Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
email address:
jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
https://en.m.wikipedia.org/wiki/Jorge_Aliaga_Cacho
http://www.jorgealiagacacho.com/

22 de mayo de 2021

Одинокий берег.


Автор: Хорхе Алиага Качо
(Переводчик: Ирина Гончарук).

Мои мысли бегут к тебе,

Сквозь расстояния,

Мой милый пустынный берег.

Знаю плачешь одна в тишине,

Шепча мое имя.

Si vas a Venecia.

Poema del libro ''Mujeres malas mujeres buenas''.


21 de mayo de 2021

Jananti: Antologìa Personal.

Jorge Aliaga Cacho en Arequipa, Perú


PRESENTACIÒN

He reunido estos poemas en forma ràpida y desorganisada. Los he encontrado regados y han sido apilados como queriendo construir una torre, de prisa y sin contemplaciones. Me parece que muchas veces eso sucede en la vida misma. Cada poema representa un dolor o alegrìa en diferentes etapas de mi existencia. Son poemas sencillos. Considero que la poesìa, al menos para mì, asì debe rendirse, pues la poesìa no es obra del intelecto sino del corazòn y el soplo divino que nos manda Dios. 
Los poemas aquì reunidos fueron publicados en mi libro ''Mujeres malas Mujeres buenas''; a ellos he añadido un nùmero de poemas inèditos que tambièn me hicieron llorar o sonreìr en su momento. Tambièn quise incluir en este volumen, un nùmero de poemas de la pluma de poetas amigos. Amigos que me dieron a conocer su poesìa y algùn grado de afecto. Varios poetas cercanos deberìan haber sido  incluidos en este libro pero me ha sido imposible antologarlos a todos; la premura del tiempo no lo permitiò. 
En el futuro, reunirè, en otro libro, los poemas de esos vates amigos que debieron aparecer en la presente antologìa.
Finalmente, deseo agradecer a aquellas voces de elogio para mi simple poesìa. Entre ellas la del maestro Raùl Gàlvez Cuèllar, Manuel Mosquera, Julio Solòrzano Murga, Oscar Castillo Banda y Carlos Valencia. Especial menciòn tambièn merecen los comentarios de la escritora argentina, Marìa Inès Grimoldi; del escritor uruguayo, Enrique González Arias; de la escritora taiwanesa, Miao-Yi Tu; y de la traductora rusa, Alina Gonzàles, que escribiò: 'Tu poesia es bella, escrita en forma lacònica, muy bien estilizada, con palabras bien elegidas, frases cortas, concretas y el sentimiento concentrado como sublimaciòn. Tu poesìa està bien estructurada, expresa el sentimiento profundo del autor sin palabras ni demasiadas explicaciones'. 


CONTENIDO

Lunario
Quimera Azul
Silencio en honor a Gabriel García Márquez
Prisionero
Detén tu andar
Las íes
Alexander Platz
Mujer con sombrero
Cuando tú no estás
Regreso a Toledo
Darya
Carrera hacía la mar
Ausencia
Papel doblado
Bien Pagá
Sadie Marie
Aturdidos
Canto pa' ti...
El cauce del río
Cuando reías
Venus
El escritor
Amigos
Alma Matinal
Fiorella
Mi linda palomita
No te vayas nunca
Alina
Oblivion
Canción para Anne
El cumpleaños de la Luna
Estrellita
Sabor a limón
Gusano libresco
Pelota azul
Llanto de Cocodrilo
Limeño soy
La Rambla del Raval
Piruetas
Los hijos de Dios
Vamos Campeòn
Khuyapapay
Si vas a Venecia
Tsvetnoy Boulevard
Sacudo el tiempo
Natalia
Àgape de amor
Playa desierta
La Alhambra
Tu Boca
Amada mìa
Princesa del rìo Almond
Si no te molestas




POETAS INVITADOS

Victor Josè La Chira Acevedo
Oscar Castillo Banda
Josepepe Salvador Tmoch
Heber Arnaldo Ojeda Abad
Julio Solòrzano Murga
Raùl Gàlvez Cuèllar
Lucy Martìnez Zuzunaga
Julia del Prado
Verònica Morante Rossell
Celia Ariza
Patricia Rojas
Diana Benites
Anna Sant
Josè Pablo Quevedo
Manuel Mosquera M.
Luis Yàñez Pacheco












Lunario
 
 
Impronta pasional
tatuaje de tu cuerpo,
abandonarte toda quisiste
sin saber, ni sospechar,
que amor de fuego
dura poco.
Te fuiste, amor
sin dirección alguna,
lloraba mi piel congoja,
tu aroma
resistía a irse,
el día que tú partiste.
Quién diría, amor
quién diría:
viajabas hacia el olvido,
a estrellas del firmamento,
y en la piel tatuado
nomen sacrum
llevabas,
el día aciago de mi lunario.



Quimera Azul
 

Ayer te soñé;
tomados de la mano
reíamos,
Yo
escribía versos claros
sobre tu piel canela,
atropellando tu recuerdo,
soñaba.
Alegrías fingidas,
risas sin sentido,
hoy vuelvo a soñarte,
fuiste quimera
que se ahogó en la piedra.
No eras flor,
No eras rosa, ni rosal,
sólo pasto,
sólo pasto pisoteado eras.
Y yo,
sin sospechar,
reía.




Silencio en honor a Gabriel García Márquez
 

Doña Tranquilina
y el coronel Márquez
han tejido una corona
con serenatas de violín,
poemas de amor
y cartas extraviadas.
Macondo está de duelo,
no hagan ruido compañeros,
el escritor está descansando
y escucha la canción
en su honor.
Canción
de silencio
en todas partes,
Macondo también duerme adolorido,
Gabriel José de la Concordia.




Prisionero
 

Oí esa canción
recuerdos vienen a mí.
Río, sol, fresas y barcos de vela.
Sokol,
tu cuerpo de paisaje misterioso,
golpes e incesantes gemidos,
¡пожалуйста!
Y dominas mis sentidos
porque eres mi princesa,
un beso de tus labios
me hizo prisionero,
un prisionero feliz,
enamorado del amor,
tu prisionero.



Detén tu andar
 

Quimeras azotan
esperanzas flojas
que vienen en beso
y luego marchan
a encabritados sueños.
Ciudad que ensayas la vida,
golpeas recuerdos
lugar de mis tormentos.
Corazón iluso que viajas,
a lugares sin nombre,
detén tu andar.
En nombre del amor
Yo te lo pido,
Iluso corazón:
¡detén tu andar!



Las íes
 
Y si dejara mis tildes sobre las íes
puestas al revés
serían francesas íes como tú
que al revés te fuiste.
Y si mis noches se tornaran días
sería igual mi tormento
porque ya no distingo las noches
ni los días, ni las íes
desde el día que te fuiste.




Alexander Platz
 

Traerte añoro,
no te alejes pedirte
acaríciame
siéntate,
enciende la luz.
Te abriga mi recuerdo,
rondas
pañuelos abrazados,
juventud cantando
soñando,
pasado vivo de río fresco.
Dónde estarán tus labios
quién aviva el fulgor
incierto de tus ojos.
Acaso sonríes recordando
que teniendo 'nada'
teníamos todo.
Juventud de Jota
sin fiambre
regaba las calles
como agua al camposanto.
Latinoamericano, yo, sin valuta,
los dos felices cantando,
el pentagrama de tus ojos
torbellino de ensueño.
Optimistas
amábamos la aurora,
tus besos filosofía
ósculos
de medicina pura,
niña de Bratislava.
Nieva en mi pelo
hoy te recuerdo
N de nada
N de todo
N de tu sonrisa
tractorista socialista
iluminas mi recuerdo.
Y a ti,
y a mí,
golpean
distancia y olvido,
sensación de colores
lejanos,
un día fueron
tuyos, míos, nuestros.
He regresado al ayer
he buscado en mi recuerdo
he visto nuevamente tu pelo,
formando arco iris,
de festival color su cielo.
En realidad
cuesta creerlo,
en realidad,
la torre está tomada
Alexander Platz llora,
dulce niña eslava
flor de julio enamorada.



Mujer con sombrero
 

Como el sol quema en verano
así quemas mi alma,
y sin saber de mi amor
corres de prisa.
Que no me diste tu amor
es cierto
¡Pero cómo quise tenerlo!
Tus pasos iban corriendo
como huyendo del viento.
Yo surco los mares allende
para besar tu cielo
gaviotas baten sus alas
replicando
las alas de tu sombrero.
Quién entretendrá tus sueños
qué gaviotas alzarán su vuelo
mi corazón se agita
como presagiando tu miedo.
Eres blanca paloma
en un celeste cielo
y en el horizonte se agitan
las alas de tu sombrero.



