Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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4 de abril de 2025

LA POESÍA

 

Por Dietrich Schwanitz

Muchos de los términos que empleamos para nombrar nuestras formas literarias proceden de la poesia griega. Poetas épicos como Homero eran llamados rapsodas (compositores de odas, o cantos). A partir del poema épico (poesía heroica) se desarrolló la elegía (con acompañamiento de flauta), que adquiere forma de canto fúnebre por los seres perdidos (de ahí «elegíaco»). Anacreonte se convirtió en el representante de una poesía que canta a los placeres del amor y de la vida («anacreontica»). Abundaban la lírica coral, los himnos (cantos en honor de dioses o héroes), los peanes (himnos triunfales), los ditirambos (cantos de alabanza a Dionisos, recitados con éxtasis por sátiros y con acompañamiento de flauta) y las odas (emocionados cantos sobre temas sublimes). Los representantes más importantes eran Pindaro e ĺbico (las grullas de ĺbico).

Asimismo, nuestros términos para nombrar los elementos del teatro también son griegos: el protagonista y el antagonista (de agón, lu-cha) son el héroe y su rival en la tragedia (de tragos, macho cabrio, y oda; esto es, «canto del macho cabrío»). El héroe es víctima de la hybris (desmesura), es castigado por su pathos (pasión) y conducido a la catástrofe (cambio de la fortuna) en trágica ironía (aparente favoreci-miento de la suerte). Después viene la sátira (farsa divertida), en la que espíritus de la fertilidad con orejas de caballo y falo parodian la tragedia. Lo contrario de la tragedia es la comedia (de komos. desfile festivo más oda), que fundamentalmente satiriza (sátira: burla de las situaciones de calamidad, término que no deriva de sátiro, sino de satura, voz latina que significa plato que mezcla muchos ingredientes). De los números griegos proceden también nuestros nombres para la métrica: tetrá-(cuatro) metro, pentá-(cinco) metro, hexá-(seis) metro, heptá-(siete) metro, así como otras muchas palabras: pentágono (cinco lados), Pentateuco (los Cinco Libros de Moisés), Pentecostés (Pascua de Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua del Cordero), pentagrama, pentatlón, pentamerón (historia de lo ocurrido en cinco días), etcétera.

3 de abril de 2025

Amy Winehouse

Amy Winehouse
El look característico de la artista, que consiste en un peinado alto en forma de colmena y un intenso delineador de ojos negro, la ha transformó en una ícono de la moda reconocida por marcas de moda influyentes.
Sin embargo, a pesar de su exitosa carrera, después de haber vendido más de 40 millones de discos en todo el mundo, su vida profesional se vio profundamente sacudida por sus difíciles problemas personales, incluida la relación con su exmarido, el exasistente de vídeo Blake Fielder-Civil, combinada con su adicción al tabaco, alcohol, anfetaminas, cocaina, cannabis, éxtasis, LSD, heroína y el crack, donde algunas de estas sustancias le fueron introducidas a Amy por su exmarido, también drogadicto, y su lucha pública contra la depresión, ansiedad y anorexia alcohólica se convirtieron en temas recurrentes en los tabloides mundiales, y culminaron con su retiro de la industria musical en 2008, para recibir tratamiento psicoterapéutico y psiquiátrico, comenzando a tomar antidepresivos y ansiolíticos La cantante realizó una gira por Brasil como regreso a los escenarios, pero hizo un intento fallido de girar por Europa en 2011, año en el que fue encontrada muerta en su propia casa en Londres, el 23 de julio a los 27 años, a causa de intoxicación etílica, después de un período de abstinencia. En el momento de su muerte, estaba tomando un medicamento sedante, llamado Librium, para librar su cuerpo del alcoholismo.

Información de Wikipedia




CINCO VALSES DE JUAN GONZALO ROSE

Hoy vamos a recordar al denominado "Poeta de la Ternura" que contribuyó como letrista al cancionero criollo. Juan Gonzalo Rose. Nacido en los Barrios Altos en enero de 1927. Se trasladó muy pequeño a Tacna en 1929 pues sus padres, que eran docentes, llegaron como la primera legión de educadores que se instalaban en la "Ciudad Heroíca" tras su reincorporación al Perú. Es en esa ciudad donde muy niño siente afición por el canto criollo. De regreso a la capital termina la secundaria en el colegio Eguren y prosigue los estudios universitarios en San Marcos. En poesía pertenece a la "Generación del 50" A fines de los sesenta su reencuentro con la bohemia lo motiva a componer canciones criollas. Esta función se prolongaria hasta los años ochenta. El poeta falleció en abril de 1983.

