Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
email address:
jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
https://en.m.wikipedia.org/wiki/Jorge_Aliaga_Cacho
http://www.jorgealiagacacho.com/

16 de septiembre de 2023

Escalar la montaña más alta de Escocia

En la cima de la montaña Ben Nevis en Escocia

Las actividades al aire libre, de los colegios en Escocia, incluye al menos una vez al año, largas y difíciles caminatas por las tierras altas de ese bello país. Algunos optan por escalar su montaña más alta, me refiero al Ben Nevis. En esta actividad participan, alumnos y maestros, vestidos apropiadamente para desarrollar dicha aventura que formará el temple y carácter de los excursionistas.
La Pony Track es el nombre de la ruta más accesible al Ben Nevis, y también es la más utilizada por los viajeros. Esta está compuesta por serpenteantes senderos que discurren en zigzag hasta la cima, y la duración de su recorrido es de aproximadamente 4 horas. Cuando escalé esta montaña de 1345 metros, no le di mucha importancia pues estaba consciente de la gran altura de las montañas en los Andes, como el Huascarán que llega a los 6768 metros de altitud.
Además,  en dos oportunidades, en Lima, había 'escalado' el cerro San Cristobal cómodamente sentado en un viejo auto. Pasaron los años y ahora reviso esos recuerdos. La verdad es que nunca escalé el Huascarán, ni tampoco lo hice con el cerro San Cristobal, peor aún, a este último, como ya lo dije, ascendí cómodamente sentado en una carcocha.

Ahora rescato de la memoria, el día aquel que emprendí mi marcha hacia la conquista del Ben Nevis de Escocia. Quise reír al verificar su nimia altitud, como dije antes, 1345 metros de altura; pero no me dio risa. La risa fue provocada después, cuando descubrí que mi bello cerro limeño, solamente medía 300 metros de altura y que, a pesar de ello, lo había subido en automóvil. La foto que acompaña esta nota fue tomada en el momento que, en compañía de un colega profesor escocés, hacía flamear la rojiblanca en la cima del Ben, como le llaman coloquialmente los nativos escoceses a su mayor y significativa montaña.

Ben Nevis, Escocia
Guía escalando el Ben Nevis

15 de septiembre de 2023

Origins of the Freemasons


 

Henry Moore

Jorge Aliaga Cacho en Londres
                           
Henry Moore es conocido por sus enormes esculturas de bronce, exhibids en espacios públicos de todo el mundo. Puedes encontrar muchos de ellos en Londres, incluidas varias versiones de sus famosas figuras reclinadas de dos piezas. Londres también alberga algunas obras maestras de Moore que estando en espacios públicos, pasan desapercibidas por los turistas y público en general. Entre estas se encuentran, el altar de una iglesia, una virgen de mármol y una talla de piedra que representa al viento del oeste.

Cuando tenga la oportunidad de visitar Londres, podrá ver docenas de esculturas de Moore que adornan los parques públicos de Londres. Sus esculturas abstractas de bronce y mármol también se pueden admirar en numerosos lugares del mundo como obras de arte público.

Moore nació el 30 de julio de 1898 en Castleford, Reino Unido.
Falleció el 31 de agosto de 1986 en Perry Green, Reino Unido.

Rey y reina (escultura de Henry Moore en Londres).

14 de septiembre de 2023

Los escritores

Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, realizado en julio de 1937, en España. Entre los participantes estuvieron los poetas Nicolás Guillén (izquierda, con el saco debajo del brazo), Pablo Neruda y nuestro gran César Vallejo.
Los grandes escritores representan, a través del lenguaje, ideas e imágenes de gran juicio o valor estético. Por ello, sus obras muchas veces contribuyen a la cultura de una sociedad que valora su obra como arte. Los escritores mayores son aquellos que se identifican con las aspiraciones de su pueblo, son parte de él, se convierten en sus representantes clásicos. Sintiendo las pulsaciones de las masas, laten con ellas y ya nunca mueren.

Jorge Aliaga Cacho

Córdoba

Jorge Aliaga Cacho en Córdoba, España

En el s. XI Córdoba era considerada como la mayor y más culta capital de Europa; en ella convivieron en perfecta armonía judíos, musulmanes y cristianos. Fue cuna de filósofos, científicos, artistas y sabios, y en ella se forjaron pilares del saber que hoy ni sabemos de dónde procedieron.

