Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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11 de febrero de 2012

EL ENEMIGO FUNDAMENTAL

PERU. ¡AGUA ES VIDA! (O EL ENEMIGO FUNDAMENTAL)

Por GUSTAVO ESPINOZA M. (*)

Participar en la grandiosa Marcha del Agua flanqueado por viejos compañeros de lucha y repetir cadenciosas consignas referidas a la defensa del agua y la vida, obliga también a perfilar el sentido de una política, recordando que Lenin aconsejaba no perder de vista nunca dos elementos esenciales. Uno, visualizar siempre al enemigo fundamental de la sociedad, o del país en el que se lucha. Y otro, definir claramente cuál es la amenaza o el peligro principal que se cierne sobre la sociedad o sobre los trabajadores en una realidad concreta. No obstante, no se necesita adscribir al pensamiento leninista para admitir que estas interrogantes resultan válidas, y tienen vigencia en nuestro tiempo. Los pueblos no pueden avanzar en su camino liberador si no tienen una idea clara de cuál es el enemigo al que deben enfrentar, y si no aciertan a comprender cuál es el peligro más acuciante que les acecha.

Porque se trata no solamente de tener una idea clara de un escenario global, sino también conciencia de que el proceso social es la expresión de una lucha en la que se enfrentan intereses contrarios y fuerzas antagónicas. La sociedad no semeja, por cierto, a las aguas de un lago sereno, sino a un océano proceloso en permanente ritmo de tormenta. Conducir la nave de la transformación social obliga a quien objetivamente cumple el papel de vanguardia a no perder nunca de vista el sentido de la confrontación de clase, que no es tampoco una invención leninista, pero que ayuda decisivamente a definir el rumbo de los acontecimientos en medio de la vorágine social.

Hay quienes dicen que los adelantos registrados gracias a la tecnología y el progreso, han generado mutaciones que obligan a cambios de orden táctico -y aun estratégico- en el accionar de las fuerzas progresistas de cada país. Eso, cierto, no invalida la necesidad de percibir lo que ocurre. Por el contrario, obliga a verlo mejor. En nuestro continente -y eso podría ser una verdad de Perogrullo- el enemigo fundamental de todos nuestros pueblos, es el Imperialismo Yanqui. Afirmarlo no implica repetir una fórmula del pasado, sino tener conciencia plena de que en los países aún no liberados, el amo imperial sigue siendo el principal adversario y el más encarnizado enemigo..

Eso lo pudimos percibir siempre los peruanos. Recordemos, por ejemplo, la desconfianza de la Administración Truman, después de la II Gran Guerra cuando en diversos países -y también en el Perú- Frentes Democráticos cautivaron el interés de los electores que ungieron a gobiernos de avanzada. En ese entonces, la Casa Blanca tuvo severas reservas ante la gestión de José Luís Bustamante y Rivero, entre 1945 y 1948; y cuando lo juzgó “débil” para reprimir las demandas populares, y más bien proclive a admitirlas y atenderlas aunque fuera en menor medida; alentó y promovió el accionar sedicioso de las logias militares más reaccionarias, de la vieja oligarquía exportadora y de los políticos al servicio del capital. Unidos todos, abrieron cauce al golpe militar de 1948, ante el que el poeta Martín Adán, aseveró con sarcasmo: “el Perú ha vuelto a la normalidad”.

La dictadura del “ochenio” fue un largo periodo en el que la administración yanqui hizo de las suyas. No solamente consolidó la penetración de la Internacional Petroleum y el Poder de la Cerro de Pasco Corporation, en la principal riqueza minera del Perú; sino que, además, concedió a empresas yanquis la explotación del cobre de Toquepala y el hierro de Marcona. Con nuestros minerales, se fabricaron las armas empleadas en la guerra de Corea. Por si fuera poco, en el plano de la economía, aplicaron dócilmente las recetas de la “Misión Klein”, que dictaba en ese entonces las normas para los ministerios de la época. En ese esquema, centenares de peruanos fueron bestialmente torturados, al tiempo que otros simplemente dejaron sus huesos en las cárceles. Y todo eso, por supuesto, con la anuencia del embajador de los Estados Unidos, cuyo gobierno, en la misma época mantuvo dictaduras similares en otros países: Rojas Pinilla en Colombia, Stroessner en Paraguay, Fulgencio Batista en Cuba, Somoza en Nicaragua, o Pérez Jiménez, en Venezuela.