Para esta ocasión hemos seleccionado cinco de sus creaciones.

1. TU VOZ.- Letra que transmite el sentimiento de congoja ante la pérdida del ser amado. Una relación al parecer compleja. Se la imagina y siente su voz. Para finalmente reconocer que no la ha olvidado. Versión de Lucha Reyes.

https://youtu.be/l5mFm72t5_Y?si=vydLon9UL-HzBLc9

2. SI UN ROSAL SE MUERE.- Una muy lograda metafora donde se usa el rosal para explicar como ante el deterioro y fin de un amor, hay en la raiz la posibilidad de encontrar otro. Ante la partida puede haber "nubes de invierno" pero el tiempo traerá nuevas posibilidades. Versión de Tania Libertad.

https://youtu.be/XhldqlZ0u_c?si=tEY_uUPopvlt7D8r

3. POR TU VENTANA DORMIDA.- Aquí Rose usa la personificación, dándole cualidades humanas a la ventana que lo separa del ser amado. Una especie de medio para llegar a ese ser, solo cuando la ventana duerme. Versión de Rosa Guzmán.

https://youtu.be/lsEgkl3MIO0?si=uW3kvfKP1eac-648

4. PESCADOR DE LUZ.- Un sentido homenaje a nuestro prócer de la independencia, el chorrillano José Olaya. Aquí se describe su hazaña y los sentimientos que lo motivaban. Versión de Lucía De la Cruz.

https://youtu.be/ZmaJvJe9TTg?si=q9D-fK0Wg8azvsl9

5. MARISEL.- letra que transmite la añoranza por un amor pasado, donde se describe a la mujer destacando sus cualidades y precisando los sentimientos que al autor le producía. Eso sí, lamenta que ella no lo haya querido con la intensidad que él la quiso. Versión de Juan Luis Dammert.

https://youtu.be/QVLvU5rOFw0?si=sCZ9VicnAW6rNFBV

La musicalización de los temas estuvo a cargo de Victor Merino.

Espero les haya gustado.

CT

Extracto de la página Folcklore de Facebook

Los viajes de Ji Arong




La búsqueda de rastros del incidente del 3 de abril nos llevó a la costa de la cascada Zhengfang y el acantilado Niutou en el área de Shannan. Afortunadamente, nos encontramos con algunas mujeres buceadoras sentadas en las rocas de la costa, procesando los mariscos que capturaron con sus propias manos.

Dos abuelas, de 75 y 80 años, dijeron que aunque el agua está muy profunda y fría, todavía siguen buceando. Si me preguntas ¿a qué sabe ese plato mezclado con caracola y pepino de mar? Sólo puedo decirte que es un sabor suculento, realmente conmovedor. Esta cena de Ama fue simplemente perfecta.

2 de abril de 2025

EL REGRESO

Por Guy de Maupassant


El mar bate la costa con un vaivén monótono. Blancas nubecillas cruzan rápidamente sobre un cielo azul, como los pájaros, arrastradas por el viento; y en la aldea, en un repliegue del valle que desciende hasta el mar, se calienta al sol.

La casa de los Martín-Levesque, aislada junto al camino, es una reducida vivienda de pescadores, con paredes de barro y techo de paja; tiene frente a la puerta un jardín grande como un pañuelo, donde crecen algunas cebollas, coles y perejil, todo ello rodeado por una cerca

El hombre ha salido a pescar, la mujer está remendando las redes, tendidas a lo largo del muro, como una inmensa tela de araña. Una muchacha de catorce años, a la entrada del jardín, sentada en una silla de anea, cuyo respaldó se apoya en la tapia, repasando la ropa, una ropa vieja, zurcida, estropeada, puros andrajos. Otra muchacha, un poco menor, tiene en brazos a una criatura de pocos meses; y dos niños, uno de dos y otro de tres años, este último echado en el suelo, hacen montones de tierra y se tiran barro.

Nadie habla. Solo el pequeño se hace oír, llora con un sonsonete agudo. Un gato duerme acurrucado en la ventana, y los alhelíes abiertos forman, al pie del muro, un hermoso haz de flores blancas, a cuyo derredor zumba un enjambre de insectos.

La muchacha que repasó la ropa dice de pronto:

¡Madre!

La mujer contesta:

¿Qué quieres?

¡Se acerca otra vez!

Estaban inquietos desde muy temprano, porque andaba rondando un hombre que parecía pordiosero. Le vieron acompañar al padre; estaba sentado en la cuna frente a la puerta. Al volver, contemplaba fijamente la casa.