Cuando tú no estás
 

Cuando tú no estás
no es suficiente
el aire que respiro:
faltan tu aliento,
tus manos, tu corpiño.
La última vez
dejaste
alegría tónica,
vida,
tu nombre
un par de tacones
una peineta.
Pasó el tiempo,
solitario me encuentro
hojas muertas
en el terral
se han vuelto charco.
Dónde estarás
quién contemplará tu estampa,
qué insolencia se atreverá
a desear lo que más deseo.
Esta mañana
he recordado en silencio,
y te he visto alzar vuelo,
como siempre,
huyendo de mí
dejándome quedo,
muriendo de angustia
llorando mudo,
mariposa de mar
culpable de mi locura.



Regreso a Toledo
 

Regreso a Toledo,
como lo prometí una vez:
'que regresaría sin ti'.
Las aguas del Tajo cantan,
me abraza el sol
con ternura y pena.
Recojo los pasos
que acompañaron tu sombra
sin sospechar
tu triste partida.
A mis pies baila hoy
la estrella enamorada,
y tú,
qué ingenua fuiste,
vives sola, triste, abandonada.
Tus lágrimas van al río
por ilusa y complicada,
amor, amor,
nunca enamorada.
En Toledo me encuentro
sin ti,
y tú mueres de invierno;
medalla de tu pecho
que encontró mis besos
qué lejos estás de mi recuerdo.



Darya

 
Daría yo por ti
la vida, Darya
absoluta bella flor
soñada una noche de abril
en jardín imaginario
cual desgarradora elegía
a mi final.
La vida que vendrá
también te la daría
surcando el tiempo
feliz de vida-muerte.
Ofrendarías tu aroma
frente a los rayos del sol
desnuda de angustia
desnuda de dolor
habría llegado el amor
mandato Divino.
Daríate mi ayer
mi hoy
mi mañana
mi siempre,
daríate mi pantalón roto
mi poncho de Puquio
y mi sortija de plata.
Daríate mi verdad, Darya
para que la recuerdes
para que me recuerdes
para que tus ojos caminen
mi camino
que es tuyo, mío
y de todos,
Darya.
Camino ancho y libre
muchedumbres que no mueren
van y vienen
cantan y ríen
gozosas de la vida nueva
van y vienen
batiendo palmas
prendiendo fuegos
celebrando tu nombre
amada
Darya



Carrera hacía la mar
 

Orgullosa andarina
firme figura
saltarina
no correspondes mi amor
e indiferente vas
sin mí.
Escribo estos versos
enamorados,
parecen pobres
pero
riqueza de sangre llevan
golpeando la locura
de su amor,
azotando las riberas,
furia deseosa
de ti
en caudaloso río.
De amor cargada
mi sangre va toda
vibra y va ráfaga
bañando de rojo tu ombligo.
Blanca piel
desnuda
ilusa,
fecunda
ensangrentada.
Agua roja besa tu piel
agua roja te cubre
agua roja enamorada
lámete convulsionada
en loca carrera hacia la mar.



Ausencia
 

Oro caliente derretido,
ondulante,
recostada figura
que mi mente guarda,
más presente que el tiempo
¡Señora!
Allure,
Llanto,
Risa.
Su ámame,
su bésame
el puntal de la filosofía.
Desnudos cuerpos,
oro caliente pulverulento,
gozo tibio derretido,
y su ausente presencia,
¡Señora!



Papel doblado
 

Arrugado por el tiempo
caja de metal guarda,
papelito,
en su fondo triste y vejancón.
La carta llora, tu voz, tu recuerdo:
"Eres mi agua sin ti no vivo",
sollozabas, dedos temblorosos,
en cada letra falaz.
Vuelvo a la caja de tiempo en
tiempo
para visitar los recuerdos.
Mis manos, ignífugas,
desdoblan el papel que luce
como los surcos
de nuestros cuerpos.
El ayer ha hablado,
te quise mucho es cierto,
pero cuanto satisface
el olvido.
Papel dobladito eres,
arrugas, avatares
y un disparo en la conciencia.




Bien Pagá
 

Llévatelo todo
déjame en la nada,
no quiero recordar
nada de ti.
Llévate los besos amargos
que me diste,
tu boca sabía
a engaño.
Y la colonia de macho,
allure de tu cuerpo,
no era exactamente
la mía.
Te lo digo yo
que he usado
la 'Old Spice'
toda mi vida.
Tú: 'Bien pagá'.
Llévate el aire que respito,
estás en él
y me haces daño,
quiero verte
en el olvido.
Llévate los trapos
que cubrieron
tu cuerpo,
el despertador y tu frivolidad.
Pero déjame
tus cartas,
en las cual mentías,
diciéndome amor
cuando con otros
dormías.
Me tocará
el rincón favorito,
ese donde gritabas:
'amor', 'amor',
hasta llorar de delirio.
Tú: 'Bien pagá'
Yo,
allí,
retorceré
mis huesos,
bailando
danza escarlata
con compasiva daga,
amante
de mi final.
¡Vete! Llévate las joyas,
el dinero,
que te hará falta.
Y la estampita del Cristo
que besaste,
y me hiciste besar,
jurándome amor
e idolatría
Tú: 'Bien pagá'.
'Bien pagá'
fuiste mujer.



Sadie Marie
 
De la tierra
de María Reina de Escocia
llegaste a Lima
para toca la flor
de perfume limeño.
En cada pétalo
un tío
una tía
abuelos
bisabuelos
amigos.
De la tierra de Huayna Capac
cuando llegue la hora del regreso
te irás,
seguro,
llorando de amor,
seguro,
queriendo volver.
Te bautizaron en Lima
con el nombre
Rosa,
rosa
que en las tierras del norte,
seguro,
haràs florecer,
seguro,
queriendo volver.




Aturdidos
 

Miraron al cielo,
trastornados por el amor, que ante
ellos,
brindábamos
Comprendí entonces que éramos
la tierra.
Aturdidos volvieron a subir y bajar
las cabezas,
escapaban placer terrenal para
lograr equilibrio.
Nuestras siluetas lucían alegres
cuando, turbados ellos, nos vieron
adorar la vida.
Apretujabate contra la luna
encendida,
placentera algarabía,
luz de media noche,
estrellas infinitas,
te acaricié el cabello y besé tus
senos,
ellos miraban la noche,
cuando quedaste dormida.



Canto pa' ti...
 

Lo vi en tus ojos, mujer
lo vi en tus ojos
en tus enojos
y labios rojos.
En el abrazo de la alborada
reconociendo
la bien amada.
¡Ay! Lo vi en tus ojos, mujer
de la esperanza,
cultivo besos pa' la añoranza.
Quedo en tu pelo ensortijado,
tu buen amado
enamorado.
¡Ay! Lo vi en tus ojos, mujer
por eso canto
seré tu amante, mujer
y lo proclamo.
Ahora
sécate el llanto
vengan
risas y cantos
flores de besos, mujer
mares y campos.



El cauce del río
 

Triste
te dices:
'alguien que debiera amarme,
no me ama',
amor, amar,
luego me tomas,
te empapas de mi,
refrescas tus aguas
en mis aguas cristalinas,
aprendes entonces,
que siempre hay amor
para quien ama,
que los ríos juntan distancias
para bienquerencias
que en su apego
buscan el cauce
de su propio río.



Cuando reías
 

Cuando reías,
'estabas así como ausente',
y lejos de ti
encendías luciérnagas
en mí.
Salías
del papel de regalo
y
espasmos de risa eras,
encendiendo a tu alrededor todo
con tu coqueto dedo.
Riendo tú,
vulgares grafemas yo,
nos despedimos.
El tren de la vida
en Waverley partía
y no lo sabíamos.
Noche de ravioli
noche de invierno,
y mi corazón por ti latía
con vino tinto chileno.



Venus
 

Qué estará haciendo
la Venus de Caral.
Qué dirán sus ojos
y el muro que hiere
en la estación.
Qué mira
su placentero mirar.
Pensará acaso en sus utopías
o en la luna que esa noche
alumbrará el lodo.
Acaso el sol fustiga su cuerpo
que espera la noche de sus sueños.
O, tal vez, simplemente,
no piense en nada,
ni en mí.
Entonces,
algo se rompe en el viento,
algo se derrumba en el alma,
como cuando despacito
se desmorona una pared.