Después vinieron los gobiernos de la “restauración democrática”, entre 1956 y 1968. Manuel Prado mantuvo “el modelo” económico y social de la dictadura, a la que le añadió el Imperio de los banqueros. Y cuando Fernando Belaúnde esbozó tímidamente la posibilidad de recuperar el petróleo, recibió las presiones del caso que lo mantuvieron quieto primero, y lo doblegaron después hasta convertirlo en servidor de la IPC en el penoso caso de la “Página 11”.

Cuando en octubre de 1968 una administración de corte patriótico y antiimperialista -el gobierno de Velasco Alvarado- recuperó el petróleo y adoptó una política independiente, la Casa Blanca dispuso medidas punitivas contra el Perú: Las Enmiendas Hickenlooper, Holland y Pelly apuntaron a la cuota azucarera, pesquera y algodonera como un modo de “castigar” la economía peruana. Más al sur el dúo Nixon-Kissinger adoptarían medidas destinada a “hacer aullar” la economía chilena y poco después el mismo látigo se abatiría sobre el gobierno de Juan José Torres en Bolivia.

En aquellos años se habló en Washington -no lo olvidemos- de “el triángulo rojo” de América Latina, y, por supuesto, de “los generales rojos”, algunos de los que, como los chilenos Schneider y Pratts y el boliviano Juan José Torres, fueron asesinados. En esa ofensiva de muerte y sangre cayó Salvador Allende, fue derrocado Velasco Alvarado, y luego asomó la “Operación Cóndor”, que aun suena en nuestro tiempo. La embajada yanqui logró dar al traste con el gobierno progresista de Velasco valiéndose del golpe de agosto de 1975 liderado por Morales Bermúdez quien, de ese modo “recuperó la confianza de Washington” y se coludió con la derecha y el APRA en todos sus niveles. Esa política derivó en el fujimorato y más allá de él, en la aplicación del “modelo” mercantilista del neo liberalismo, al que hoy se aferra con uñas y dientes.

Esta política no se aplico sólo en el Perú. Los militares brasileños del 64 contaron con el beneplácito de la Casa Blanca siempre, del mismo modo que la dictadura Paraguaya, las administraciones asesinas de Centroamérica, Pinochet, el uruguayo Bordaberry, Carlos Rafael Videla, y los gobiernos reaccionarios y corruptos de Venezuela, Colombia y otros países. La acción de todos ellos se orientó a asegurar que nuestro continente fuera apenas el patio trasero del imperio y la despensa para todos los recursos imaginables, desde productos agrícolas hasta riqueza minera y petrolera. Y que Washington actuó siempre como el enemigo principal de nuestros pueblos, se evidencia hoy en los procesos liberadores que despiertan en el continente. Todos, tienen un sesgo antiimperialista, más o menos claro, y todos combinan voluntades para deshacerse del tutelaje del Imperio al más breve plazo. Aunque menos definido que otros, ese fue también el sesgo que registró la votación peruana del 2011.

Y entonces se perfila el segundo gran tema; el peligro principal que se cierne sobre nuestro país es que el Imperio logre quebrar o doblegar la resistencia del gobierno electo en junio del año pasado y someterlo a su política. Eso pasará, sin ninguna duda, por llevar a Humala a su terreno y hacerlo consentir -de grado o fuerza- en las “bondades” de su política.

Así ocurrió con Fujimori. Recordemos. Fue electo presidente a comienzo de junio del 90 y pocas semanas después viajó a Tokio para “reunirse con sus ancestros”. En su escala en Nueva York fue recibido por Michel Candessus, el Director del Fondo Monetario que le prometió el oro y el moro con una sola condición. Nosotros -le dijo- conduciremos la política económica. Como la propuesta fue aceptada, Fujimori retornó a Lima y antes de asumir el gobierno destituyó a los dirigentes de su Partido -“Cambio 90”- y entregó el portafolio de economía a Hurtado Miller, el “hombre de confianza del FMI”. Por eso, desde el 28 de julio del 90, Fujimori se convirtió en un sirviente de los yanquis.

Pues bien, el peligro principal que amenaza hoy nuestro escenario es que el Imperio recupere su sitial. Eso implicaría, arrastrar a Humala a su campo, colocándolo a su servicio. Es lo que hay que impedir. Para ello, resulta indispensable que el Movimiento Popular sea una fuerza de masas, que muestra unidad, organización, conciencia y capacidad de lucha. Y que aplique una clara política de acumulación de fuerzas, sumando y ganando a todos, sin prejuicios ni sectarismo alguno, sin radicalismos infantiles ni extremismo insulso. No ayuda, en ese contexto que haya quienes, desde el campo popular, califiquen al gobierno de Humala como “reaccionario”, o a él mismo, como “traidor”. No sólo porque ambos calificativos son falsos e injustos, sino porque, además, facilitan el trabajo y la acción del enemigo. Es bueno recordar una expresión de nuestro César Vallejo: “La revolución no se hace a base de pellizcos o pedradas al transeúnte. La revolución se hace de masa a masa”