Los años y la reconquista pasaron, y aunque los cordobeses, en su mayoría, por aquel entonces no acogieron con agrado lo que consideraron el desmantelamiento de una gran cultura, supieron sin embargo conservar esa atmósfera de arte y cultura. Aún hoy se considera que el cordobés tiene alma de filósofo, siendo también Córdoba, en relación con su tamaño, cuna de un importante número de artistas, entre otros muchos, importantes nombres en los toros y el flamenco. Y no es sólo ello lo que lleva a gala esta ciudad, pues también se dice que de Córdoba proceden las mujeres más guapas de Andalucía. Una visita al museo de Julio Romero de Torres, puede dar una idea al respecto.

En Córdoba impresiona la Mezquita, como síntesis cultural y como uno de los más excepcionales monumentos del mundo. Embrujan sus bellos patios, profusamente decorados de flores, y nos hacen soñar sus atardeceres lánguidos y rosados en el silencio de sus pintorescas callejuelas. Una visita a Córdoba y su provincia depara muchas sorpresas, y merece tomarse el tiempo para vivirlas.

Fuente:https://www.red2000.com/spain/cordoba/1cordob.html

11 de septiembre de 2023

Пшеничное поле

     Хорхе Алиага Качо в Эдинбурге
«Trigal» — песня, написанная аргентинским певцом и композитором Сандро.

Тригал означает: пшеничное поле. Песня вошла вего альбом 1969 года под названием «Просто Сандро». Тема представляет собой увлекательную последовательность тонких изображений борозд, посевов, фруктов, плантаций и других ситуаций, связанных со временем года и жизненным циклом.

ESPAÑOL

"Trigal" es una canción escrita por el cantante y compositor argentino Sandro.

Trigal significa: campo de trigo. La canción fue incluida en su álbum del año 1969 titulado; "Simplemente Sandro". El tema es una fascinante secuencia de imágenes sutiles de surcos, cultivos, frutos, plantaciones y otras situaciones asociadas con las estaciones y el ciclo de vida.

Laura Antonelli


Laura Antonelli

(28 de noviembre de 1941, Pola, Italia - 22 de junio de 2015, Ladispoli, Italia).

Por Jorge Aliaga Cacho

Los cinéfilos, que pasamos por este mundo, nos identificamos, gozamos y sufrimos, con las actuaciones de nuestros personajes favoritos del séptimo arte. Recuerdo aquellas tardes cuando, bien aliñado, me dirigía al Cine Bijou, ese que quedaba dentro de una galería comercial, en la cuadra 8 del Jirón de la Unión, cerca a la Plaza Mayor de Lima. En aquella época, a esa plaza la conocíamos como: la Plaza de Armas de Lima.

En los cines, que abundaban en la ciudad, podíamos disfrutar de aquellas películas que quedarían imborrables en nuestra memoria. Muchos entusiastas seguían, a través de las diferentes películas, a sus artistas favoritos. Mi padre, por ejemplo, era admirador de Claudia Cardinalle. A mi, por mi parte, me gustaban Raquel Welch, Gina Lollobrigida, la suiza Ursula Andress, pero por sobre todo, la italiana Laura Antonelli. De las peruanas me gustaban Meche Solaeche y Camucha Negrete, aunque la segunda era, más propiamente, una vedette y modelo de televisión. Elvira Travesí, la actriz argentino-peruana, era en mi época una veterana, y tuvo más éxito en el teatro que en el cine.

Laura Antonelli, mi favorita, nació como Laura Antonaz, en Pola, Italia (actual Pula, Croacia), antigua capital de Istria.​

Antonelli, se mudó con su familia: primero a Génova y luego a Venecia, después la familia se establecería en Nápoles. Ella, en la adolescencia, se convirtiría en una experta en gimnasta. En una entrevista para el New York Times, recordó: «Mis padres me habían hecho tomar horas de clases de gimnasia durante mi adolescencia... Sentían que era fea, torpe, insignificante y que esperaban que yo, al menos, desarrollara alguna gracia. Me volví muy buena, sobre todo en la gimnasia rítmica, que es una especie de danza». Dejando a un lado la ambición de hacer una carrera en matemáticas, se graduó como profesora de gimnasia. Ella, entonces, se trasladó a Roma, donde se convirtió en maestra de gimnasia, en la escuela secundaria. En Roma, le fue posible conocer gente en la farándula, la misma que le ayudó a encontrar puestos de trabajo como modelo.​ La actriz italiana, apareció en 45 películas, entre 1965 y 1991. Falleció el 22 de junio de 2015 a la edad de 73 años. Era del signo Sagitario.

