yo no sé, ay Raquel, 
qué he de hacer, mi querer, 
por tu amor, yo ya estoy, 
dulce bien, hasta el cien. 

Para olvidarte quiero emborracharme, 
quiero suicidarme por matar tu amor, 
pero no puedo, me domina el miedo 
cuando pongo el dedo en el disparador. 

En este instante tan emocionante, 
siento las campanas del despertador, 
recién comprendo que todo es un sueño, 
que siempre soy dueño de tu corazón. 

Para olvidarte quiero emborracharme, 
quiero suicidarme por matar tu amor, 
pero no puedo, me domina el miedo, 
cuando pongo el dedo en el disparador. 

En ese instante tan emocionante, 
siento las campanas del despertador, 
recién comprendo que todo es un sueño, 
que siempre soy dueño de tu corazón.

6 de febrero de 2017

Literatura española: Nuevas voces del siglo XXI


Por Antonio Florido Lozano


Conferencia en la Universidad Católica Boliviana "San Pablo"


Tarija (Bolivia)


Octubre del 2016



Flaubert hablaba de la poesía como de ese algo inútil y pasado de moda. Sin embargo, para la sociedad en la que nos ha tocado vivir, el hecho poético es necesario, casi obligatorio, como forma, como envoltura de una capacidad de ser, expresiva, adaptada al aliento de la pesadumbre y de la mansedumbre que a casi todos nos ahoga. Es un no-saber alejado de la simple ignorancia, que busca, anhelante, la percepción del elemento lejano para poder compensar de esa forma la confusión entre concepto y concepto, salvando, llenando los huecos, consiguiendo que la palabra se convierta ella misma, ella sola, en la inmediatez comunicadora. Lo poético se transforma, así, en un paso esperado de lo individual a lo universal, en el hilo tenue que cose los sentimientos y la manera de entender el mundo de millones de personas.
En España no se lee. Las estadísticas anuales se agarran a la caída sucesiva e imparable. Los libros, en general, y los de poesía, en particular, se exponen en las grandes superficies como simples bienes de consumo, frutos de la mercadotecnia más desalmada e incolora. Resultan elegantes las cuidadas ediciones que las grandes empresas del sector se encargan de diseñar. Pero el contenido de estos productos adolece últimamente de una falta de rigor, de esfuerzo, de emoción, de un palpitar de la vida en sus páginas…
Empero, como en toda época de crisis -en este caso cultural-, siempre pueden hallarse trabajos que merecen la pena. Hablemos de ellos y algo de sus jovencísimos autores.
Ana Muela Sopeña, nacida en Bilbao en 1961, aunque comenzó a escribir poesía en 1979 es, a partir del año 2006, cuando abraza la poesía como algo totalmente necesario. Dice: “Soy todos esos rostros de la historia / unidos en mi caja de cristal / en mi memoria antigua, desde el génesis”.
El hecho de vivir en democracia es decisivo para el devenir constructivo de una obra. Autores que conocen, sin censuras ni sesgos, todo lo que se publica en el mundo. Constituyen voces personales, más allá de los llamados novísimos. Ese YO, gigantesco, hercúleo, suena atronador, como un elemento cósmico, casi Lovecraftiano, intentando anclarse al ser, a la propia mismidad, logrando subjetivar lo sentido, la náusea cotidiana, el dolor existencial, la angustia por las ausencias inesperadas. En otro pasaje dibujado en el aire, tal vez siguiendo a Cocteau, declara: “El tiempo transcurrió sin enterarme. / Pasaron los minutos, horas, días, / los meses y los años, / las décadas, los siglos, los milenios, / las eras, el año de Las Pléyades... / y yo seguía allí mirando a Tara, / me había convertido en una estrella / y el corazón del mundo susurró / amor en cada mar y en cada océano, / amor en las montañas y en los ríos, / amor en las tormentas y en la lluvia”.