Nuestro pueblo tiene gloriosas tradiciones. Posee también estructuras, aunque fuera formalmente, prestigiadas. Y está en capacidad de movilizarse y actuar como lo ha mostrado tanto el 30 de enero, como la Marcha del Agua que arribó victoriosa a Lima y nos convocó a todos el viernes 10. Ambas acciones confirman la única vía posible a seguir en la circunstancia: la vía de las Masas. Ahí radica la fuerza de nuestro pueblo y su capacidad para bloquear el intento del Imperio. Ese, es el camino de la victoria.

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera /
http://nuestrabandera.lamula.pe/ .

10 de febrero de 2012

Asesinaron a Armando Viera Rosales

Armando Viera Rosales
Hoy viernes 10 de Febrero en horas de la mañana, ARMANDO VIERA ROSALES (37), dirigente del Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil del Callao y Secretario de Organización de la CGTP Callao, ha sido victima de un alevoso y cobarde atentado criminal.
El hecho aconteció en horas de la mañana, en circunstancias en que Armando Viera salía de su domicilio en el distrito de Ventanilla, a cumplir... labores propias de su cargo sindical. Sujetos no identificados ubicados a inmediaciones de su vivienda le dispararon cuatro balazos, uno de necesidad mortal le comprometió la masa encefálica.
Trasladado inicialmente al Hospital de Ventanilla, fue derivado por lo delicado de su estado al Hospital Carrión del Callao, donde a dejó de existir a horas 11.11 de la mañana. Armando Viera, joven promesa sindical, a quien tuve el honor de conocer, tuvo el coraje, conjuntamente con el gremio de Construcción Civil del Callao, de denunciar a las mafias existentes en Ventanilla, quienes contando con protección politica y utilizando infamemente el glorioso nombre de los trabajadores del andamio, extorsionan a los ingenieros y empresarios de la construcción.
Los trabajadores y pueblo peruanos pagan respeto a la memoria de ARMANDO VIERA ROSALES y demandan publicamente a las autoridades politicas y policiales a ubicar y capturar a los asesinos de nuestro joven dirigente. Los trabajadores y pueblo chalacos deben cerrar filas contra quienes pretenden via el asesinato y la extorsión desacreditar la justa lucha de los trabajadores en construcción civil. Agradezco a Luís Alberto Sanchez por el envío de esta información que pido a ustedes sea divulgada en sus espacios. Terminemos con la MAFIAS en la industria de la construcción. Ya es hora que el gobierno tome las riendas, en este asunto y castigue ejemplarmente a estos criminales.
Armando Viera Rosales fue miembro del PARTIDO COMUNISTA PERUANO, y hoy es otro mártir de nuestro pueblo.


Sus restos se velan en el AA.HH. Héroes del Cenepa
Mzna B, Lote 8
Frente al A:H: Angamos, VENTANILLABajarse en el paradero LA CAPILLA, en el puente.

Rafael Alberti



Alberti, Rafael (1902-1999)