El escritor
 

No es de derecha
'el escritor'
no es de izquierda
'el escritor'
no es de centro
'el escritor',
no opina,
calla,
mudito
'el escritor'.
No se incorpora
a las luchas del pueblo
'el escritor'.
No se lamenta
con las penas del pueblo,
mantiene un silencio académico,
docto,
'el escritor'.
Escribe poesía
cuentos, y novelas,
'el escritor',
se ufana de medallas
diplomas y premios
'el escritor'.
No es de derecha
'el escritor',
no es de izquierda
'el escritor'.
no es de centro
'el escritor'.
No es como
González Prada,
'el escritor',
ni como el ensayista
Mariátegui,
'el escritor',
Menos como
el universal Vallejo,
'el escritor'.
Entonces, sucede,
que no había sido escritor,
porque el escritor no calla,
el escritor orienta,
firme se ubica en su trinchera
en el campo del pueblo
o la reacción.
No puede ser escritor
el que calla,
el que miente,
el que esconde su verdad.
Ese,
a lo más
es un gusano,
una cucaracha
que pulula
por el camino del mal.



Amigos
 

Dicen que hoy es
el día de la amistad,
y estoy confundido,
porque mi corazón
late por ti
todo el año,
aunque no lo quieras
aunque no me quieras,
late y palpita
todo el año
por ti.
El mío no es
amor de San Valentín
ese que dura un día
y las flores luego marchitan.
Mi amor
es perdurable,
duele celebrarlo
sólo en un día,
la vida es corta
para entregarte
mi cariño todo.
Hoy, de mí
no te acuerdas
no me llamas,
no quieres pronuniar mi nombre,
y yo
vivo la ilusión 
de poder encontrarte algún día.
Mi corazón
arropado de amor,
siempre te espera.
Pobre, tonto, enamorado,
así lo quiero,
pues pasarán por tu vida
muchos Valentines
pero difícil uno valiente
que defienda la locura
de vivir enamorado.
En mi camino atormentado
desvarío por ti
me agito cuando tus ojos encuentro,
o si tus manos tocan las mías,
o si tu risa invade mi alma.
Padezco dulce amor,
si tus ojos miran a otros ojos,
por eso
quise escribir estos versos
que, aunque hoy no los merezcas,
los merecerás algún día,
cuando huérfana de amor
añores mis caricias.
Mariposa de la vida
sigue volando,
seré tu sombra
terco en mi terquedad,
pero te alcanzaré un día,
Y tú preguntaràs: '¿amigos?'
Y yo: con pasión
y ternura en el alma
contestarè:  
'sí querida, amigos'.



Alma Matinal
 

Por tu rostro de augusta apariencia
he dibujado un beso estelar
que orbita tu belleza sin par.
Por esos ojos de benevolente mirar
he soñado cruzar los mares
para ver tu caminar,
tu garbo que Boticelli
hubiera plasmado
en un canvas del Quattrocento,
en el nacimiento de Venus
o en la Primavera de mi soñar.
'Moscú no cree en lágrimas'
y tu sonrisa por el mundo va
despertando alientos,
pintando en cada uno de tus pasos
mi alma matinal.



Fiorella
 

Mientras dormías pensaba,
en el dìa de tu santo:
'que hermoso hubiera sido
conciliar el sueño contigo'.
Ahora queda el pensamiento
de lo que no pudo ser,
pero tanto me hubiera gustado sea.
Lo irrealizable, las utopías,
son más ciertas
en la imaginación,
que en la propia realidad,
y eso lo saben mis sábanas,
mi espíritu que se agita
en turbulentos mares de ensueño.
Hoy me he dicho: 'ella existe, está conmigo',
y mi corazón quiere creerlo.




Mi linda palomita
 

¡Ay! ¡Mi Palomita!
Usted
de abrazo en abrazo,
me está matando.
Lo saludable sería
de su boquita
coloradita:
un besito.
¡Ay! chinita, chinita,
mi linda cusqueñita.

 



No te vayas nunca
 

Y si tus pasos regresaran
comprenderías entonces
que tomaste camino equivocado,
que las noches borrascosas
son también
para amantes probos
que se quedan;
no abandonan
el centro de la tormenta,
como cuando en avion
en turbulencia,
donde el abandono de la nave
no existe.
Tiempos calmos vendrán, amor
para perdonar los recuerdos,
para recordar las veces que reíamos
haciendo el amor,
provocando sonrojo en las flores
vuelo en los periquitos.
No, no me pidas perdón
y deja de llorar,
solo te pido:
no me dejes
nunca me dejes, amor;
no me encontrarías,
habría abandonado la nave de la vida
porque sin ti
no tendría nave, ni sol,
ni tormenta;
y los periquitos, y las flores,
y mis células todas morirían
si no te tuviera a ti.



Alina
 
Alina mirada china
elegante cuerpo
taco aguja, aguja.
Largas piernas, blancura pristina,
curvas sin milímetro graso
adornas la puerta de palacio sensorial.
Alina, perfección divina,
bondad es tu belleza,
transportada en ómnibus
para ganarte la vida.
Engalanas a pescadores
bohemios, poetas y escritores.
Educado tu acento, Alina,
imagen fina.
Tus dotes de dama, Alina,
convulsionaron mi alma,
rompieron mi entendimiento.
Alina, me abrazaste,
pregunté si eras de China,
dijiste que no:
'guayaquileña, ecuatoriana'.
Veinte minutos bastaron
y mi corazón emocionado
no deja de palpitar
por ti
Alina.
Las calles de Huacho
me brindan su sombra
para buscarte,
y me busco,
en ti, en mi,
Alina, mirada china.




Oblivion


Te perdono
aunque me hayas destrozado
el péndulo.
Pudiéndolo todo
preferiste mi muerte.
Estoy en el olvido sideral
y desconozco mi recuerdo.
Tus ofensas no duelen,
perdón me pides,
perdón te doy,
oblivion.
Recuerdo que decías, gracias.
Abrazada a mi pecho, gracias decías,
y ahora sólo queda
amnistía de amor,
un corazón muerto,
oblivion, oblivion.



Canción para Anne
 

Hoy, al despertarme por la mañana,
descubrí tu nombre en mi ventana.
Era el sol quien lo escribía
en los cristales de mi ventana
tan querida.
Tu nombre de color y luz
Tu nombre de infinita fe
Tu nombre de infinito amor
Tu nombre,
Anne.
Tu nombre que me trajo luz
Tu nombre que me trajo fe
Tu nombre de infinito amor
Tu nombre,
Anne.
Y yo no sabrìa qué hacer
si el sol se me va de esa ventana
si un día despierto en la mañana
y no te encuentro,
y no te encuentro.
Tu nombre de color y luz
Tu nombre de infinita fe
Tu nombre de infinito amor
Tu nombre,
Anne.



El cumpleaños de la Luna
 

Me pierdo en tu mirada
y contemplo la duda
de tus ojos,
dardos
que miran a la luna,
indiferente,
dolor gaseoso
que grita auxilio,
de dolor perdón pidiendo
de dolor amor sufriendo.
Tomo tus manos
para besar la noche,
que las lluvias borran penas
quiero decirte,
para pedir te quedes,
que las tormentas pasan,
que son disparos de Dios
que llegan al alma,
que no muere.
Dame el invierno
de tu noviembre en Praga,
de aquel cirio que alumbró tu delirio,
dame tus manos para quemarlas
en el fuego de mi piel,
para celebrar el cumpleaños
de la luna,
nuevamente mi noviembre
en tu noviembre,
nuevamente, vida.



Estrellita
 


Amorosa damisela
de treinta primaveras
tu suerte duele,
pesadilla
atrapa tu hermosura.
En mi mente te libero
y caminos bifurcan
en el punto preciso del beso,
del abrazo
del te quiero.
Así órbitas mis sentidos.
Estrellita,
de infinita ternura,
en tu regazo
dormido quedo,
como un planeta solitario
orbitando el cielo.
Estrellita de suave hablar
Estrellita de mis ensueños.



Sabor a limón
 
Sabor a limón
tu cuerpo sabor a limón
limeños rayos de sol
encienden caricias
canela canela
sobre canela piel.
Sabor a limón
tu cuerpo sabor a limón,
te busco en mi recuerdo
chorrillano mar.
Y a ti te encuentro
detengo tu imagen
tu sonrisa
tus ojitos chinitos.
Lima limón
tu cuerpo
sabor a limón.



Gusano libresco
 
Es inconfundible,
el escritorzuelo gusano.
Luce inequivocamente
como lo que es:
un gusano,
un perfecto gusano;
y no existe otra palabra
para nombrarlo:
arrastrado irremediable.
Nada ni nadie lo conmueve.
Mírenlo como se arrastra
en su mediocre verso
en su mediocre prosa,
hijo de Trump
hijo de la Malinche eres,
gusano serás
gusano siempre
siempre seràs un gusano
gusano libresco.