Ana María Espinosa, jerezana, nació en 1962. Aunque trabaja en el sector inmobiliario, ella afirma que le gusta más “edificar con ladrillos de palabras”. Está convencida que se puede hacer poesía de cualquier cosa y que ésta te lleva a veces por caminos desconocidos. Como una anticipación a lo percibido, a lo que más tarde llegará hasta nosotros, penetrando en nuestras vidas, convirtiendo unas experiencias extrañas en carne y sangre, en pensamientos, en recuerdos. En el año 2007 publicó su primer libro “Pintando versos”. Habitualmente edita sus trabajos en las revistas Litoral, Animalia y El vino. Ha sido galardonada en numerosas ocasiones.
Como ejemplo leamos su breve poema titulado Poética: “La palabra es resto / desecho / desprendido de la piel / orfandad de la voz. / Boca desmoronándose / ante la luz que se extingue / en tus ojos”.

Luna Miguel nació en Alcalá de Henares en el año 1990. Poeta que utiliza normalmente los medios informáticos para expresar la revolución que lleva dentro, dibujando imágenes y contornos impredecibles, necesarios y justos. Estamos ante una autora concisa y precisa, expresando sus inquietudes entre lo elíptico y lo breve. La califican de inspiradora y fresca, con una sutileza que brota libre entre palabras. En Diario de una baja médica podemos leer: “Hablo el idioma de los gatos. No el que se maúlla sino el que se acaricia. Hablo el idioma de los fetos, mis dedos contra el botón salido de este ombligo que una vez cicatrizó hace 25 años dejando una marca con forma de estrella. Hablo el idioma de los fetos sí, de los que están sin estar porque la piel los cubre. Presiono y acaricio como a un gatito y la pierna de mi hijo responde al impulso. Hablo el idioma de los gatos, el idioma de los fetos, el idioma de los muertos: me dirijo con las manos a mamá, le recuerdo que hace dos años estábamos muriendo y estábamos cuidando. ¿Te gustaba la papilla, mamá? ¿Te gustaba la morfina? Hablo sola y hablo con ellos: lo gatos, el feto, la madre que no. Le digo a mamá que ahora yo soy madre, ¿sabes? Que ahora esa palabra significa otra cosa, ¿sabes? Hablo, para que hablen entre ellos. En la cama el pijama de flores, el gato expectante, la patada y la caricia, la canción favorita de mamá. Hablo el idioma de los locos, el idioma felino, el idioma amniótico, el idioma de la mami que no. Es una lengua que se aprende despacio, que se practica en sueños, que en realidad sólo sirve para decir "sí", "qué tierno", "hola" y "adiós".

Entre los poetas últimos encuentro dos voces que no deseo olvidar: Luis Miguel Madrid y José Javier Souto.