Parecía enfermo y miserable. Había permanecido inmóvil mi madre; luego, comprendiendo tal vez que infundía los recuerdos que infundía, se levantó y se fue arrastrando una pierna.

Pero pronto le vieron volver con paso fatigoso, volviéndose asentada lejos, como para observar.

La madre y las muchachas tenían miedo.

La madre, sobre todo, de naturaleza débil y asustadiza, pensaba con que su hombre, Levesque, no volvía a pescar hasta la noche.

Se llamaba Levesque el marido, a ella la llamaban Martin, y eran como dos Martin-Levesque. Veréis por qué razón: se había casado con un pescador llamado Martín, que iba todos los veranos a Terranova a pescar

A los dos años de matrimonio tenían una hija, y estaba embarazada seis meses cuando la barca de tres palos Dos Hermanas, en la que iba su hombre naufragó,

No hubo más noticias; ninguno de los tripulantes apareció, considerándolo todo perdido.

La Martín aguardó a su hombre durante diez años, educándolo y manipulándolo penosamente a sus dos hijas; luego, como era muy trabajadora y buscó a una mujer, un pescador de aquella costa, Levesque, viudo con un hijo, se con ella. Tuvieron dos hijos más en tres años.

Vivía humilde y trabajadora. En aquella morada iba escaso el pasto y la carne casi era desconocida. En invierno, compraban al fiado en el pan de ría durante los meses borrachos. Los niños crecían robustos, a pesar de la miseria.

La gente decía:

—Son muy buenos y muy honrados los Martín—Levesque. La Martínes trabajadora como ninguna, y Levesque no tiene igual en toda la costa

II

La muchacha, sentada junto al portillo del jardín, murmuró:

—Sin duda nos conoce. Debe ser un pordiosero de Epreville o de Au Zebore

Pero la madre no se engañaba. No, no era nadie conocido en la región, era un extraño, uno que venía de lejos.

Como el pobre no se movía y fijaba obstinadamente los ojos en la casa de los Martin-Levesque, la mujer, enfurecida y envalentonada por el mismo miedo, cogió una vara y salió al portillo, amenazadora.

¿Qué hace usted ahí? —preguntó al vagabundo.

El pobre respondió, con la voz enronquecida:

—Tomé el fresco. ¿Estorbo?

Ella insistió:

¿Por qué se puso usted de centinela como un espía delante de la casa?

El pobre dijo:

—No hago daño a nadie. ¿No se le permite sentarse a descansar?

Sin saber qué responder, el Martín entró en su casa.

Hacia el mediodía, el hombre desapareció. A eso de las cinco pasó de nuevo. No le vieron más en toda la tarde.

Levesque regresó por la noche. Le contaron lo que ocurría, y dijo:

-Es algún ratero, algún tunante.

Y se acostó tranquilamente, mientras su compañera pensaba en aquel vagabundo que la miraba de un modo tan extraño.

Al amanecer hacía mucho viento, y el pescador, decidiendo no salir al mar, se puso a recuperar las redes con su esposa.

A eso de las ocho, la hija mayor, Martín, que había ido a comprar pan, volvió corriendo, aterrada, gritando:

¡Madre! ¡Ya vuelve! ¡Ya vuelve!

La madre se conmovió, y, pálida, le dijo a su hombre:

-Háblale tú, Levesque, hasta conseguir que se vaya; esto me desespera.

Y Levesque, un marinerazo de barba espesa y rubia, de ojos azules con un punto negro, ancho y cuello robusto, vestido siempre con blusa de lana para resguardarse del viento y de la lluvia, salió tranquilamente, aproximándose al vagabundo.

Y hablaron.

La madre y los hijos los observaban desde lejos, ansiosos y agitados

De pronto, el desconocido se levantó, dirigiéndose con Levesque hacia la casa.

La Martín, espantada, retrocedió. Su hombre le dijo:

—Dale un pedazo de pan y un vaso de sidra, no ha comido nada antes.

Y los dos entraron en la vivienda, seguidos por la mujer y por el hijo. El vagabundo, sentándose, comenzó a comer con la cabeza baja.

La mujer, en pie, le observaba; las dos muchachas, las de Martín, pegándose a la puerta, llevando la mayor al pequeñuelo en brazos, clavaban igualmente sus ojos en el pobre, y los dos niños, acurrucados junto a la barbilla, dejaron de jugar con el ahumador para fijarse también en el desconocido.

Levemente, tomando una silla, le preguntó:

—¿Viene usted de muy lejos?

—Vengo de Sábado.

—¿A pie?

—Sí, a pie. Cuando no hay recursos, la necesidad obliga.

—¿Y a dónde va usted?

—Aquí

¿Conoces a alguien del pueblo?