Pelota azul
 
La pelota
que dejaste
frente al "José Díaz",
desesperada rueda
en los remolinos nostálgicos
de mis utopías.
La esfera gravita
en mis sentidos
quiere escapar
quiere seguirte
implorarte:
¡No te vayas!
Tú, pantalón azul
poca piedad
zapatos negros,
descansado pan de yema,
subes al motorizado
que al arrancar
aléjote de mi vida.
La esfera mayor te urge,
te alienta,
aventurera andarina
que por la vida irás
haciendo camino,
tejiendo sueños,
que nunca seràn mìos.



Llanto de Cocodrilo
 

Sumergiéronse
llenas de tristeza
tus lágrimas y las mías
en aquel mar torbellino
a llorar en remolinos.
Fuiste razón de mi delirio
creí en tus cascadas de llanto
pero todo
absolutamente todo
habìa sido fingido.
Ha llegado
mi último día
y todavía se aprecia
la luz compasiva
que nos da la vida.
Sereno firmamento
que dibujas
su bello rostro,
ve y dile
que muero
y que el cielo también denuncia
su llanto de cocodrilo.



Limeño soy
 

Limeño mazamorrero
nacido en los Barrios Altos
de madre limeña,
el vientre que me trajo al mundo.
Limeño, de pura cepa, soy.
limeño de tradición
de anticuchos y picarones,
del buen cebiche y la carapulcra,
el arroz con leche y el cocolón.
Trinan las guitarras
suena el cajón
y se arma la jarana,
hay fiesta en el callejón,
Cuando dos limeños se juntan
guitarra llama a cajón
cajón contesta a guitarra
y una morena de blanco
echa su pañuelo al cielo.
Agàrrenme que no resisto
tan delicioso contornèo.
Señores aquì se canta
damas aquì se baila,
con repiques elegantes,
la marinera limeña.
Pinglo desde el Callao
vino a los Barrios Altos
y dichoso de lo limeño,
quedó enamorao de esta tierra.
Cajòn llama a guitarra
guitarra contesta a cajón
señores yo soy limeño,
limeño de tradición.



La Rambla del Raval
 
 
Carrier de Sant Pau
La Rambla del Raval
¿Dónde está la paloma
que guardan
tus calles tristes?
Ojos azules te busco
diosa de Bucharest
cincuenta kilos de peso
al derecho y al revés.
Allì la veo,
me acerco,
mi corazòn agitado,
¡Dame un cigarrillo, hombre!
¡Dame una cerilla, amigo!
por veinte miseros euros
sale con cama,
todo incluido.
¿Veintitantos años,
tersa piel,
todo incluido?
Es una ganga me dije
y abracè su cuerpo frìo.
¡Espere señor!
Me dijo,
'aguante su ìmpetu tìo,
que me arruinas el vestido'.
¿Còmo esperar palomita?,
cuerpito de porcelana,
caballo viejo no espera
que terminen las campanas.
Paloma de La Rambla,
paloma de la alegrìa,
deme su adentro, paloma
que viejo muero de frìo.




Piruetas
 
Ayer mi pena fue alegre
porque se cansò de triste
y tù la animaste,...¿Sabes?
Cuando tus manos tomaron las mìas
mientras el viento de nosotros hacìa
piruetas de alegrìa.
Tù estabas de azul plomo
como tus ojos
como mis dìas,
como los besos que enjuagaste en mi boca,
y que la noche se llevò en su vacìo.
Ayer mi pena fue alegre
porque se cansò de triste.




Los hijos de Dios
 

Ya bajan por la montaña
los hijos de Dios
a defender la laguna.
El diablo la acecha
cargado de mercurio
y guardias fusiles prestos.
Ya bajan los campesinos.
De Celendín
sus pututos,
de Celendín,
su pueblo.
De Jorge Aliaga Merino
su pueblo.
Sombreros de paja-toquilla
polleras multicolores,
carnaval de lucha y alegría.
Ya bajan por la montaña,
del corazón de la tierra
a defender la vida.



Vamos Campeón

 
Vamos campeón,
aunque sea en mis sueños,
vamos campeón.
Pisa fuerte, zumba y baila.
Párala, driblea, zumba y rumba.
Pisa fuerte campeón.
Patea.
Rompe las mallas pa' la afición.
Apura Alianza, apuren negros,
falta un minuto pa'la final.
Miren al Pancho llorando está
y da la vida por ese gol.
Ya tira Negro, ya tira ya,
tu pueblo entero te lo suplica,
en ropa humilde, te lo demanda,
vamos campeones a campeonar.
Allí la tienes, moreno...
Pícala al centro,
corre mulato quimboso,
la victoria cercana está.
Allá viene el rodillo, señoressssss.
Las tribunas se agitan,
cohetones antes de tiempo,
matracas, gargantas y serpentinas.
Sale el Alianza,
sale de atrás,
con muchas ganas
para ganar.
Patea Negro,
Negro, Negrito,
hermano lindo
danos el gol.
Tira Negro, Negro maleta.
¡Patea Negro! ¡Negro ladrón!
Ahora, Negro,
Negrito,
San Martinsito
danos el gol.
¡Gooooolooolllllll!!!!!!!
Gracias,
Diosito negro,
Festeja Matute Sur.
Tus hijos,
tu pueblo trabajador.
Levanta la copa Victor 'Pitín',
pa' tu barrio,
pa' tu callejón.
Vamos Alianza
mira ese Sur,
hoy nuestro cielo
es blanquiazul.
Mañana la chamba
será más blanda
gracias a ese gol.
¡Arriba Alianza!
¡Arriba Alianza!
Allí, a la diestra,
del Gran Señor 



Khuyapapay
 

Barrito bañado en agua
cianuro hijo del diablo
por qué matan mi tierra
que otrora papa me daba.
Mi lagunita se ha muerto
agüita negra diciendo
agüita negra muriendo.
Venenos evaporados
tóxicos que respiro
plantitas, vaquitas
¡Atatay! También muriendo.
Por anillo matas mis ojos
vanidad de tu manito
por oro matas mi vida.




Si vas a Venecia
 
 
Si vas a Venecia
la gòndola espera
fulgor de recuerdos
de nuestra era.
Palomas,
barrio judìo,
ghettos,
San Marco
y el vino lleno de estrellas.
Si vas a Venecia
el acordeonista
iluminarà tus ojos sajones,
tu esbelta figura,
tu por favor
`toque la cumparsita'.
Tus ojos
lloveràn estrellitas,
recordaràs aquellas caminatas
haciendo el amor con las manos,
el spaghetti de los dioses
el pan de ajo y una quimera.
Si vas a Venecia el dìa que muera
prometo esperarte en la misma mesa,
frente a San Marco,
para enjuagar el beso que tus labios esperan.
Te lo prometo
no morirè el dìa que muera,
pero ese dìa te matarè
para que me acompañes al cielo,
allì donde sòlo llegan las estrellas.




Tsvetnoy Boulevard


Regresaste a su playa
para pagar la cuenta,
marco de angustia,
tus pupilas, tus ojos.
Supiste dominar el ocaso
con tu estampa.
Retrocediste el tiempo
para arrullarte en sus ojos
y el tiempo no pudo borrarlo
de tu recuerdo.
Lo abrazas y llorar no puedes,
hasta llanto falta cuando el tiempo
nos quita todo.
De tu vida le entregaste la última llama
como pidiendo perdón,
llorando, llorando, sin lágrimas
como una loca, llorando.



Sacudo el tiempo

Sacudo el Tiempo,
tiro la chaqueta,
como diciendo basta de apremios.
Sobre la cama
separo las penas que no deben viajar
a tu encuentro.
Anhelo tu pelo, tu recuerdo.
Me inclino a la memoria
de tu cuerpo,
porque repetirte quiero.
Detener el por venir
un ratito.
Abrazarme a antiguo sueño.
Te quieros de entonces
piel trajinada de lunes,
que mis caricias esperan.
Cruzaremos tu plaza
Tomados de la mano,
cazando memorias empujadas por el viento.
Las heridas del alma no sanan,
tú sabes,
Tal vez éste sea nuestro último encuentro.




