26 de enero 2014. El portal PUNTO DE VISTA Y PROPUESTA, al cumplirse 31 años del alevoso crimen en contra de 8 periodistas su guía y un comunero: Eduardo De la Piniella y Pedro Sánchez (de El Diario de Marka), Félix Gavilán (corresponsal de El Diario de Marka), Willy Retto y Jorge Luis Mendívil (de El Observador), Jorge Sedano (de La República), Amador García (del semanario Oiga), Octavio Infante (de Noticias de Ayacucho), Juan Argumedo (guía e intérprete) y Severino Huáscar Morales (comunero, quien intentó impedir el asesinato de Juan Argumedo) rinde homenaje a los mártires que entregaron su vida por la verdad, el antídoto para combatir la impunidad y corrupción en cualquier lugar del planeta.
¡EXCLUSIVO!
A 31 años de la masacre, registrada un 26 de febrero de 1983, el periodista Armando Campos Linares, testigo de la autopsia de las víctimas, denuncia que Comisión Vargas Llosa ocultó deliberadamente indicios, pruebas y testimonios que señalan a los responsables del repudiable crimen.
Nuevos testimonios acusan a infantes de marina y “sinchis” de haber participado en la matanza de periodistas en Uchuraccay “Vargas Llosa desembarcó a testigos, mintió al presentar a comuneros como analfabetos y ocultó que los comuneros recibieron órdenes de matar a los periodistas para que no descubran “guerra sucia” iniciada por el general EP Clemente Noel”, dice Campos.
Han tenido que transcurrir 31 años de la matanza de ocho periodistas y su guía en Uchuraccay para que recién comiencen a aflorar los testimonios y pruebas que acusan directamente a los infantes de marina y los “sinchis” de la ex Guardia Civil, hoy Policía Nacional, de haber azuzado a los comuneros y participado directamente en el genocidio de los hombres de prensa, conforme lo expone en esta entrevista el destacado periodista peruano Armando Campos Linares, quién reúne la excepcional condición de haber sido testigo de la autopsia de las víctimas y como tal pudo observar, por lo menos en tres de ellos, que registraban en sus piernas y costillas huellas de residuos de betún de calzado, resultante de impactos de puntapiés de botas o borceguíes de militares..
Periodista Armando Campos Linares acusa a Comisión Vargas Llosa
Su testimonio nunca lo pudo rendir, porque a pesar de haber sido considerado inicialmente como testigo, luego fue desembarcado y reemplazado por otro que no lo fue, y peor aún, decenas de indicios, pruebas y testimonios, como el suyo, que apuntaban a la ejecución de una masacre ordenada por los marinos acantonados en Huanta, a cuya jurisdicción pertenecía Uchuraccay, no fueron considerados por la llamada Comisión Vargas Llosa, con el evidente propósito de exculpar a los uniformados y culpar únicamente a los comuneros con argumentos fácilmente rebatibles, como el de que se trataba de campesinos analfabetos.
El propio Campos Linares reunió suficiente información, como los certificados de notas de los estudios de primaria de toda la población de Uchuraccay, que probaba plenamente que no se trataba de comuneros analfabetos, sino de gente cooptada, abastecida de coca y alcohol e instruida por los marinos para matar a todos los que llegasen por tierra, orden que fue reiterada ante la inminente llegada de los periodistas a Uchuraccay para investigar en la zona actos de barbarie y el inicio de la “guerra sucia” desatadas por determinadas comunidades azuzadas por los marinos y sinchis, con el agravante de que estos habrían participado en la masacre.
Por considerarlo un testimonio vital para el esclarecimiento definitivo de la matanza de los periodistas, al que están encaminadas las nuevas investigaciones en marcha, y que llevarán sin duda a la identificación de los verdaderos responsables, a cuyo ocultamiento contribuyó la Comisión Vargas Llosa, publicamos a continuación la entrevista exclusiva concedida por Armando Campos a
PUNTO DE VISTA Y PROPUESTA:
TESTIGO DESEMBARCADO
Muchos testigos no fueron convocados por la Comisión Vargas Llosa, entre ellos tú. ¿Que testimonio importante habrías aportado si hubieras sido llamado y aún ahora tienes pendiente de aportar?