Luis Miguel Madrid nació hace tanto en la capital de España, y dedica su tiempo a sonreír malicioso, a engendrar la ironía, el sarcasmo, a lanzar una carcajada a la vida cuando ésta se vuelve insana y absurda. Conocido de más en el mundillo literario de España y de esta parte de acá, es director de la Cultura de Revista “Babab”.
Especialista, como él mismo afirma, en Literatura Hispanoamericana y en Relativismo Centrípeto. Poeta, cuentista, crítico literario, letrista y chascarrillero.
En su obra El sacrificio de ganar, Luis Miguel pincela versos repletos de humor y de filosofía. En palabras de Jonás Trueba, “…asistimos en sus páginas a hermosas greguerías, a espejos deformantes y también, cómo no, a muchos instantes de belleza”.
Perder es crecer, es reírse de uno mismo, de la circunstancia, del exceso con que a veces nos tomamos las copas de la vida; perder o fracasar es licenciar la risa frente al otro, marcando la pregnancia de lo que es, de las finas líneas que nos surcan el rostro; es, en definitiva, aprender a mofarse de nuestro rostro, ahondando y replicando la cósmica indiferencia del universo, reconocer, sin desmoronarse, la futilidad y la innecesaria presencia de eso tan extraño a lo que le damos el nombre de VIDA.
En algún poema dice:
“Hay quien sacrifica el alimento / para obtener comida / quien tiene que callarse para que le escuchen…”
Leeré a continuación una de sus inspiraciones completa, como ejemplo paradigmático de su forma de escribir y como epítome a estas breves referencias. Se titula DON NADIE.
“Intentó ser convincente mostrando su simpleza / su carácter anodino o la ausencia de valor. / Demostró fehacientemente su torpeza, sus dotes de personaje insignificante / perfectamente prescindible. / Lo consiguió por fin, tras diez años de esfuerzo y dedicación. / Ahora puede presumir de no ser nada / o incluso, nadie”.
A los 24 años quedó sepultado en el interior de una mina. Más tarde llegaron las ausencias, los olvidos, esos vacíos sin devolución que no todo el mundo conoce. Aprendió a alejarse de las palabras tal vez para tomar conciencia de la necesidad que tenía de ellas. Comenzó a escribir, a sentir sobre las páginas blancas, a reconocer la derrota disfrazada de belleza, de simiente, de esperanzas…
José Javier Souto Fernández, cosecha del 61, nació en el valle de Turón, en Mieres del Camino. Persona de trato versificado, vate entre los vates de esta nueva hornada de voces elocuentes. Habla con sus versos de la vida, de la muerte, del amor, de la misma tierra que un día le enterró sin pedirle permiso.
Escribe en español y en bable, aportando, así, más belleza y musicalidad a sus composiciones.
Del poemario Sombras eternas amainan en tu regazo elegimos estos versos: “Cuando el sueño es infinito; / cuando las puertas se cierran / y la vida se escapa por las rendijas; / cuando el polvo sobre los muebles se hace viejo / ocultando el brillo de la hermosura; / cuando la humedad de los ojos / se oculta tras falsas sonrisas; / cuando el espejo asustado / ya no refleje tu imagen; / entonces, apareceré como la niebla, / tu corazón será mío / y partiremos con la mansa copla / del mar hacia otro cielo.”
De Nada queda, poema de su libro recién publicado De la vida, de la muerte, del amor, extraemos solamente unos versos con los que José Javier compone un canto hermoso: “…Son las palabras un río azul sin nacimiento, / una historia fallecida que no comenzó. / Tras la penumbra hay un reloj, mirándome, / todas las horas que pasaron junto a mí / se morirán como un bohemio sin botella, / sin fondo, sin licor, sin alma…”
La narrativa actual experimenta el acoso de lo inmediato, de lo superfluo, de un extraño y oscuro sentido del éxito. El narrador de hoy viaja raudo por esa vertiginosa caída de lo llamado digital, donde las propias editoriales, críticos y agencias, buscan y rebuscan valores auténticos, desdeñando y olvidando, tal vez, que esa autenticidad escribe al socaire de las modas, tratando los problemas e inquietudes de siempre, las del ser humano inmerso en una sociedad que vuela como loca hacia ninguna parte, azorada, aturdida, sin volver la mirada a ese otro que le pasó por el lado, fugaz, ensimismado, ciego.
El intento de publicar en condiciones decentes, de encontrar una amplia y sincera distribución, una mercadotecnia al margen de los potenciales beneficios, siempre concretando balances, anticipando, capitalizando rentabilidades. La única forma que encuentran estos escritores que comienzan, ganar algún certamen literario de los llamados grandes (politizados, monetaristas, comerciales en extremo), ganar la confianza y el riesgo de alguna editorial de prestigio… Ganar, siempre consiste en eso, en ganar, en demostrar la valía ante el lector que no lee, ante el simple comprador de adornos estanteriles, de lomos verdes, enciclopédicos, llamativos.
Aunque cada vez ponen más fácil el hecho de la lectura con los actuales readers electrónicos de libros digitales, baratos y al alcance de casi todos, sin embargo, leer supone un esfuerzo, una voluntad, un saber que se posee la obra, que se puede tocar, oler, colocar y descolocar al antojo. Un libro, una buena novela, una obra que se estaciona en el recuerdo de lo leído, permanece más allá del tiempo, trascendiendo, formando tejido y ser, expandiendo ese límite del que se habla, el término que nadie ha visto, el sospechado e intuido deterioro del alma que piensa.
No obstante lo anterior, surgen nuevas voces que merecen la necesaria oportunidad de ser descubiertas. Hablaré brevemente de algunas de ellas.
Matías Candeira, narrador con mucho cuento, profesor de talleres de escritura creativa y guionista, nació en Madrid en 1984. Le interesa, dice, la literatura que produce errores, que es un error en sí misma. Es decir, un posible error de forma, ya que, según su propio testimonio, detesta los textos redondos y aseados donde nada sobra ni falta; un error ideológico, pues violenta su sentido del mundo; un error sobre lo real, pues le coloca en lo fantástico, en lo necesariamente extraño.
Tras la publicación de su primer conjunto de relatos, La soledad de los ventrílocuos (2009), de su inclusión en varias de las mejores antologías del género y de que sus cuentos hayan recibido no pocos premios, su segunda obra, Antes de las jirafas (2011), confirmó las expectativas. De él afirman que es un realista técnicamente muy dotado que además ha entendido que no todas las cosas pueden explicarse desde una perspectiva equilibrada.