Natalia


Apoyado en los balaustres,
tu cuerpo meciéndose en la hamaca, veo.
Amor fresco, fresca damisela,
repiquetean en mi alma campanas
y recuerdo tus calles,
la calle de tu casa,
tu pasito apurado
la estación de Sokol,
el mercado de tu barrio.
Ahora, que respiras Lima,
has encendido mi vida,
rescatándome de la muerte.
Tus piernas son dos péndulos de luz
y tus ojos encienden el color del guiso,
la elegancia del felino.
Triste es perder, poco a poco, la vida,
desperdiciarla en falsos amores.
Recobrarla quisiera para repartirla en pedacitos,
A los gatos, a los perros, a los periquitos,
A las rosas y margaritas.
Para ti, el cacho más grande
y devolverte, amada mía,
la fiesta que me diste.
Siete estrellas iluminan los balaustres
dónde, trémulo, mirándote a los ojos,
te dije que te quería.




Ágape de amor

Ágape de amor
mariposa soñadora,
tentación en vuelo.
Algarabía de las flores
remover tu albanega quiero,
muero.
La aljamía allende anuncia
tu llegada cristalina,
abanicos,
serpentinas.
Collar de perlas naturales
ofrendarte quiero, muero.
Vuelas rauda
mariposa de luz,
vélicas del Egeo
divisan el fulgor de tu cabello,
marineros del amor
quieren, mueren.
Regresa,
alba, pan, vino.
Ágape de amor
descansa en mi corazón
que sin ti no vivo,
Y hasta de morir, muero.




Playa desierta


Mi pensamiento corre
hacía tu playa solitaria,
que en silencio,
llora mi nombre
en su desierto.



La Alhambra

Abrasada por el sol andaluz
alforja de fantasía,
entre borlas y jarapas
sobre tus faldas el naranjo,
la higuera, la rosa y el arrayán.
De silvestre aroma,
eres hermosa vega fértil,
besada por el astro enamorado
que en tu pecho juega una caricia.
Coronada por la nieve
eres gracia de la gracia,
Santísima Virgen de las Angustias,
me declaro tu último abencerraje,
guitarra en mano para fandango.
¡Oh! deliciosa damisela que paseas
tu encanto por La Alhambra,
el Cerro del Sol apagó sus luces
ven, acerca te a mí, para besarte.





Tu Boca


Tu boca no fue suficiente.
Las cosas que con ella prometiste,
Juraste, callaste, dijiste.
Tu boca no fue suficiente.
No, no fue suficiente tu boca.
Y mi amor angustiado dejó
el placer que con ella me diste.
Rompí el embrujo de tus labios rojos
duchos en placeres, libidinosos,
lácteos.
Ahora te ahogas en mares de un día,
tu lengua ansía encontrar
la serena laguna que tuviste,
donde anclabas tu cuerpo
para limpiar los besos
que a extraños diste.
Tu boca.
Tu boca y tú:
no pueden creer
que me perdiste.




Amada mía


Sobre tus repechos
he germinado te quieros,
entre carátulas de libros,
nido insólito,
tantas veces he repetido tu nombre:
‘amada mía’.
Entre tus pechos tersos
escuché tu canto,
y un lucero raudo
engalanó mi alma,
con tu cariño.
Sobre tus pechos protectores,
animadores de vida,
tantas veces quise
comerte hasta el nombre,
‘amada mía’.




Princesa del río Almond


Princesa del río Almond
dama etérea,
tempestad de hermosura,
exclamación silenciosa
de la cruz.
Virgen sin templos
tus templos mis manos,
mi corazón,
mi cerebro.
En ellos vives
eternamente idolatrada,
acariciada.
besada,
cual barca
acechada por las olas.
Princesa del río Almond
tus lágrimas secas
no escondes
y mi corazón llora
afligido.
Añorando vivo el
principio,
el primer día,
tus joyas azules,
restaurando mis sentidos.
Colores para mis días,
suave oscuridad
para mi lecho.
Princesa del río Almond,
esencia de vida:
Un día me ofrendaste tu flor,
y mi corazón, bailando,
obsequióse, carnavales de alegría.
El techo,
paredes,
y las velitas alumbrando
tus prados dorados
para entregarte la vida.
Princesa del río Almond,
nuevos versos,
nuevas ilusiones.
¡Otro vendrá!
Otro.
Y mis lágrimas
inundarán el Almond
con mi dolor,
su río.



Si no te molestas

Si no te molestas
te doy un beso
pero si te molestas
te abrazo,
te beso,
y te llevo al rio.





POETAS INVITADOS
A Jorge Aliaga Cacho.
Por Victor Josè La Chira Acevedo.

Jorge, mi amigo poeta,
hermano del arte y pluma
eres para mi fortuna
fuego que a mi alma aquieta
y va trazando una meta
con arpegios de canciòn
efluvios del corazòn
en acordes de mi lira
Te abraza hoy Josè Chira
con una profunda emociòn.



Viajero del Mundo
Por Oscar Castillo Banda

(A Jorge Aliaga Cacho, heredero de un
ideario social).

Vendaval ruido, pàjaro alado de pluma
pensante
vocero de la extendida palabra
arrullador romàntico del renglòn seguido
sindicalista emergente de las causas justas
movilizador de juventudes,
semillero anunciador de la protesta
hombre social y clasista
combativo en la oralidad de su lenguaje
que anida la vida una lluvia de forastero
en la tierra seca y circundante
que atiza su llamarada como centellante
relàmpago.
Viajero empedernido desde el Oceano
Pacìfico
hasta el otro lado del Atlàntico
pero siempre llevando en hombros la patria
viva
que levita en su corazòn como un Quijote
de esta Amèrica grande,
como un Dante idealizando
su canto a la musa ideal de sus sueños,
como un Ulises que desde su exilio vuelve
a su Ìtaca peruana
asì es Jorge Aliaga Cacho del verso
combatiente
un amigo universal de vuelo libre.
Vistiendo el amor en todo idioma
en ese verso armiño
de mujeres buenas y mujeres malas
que es la confesiòn franca del poeta
que alerta una adhesiòn protectora en la
esperanza de la tierra
siendo esta la ùnica gratitud fecunda del
hombre
que en su vasta luz nos alumbra
y en su sombra oscura nos duerme con su
naturaleza viva
abrigando toda existencia humana.
Esa es la piedra filosofal de Jorge Aliaga,
un caminante que le ha puesto alas a su tiempo,
un hombre que se moviliza en los cristales de la palabra,
un huesped que vivirà por siempre
en el velero de su eterno idilio, su patria. 



A Jorge Aliaga Cacho
Por Josepepe Salvador Tmoch

J ovial escritor
O rador exitoso
R azonable e impetuoso
G enuino vanguardista
E mbajador humanista

A cicalas a tu prosa
L a haces muy hermosa
I mpecable retórica
A diestrada y armónica
G allardo y marcial eres
A pasionas a las mujeres.

C omo no homenajearte
A la vez felicitarte
C on el encuentro de poetas
H uacho y Huaura presente
O vacionada está la gente.
 


A Jorge Aliaga Cacho
Por Heber Arnaldo Ojeda Abad

Jorge Aliaga Cacho, escritor y poeta sublime,
amigo noble, sincero, discreto y buen hermano,
con una guitarra usted sufre, llora y gime,
tocando un buen cajón se siente muy ufano.
Alegre, bonachón, solidario, siempre risueño,
arquetipo de lo justo y de lo imperecedero,
de miles de corazones buenos es su dueño,
la honestidad siempre tiene por don primero.
Embajador cultural y literario en buena hora,
siempre labora ungido de fe y de optimisno
para su ser sonriente escasamente hay pena
marginando con su saeta al conformismo.
Su pluma es ágil, perfecta,digna y soñadora,
va por sendas conocidas e ignotos lugares,
del mundo de las letras es muy conocedora,
su paso es fulgurante y no tiene iguales.
Tiene por gran arma la buena y grata reflexión,
su rico bagaje le lleva a ser grandilocuente,
habla con el preciado verbo que le dicta la razón
por aquello es su versar sano y convincente.
Siga adelante buen señor varón y buen cristiano,
mi admiración y alabanzas humildes muy de veras,
su accionar desconocerá lo indigno y lo profano,
tendrá ante usted bellas y floridas primaveras.
Buen pensador, sencillo, augusto y a la vez sereno
su fulgurante estrella debe brillar en mil confines,
el paso del tiempo para usted sera muy bueno,
desde lo excelso cantarán a su honor los serafines.