Es posible.

Callaron. Comía lentamente, a pesar del hambre, y bebía de cuando en cuando un sorbo de sidra. Su rostro estaba envejecido, arrugado, con señales de hondo sufrimiento.

Le pregunté con brusquedad:

¿Cómo se llama?

El pobre contestó, sin levantar la cabeza:

Me llamo Martín.

Un extraño temblor sacudió a la madre. Avanzó un paso, como para ver de más cerca al vagabundo, y se quedó frente a él con los brazos caídos y la boca abierta. Nadie hablaba. Le pregunté al final:

¿Estás de aquí?

El pobre respondió:

Soy de aquí.

Y como al decir esto alzaba la cabeza, sus ojos y los de la mujer se encontraron, mirándose fijamente, confundiendo sus miradas en una sola

Y ella balbuceó, temblando, angustiada:

¿Serás tú mi marido?

El pobre dijo con calma

Sí, yo soy.

No se movía; seguía comiendo la sartén.

Levesque, más extraño que conmovido, insistió:

¿Eres tú Martín?

Y el pobre dijo sencillamente:

Sí, yo soy.

El segundo marido preguntó:

¿De dónde vienes?

El primero dijo:

De la costa de África. Embarrancamos, y sólo pudimos llegar a la orilla tres: Picard, Vatinel y yo. Nos cogieron los salvajes; Picard y Vatinel murieron; yo estuve doce años prisionero de los salvajes. Un viajero inglés me ha rescatado y me llevó a Séte. Aquí estoy.

La Martín lloraba, cubriéndose la cara con el delantal.

Levesque dijo:

¿Qué haremos ahora?

Martín preguntó:

¿Estás casado con ella?

Levesque respondió:

-Sí, nos casamos.

Se miraron en silencio.

Entonces Martín, viendo a los niños que le rodeaban, señalando a las dos niñas mayores, dijo:

¿Son las mías?

-Sí, las tuyas.

Ni se levantó, ni las acarició, limitándose a decir:

¡Cuánto han crecido!

Levesque preguntó:

¿Qué haremos?

Martín, perplejo, no sabía qué resolver. Por fin, se decidió:

—No quiero perjudicarte. Arreglémoslo todo. Hay dos hijas y tus tres. La mujer, ¿será tuya, será mía? Resuelve a tu gusto. Pero la casa es mía, por lo que mi padre me la dejó, porque nació en ella, y los papeles están en la notaría.

La Martín seguía llorando y, tapándose la cara con su delantal azul, lloraba. Las dos muchachas, acercándose más, contemplaban a su padre con inquietud. En cuanto acabó el pan, dijo:

—¿Qué resolvimos?

Le vi que tenía una idea.

—Vamos a casa del señor cura y que él lo decidió.

Levantó a Martín, y la mujer se arrojó sobre su pecho, sollozando:

—¡Mi pobre Martín, ya viniste! ¡Mi pobre Martín, ya estás en casa!

Y lo oprimí entre los brazos, se posó bruscamente por los recuerdos amorosos de muchos años atrás, que le recordaban su juventud y sus primeras caricias.

Martín, emocionado, le dio un beso en la cabeza. Los dos pequeños, en la chimenea, empezaron a berrear viendo que su madre lloraba, y el de las mantillas, en brazos de la menor de los Martín, se relajaba como un pífano destemplado.

Levesque, en pie, aguardaba, y dijo:

—Vamos, hay que arreglarlo todo.

Separándose de Martín, la mujer dijo a las muchachas:

—Abrazad a vuestro padre.

Se acercaron a él con los ojos secos, muy sorprendidas y algo temerosas. El hombre las besó en las mejillas. Al ver de cerca el rostro desconocido, el pequeñuelo lanzó convulsivamente gritos atronadores.

Luego, los dos hombres salieron juntos.

Al pasar frente al Café del Comercio, Levesque le preguntó a Martín:

—¿Quieres que nos tomemos una copa?

—Bueno —contestó el vagabundo.

Entraron, se sentaron y Levesque llamó.

¡Eh! ¡Mozo! Dos copas de aguardiente.

Cuando el camarero vino con el servicio que le habían pedido, Levesque le dijo.

-Mira, Martín ha vuelto, ¿sabes? Martín, el de mi mujer, el del barco Dos Hermanas que se perdió hace muchos años,

El mozo, aproximándose con dos vasos y una botella, preguntó sencillamente:

- ¡Hola! ¿Quién apareció Martín?

Y el repatriado contestó:

-Aquí me tienes.