Pablo Martín Sánchez, el egosurfing como telón de fondo, nació en Reus en 1977. Tras tocar todos los palos del sector editorial y trabajar de corrector, lector, traductor y librero, en el 2011 se lanzó a reunir sus relatos en Fricciones.
Su novela El anarquista que se llamaba como yo, publicada por Acantilado en el 2012, fue elegida como mejor ópera prima del año, lo que supuso todo un estímulo para el autor. Pablo Martín afirma: “Si la distancia más corta entre dos puntos, cuando se interpone un obstáculo, es la línea curva, escribir es trazar esa parábola, esa perífrasis que nos lleve hasta el lector pasando por el texto. O dicho de otra forma, escribir es ponerse obstáculos que hagan fascinante la tarea del leer”.-

Hablar de Sara Mesa es hacerlo de los personajes poco heroicos. Nacida en Madrid en 1976, ha publicado dos libros de relatos, La sobriedad de los galápagos en el 2008 y No es fácil ser verde en el 2009, además de las novelas El trepanador de cerebros (2010), Un incendio invisible (2011) y Cuatro por cuatro (2013). Sara afirma de su manera de escribir: “Me atraen los narradores testigos, los enfoques parciales, las estructuras anómalas y esos personajes con vidas poco heroicas pero que, puestos bajo la lupa, resultan extremadamente sugestivos”.
Hablamos ahora de otro madrileño nacido en 1979, esta vez de Sergio del Molino. En su novela La hora violeta, editada en el 2013, narra la enfermedad y muerte de su hijo Pablo. Dicen de esta novela que afronta un tema que durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI se ha ido convirtiendo en tabú, el de la muerte. Su primer trabajo novelado fue No habrá más enemigo, del año 2012. Habla Sergio del Molino: “Uno escribe primero y luego teoriza sobre lo escrito, encajando su credo estético en su obra, y viceversa, asumiendo que ambos discursos casi siempre van a contradecirse”. Y añade: “Creo que empiezo a perseguir un ideal muy claro que llamaría literatura de dormitorio. Reivindico la inutilidad de la literatura. Su inutilidad social. El único ámbito de influencia de la novela es la mesilla de noche del lector. Por tanto, aspiro a una literatura cada vez más íntima e inútil”.

Terminamos este periplo con otro nombre prometedor, Gonzalo Torné, Barcelona, 1976. Tras coquetear con la traducción y los guiones, Torné se ha volcado definitivamente en la novela. Publicó Lo inhóspito en el 2007 e Hilos de sangre tres años después. Critican de su forma de escribir tal vez una ambición desmedida acompañada de una prosa a veces deslumbrante, llena de apreciaciones agudas, de ángulos de visión imprevistos. Gonzalo reconoce que “…las artes nacieron para ser eternas, ahistóricas, atemporales, no para ser la memoria de un tiempo fotográfico, sino el recuerdo de lo nunca sucedido, de lo perdurable y de lo originario…”.

Acabo esta plática (como diría Rulfo) subrayando la importancia de lo creativo, tanto de la poesía, en su afán sintetizador y apuñalador, como de la novela, expresada y entendida ésta en todas sus variantes y manifestaciones. Herramientas ambas para percibir y explicar lo inexplicable, lo inentendible, aquella parte de la realidad que ni siquiera somos capaces de vislumbrar. Conseguido esto por la amplia y laxa pertenencia de lo expresado al común de los hombres y mujeres que deciden dedicar algún tiempo de sus vidas a oír las voces de los que murieron o de aquellos que, aunque vivos, claudican de la miseria y de la ruindad que les rodea, aspirando a revolver, a transformar, a mejorar este horizonte que nunca se deja aprehender. La curva de la ignorancia enderezada por lo volitivo de las palabras, por esos sonidos grafiados, al estilo, como ya quedó antes anotado, de Cocteau.