Cuando muere un poeta
Por Julio Solòrzano Murga

Cuando muere un poeta, calla la vida, se entristece el alma, el mundo suspira… 
Cuando muere un poeta, se quiebran las voces del ritmo versado, del alma herida. 
Cuando muere un poeta, la tinta se esparce sobre la pálida hoja buscando la pluma que débil reposa junto al tintero, soñando escribir, quizás, su última prosa. 
Cuando muere un poeta, hay un silencio profundo, no hay cruz, ni corona, ni un llanto, ni un gemido, sólo queda cual nido un libro encendido, con letras ardientes que graban los versos, del poeta querido. 
Cuando muere un poeta, hay calma en el cielo, las huestes celestes irradian sus luces al rítmico paso de un verbo valiente, que queda en la tierra, Cual valioso presente.
 



Doble Muerte
Por Raùl Gàlvez Cuèllar

Te conocí desde mi niñez, César Vallejo.
escogiste mi corazón y te quedaste
hasta morir otra vez cuando yo muera.
Así fuimos a Santiago,
a Trujillo, Lima y París,
cuando en tu tumba anulamos al tiempo
firmando el pacto de volver.
El plazo vence, no hay prórroga.
Y aunque me entierren en Lima,
de acuerdo al pacto de Montparnasse,
pronto será tu segunda muerte.
Tú y yo lo sabemos.



Si preguntan por mi
Por Lucy Martínez

Si alguna vez preguntan por mí,
contéstales que ya no existo,
que me perdí en el silencio
de todos mis desaciertos.

Si quieren saber donde fui,
respóndeles sin temores, di
que entre las sombras me perdí
y cual fantasma vaga incierto.

Que una mueca fría remplazó
la sonrisa que antaño fue
y en los ojos solo brillan
tristezas de un amor lejano.

Si preguntan alguna vez,
diles que estoy en lo profundo
de mis inventados infiernos,
quemando sueños inconclusos.

Que no intenten encontrarme,
di que ya no vivo consciente,
que mi olvido ya tiene tumba
y que mi cruz lleva tu nombre.

(Poema escrito en Japón el año 2002).



Oyes Padre
Por Julia del Prado

Oyes padre, mi canto
en estas mañanas
de invierno gris.
Oyes padre, mi risa
en primavera
de alegrías y cuentos.
Mi llanto
en noches
de refugio en almohada.
Mis historias
en brisa
de olas en pausa.
En Selva
de capironas y renacos
que ríen y lloran
cuando las huambras
abren sus ojos
y extienden su mano.
Mi silencio
en cura de alma.
Mi plática
en días de otoño
compartidos.
Oyes padre, las guerras
en las que el hombre
se abate
en oscuro reproche.
La Paz
en el ingreso de libélulas
mariposas y orquídeas
a mi casa con luz.



Lucìa de grande era niña
Por Verònica Morante  Rossell

Lucía de grande era niña,
cuando sus pies oscuros danzaban
temblaba la tierra
y se amarraba a su cintura.
“Niña, regálame tus juguetes”, así decía.
Yo se los regalaba
para volver a su sonrisa de maíz
sobre enormes barcas de totora.
Extendida la lliclla
envolvía sus tesoros:
carros desllantados
tambores desteñidos
ollitas sin comida
tacitas sin asa
casas sin puerta…
igual se reía.
Solo una vez su voz cruzó dos tempestades
“No, esas no, niña. Esas no quiero.
¿Para qué pues muñeca partida?
Rapidito anudaba la manta
contenta se iba,
yo me quedaba mirando las muñecas partidas.
Cuando las recuerdo
me descuelgo por tus trenzas
hasta el desembalse de tus mejillas
y ya sé por qué quiero devolverte tu risa de lago,
grande
niña.



El Triciclo Verde
Por Celia Ariza

Dónde está el triciclo verde
Con el que jugábamos
De tarde en tarde,
Yo con las trenzas desordenadas
Tú con tu risita asustadiza,
Mamá requintaba y papá
Refulguraba su diente de oro.
Había más que polvo
Acariciándonos los rostros
En aquella pampa de Pasaje Olaya,
Éramos inmensamente felices
Nos sentíamos los dueños del mundo
Los inventores de la risa fácil
Que derramábamos de nuestros cofres
Llenos de confianza y de fe
En esa tierra que amábamos.
Yo abría los ojos grandes
y agarraba fuerte el triciclo
Para impedir que te hicieras daño,
Mamá me podría castigar,
Me repetía insistente.
Hace poco me descuidé hermano
Te dejé caer del triciclo
Y nuestros días se hicieron añicos.
Hay cientos de puños, miles, millones
Que te amenazan con rostros fieros,
Cómo gritan, cómo hablan, cómo murmuran,
Quiero extender los brazos para protegerte
Pero no sé cómo quitarme estos grilletes de las manos
Cómo descoser mis labios sellados
Y cómo calmar este grito silencioso,
Por un tiempo, por un tiempo.
Sujeta la mano de papá hermano
Que es fuerte, con su puño rompía el cemento
Molía la piedra con la cual mamá hacía harina
Y doraba el pan con sabor a nuestro Huacho.



Acròbata de Letras
Por Patricia Rojas
(A Jorge Aliaga Cacho).

Señor de los ojos negros,
màs allà del tiempo,
de la distancia.
Acròbata de letras,
de tus alegrìas.

Señor de un tiempo distinto,
de las màgicas lunas
que atraparon tus noches
quedando
el sueño vacìo.

Señor de tierras lejanas,
aprisionas tu llanto perdido
mirando a lo lejos
tu pueblo, tu nido, un rìo.

Te lleva un poema en la nostalgia,
a tu amada, al cafè, al cielo querido,
añoran tus manos la flor del lirio,
guiar su cuerpo en tu lecho perdidos.

Señor de viajes, de libros,
son tus momentos los silencios,
la inquieta filosofìa.
Te llevo y te traigo con los caprichos de un poema,
sueño de los sueños
la condena, la pasiòn
se cobija y queda.

Miro en tus rincones,
esos que quedaron.
Hombre, misterio,
soledad, deseo.

Mareas de la noche
suaves, silenciosas
bajo la luna
murmullo de espuma
miran tus ojos negros
y diera alma mìa,
por estar en tus sueños.



Dios es Poesìa
Por Diana Benites

Dios es amor abundante,
Dios es verso en un papel,
Dios es la felicidad,
Como el sol que nace a diario.
Dios te llena de amor,
Perenne es su luz.
En cada acto de amor se manifiesta.
Como en la sonrisa de un niño,
Esta es la bendición de nuestro Creador,
En cada corazón enamorado
Él se está declarando,
Dios es música,
Dios es la fuerza de lo invisible.
Como el amore,
Necesario para nutrir el alma,
Germina como el girasol.
El amor es el milagro,
Dios es sanación,
Todos buscan la paz,
Y es el amor…
Pero Dios es la fuente
De todo amor
Y todo amor, es poesía
Arte eternizado en un papel.
Melodía para los corazones.



Àngelus al atardecer
Por Anna Sant

Somos tan diferentes
pero unidos como la miel al manjar.
Tus besos llenos de néctar
calman mi sed
Tu mirada me da luz.
Tu corazón tiene mucho amor
para dar.
Quiero más besos tuyos
porque me embriagan
cual vino tinto, como aquella
noche lóbrega, en la estación.



Xmo. Festival, Berlín, 1973
Por Josè Pablo Quevedo.


Ese eco en el cual guardamos el tiempo de la utopía.
Savia o médula que alimentaba juveniles bríos.
Merecidos centímetros logrados en duras faenas,
para medir lo que tanto valieron esos días.

Por doquier apuntó el incesante músculo de la vida,
y en nuestro corazón la emoción se definió entera.
Atentos fuimos tras lo que habíamos perseguido,
y si hubo algo que había que desdeñar, la maldad era.

La dimensión de ese breve relámpago ya pasado,
es permanecer mientras al sentido acompañe
la memoria.

En los ojos inmutados su centro la emoción lo tuvo,
aquello que queríamos hacer también con el futuro.
Yo amé y también me sentí amado y , en ello, soy sincero,
y tuve sed para vivir, y vivir con lo que devendría.

En las calles besándonos cantando avanzabamos,
e íbamos haciendo cadenas con los cuerpos y con las manos.
Si hay raíz que estremecida quedó en el tiempo, es la vida,
y confieso, allí vibró mi yo multiplicado.

Si hay tallos y colores nuestro interior saboreando,
secretos tiene el corazón para seguir amando.
El eco que no calla se va multiplicando,
y es un saborear que siempre revive y vamos amando.

El eco que se quiebra se corrompe y parasita.
¡Ah amigo!, raudo te desvaneces en el tiempo de la nada.

(El poema fue escrito en Berlín, septiembre de 1993).



La Noche
Por Manuel Mosquera M.

