Por Jorge Aliaga Cacho
Al leer
el último libro de Julio Solórzano
Murga, “Cuentos Huachanos”, uno puede distinguir claramente cual es el
leitmotiv en la obra de este escritor hermano que hoy nos convoca para la
presentación de su libro.
Así como para Antonio Machado fue un aspecto
importante en su poesía el registro de “la tarde”; así como. Para Juan Ramón
Jiménez, el aspecto relevante en su creación poética fue el registro de “el
mar”; para nuestro peruanísimo Julio Solórzano Murga su leitmotiv, su registro
sustancial, es Huacho, la ciudad que lo viera nacer.
La obra “Cuentos Huachanos” que hoy nos toca
presentar es de vital importancia para rescatar la memoria de un pueblo que se
sabe digno de una herencia milenaria, y Julio Solórzano apela al recuerdo, a
las memorias de la tradición oral para plasmar en un hermoso libro el modus
vivendi de Huacho, un pueblo que ha visto la transición del paso de un sistema
semi-feudal de indigna condición humana donde predominaba la miseria y
explotación a otro que se presentaba con la modernidad, de aparente mejora en
la condición humana pero que realmente era la continuación de un estado de
cosas por el cual una minoría terrateniente hacía su metamorfosis y se
transformaba en la nueva elite que sería la encargada de imponer la forma capitalista
de explotación. En Huaura, es cierto, se
dio el primer grito de libertad, `pero también es cierto que este grito no
llegó a plasmarse en una verdadera independencia económica y las familias
peninsulares y los criollos, en el Perú, se convirtieron en la oligarquía que
posee el control del poder económico hasta nuestros días.
Cuando José Enrique Rodo publica su ensayo
“Ariel” en 1900 este se convierte en una preocupación por contemplar las
diferencias entre todo lo que representaba la identidad nacional, en los países hispanoamericanos, y lo que los
diferenciaría de la cultura y sociedad europeas. Fue por primera vez que se cuestionaban a las
sociedades europeas y norteamericanas.
Después de la Primera Guerra Mundial, Europa
quedó en la ruina, fuertemente golpeada su industria y los latinoamericanos
recibieron elogios del viejo mundo en virtud de una posible resurgencia de
Latinoamérica con un mejor modelo social. En ese camino también se inscribe
Ricardo Guiraldes, autor de “Segundo Sombra” quien creciera en el mundo del los
gauchos. Lugar que le era familiar. -
Este es el impulso literario que diera origen a lo que conocemos como novela regionalista-
He sido crítico del mal uso del termino regionalista, sobre
todo cuando se trata de encasillar de
manera libre y, sin mayor juzgamiento, a una expresión literaria.. Algunos sectores izquierdistas se abrazan a
la literatura regionalista para luego abandonar la lucha en formatos que ellos consideran no pertenecer a
la arena del regionalismo. Por esta
razón yo deseo ubicar a Julio Solórzano Murga en el terreno de los escritores
descriptivos, y tal vez lo haga por mis sospechas de aquellos que usan el
regionalismo para no confrontar al imperialismo en su propio tiempo y espacio
histórico.. Julio es el observador, el
que escucha y piensa para luego rendir una historia veraz basado en la realidad
que ven sus ojos más que en la realidad muchas veces prescrita por una
doctrina..
Julio Solórzano Murga, como lo fuera Alfredo
Spelucin (1897-1973) poeta que
registrara con gran brillo el mar de su tierra, o como Alejandro Peralta, autor
de “Ande” (1926) y “Kollao” (1932), que
nos entregara perdurables pinceladas del alma y la vida serranas. Así Julio
Solórzano Murga ha rescatado para su pueblo imágenes de gran valor estético que
registra con brillantez a su Huacho, a su gente y a su ambiente. . Las
descripciones que Solórzano Murga da a los personajes de sus cuentos y su
entorno caminan de la mano en un marco de proceso dialéctico de asimilación, integración
cultural, reciprocidad o lucha de contrarios.