(Como representante de una pequeña parte de las letras españolas, junto a mis compañeros artistas, quisiera agradecer la oportunidad de hablar de aquello que a todos los presentes nos apasiona: la literatura.
Finalmente, gracias al público asistente, a todos mis colegas de letras venidos acá desde países distintos y lejanos y al Ingeniero Rene Aguilera Fierro, sin cuya mediación y apoyo éste que les habla no habría podido disfrutar de vuestra compañía).

5 de febrero de 2017

"AHAVALGIA"

Por Jorge Aliaga Cacho

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Tengo el agrado de escribir unas líneas para un gran poemario. Me refiero a "AHAVALGIA" del joven poeta peruano Jener Paul Roa-Neira. Éste libro no es obra de un principiante, pues sus versos vienen madurados con la vida del bardo y denotan riqueza de vida emocional, entrega profunda. Así lo expresa desde el primer poema que es una entrega dialéctica total: "amándose y odiándose, matándose y reviviéndose, solo para seguir sintiendo...". Estos son versos que inauguran una voz singular en la poesía peruana. En su segundo poema, titulado "Mi vida, tú poema", Roa-Neira nos entrega a la manera de los buenos poetas: un poema desgarrador, "Tristeza final", que es el dolor del poeta enamorado que no ve 'ondular' o no puede cumplir su sueño. Nuestro vate luego se encuentra sumergido "en las profundas aguas del mar infinito de la soledad. Este es un poemario donde el poeta llama a su amada, a su leona, pidiendo el tiempo merecido con viento de otoño para que las almas besen curando desamores. El vate pasa a darnos muestras de bello erotismo muy alejado de los linderos machacadores de la vulgaridad. Y el poeta registra: "Cálidos destellos de tus labios y pechos adormecían mi cuerpo, anoche. Y mi alma te besaba. Ah, benditos labios tuyos que me libertan de las penas de pasados desamores; mas me adormitan con arrullos, con atracción irremediable hacia la esclavitud de tus besos. ¡Oh, labios obnubilantes y bellos! Rosas carnosas en tu sonrisa, orquídeas entre los cerros de tu cuerpo, y con ellas juegan mis dedos. Su delicada forma, su suavidad sensible, casi los siento, ¡Juraría que los siento! Me hacen señas tiernas entre mis besos y mis versos, entre piernas lisas que me llevan al crepúsculo que ya casi llega, y ya casi me dice que me ama".
Libertad y búsqueda pero luego el poeta se convierte en juglar cuando el nombre de la amada palpita suavemente ante sus ojos y recuerda la lluvia cuando besa la tierra y el mar amado.
Clamores de regresos un volver a empezar. Libertad renovada que recompone el canto del poeta, bendiciones a Dios. Cumpleaños y muertes furibundas, hay una plétora de sensaciones en los versos de Roa-Neira que hará al lector viajar por los caminos del alma.
Rica en lirismo y plasticidad, "AHAVALGIA", obra que nos presenta Jener Paul Roa-Neira, es una obra que no mancilla la bien ganada reputación alcanzada por la poesía peruana. "Anoche enfermé de muerte, y extrañé tus mermeladas de fresa alimentando mis rugidos y perfilando mil ataques a los virus tan solo con amor que embiste con fuerza. La infusión calmante en tu pecho, tan bebible, ahora tan extraña, será el génesis de un roquedal partido en estertores estrechos unidos a un vaguido firmamental".
Ahavalgia concluye con una conjetura de amor que nos hace recordar los versos de Ernesto Cardenal. Y a su manera, Jener Paul Roa-Neira registra: "!Ay! Me amas y yo no te amo, pero si te hubieses quedado sólo un mes más, un semestre o un año ¡oh, cuánto te hubiera yo amado!" Existe tanto amor y calidad en esta bella obra que no me queda más que augurar al autor, y a sus grafemas, la resistencia del tiempo.

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