La noche llega cabalgando al milenario faro que alumbra
Su movimiento por la conciencia estelar del espacio
En ella discurre el manantial donde las palabras resucitan
Mana existencial por el viento cordillerano
Al amanecer brota torrencial por las estaciones
Construidas por el alba en su hora primaveral
Y entre la escritura y mi corazón
Existe la complicidad del lucero y las amapolas
Cuando desnudan a la mujer y al hombre
Y graba sus anhelos en el acorazado pecho de la brisa
La noche acurruca sus sueños sobre los brazos
Florecidos por las torcazas creadas por la luz
Deshila la guadaña que envuelve a las sombras
Y su cuerpo estremecido acoge placentera la vieja melodía
Del violín apasionado
Con el que llega el rocío para acariciarla
Convertida en madreselva y bandadas de aves
Atraviesa clamorosa
La soledad que envuelve a la hoja en blanco
Pinta su oscuridad con el matiz
De la lumbre y el verde olivo
Y me siento feliz!
Feliz porque en su desborde quimérico
La noche me ha mostrado su rostro
De luna radiante/De pleamar/De musa centellante
Y enamorado quemo mis desiertos
Entierro mis silencios en el pétalo austral de las kantutas.



Aquí no llora nadie
Por Luis Yàñez Pacheco

¡Aquí no llora nadie!
Las madres de España van vestidas de negro
y cubren su cabeza con pañuelos oscuros.

¡Aquí no llora nadie!
Las novias en los pueblos comen de un pan moreno
y pisan, en pequeño, lo mismo que los hombres,
cuando van tras los bueyes por el flaco terreno,
dirigiendo con mano firmísima el arado.

¡Aquí no llora nadie!
Por los míseros montes se desgarra la tarde
y un niño con descuido de hombre grave conduce
rebaños reducidos de escuálidas ovejas.
Mas allá tras los montes, ronca y siniestramente,
la muerte permanece.

¡Aquí no llora nadie!
El ansia entre dos luces va fingiendo descuido
con menudos quehaceres. Mientras humildemente,
las vecinas escuchan, con un silencio llano,
la voz grave de un viejo, sus noticias severas.

¡Aquí no llora nadie!
Los hijos y los novios, hermanos y maridos,
hombres que se visten con géneros de pana
y tienen la piel dura de sol y vendavales,
se van y se despiden y forman batallones.
¡Aquí no llora nadie! Se van sencillamente.

Nadie, no. Aquí nadie.
¡Que lloren otros pueblos su libertad perdida!
Aquí las hachas talan durísimos pinares,
que los martillos clavan en féretros desnudos.
Que otras mujeres lloran sus maridos vivientes:
para los hombres muertos hay respeto en España,
y un silencio mordido y un esperar callado
y un campo de batalla para sus sucesores.

¡Que rompan los pañuelos!
¡Que rasguen a tiras blanquísimas de hilo!
¡Que ciñan bien frescos a la herida caliente
o que cubran con ellos la herida prematura
de un joven soldado!

¡Aquí no llora nadie y el corazón domina.
Y si se vierte sangre, las lágrimas se ahogan
por la noche, en silencio, contra la dulce almohada,
junto a la espesa niebla de un presagio nocturno.

¡Aquí no llora nadie!
Aquí la muerte pierde.
Aquí se alzan los pueblos con sangre a borbotones
y aquí se muere a golpes durísimos de plomo.

¡Aquí no llora nadie!

Playa desierta.


Jorge Aliaga Cacho

Lima - Perù.

Becquer.


 10 poemas.

Antonio Huilca Huallpa.

Antonio Huilca Huallpa

Por Jorge Aliaga Cacho

Antonio Huillca Huallpa, naciò en la provincia de Canchis, en el Cusco. Èl, hijo de campesino, fue pastor de llamas y ovejas en su niñez. Esa vida de campo hizo que Antonio abrace la pintura naive con la cual registra la naturaleza de su bella tierra, las costumbres y la historia de su pueblo. Huillca, naciò y creciò, precisamente, en la misma regiòn donde naciò y viviò Josè Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II, regiòn que es considerada la cuna de la emancipaciòn de Nuestra Amèrica. Su obra es singular en el arte cusqueño, pues esta registra la cosmovisiòn andina y preserva sus valores tanto sociales como religiosos. A travès de sus obras, Antonio Huillca, nos hace recordar nuestra historia, valores, las luchas de nuestros pueblos y a sus deidades. Sus obras contribuyen a formar nuestra identidad y, a traves de ella, reconocer a nuestros primeros patriotas, pues con ellos empieza, en Nuestra Amèrica, el concepto de patria.
La pintura que nos toca comentar muestra el odio opresor de un sistema colonial que castigò con el escarnio, el terror y la maldad a la poblaciòn que vio nacer su anhelo de justicia y libertad.
Un testigo anònimo describiò asì la muerte de Tupac Amaru II: 'Se le sacó a media plaza: allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo: atáronle a las manos y pies cuatro lazos, y asido éstos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamas se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos ni fuesen muy fuertes, o el indio en realidad fuese de fierro, no puedieron absolutamente dividirlo, despues de un largo rato lo tuvieron tironeando, de modo que le tenían en el aire, en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, movido de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz despachó de la Compañía una órden, mandando le cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde le sacaron los brazos y los pies...'. Ademàs de la muerte del lìder de la rebeliòn, Josè Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II y sus familiares, los españoles tambièn asesinaron a sus seguidores. Ello ocurriò el 18 de mayo de 1871. La pintura nùmero 60 de la colecciòn pictòrica de Antonio Huilca Huallpa muestra que sus seguidores fueron quemados, ahorcados y descuartizados. Fue uno de los 'ajusticiamientos' màs brutales ocurridos en la historia pero el pueblo en lugar de amedrantarse continuò con las rebeliones en varias partes del territorio de la colonia. Tomando primero, la posta en la lucha, su primo Diego Cristobal Tupac Amaru. Asì la rebeliòn se extenderìa al Alto Perù y a la regiòn de Jujuy, hoy territorio argentino.
La lucha de Tupac Amarù II tuvo algunas consecuencias que caben rescatar: al año siguiente, en 1782, se prohibìo la obra ''Los Comentarios Reales de los Incas'', del cronista Inca Garcilaso de la Vega, con la finalidad de borrar cualquier vestigio de identidad que no fuese peninsular. El año 1784, se anularon los corregimientos y repartimientos y, en su lugar, se crearon las intendencias. En 1787, se crea la Audiencia del Cusco. 17 años màs tarde se lograrìa la independencia de Haiti, abriendo, de esta forma, las puertas para las futuras rupturas de cadenas y afirmaciòn de nuevos paìses independientes del yugo colonial.
Antonio Huilca Huallpa fue el primer artista que realizò una muestra individual en el Palacio de Gobierno del Perù, esta se realizò el año 1987. Huilca Huallpa tambièn ha presentado sus obras en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Inglaterra, Francia, Suecia y Suiza, etc. Sus hijos Anthoni, Salvador y Ángeles, han heredado el amor por la pintura y, cada uno, en su estilo propio, sigue la tradición paterna. Por estas razones felicito a Alfred Asis por la presente ediciòn y publicaciòn de 'Los espíritus de Antonio Huilca Huallpa y Túpac Amaru', obra del pintor cusqueño que realizó esta magnífica obra que la conforman 73 cuadros al òleo sobre la vida de Tupac Amaru, Josè Gabriel Condorcanqui Noguera.

Гонка к морю


Гонка к морю
Автор: Хорхе Алиага Качо
(Переводчик: Ирина Гончарук).

Гордая с точеною фигурой,

Ты спешишь, меня не замечая,

Легкою, танцующей походкой,

От моей любви ты ускользаешь.

 Я пишу эти строки влюбленный,

Бедными они мне кажутся,

Но кровью моей горячей, 

Они до краев наполнены.

 Кровь моя бурлящая,

Рвется, бежит стремительно,

По рекам сосудам огненным,

Красная река желания.

 Полноводная, бурная, знойная,

Мчится потоком яростным,

В безумном желании, 

Влиться в море страстное.

 Лаская кожу обнаженную,

Невинную, белоснежную,

Омывает твой пупок нежностью,

Окрашивая его в алый цвет.

 Красная река целует твою кожу,

Красная река накрывает тебя,

Влюбленная река, лижет тебя,

Возбуждая, своей гонкой к морю.

20 de mayo de 2021

Jorge Aliaga Cacho en España.


Ojos negros que fascinan.

'Ojos negros que fascinan
ojos negros que dominan
ojos negros, dulces ojos
son tran crueles y tan piadosos
ojos negros que arebatan
ojos negros que me matan
ojos negros dulces ojos
triste vida de mi corazòn'.