En Huacho siendo menos industrializado que la capital limeña este
proceso de transición es evidentemente más lento, tímido y hasta confuso. El
Amauta José Carlos Mariátegui escribe en sus “7 ensayos….”: “Todo lo que en
esta civilización es íntimo, esencial, intransferible, energético, aparece
ajeno a su ambiente vital. Algunas
imitaciones externas, algunos hábitos subsidiarios, pueden dar la impresión de
que este hombre se mueve dentro de la civilización moderna. Mas, la verdad es
otra”. A mi me parece que “Cuentos Huachanos” de Julio Solórzano Murga está
recurriendo a esa verdad.que Mariátegui anuncia. Pues, Julio Solórzano, en su
breve reseña histórica de Huacho afirma categóricamente que la campiña huachana
fue “el polo de desarrollo de la ciudad”, la inversión extranjera sería
posterior y la cual se iniciaría con un número de hoteles que sumado a la
construcción del muelle de Huacho y el ferrocarril hacía Lima cambiarían gradualmente
la fisonomía de la ciudad. En este sentido los cuentos de Julio Solórzano
representan a diferentes tiempos y espacios que concurren a la transición de
una sociedad semi-feudal a una confusa, desordenada y de tímida formación capitalista. Así, Solórzano
Murga empieza a contar sus cuentos con la historia de Dionisio El cigarrero que
introduciría el ahorro y las finanzas en Huacho mezcladas con yunzas y fiestas
populares, maestras y lavadoras de ropa, futbolistas de barrio, pregoneras,
costumbristas y políticos; criollazos, comenísperos, matascholeros. Jugadores
del run run, canicas y bolero. Sus cuentos de la campiña huachana son
pintorescos y nos devuelven a la vida personajes de leyenda como Pedro
Alcantara que al igual que Tatán en los Barrios Altos de Lima, de quien se dice
que compartía el producto de sus hurtos con gente necesitada del barrio de Las
Maravillas cercana al río Rimac o del ya más legendario Luis Pardo.
Las mujeres tienen su espacio en la literatura
de JSM, y es un espacio muy importante. Las hay mujeres hermosas de la campiña,
mujeres curanderas y brujas, rubias aparecidas a media noche, viudas o mujeres
de armas tomar como “La huasa” descendiente inca convertida en terrateniente,
que a finales del siglo XIX, nos da una lección de cómo administrar las tierras
y ganarse el respeto de sus peones. JSM juega con el tiempo y nos hace volver a
los años cincuenta para contarnos la historia de un brujo castrado.
Apreciación aparte se merece el cuento Ceviche
de Pato que considero uno de los mejores logrados y representativos de la
culinaria huachana. Se distingue también la deleitable ingenuidad pueblerina en el cuento de “La Misteriosa jinete del
Potro Negro” y el encanto de lo real maravilloso en “El perro pulgoso”.y, en “las piedras que alumbraban como faros de
carro”, en el cuento titulado “El toro
huanco”. El deporte aparece y reaparece a la manera de futbol en “El chino
Pirincho” , “Gavilancito”, como en el poema crema “Queredenbú, negrito de la
U”, y en la natación con el cuento “Competencia sin Fin”.
El homenaje a la hermosa tierra de Ambar se
hace presente nuevamente en el marco del futbol cuando la banda de músicos e
Huanri toca el huayno Gavilancito y hace ganar a su equipo de futbol, o en la
historia de Lorenzo el joven domador de caballos que terminó trabajando en un
circo allá en México. O en el cuento Tayta Cura donde un futbolista se disfraza
de cura para impresionar al equipo contrario y no permitirles hacer más goles
en el supuesto equipo ambarino que se suponía recibía un refuerzo de Dios; o en
el cuento Carmencita, de la pelea de gallos
El agradecimiento a la profesión médica, en la
persona del Dr. Moquillaza, se hace presente en el cuento “Honorata” a quien se
le extirpara un tumor de cuatro kilos de peso. La pasión política del autor se
desborda en “La pasión por el poder, la derrota del dictador” donde JSM
denuncia las patrañas mediáticas que se organizaron en el pentagonito y saca a
relucir las matanzas cometidas en Los Barrios Altos, La Cantuta, del Santa,
Huacho y el asesinato de Pedro Huilca Tecse, Secretario General de la CGTP. JSM hace lo propio en su nota Maestro del
Sindicalismo, tema dedicado a la memoria de mi padre Jorge Aliaga Merino, ex
Director de la Escuela Nacional Sindical de la Central Mariateguista. º
He dejado para el final un corto comentario
sobre su cuento La Oración del Justo. Porque me parece de vital importancia
hacer una aclaración al respecto. El ser humano, a mi entender, no puede
separar sus partes componentes, esto es lo material y espiritual. y JSM a
través de toda su obra no deja que nos falte la palabra de Dios. Fidel Castro
en la década del 70. en Santiago de Chile, en una reunión con sacerdotes y
ministros, de más de treinta denominaciones religiosas, había pedido la unidad
de los creyentes y marxistas para contribuir mejor a la revolución que
beneficie al desarrollo humano y social. Muy pocos escritores que apuntan desde
la izquierda han tenido la capacidad para ver la importancia de esta simbiosis
que se hace indispensable en nuestros
días. Por ello, por la calidad estética
de este libro, por el compromiso social asumido por el autor, con gran júbilo
recomiendo “Cuentos Huachanos” a los amantes de la buena literatura.
Jorge Aliaga Cacho
Lima, noviembre de 2014