Nota JAC: 
Guy de Maupassant (1853-1893) fue un escritor francés,  dueño de una excepcional obra narrativa, nació en Tourville -sur - Arques, ciudad de Normandía. Alternó con Flaubert y Emile Zolá. Falleció, en París, relativamente temprano, a la edad de 43 an̈os.

ALBERTO CARABALLO

Nació en Montevideo, Uruguay (1946) pero vivió desde entonces en Las Piedras, Departamento de Canelones. Periodista en el Semanario "Vanguardia" y el diario "El Popular", dirigió la revista "Grito". Ejerció la secretaría y luego la dirección de la Casa de la Cultura de Las Piedras, desde 1964 hasta su cierre forzoso en 1971. Obtuvo el 1er PREMIO DE LA FERIA DEL LIBRO Y GRABADO 1969 por su poemario "ENTRE DOS TIEMPOS", escrito durante su detención en el cuartel de San Ramón. Publicó "Mira muchacha que escribía." (1964) y "Antes durante" (1985). Participó en "Antología de la poesía rebelde de Uruguay" (marzo de 1970), "Poesía amorosa latinoamericana" (México 1978); "La novísima poesía latinoamericana" (México 1979). Exiliado (1976-1984) publicado en revistas de Cuba, Angola, México, España, Venezuela y EE. UU. El presente libro recoge trabajos realizados en Uruguay durante la clandestinidad (1974-1976) y en su exilio en Bulgaria (1977-79). Los dibujos de tapa y contratapa pertenecen a Natacha Caraballo a los 7 años de edad durante su exilio en Bulgaria.
De su poemario "Cuadernos de Bulgaria", les presento el poema tutulado: 'Ya no estoy'. A Alberto Caraballo lo conocí en uno de los encuentros de escritores en Tarija, Bolivia. Allí, en 'El gato pardo', entre cerveza y cerveza, nos reconocimos como compañeros y me entregó su poemario con una dedicatoria. 

YA NO ESTOY

A la Paraguaya S.C.


No recordaré jamás el tango a redoblante que escuchábamos achuchados en un bar de Sofía.

Recordaré la forma en que el frío impuso a tus cuerpos. No recordaré, lo aceptaré, las palabras que dejamos caer en los vasos ni el rubor que nos acusamos por solo reír y buscar la dicha fuera de las patrias. Recordaré los modos que dimos a la lejanía, a la solidaridad, al nombre de los hermanos presos.

Olvidaré que me empujó la carne, los besos esta distancia, la vida misma con su brutal dilema de ser feliz y ser de pena.

Ya no estoy mis pies, mi corazón me lleva a estar al sur esperándote.

Velico Térnovo, 1979






1 de abril de 2025

Ulises Valencia



DESCONOZCO LA RAZÓN

Por Ulises Valencia


El viaje

La huida

El periplo fugaz

Sus consecuencias.

Desconocí el tiempo, la verdad

Y su medida

Me basta, amazona feliz

Con el silencio

Tu decir sincero, tus hermosos ojos

¿Quién aquí para juzgarte?

Para poner tu corazón sobre los hombros.

Emprendedor de batallas anónimas

Nadie más feroz, ni más íntegro

Nadie eterno perdedor de altibajos

Oh, razón, mujer, lejana estrella

Las desventuras no son sino simples

Lágrimas absurdas de absurdos melodramas

Entonces, un enigma que abraza, absorbe todo

Se agita en mi cerebro

Tu propio enigma de mujer sin tiempo


Nota de Jorge Aliaga Cacho: Este poema es un extracto del poemario "Tiempo", "Ediciones de la Gran Flauta", Arequipa,  Perú  1994.

Ulises Valencia fue un exquisito poeta peruano, nacido en Lima, el año 1947. Era un hombre de pequeña estatura pero de gran bagaje cultural. Fue ingeniero, formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero se ganaba la vida vendiendo periódicos. Recuerdo haberlo conocido en un chifa del Jr. de la Unión. Allá por el año 2016. En esa ocasión me entregó, con una dedicatoria, un ejemplar de su poemario "Tiempo". Ulises Valencia es uno de los poetas mayores del Perú que aguarda reconocimiento por su excelsa obra.

30 de marzo de 2025

Los Tetracampeones


Juan Valdivieso, Juan Rostaing, Víctor Guarderas Lavalle y Alberto Soria, Filomeno García, Julio Quintana, Domingo García, Julio García, José Morales, José María Lavalle, Demetrio Neyra, Alberto Montellanos, Juan Puente, Miguel Rostaing, Alejandro Villanueva, Jorge Koochoi Sarmiento y Adelfo Magallanes. Alianza Lima 1931, el inicio del tetracampeonato.