10 de septiembre de 2023

Poeta Anna Sant presentará nuevo libro

 

Camino a Tánger

Sylvia Thompson y Jorge Aliaga Cacho en Tánger

Por Jorge Aliaga Cacho


Decidimos viajar a Marruecos. Pasaríamos unos días en Tánger, bello puerto marroquí en el estrecho de Gibraltar. Tomamos un vuelo de Edimburgo a Madrid. Desde allí, por tierra, nos dirigimos a la frontera meridional española. Para ello, bordeamos las ciudades que miraban al Atlantico: Valencia, Alicante, Almería, Málaga, y finalmente llegamos a Cádiz. En Algeciras, la ciudad más grande del campo de Gibiraltar, el autobús hizo una parada para que los pasajeros beban  café, y usen los servicios higiénicos. Allí, en el pasillo que conducía a los servicios, un gitano se cruzó en mi camino, rozándome con su brazo, propinándome miradas poco amigables y hasta  insultos. No me quedó otra opción que retarlo. Le pedí que saliera del lugar 'para dar un par de vueltas', le dije. Desde luego, que no podía permitirle que me vejara delante de Sylvia. ¿A mi, limeño de los Barrios Altos? -me dije- 'no me va a amedrentar un gitanillo bravucón'- pensé, un poco confundido. Al final, para mi suerte, el gitano nunca salió del restaurante. Sylvia quedó conmovida, y me abrazó de regreso al ómnibus que esperaba con el motor encendido y ya repleto de pasajeros.

En Algeciras, hicimos transbordo marítimo para cruzar a Tánger, la ciudad situada al extremo norte de Marruecos, en el estrecho de Gibraltar. Yo llevaba mi pasaporte peruano. El tratamiento,  brindado por las autoridades de migración marroquíes, fue cordial. Los oficiales  estamparon nuestros pasaportes a bordo del barco que nos llevaría al otro lado, al África. El trámite migratorio de Sylvia, mujer británica, tomó más tiempo que el mío. Años atrás, había sido testigo de algo similar: ingresábamos a España por la frontera francesa. Allí, los policías hicieron bajar del vehículo, 'arreando', a los pasajeros británicos. Cuando me disponía a hacer lo propio, blandiendo mi pasaporte 'peruviano' con la diestra, un policía, muy educadamente él, me dijo con acento andaluz: 'usted no señor, usted siéntese'. Fue entonces que me di cuenta que, los españoles, se traían algo en contra los anglosajones: 'disputas sobre el Morro de Gibraltar' -me dije. Ese incidente sucedió hace ya muchos años, cuando España no era miembro de la Unión Europea. Fue una situación un tanto inusual: 'ver a un peruano, comfortablemente sentado, con su pasaporte 'inca', al tiempo que los anglosajones, sudorosos, eran víctimas de las preguntas migratorias de estilo, y la revisión de maletas. ¡Qué satisfacción! Ver, por primera vez en la vida, la tortilla volteada.

