EL PERÚ Y SUS HISTÓRICOS PROTAGONISTAS
INCA GARCILASO DE LA VEGA (1539–1616)
EL PRIMER MESTIZO CULTO DE LATINOAMÉRICA
Por Julio R. Villanueva Sotomayor
Revalorar la raza indígena y dejar testimonio de su gran aporte a la humanidad, impulsaron al Inca Garcilaso de la Vega a escribir sobre los incas, sus antepasados, de quienes se decían caprichosas historias. El mestizo peruano quiso contestar esas falsedades y se convirtió en el rey de los cronistas. SU INFANCIA Y JUVENTUD Nació en el Cusco, el 12 de abril de 1539, el hijo del capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y de la ñusta Isabel Chimpu Ocllo, a quien bautizaron con el nombre de Gómez Suárez de Figueroa, como homenaje a uno de los antepasados de su padre (en esa época, los padres podían poner a sus hijos apellidos de familiares ilustres). A los 24 años cambió su nombre por el de Gómez Suárez de la Vega, más tarde, por el de Garcilaso de la Vega, con la denominación Inca. (No confundirlo con el nombre de otro famoso escritor español Garcilaso de la Vega). SU PADRE, UNO DE LOS ACTORES DE LAS GUERRAS CIVILES El padre de Garcilaso fue un capitán español que había llegado con las huestes de Pedro de Alvarado al Perú, en 1534, y se quedó para reforzar a Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Su madre fue una princesa inca, nieta de Túpac Yupanqui, sobrina de Huayna Cápac, por tanto, prima de Huáscar y Atahualpa. El capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega ya no llegó a beneficiarse del tesoro de Atahualpa, pero obtuvo una encomienda en Cotanera, a orillas del río Apurímac, y se estableció en el Cusco, en una casa palaciega de cimientos incaicos, pero con arcos y balcones españoles. Dicha casa todavía existe en la plaza del Regocijo. Sebastián Garcilaso de la Vega fue uno de los actores de las guerras civiles entre los españoles y no siempre estuvo del mismo lado, por lo que se burlaban de él diciéndole «el leal de tres horas». En la batalla de la Huarina (20-10-1547, al sureste del lago Titicaca), combatió al lado de Gonzalo Pizarro. Se cuenta que Gonzalo Pizarro perdió su cabalgadura y el capitán Garcilaso de la Vega le cedió la suya, gesto que contribuyó al triunfo del insurrecto. Luego de que Gonzalo Pizarro fuera vencido por el pacificador La Gasca y ajusticiado, Garcilaso de la Vega retornó a las huestes realistas y, a pesar de que su casa cusqueña fue saqueada por los partidarios de Gonzalo Pizarro, siguió gozando de algunos privilegios de la Corona. ¿CÓMO FUERON LOS PRIMEROS AÑOS DEL INCA GARCILASO? Se cuenta que a la casa del capitán Garcilaso de la Vega y su mujer Isabel Chimpu Ocllo asistían, casi a diario, más de un centenar de comensales, entre españoles y nobles indios. El niño Gómez Suárez de Figueroa fue, pues, testigo del encuentro diario de dos culturas, dos modos de vida. Sus padres, por su parte, hacían todo lo posible para que conociera más la cultura a la que pertenecía cada uno. Isabel Chimpu Ocllo trataba de que su hijo entendiera los valores de sus ancestros. Ella le enseñó el quechua; su tío Cusi Huallpa, la historia de sus antepasados, y sus tíos Juan Pechuta y Chauca Rimachi, las demás cosas del Tahuantinsuyo. El padre, que se encargó de que domine el castellano, confió la educación del hijo al preceptor Juan de Alcobaza, quien le enseñó gramática y latín. El canónigo Juan de Cuéllar se encargó de perfeccionar su latín y el capitán Gonzalo Silvestre fungió como maestro de historia española. “La vida, de suyo, plantea al niño mestizo graves problemas. El padre, atenido al ritmo de su época, no se cura mucho de ser leal a principios, sino a personas y según el éxito momentáneo, de suerte que se pasa de un campo a otro, cambiando de partido con facilidad... De acuerdo con tales metamorfosis, el insigne bastardo recibirá ora los halagos de Gonzalo Pizarro, ora los de La Gasca, ora los de Antonio de Mendoza. En medio de tales contradicciones y vicisitudes, la familia mestiza del capitán vive en la absoluta incertidumbre. Mientras el padre alterna sus devociones, los hijos sufren angustias” (Luis Alberto Sánchez). La variable personalidad del capitán Garcilaso de la Vega también termina manifestándose en la deslealtad familiar y los prejuicios de la época: abandona a Isabel Chimpu Ocllo y termina casándose con la española Luisa Martel de los Ríos y Lasso de Mendoza, con la que tuvo dos hijas. Por su lado, la princesa inca lo hizo con un escudero de nombre Pedrachi. El Inca Garcilaso de la Vega, tras la