Poeta y dramaturgo español, nacido en El Puerto de Santa María (Cádiz). Inicialmente se dedicó a la pintura. Se trasladó a Madrid con su familia, y en 1924 se le concedió el Premio Nacional de Literatura por el primer libro que publicó, Marinero en tierra. Se trata de una obra de un refinado popularismo donde universaliza el mar, que llega a convertirse en un mito. En 1926, apareció La amante, relato poético de un viaje en automóvil, al que sigue, al año siguiente, un nuevo libro de poemas, El alba del alhelí. Las tres obras se inscriben dentro de la tradición de los poetas anónimos del romancero y Garcilaso de la Vega, aunque con una sensibilidad de poeta vanguardista. En 1929, tuvo lugar un cambio importante en su poesía, cuando publicó Cal y canto, influido por Luis de Góngora y el ultraísmo. También de ese mismo año es Sobre los ángeles. Considerada su obra maestra, es una alegoría surrealista en la que los ángeles representan fuerzas dentro del mundo real. Producto de una intensa crisis personal relacionada con lo que el propio poeta califica de "amor imposible" y los "celos más rabiosos", contiene imágenes que suponen altas cumbres poéticas. Sus tonos apocalípticos se prolongaron en Sermones y moradas (1930). Su surrealismo le lleva a introducir asuntos personales en el ámbito de las cuestiones históricas, lo que supuso en él una inclinación hacia el anarquismo, como demuestra su elegía Con los zapatos puestos tengo que morir, de 1930. Posteriormente se afilió al Partido Comunista español, y publicó, hasta 1937, un conjunto de libros que el autor denominó El poeta en la calle, aparecidos conjuntamente en 1938. También de la misma época son sus obras de teatro, entre las que destaca Fermín Galán (1931). Posteriormente, y dentro de la misma línea de carácter surrealista y político, escribió obras teatrales y entre las más conocidas se encuentran El adefesio, de 1944, y, de 1956, Noche de guerra en el Museo del Prado. Una nota que hay que destacar en este escritor andaluz es su afición taurina, que le ha llevado a realizar carteles taurinos, escribir muchos y destacados poemas sobre el tema, e incluso salir a los ruedos en la cuadrilla de Ignacio Sánchez Mejías. Desde el exilio Con su compañera, la también escritora María Teresa León, se vio obligado a exiliarse después de la derrota de la República en la Guerra Civil española. Vivió en Argentina hasta 1962. A partir de ese año residió en Roma, y no regresó a España hasta 1977; fue elegido diputado por la provincia de Cádiz. El poeta recoge su vida durante los años de destierro en La arboleda perdida (1959 y 1987). Entre la poesía no política de Alberti, posterior a 1939, destacan Entre el clavel y la espada, de 1941, y A la pintura, de 1948, un brillante intento de describir un arte en términos de otro. En Retornos de lo vivo lejano, de 1952, y Baladas y canciones del Paraná, libro poemas publicado el año siguiente, incluye canciones muy cercanas a las de Marinero en tierra que ofrecen un universo nostálgico del que no está ausente la ironía. Algo que vuelve a ocurrir en el primer libro que publicó a su regreso a Europa, Roma, peligro de caminantes, de 1968. Al lado de estos poemarios, están los poemas más estrictamente políticos inspirados por las circunstancias, como las muy conocidas Coplas de Juan Panadero, de 1949, y La primavera de los pueblos, de 1961. Entre la producción de Alberti posterior a su regreso a España, cabe destacar el libro de carácter erótico Canciones para Altair, publicado en 1989. Ha recibido muchos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Lenin de la Paz, en 1966, y el Premio Cervantes, en 1983. El 28 de octubre de 1999 falleció Rafael Alberti, el último exponente de la generación del 27 y figura clave de la poesía española de todos los tiempos. Un paro cardiorrespiratorio fue la causa de su muerte, cuando se encontraba en su casa del Puerto de Santa María, en Cádiz, en la misma ciudad que le vio nacer hace 96 años. Por expreso deseo del poeta, sus restos mortales fueron incinerados y sus cenizas serán devueltas a las aguas de la Bahía de Cádiz, a la que tan estrechamente vinculadas han estado su vida y su obra. En el Puerto de Santa María, localidad de la que era además alcalde honorario, se declararon tres días de luto y se le rindió un homenaje popular.

 Fuente: Encic\opedia Microsoft Encarta 99

9 de febrero de 2012

A la Muerte del Compañero Pedro Huilca Tecse

Por Julio Solórzano Murga

He ahí el cuerpo del hombre, postrado en tierra firme
Ahí está, tendido, reposa sobre un manto de sangre
¡Lo abatieron! Lo mataron cobardemente, lo acribillaron.

El sueño de la justicia social, se fue con su muerte,
¡Oh! Perú, patria mía, en tu regazo su cuerpo expiró
Una mañana de diciembre, silenciaron su voz.

Su noble pecho entregó como ofrenda a sus asesinos
Y en la puerta de su domicilio, Patria y Libertad inmortalizaron
Su cuerpo se inundó de gloria, su alma al cielo fue aquel día.

Mientras la clase obrera, los campesinos, clamaban justicia
Los sicarios, los chacales del maldito opresor traidor de la patria
Lamían sus manos, pensaban haber acabado con la lucha social

Pero no, la sangre del campesino, del obrero, del hombre del pueblo
Pintarán de rojo el firmamento azul, luchando por una verdadera justicia Social
Por un Perú sin dictadores, por un Perú con pan y libertad.
Pedro Huilca Tecse bajando a bases





Nota:
Dije una vez que la poesía de Julio Solórzano es una poesía que nace del mismo pueblo, tiene el corazón y llanto del pueblo, pero también tiene un mensaje de lucha y esperanza.
HONDURAS, 'Nunca más los pithecantropus golpistas pasarán por encima de la voluntad del pueblo'. PALABRA.'Ráfagas de metralla silenciaron la voz pacifica de un pueblo unido acantonado en la curva del diablo'. DECIDIA. 'Cómo entonces no impeler a mi conciencia, cómo poder ser indiferente y callar ante tanta adversidad'.
Jorge Aliaga