Nos llevaban al hotel que había escogido, anteriormente, por el simple hecho de producir sus 'brochures' en español. Tánger, es una ciudad que ha heredado gran influencia extranjera, particularmente en la arquitectura mixta que compone sus calles. Los británicos, en diversas paradas, iban bajando, poco a poco, del autobús. Se dirigían a sus respectivos hospedajes. Nosotros también, deseábamos llegar pronto a nuestro hotel. En el autobús, quedábamos ahora, sólo Sylvia y yo. Nuestro destino demoraba. Yo empezaba a sospechar que ese llamado Hotel Internacional, sería un cuchitril. Pero de pronto, lo divisamos. El hotel lucía impresionante. Tenía su frontis enbanderado. Flameaban todas las banderas europeas, 'alto', 'alto' -me dije, cuando me di cuenta que también flameaba, entre ellas, ¿o lo estaba soñando?; la blanquirroja peruana. Sylvia y yo, bajamos del vehículo, y entramos al lobby donde nos esperaba un mulato, tirando más para negro, que por su garbo y atuendo, lucía como un virrey: llevaba una peluca blanca, y camisa con puños de encaje. Sus zapatos monkstrap presentaban hebillas de singular brillo.  Sylvia lucía contenta. Yo, sentía pánico sólo de pensar en la factura que recibiría al terminar nuestra estadía en ese hotel. Además, parecía que eramos los únicos huéspedes del lugar. Nos preguntábamos si veríamos turistas más tarde. Tal vez, los veríamos en el restaurante, a la hora de la cena. 
Teníamos tiempo y nos dispusimos a dar un paseo, un 'stroll', como dirían los escocéses. Paseamos por las estrechas callejuelas de Tánger, Pasamos por la Plaza 9 de Abril, los Jardines de la Mendoubia. Le echamos un ojo al Cinema Rif, hoy reformado y convertido en un centro cultural que aloja talleres, y una espléndida biblioteca que valió la pena visitar. 
Nos impresionaron las baldosas blanquiazules que decoraban el Gran Teatro Cervantes. A nuestro paso, las mujeres marroquíes, de rostros acariciados por sus hiyabs, encendían sus ojos: algunas con curiosidad pero otras, con preocupación. 
Ahora, ya habíamos sentido el vibrar de la ciudad. Era tiempo de regresar al hotel, tomar una ducha y bajar a las instalaciones del impresionante comedor. Sylvia y yo, parecíamos flotar cuando descendíamos por esa fina escalera de caracol. El mármol crema de sus peldaños, hacía juego con la sonrisa del botones que lucía como virrey. En el comedor no vimos a nadie. Los corredores continuaban vacíos. La decoración era de fino gusto morisco. 
De repente, no podía creerlo, empezamos a escuchar por la pista musical, valses peruanos como muestra de bienvenida. Sylvia reconoció la música, me miró contenta. A mí, me volvió a dar una sensación de pánico. Éramos los únicos comensales. Los platos se sucedieron unos a otros. Tres mozos atendían nuestra mesa. Al fondo del comedor había una entrada grande que daba al bar,  donde un barman, enano, parecía deslizar su cabeza por el filo del mostrador. Al termino de la cena, y el  baño musical de peruanidad, decidí acercarme al enano que nos seguía con la mirada desde el filo de la barra.  Sus ojos, apenas llegaban a alcanzar la altura del mostrador.  El enano era un conversador. Hablaba bien el español, muy bien debo decirlo. Había trabajado en Alicante. Sylvia y yo, brindamos con 'gin and tonic'. Trago viene trago va, y pum: el enano nos dijo que eramos los únicos huéspedes en el hotel. 
Se aceleró la pulsación de mi 'reloj'. No supe que decir. Esperaba que el enano hablase y zas: habló, me preguntó: "¿Usted sabe, mi amío, como nació el nombre de la ciudad de Alicante?". Me quedé pensando, lo miré y le dije: 'No', que en realidad no lo sabía. 

'Mire señor', me dijo: 'había una vez, en Alicante, un hombre que hacía la limpieza de la mezquita. Su nombre era Alí. Un día, al imán de dicha mezquita, que conducía el ritual de la oración, con gran esmero, le vino un dolor de garganta, razón por la cual, los cánticos no iban a realizarse de la manera acostumbrada'. 
Yo escuchaba al enano que prosiguió hablando, y mirándome a los ojos me interrogó: '¿Sabe usted lo que el imán le pidió a Alí, mientras el chaval hacía la limpieza?'

'No, no lo sé', le respondí. 'Pero, ¿Quiere saberlo?, me volvió a preguntar el enano, que en ese momento se encontraba, trepado en un banco, sirviéndome una ginebra. 
'Sí, sí, claro', le contesté. 
Entonces, el enano, me miró fijo a los ojos, respiró hondamente e hizo vibrar las copas de cristal con su grito: 'Ali, cante'. Yo no pude evitar la risa y, para festejarlo, le pedí que me sirviera otro 'gin and tonic'. Definitivamente, había aprendido algo nuevo para contarlo a los amigos. 
Han pasado los años y Sylvia ya no está conmigo. Me pregunto si recordará. Me pregunto si sabrá que a esa ciudad, y posiblemente a ese mismo hotel, supieron llegar, aunque el enano no nos lo dijo: Sean Connery, Jimmy Hendrix, Pío Baroja. Winston Churchill, y el mismo Paul Bowles, escritor y compositor estadounidense, que alternara con Orson Welles, John Houston y Salvador Dalí.