dolorosa separación de su familia, siguió viviendo en la casa de su padre. ¿A QUÉ FUE A ESPAÑA? En el año 1559 murió su padre, quien llegó a ser corregidor del Cusco. Por testamento, legó a su hijo las chacras de coca de Havisca (en la zona de Paucartambo) y la suma de cuatro mil pesos para que estudie en España. El Inca no pudo tomar posesión de la hacienda porque, según la legislación de la época, tenía que pasar primero a las hijas legítimas, quienes murieron poco tiempo después. El Inca Garcilaso de la Vega se desligó totalmente de su madrastra porque le aguijoneaba la herencia paterna, no solo de abolengo hispano, sino también de privilegios monetarios. Para hallar ambas cosas, decidió cambiar de rumbo a su vida a los 21 años de edad, en el año 1560, es decir, al poco tiempo de la muerte de su progenitor. Salió del Cusco y se dirigió a Lima, ciudad que no le gustó por “sus casas sin techo”, su clima caliente y húmedo, y por su descomunal plaza. Se quedó maravillado de los restos del Santuario de Pachacámac, de los restos arqueológicos de Cañete y de otros valles, lo mismo que de la visión del océano Pacífico. Tiempo después, se embarcó en el Callao rumbo a España. Luego de una difícil travesía marítima, llegó a Lisboa, de donde se trasladó a Sevilla. Arribó a dicho puerto español en el año 1561. Su viaje demoró un año. Se fue, pues, a España a reclamar las propiedades de su padre y las que habían sido quitadas a su madre. Luego de varios años de gestiones, la respuesta fue negativa, con el argumento de que su padre no tenía derecho porque le había salvado la vida al rebelde Gonzalo Pizarro, al darle su caballo en la batalla de la Huarina. ¿A QUÉ SE DEDICÓ EN ESPAÑA? Un tanto decepcionado de la corte española, quiso retornar al Perú, pero su tío Alonso de Vargas lo persuadió para que se quedara en España, alojándolo en su casa de Montilla (Córdoba) y adoptándolo como su hijo. El Inca ayudó a su tío en la administración de sus bienes y se dedicó a ampliar su información cultural. En 1570 murió don Alonso de Vargas y sus bienes pasaron a posesión de la viuda, pero cuando ella murió, en 1588, le fueron otorgados al Inca Garcilaso de la Vega. En el año 1571 supo de la muerte de su madre, lo que terminó con algún deseo de regresar al Perú. Incluso, dispuso la venta de su hacienda de coca en Havisca. Después que murió su tío hasta poco antes de la muerte de su tía (1570-1588), el Inca estuvo alistado en las filas del ejército realista. Bajo las órdenes de Juan de Austria combatió contra los moros en la batalla de las Alpujarras, alcanzando el grado de Capitán de su Majestad. Se relacionó con los jesuitas de Montilla y otros intelectuales de la región, quienes lo animaron a traducir Diálogos de amor, de León Hebreo, y a ingresar a la creación literaria. Con la herencia dejada por su padre adoptivo (su tío Alonso de Vargas), de la cual dispuso después de la muerte de la viuda (en 1588), el Inca Garcilaso de la Vega gozó de suficiente solvencia económica y pudo dedicarse plenamente a escribir. Lo hicieron vecino de la ciudad de Montilla y participó en el cabildo. Adquirió más casas y viñedos y se convirtió en próspero agricultor. Se dedicó a la venta del trigo y al negocio de la compra-venta de caballos. Pero se cansó de la vida pueblerina, vendió todas sus propiedades de Montilla y se trasladó a Córdoba. En dicha ciudad, su círculo de amigos aumentó gracias al apoyo de los jesuitas del lugar y pudo escribir sus grandes obras. ¿CUÁLES SON SUS OBRAS? 1588 - Diálogos del amor, de León Hebreo (traducción del italiano al español). 1590 - Relación de la descendencia de Garci Pérez de Vargas, con algunos pasos de historia digna de su memoria. 1605 - La florida del Inca o Historia de la florida del inca y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto. 1609 - Comentarios reales de los incas. 