Dantesco espectáculo de los cadáveres de los mártires
A mí me correspondió por decisión de algunos enviados especiales y por mi experiencia en temas de criminalística, presenciar, de parte de la prensa nacional, las autopsias de los cadáveres de los colegas. Ayudé a retirarles la ropa, a subirlos a la losa que servía de mesa y a verificar heridas, hematomas, fracturas, huellas y todo cuanto al alcance de la vista pudiera recogerse en esos momentos tan tristes y dramáticos. No fueron autopsias completas, pues aparte de un médico de la Sanidad (Ejército), estaba el fiscal, un técnico y otro médico de un hospital, pero este último estaba apartado. Habían dos comandantes de la PNP (entonces GC), uno de ellos era el comandante Armando Mellet Castillo, quien con su máquina fotográfica registró uno a uno el procedimiento ‘médico-legal’, si así se le puede llamar a un acto no muy ligado a ley, especialmente por la ausencia de instrumental para extraer órganos y hacer las pruebas químicas. No había ni agujas ni hilos para cerrar las partes que se abrieron (cerebro y tórax) por lo que tuve que salir de la morgue y comprar agujas y soguilla para coser costales. No había material médico adecuado ni en los hospitales ni en las farmacias de Huamanga. “En Lima se complementará las necropsias”, me respondió el médico encargado.
Eras, por lo tanto, un testigo nato de las heridas y traumatismos que se encontraron en los cuerpos de las víctimas ¿Qué pasó con tu condición de testigo?
En el transcurso del tiempo, me causó sorpresa que mi nombre había sido reemplazado por el de un corresponsal de canal 5, y ahora, se me explica que por haberse realizado la primera investigación judicial en Huamanga, se había decidido nombrar a otro periodista, residente en Ayacucho. Luego, durante el proceso judicial en Lima, algunos familiares de los mártires de Uchuraccay solicitaron a la sala incorporarme como testigo, pero nunca lo aceptaron. Mi testimonio era necesario a fin de determinar la brutalidad y las circunstancias en las que fueron asesinados.
HUELLAS DE BETÚN DE BOTAS
Respecto a los aparentes golpes que registraban los cuerpos de algunos mártires (menciona sus nombres por favor), te ratificas que serían productos de impacto de botas presumiblemente militares? ¿No habrían sido por efectos de pedradas lanzadas supuestamente por campesinos atacantes?
Todos los cadáveres presentaban el cráneo destrozado. Algunos colegas no opusieron resistencia, fueron muertos de un golpe seco o con una piedra lanzada a la distancia (NdR: Como sostiene el Dr. Falconí, abogado de los deudos, fue con la culata de un fusil; afirma el jurista, que todas las víctimas presentan un golpe seco en la parte posterior del cráneo (occipital). Me conmovió el cadáver de Mendivil, el cual solo presentaba una herida mortal. Tenía un forado del tamaño de un huevo en la parte occipital, casi perfectamente delineado, sin astillas, lo que me hizo suponer que le habían lanzado una piedra con honda, a considerable distancia. Los cadáveres de Retto, De la Piniella y de Pedro Sánchez presentaban hematomas en todo el cuerpo. Espalda, brazos, piernas, tórax pero sorprendente es que en sus piernas y costillas tenían huellas de puntapíes con claros vestigios de material sintético (residuos de caucho y de betún). Si en esos momentos se hubiesen extraído partículas de ese material, se habría determinado a qué tipo de calzado correspondía. No precisamente al calzado andino de la zona, sino a botas de suela gruesa, de cuero embetunado y hasta se pudiera haber medido las canaletas que presentan las botas militares. Todas esas huellas evidencian que los tres colegas se defendieron hasta los últimos instantes de su vida. Los cadáveres de todos estaban desfigurados (menos el de Mendivil), pues les habrían destrozado el cráneo con objetos contundentes y con objetos cortantes. El ensañamiento era muy evidente.
¿Que otros indicios conociste en el escenario de los hechos, pues estuviste en la exhumación de los cadáveres de los mártires, que señalaría a los infantes de marina y a los sinchis, pues operaban en la zona, como los directos participantes en el asesinato?
No, a mí no se me permitió subir a uno de los helicópteros porque yo había tenido una discusión abierta, en plena conferencia de prensa con el general Clemente Noel. Le pedí que sea claro y veraz porque estaba faltando a la verdad y si empezábamos así, la matanza no sería esclarecida. Mi director, Guillermo Thordike me retiró de la lista, por seguridad.
