Por Gustavo Espinoza M. (*)
Recientemente, entre el 15 y el 17 de a julio pasado, tuvo lugar en La Habana el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, espacio de análisis y debate político surgido en 1992 por iniciativa del Comandante Fidel Castro y Luiz Inacio “Lula” Da Silva, el destacado líder brasileño hoy injustamente encarcelado en Curitiba.Desde un inicio, el Foro, fue concebido como un escenario abierto, democrático y unitario; desatinado a abordar con amplitud y franqueza lo más acuciantes retos de nuestro tiempo. Hoy, al cumplirse 26 años de su existencia, bien puede decirse que, en efecto, ha cumplido su propósito, y se ha convertido ya en sujeto político activo en nuestro continente.
En la circunstancia, en la Patria de Martí se dieron cita 625 delegados en representación de 51 países. Estuvieron 68 organizaciones de diverso signo político, pero empeñadas todas en sumar fuerzas para enfrentar los retos de nuestro tiempo. Partidos Comunistas, Socialistas e incluso Social Demócratas, se encontraron con fuerzas cristianas y movimientos nacional-liberadores de gran efectividad y acierto.
En ese universo, parlamentarios, intelectuales, artistas, líderes sociales, y representantes de distintas organizaciones populares y de masas; se sumaron también a este encuentro que puso énfasis en su concepción central: forjar el torrente unitario de los pueblos en la lucha por el progreso y el desarrollo.
En el evento, resaltaron por su trascendencia las intervenciones de Miguel Díaz Canel, Presidente de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; y Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador. Pero hablaron también Manuel Zelaya y Dilma Rousseff, derrocados mandatarios de Honduras y Brasil; en tanto que enviaron afectuosos saludos Rafael Correa, del Ecuador; y el propio Lula, cuya libertad fue cálidamente demandada..
A ellos se sumaron representantes de Vietnam, Laos, la República Popular China, Mozambique y también diversos países del Caribe, que expusieron las dificultades que afrontan en la lucha contra el Gran Capital y su mayor exponente, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. Así como la enloquecida administración de Donald Trump.
De manera directa, en la Asamblea General, y también en los talleres celebrados de modo descentralizado, los voceros de diversos segmentos sociales expusieron sus puntos de vista, que fueron seguidos ávidamente por toda la concurrencia.
De modo especial la Intelectualidad latinoamericana se hizo presente a través de algo más de 30 representantes, integrantes de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad que existe y funciona en diversos países y también en el Perú, Los intelectuales, por primera vez, pudieron tener participación directa y definida en un certamen de esta magnitud.
Personalidades particularmente destacadas, como Atiio Borón, Estela Calloni, Ignacio Ramonet, Galo Mora, entre otros; aportaron valiosas observaciones de orden crítico referidas al mundo actual y a los rasgos esenciales de la crisis de dominación capitalista que nos agobia.
Desde el Perú, representantes de partidos políticos, instituciones, organizaciones, colectivos sociales, prensa alternativa, trabajadores, mujeres, jóvenes y la intelectualidad; también siguieron de cerca el desarrollo del evento, aportando experiencias concretas de significativa trascendencia. Los puntos de vista del Amauta José Carlos Mariátegui. El primer Marxista de América, fueron claramente expuestos y aceptados.
Para todos quedó claro el sentido general de la lucha de nuestro tiempo: el enfrentamiento a la política imperialista, que se expresa hoy en las agresiones contra diversos países de la región: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y otros. Se despliega la así llamada “guerra suave”, nueva ofensiva imperial diseñada por Gene Sharp, y que se orienta a minar las bases de gobernabilidad y derribar gobiernos no afectos a la política de dominación imperial.
Encontraste, la victoria electora alcanzada en México por de Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de julio, reafirma la esperanza en la capacidadde acción de los pueblos.
Como se señaló en transcurso del debate, los países de nuestro continente no enfrentan los modelos neo liberales sólo como recetas económicas, sino también como modelos de cultura en los que la imagen virtual pasa a tener una importancia decisiva y se orienta a apoderarse de la mente de las personas, lo que pone en el centro de los deberes de los pueblos la batalla de ideas, a las que aludieran con acierto tanto José Martí como Fidel Castro.
El Neo liberalismo –se dijo- extrema el esquema consumista en todos los planos de la vida contemporánea; pero también en el terreno de la cultura. Busca incentivar la competitividad y el individualismo extremo, convirtiendo todo en una mercancía. De ese modo, la educación, la salud, la información, la cultura y el arte; y hasta los servicios básicos, se conciben a partir de fines lucrativos y asoman como grandes negocios para los inversionistas, afectando severamente a los pueblos.
El Foro reconoció unánimemente que al cumplirse el bicentenario de Carlos Marx, sus ideas no solamente conservan plena vigencia, sino que –además- se han confirmado a lo largo del desarrollo de nuestro tiempo, y nos imponen por eso, tareas de innegable trascendencia.
La exigencia de la Unidad, como factor fundamental en la lucha por un mundo mejor; fue plenamente aceptada por todos y abrirá las puertas a nuevas victorias (fin)
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera.http://nuestrabandera.lamula.pe