1617 - Historia general del Perú. Esta obra, publicada después de su muerte, es la segunda parte de Comentarios reales. “ENTERROSE EN ELLA” Murió el Inca Garcilaso de la Vega, el 23 de abril 1616, y fue enterrado en una de las capillas que él mismo había hecho construir dentro de la catedral de Córdoba. En su cripta se encuentra el siguiente texto: “Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla. Enterrose en ella”. LOS MESTIZOS: UNA CASTA QUE AUMENTÓ RÁPIDAMENTE Según el filólogo hispanista A. Rosenblat, la población del Virreinato del Perú, en el año 1570, llegaba a casi tres millones de habitantes, de los cuales entre indios blancos y mestizos se registran las siguientes cifras: • Los indios: alrededor de 2 millones de habitantes. • Los blancos: 38 mil habitantes. • Entre mestizos, negros y mulatos: 100 mil habitantes. De este grupo la gran mayoría eran mestizos, casta que se había desarrollado muy rápidamente. LOS MESTIZOS: EL RESULTADO DEL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS Francisco Pizarro tuvo tres hijos con mujeres indias: dos, con doña Inés Huaylas, hija de Huaina Cápac, y un hijo con doña Angelina, la hermana de Inés. Todos sus hijos fueron considerados mestizos, al haber nacido de la unión entre un español y dos indias. Muchos casos de españoles e indias, como el del marqués, se dieron durante los primeros conquistadores porque su tropa carecía de mujeres. Después de ellos, por muchas décadas más, siguió primando esa vinculación porque venían más varones que mujeres de España. ESPAÑOL SOLO SE CASABA CON ESPAÑOLA Las uniones de españoles con indias eran uniones forzadas, una muestra más del dominio colonial. Casi todas las mujeres indias fueron tomadas como concubinas y sus hijos considerados como bastardos. Pues, los españoles debían casarse solo con españolas. Cuando ellas empezaron a llegar al Virreinato, las concubinas indias y los hijos mestizos fueron abandonados. Cabe anotar, que durante el coloniaje hubo muy pocos casos de mestizaje como consecuencia de la unión entre un indio y una española. “A los hijos de español y de india o de indio y española nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en indias; y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación, me lo llamo yo a boca llena y me honro con él”, decía el Inca Garcilaso de la Vega. UNA SUERTE VARIABLE “La suerte de los mestizos varía según el rango de sus progenitores y las circunstancias de su nacimiento. Los hijos de conquistadores permanecen en el hogar paterno y reciben una educación española, pero conservando algunas veces el recuerdo de la tradición materna también. En el otro extremo de la escala, los mestizos que se quedan en las aldeas desposan a las mujeres indias y su descendencia se confunde con la masa autóctona” (Nathan Wachtel). Hubo una élite de mestizos de la primera generación que cumplió un importante papel histórico; entre ellos, el Inca Garcilaso de la Vega, el padre Blas Valera y Juan de Betanzos. UNA ATROZ DISCRIMINACIÓN CON LOS MESTIZOS La clase social de los mestizos fue, por lo general, totalmente discriminada, sin ser aceptada por la sociedad española (República de los españoles) ni por la de los indios (República de los indios). Entre las restricciones que tenían los mestizos, podemos citar las siguientes: 1. No podían ejercer funciones públicas. 2. Estaban prohibidos de portar armas, distinción que estaba reservada para los españoles, criollos y caciques. 3. Por lo general, no eran aceptados en los seminarios ni en las órdenes religiosas. No podían ser sacerdotes. 4. No podían ser caciques, cargo destinado solo para los hijos de la nobleza incaica. 5. Algunos vivieron a expensas de sus padres, sirviendo en sus casas o haciendas. Otros aprendieron y ejercieron algunos oficios. Muchos se convirtieron en labriegos o campesinos. 6. Sin embargo, los mestizos, demográficamente, iban cobrando cada vez más importancia. Los datos sobre la población por razas que se tiene del siglo XVIII dan a notar que los mestizos habían aumentado considerablemente en el Virreinato del Perú. Entre tanto, la población indígena había disminuido peligrosamente. PROEMIO DE LOS COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS “Aunque ha habido españoles curiosos que han escrito las repúblicas del Nuevo Mundo, como la de México y la del Perú y las de otros reinos de aquella gentilidad, no ha sido con la relación entera que de ellos se pudiera dar, que lo he notado particularmente en las cosas que del Perú he visto escritas, de las cuales, como natural de la ciudad del Cozco, que fue otra Roma en aquel Imperio, tengo más larga y clara noticia que la que hasta ahora los escritores han dado. Verdad es que tocan muchas cosas de las muy grandes que aquella república tuvo, pero escríbenlas tan cortamente que aun las muy notorias para mí (de la manera que las dicen) las entiendo mal. Por lo cual, forzado del amor natural de la patria, me ofrecí al trabajo de escribir estos comentarios, donde clara y distintamente se verán las cosas que en aquella república había antes de los españoles”. ----- Julio R. Villanueva Sotomayor Lima, febrero de 2023