MENTIRAS A LA VISTA
Comisión Vargas Llosa acusada de encubrir a los asesinos
¿Conoces otros testigos que habrían sido omitidos (menciona sus nombres por favor)? ¿Sabes de alguna información clave o muy importante que estos fueron privados de entregarla?
Si a mi me aceptaban como testigo, iba a presentar documentos que echarían por tierra las conclusiones de la Comisión Vargas Llosa, entre las cuales una indicaba que los pobladores de Uchuraccay eran analfabetos, semisalvajes, ignorantes. Yo obtuve y lo publiqué los certificados de notas de primaria de toda la población escolar de Uchuraccay y habría pedido, de haberme llamado al juicio, la testimonial de la profesora. En Uchuraccay siempre hubo una escuela primaria. Los certificados de notas se encuentran en Huamanga. No llamaron a juicio a los comandantes Armandoi Mellet Castillo, ni a Farcit, tampoco al técnico enfermero y menos al médico que realizó la primera autopsia.
Comuneros de Uchuraccay convertidos en chivos expiatorios
¿Crees tu que la Comisión Vargas rehusó considerar estos testigos deliberadamente para evitar responsabilizar a los militares?
Era claro. Vargas Llosa representa a la derecha, el gobierno de aquel entonces, de derecha, los miembros de la comisión, de derecha, mientras que la mayoría de los periodistas asesinados eran de izquierda, de medio de prensa de izquierda. El general Noel lo dice en su libro y en él a mí me menciona como comunista. El tema era claro: no nos interesa la verdad, más aún cuando la mayoría de los periodistas masacrados no representan a la derecha, así de simple, llevando el tema al lado político.
Tu estuviste en Ayacucho en los días de la tragedia y conociste en primera persona el desplazamiento de las fuerzas militares y policiales, y por tus propias pesquisas, que tanto de verdad tiene el informe de Vargas Llosa al responsabilizar a los comuneros del crimen colectivo?
Te reitero que el asunto se convirtió en tema político. Pero la verdad histórica se impondrá a todas luces. Pronto saldrá un libro que será todo un suceso por la profundidad y seriedad en la investigación. Una verdadera y prolija investigación periodística que dejará mal parado ante la historia a Mario Vargas Llosa, por haberse prestado al gran fraude. Faltan pocos meses y el autor es el colega Víctor Tipe.
ÓRDENES MILITARES
General Noel en el juicio encubrió a sus subordinados de Huanta
¿Que tanto de verdad tiene decir que los infantes de marina y los sinchis de la ex Guardia Civil participaron directamente en la matanza de Uchuraccay?
Por las órdenes que había dejado a los pobladores de las alturas, de matar a todos los llegasen por tierra. Por el constante abastecimiento de hojas de coca, alcohol y frutas por medio de helicópteros a fin de mantenerlos bajo dominio y mando. Por las órdenes de personal militar destacado en cada poblado.
¿Por qué crees que la verdad recién esta aflorando, luego de 31 años?
Simple, en el Perú había una guerra interna. De un lado Sendero que declaró la guerra, del otro lado el Estado peruano representado por la clase política de derecha. En medio el pueblo y la prensa. En toda guerra se cometen atrocidades y en efecto, los colegas llegaron a descubrir la ‘guerra sucia’ autorizada por Fernando Belaunde. Las matanzas se sucedieron una tras otras en Ayacucho y Huancavelica y los colegas llegaron a la zona de Uchuraccay cuando se había desatado una barbarie entre las comunidades, azuzadas por los marinos acantonados en la zona. Cuando fueron detenidos y sabido que eran periodistas no les quedó otra alternativa que simular una matanza campesina. Los comuneros de Uchuraccay solo habrían recibido una orden militar para acabar con la vida de nuestros mártires. Ya están aflorando confesiones, documentos, testimoniales y hechos que demuestran que la masacre de Uchuraccay no fue obra propia de los comuneros. Un hecho trascendental es la actual unidad gremial, profesional y moral de los colegas que conformamos la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), la Federación Peruana de Periodistas (FPP), el Colegio de Periodistas de Lima (CPL) y el Sindicato Unitario de Periodistas y Trabajadores de la Comunicación (SUTPECOS-CGTP). ya hay solidez y en esa solidez se asentará la verdad.