Sociólogo - Escritor
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8 de abril de 2022
Pinglo: el huerfano de los Barrios Altos.
Paisaje de Ever Arrascue.
Bello óleo del gran artísta plástico peruano, Ever Arrascue.
Sonia: óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm.
Ever Arrascue, abril 2022.
PAISAJE
Tus ojos de paisaje
miran el celaje
de asombro tantas veces
aire azul y verde
lienzo extendido
alado al campo
de fucsia primavera
que canciona
al dorado sol
y a la espiga de la bravura
que nos hace libres.
La economía de Venezuela crecerá 20 % en 2022
Fenómeno inflacionario utilizado asquerosamente.
Roberto Carlos Cordova García |
6 de abril de 2022
B I F U R C A C I O N E S.
Daniel Baruc Espinal Rivera |
Por Daniel Baruc Espinal Rivera.
En las bifurcaciones del deseo
acontece el ritual de la pasión.
Yo soy el hombre que vino de una isla,
el que trajo arcilla y luz de precipicios,
lámparas de aceite, llenas hasta los bordes,
y susurrantes tórtolas y colibríes
en las palmas de las manos;
el que abre los ventanales del día,
miércoles y viernes,
para que el crepúsculo se ponga de rodillas;
el que empuja hacia el sur los arenales
elípticos del sueño, y el que encuentra
las inconclusas huellas de la búsqueda
entre las axilas de las muchachas tímidas
que dejaron escapar el carruaje del amor.
Yo soy el que te ama, el que ha puesto
su tienda entre los hombres que te buscan,
el que afila su hacha en las mañanas,
el que lustra sus botas, el que canta,
el que se aferra al cuerpo del insomnio
igual que a una guitarra,
el que se acerca al mar como a un amigo,
el que ofrece un pescado al indigente, y levanta,
tan sin saber para qué, un muro derribado
que quizás fue parte central del laberinto.
He venido de mi isla
porque yo soy el hombre
que busca el amor en los espejos,
en el fondo silente,
el que llora entre las sombras de cristal,
el que suele nombrarte con las manos,
el que pone los dedos
en otros cuerpos temblorosos
los sábados y en las fiestas de guardar,
porque adivina
que cada cuerpo es como un puente
que nos remite a las cosas que deseamos.
Busco por todas partes
con afán interminable,
a veces con agónico desdén,
y descubro que hay aromas
que levantan a los muertos,
y ermitas azules
donde la piel oficia sus liturgias,
y llamaradas
que flechan las alegorías de la memoria,
y gitanas que sublevadas encenizan
la máscara sombría de los otoños.
Hay hojas por todas partes y hay palabras.
Palabras hembras que nacen en tu corpiño
y serpentean en el jardín de tus caderas,
y que aletean como mariposas rojas.
Y descubro, en las bifurcaciones del deseo,
y esto me duele
como a alguien que ha venido de una isla,
que un hombre que no lo merece,
cualquier noche
-oficiando en mi lugar,
entre el caos infinito de las sombras-
se llevará a los labios
el dulce cáliz de tus piernas.
3 de abril de 2022
Los rusos siguen atacando la infraestructura militar ucraniana.
Jauría.
Soledad Benages Amorós |
Tengo miedo,
un miedo que agudiza
la opresión del desconcierto.
Estoy en medio
de una jauría de lobos negros y
sus aullidos me enloquecen;
acuden a la mente
imágenes de vertiginoso caos
y rápidas como el viento
pasan sin concretarse,
pero tiñen de gris, de ceniza,
el aire.
Respiro con esfuerzo,
no consigo desasirme
de las garras que me abrazan
con su piel de acero.
Y los ojos no pueden
ver nada
más que este
taladro constante
en el cerebro.
Mi corazón no existe.
¡empequeñeció tanto...!
Se diluyó
en ese vaso de veneno
que corroe
en las entrañas
todo cuanto se rebela
frente a ese huracán ávido
de infierno.