Por Duilio De la Motta
El pataleo y sainete de los fujimontesinistas Juan Díaz Dios, Martha Chávez, Julio Gagó, Hector Becerril, los apristas defensores supremos de la corrupción y la impunidad, Mauricio Mulder, Javier Velasquez Quesquen y el lobista de Yanacocha Luis Galarreta en el congreso han puesto el grito en el cielo, echándole la culpa al gobierno sobre el casoLópez Meneses, propagado ampliamente en los medios de comunicación, especialmente los controlados por “El Comercio”. Esto no es más que un “griterío de rameras impagas” Darle intención golpista e estos sucesos no viene al caso. Es cierto que la corrupción moviliza su gente, dentro de ellos, militares, policías, fiscales, jueces y sobre todo medios de comunicación, pero no llega a tanto.
El poder económico está incólume, no ha recibido ningún golpe, ni siquiera con un “pétalo de rosa” Siguen las inversiones en los recursos de “todos los peruanos”, se les ha ofrecido el 49% del accionariado de Petroperú, no hay banca reguladora, los precios de consumo siguen en suba, no se toca las reservas para modernizar la infraestructura económica y social del país, se las han dejado para que los privados las hagan, se mantienen las ganancias de los importadores y exportadores con dólares sobrevaluados. Ellos siempre fueron los autores de los golpes de estado. Pregunto ¿con un golpe de estado qué ganarían? Si lo tienen todo.
Quizás el golpe podría venir de militares velasquistas, pero no los hay, las fuerzas armadas han sido desmanteladas de toda influencia progresista y encima el fujimorismo las sopó en corrupción. Muy difícil de limpiar ese estigma. El pueblo es el que puede asomar como fuerza poderosa por el cambio y los apoyaría. Hace años viene pidiendo el cambio del sistema, los 4 últimos presidentes ofrecieron hacerlo, pero una vez en el poder mostraron la cola. El pueblo, sin duda alguna, significaría un peligro para el continuismo, pero no está organizado, los partidos que dicen ser de izquierda, están buscando frentes para acomodarse en las próximas elecciones, no quieren organizar un PARTIDO UNICO para el cambio. Prefieren vivir de la política.