Francisco Canaro, uruguayo-argentino, 1884 - 1964.

18 de mayo de 2021

Jorge Aliaga Cacho presenta libro de Julio Solòrzano Murga.


TERTULIAS LITERARIAS
LITERATURA PERUANA
CUENTOS HUACHANOS
Por Jorge Aliaga Cacho
Edimburgo-Escocia.
Al leer el último libro de Julio Solórzano Murga, “Cuentos Huachanos”, uno puede distinguir claramente cual es el leitmotiv en la obra de este escritor hermano que hoy nos convoca para la presentación de su libro.
Así como para Antonio Machado fue un aspecto importante en su poesía el registro de “la tarde”; así como. Para Juan Ramón Jiménez, el aspecto relevante en su creación poética fue el registro de “el mar”; para nuestro peruanísimo Julio Solórzano Murga su leitmotiv, su registro sustancial, es Huacho, la ciudad que lo viera nacer.
La obra “Cuentos Huachanos” que hoy nos toca presentar es de vital importancia para rescatar la memoria de un pueblo que se sabe digno de una herencia milenaria, y Julio Solórzano apela al recuerdo, a las memorias de la tradición oral para plasmar en un hermoso libro el modus vivendi de Huacho, un pueblo que ha visto la transición del paso de un sistema semi-feudal de indigna condición humana donde predominaba la miseria y explotación a otro que se presentaba con la modernidad, de aparente mejora en la condición humana pero que realmente era la continuación de un estado de cosas por el cual una minoría terrateniente hacía su metamorfosis y se transformaba en la nueva elite que sería la encargada de imponer la forma capitalista de explotación. En Huaura, es cierto, se dio el primer grito de libertad, `pero también es cierto que este grito no llegó a plasmarse en una verdadera independencia económica y las familias peninsulares y los criollos, en el Perú, se convirtieron en la oligarquía que posee el control del poder económico hasta nuestros días.
Cuando José Enrique Rodo publica su ensayo “Ariel” en 1900 este se convierte en una preocupación por contemplar las diferencias entre todo lo que representaba la identidad nacional, en los países hispanoamericanos, y lo que los diferenciaría de la cultura y sociedad europeas. Fue por primera vez que se cuestionaban a las sociedades europeas y norteamericanas.
Después de la Primera Guerra Mundial, Europa quedó en la ruina, fuertemente golpeada su industria y los latinoamericanos recibieron elogios del viejo mundo en virtud de una posible resurgencia de Latinoamérica con un mejor modelo social. En ese camino también se inscribe Ricardo Guiraldes, autor de “Segundo Sombra” quien creciera en el mundo del los gauchos. Lugar que le era familiar. - Este es el impulso literario que diera origen a lo que conocemos como novela regionalista-
He sido crítico del mal uso del termino regionalista, sobre todo cuando se trata de encasillar de manera libre y, sin mayor juzgamiento, a una expresión literaria.. Algunos sectores izquierdistas se abrazan a la literatura regionalista para luego abandonar la lucha en formatos que ellos consideran no pertenecer a la arena del regionalismo. Por esta razón yo deseo ubicar a Julio Solórzano Murga en el terreno de los escritores descriptivos, y tal vez lo haga por mis sospechas de aquellos que usan el regionalismo para no confrontar al imperialismo en su propio tiempo y espacio histórico.. Julio es el observador, el que escucha y piensa para luego rendir una historia veraz basado en la realidad que ven sus ojos más que en la realidad muchas veces prescrita por una doctrina..
Julio Solórzano Murga, como lo fuera Alfredo Spelucin (1897-1973) poeta que registrara con gran brillo el mar de su tierra, o como Alejandro Peralta, autor de “Ande” (1926) y “Kollao” (1932), que nos entregara perdurables pinceladas del alma y la vida serranas. Así Julio Solórzano Murga ha rescatado para su pueblo imágenes de gran valor estético que registra con brillantez a su Huacho, a su gente y a su ambiente. . Las descripciones que Solórzano Murga da a los personajes de sus cuentos y su entorno caminan de la mano en un marco de proceso dialéctico de asimilación, integración cultural, reciprocidad o lucha de contrarios. En Huacho siendo menos industrializado que la capital limeña este proceso de transición es evidentemente más lento, tímido y hasta confuso. El Amauta José Carlos Mariátegui escribe en sus “7 ensayos….”: “Todo lo que en esta civilización es íntimo, esencial, intransferible, energético, aparece ajeno a su ambiente vital. Algunas imitaciones externas, algunos hábitos subsidiarios, pueden dar la impresión de que este hombre se mueve dentro de la civilización moderna. Mas, la verdad es otra”. A mi me parece que “Cuentos Huachanos” de Julio Solórzano Murga está recurriendo a esa verdad.que Mariátegui anuncia. Pues, Julio Solórzano, en su breve reseña histórica de Huacho afirma categóricamente que la campiña huachana fue “el polo de desarrollo de la ciudad”, la inversión extranjera sería posterior y la cual se iniciaría con un número de hoteles que sumado a la construcción del muelle de Huacho y el ferrocarril hacía Lima cambiarían gradualmente la fisonomía de la ciudad. En este sentido los cuentos de Julio Solórzano representan a diferentes tiempos y espacios que concurren a la transición de una sociedad semi-feudal a una confusa, desordenada y de tímida formación capitalista. Así, Solórzano Murga empieza a contar sus cuentos con la historia de Dionisio El cigarrero que introduciría el ahorro y las finanzas en Huacho mezcladas con yunzas y fiestas populares, maestras y lavadoras de ropa, futbolistas de barrio, pregoneras, costumbristas y políticos; criollazos, comenísperos, matascholeros. Jugadores del run run, canicas y bolero. Sus cuentos de la campiña huachana son pintorescos y nos devuelven a la vida personajes de leyenda como Pedro Alcantara que al igual que Tatán en los Barrios Altos de Lima, de quien se dice que compartía el producto de sus hurtos con gente necesitada del barrio de Las Maravillas cercana al río Rimac o del ya más legendario Luis Pardo.
Las mujeres tienen su espacio en la literatura de JSM, y es un espacio muy importante. Las hay mujeres hermosas de la campiña, mujeres curanderas y brujas, rubias aparecidas a media noche, viudas o mujeres de armas tomar como “La huasa” descendiente inca convertida en terrateniente, que a finales del siglo XIX, nos da una lección de cómo administrar las tierras y ganarse el respeto de sus peones. JSM juega con el tiempo y nos hace volver a los años cincuenta para contarnos la historia de un brujo castrado.
Apreciación aparte se merece el cuento Ceviche de Pato que considero uno de los mejores logrados y representativos de la culinaria huachana. Se distingue también la deleitable ingenuidad pueblerina en el cuento de “La Misteriosa jinete del Potro Negro” y el encanto de lo real maravilloso en “El perro pulgoso”.y, en “las piedras que alumbraban como faros de carro”, en el cuento titulado “El toro huanco”. El deporte aparece y reaparece a la manera de futbol en “El chino Pirincho” , “Gavilancito”, como en el poema crema “Queredenbú, negrito de la U”, y en la natación con el cuento “Competencia sin Fin”.
El homenaje a la hermosa tierra de Ambar se hace presente nuevamente en el marco del futbol cuando la banda de músicos e Huanri toca el huayno Gavilancito y hace ganar a su equipo de futbol, o en la historia de Lorenzo el joven domador de caballos que terminó trabajando en un circo allá en México. O en el cuento Tayta Cura donde un futbolista se disfraza de cura para impresionar al equipo contrario y no permitirles hacer más goles en el supuesto equipo ambarino que se suponía recibía un refuerzo de Dios; o en el cuento Carmencita, de la pelea de gallos
El agradecimiento a la profesión médica, en la persona del Dr. Moquillaza, se hace presente en el cuento “Honorata” a quien se le extirpara un tumor de cuatro kilos de peso. La pasión política del autor se desborda en “La pasión por el poder, la derrota del dictador” donde JSM denuncia las patrañas mediáticas que se organizaron en el pentagonito y saca a relucir las matanzas cometidas en Los Barrios Altos, La Cantuta, del Santa, Huacho y el asesinato de Pedro Huilca Tecse, Secretario General de la CGTP. JSM hace lo propio en su nota Maestro del Sindicalismo, tema dedicado a la memoria de mi padre Jorge Aliaga Merino, ex Director de la Escuela Nacional Sindical de la Central Mariateguista. º
He dejado para el final un corto comentario sobre su cuento La Oración del Justo. Porque me parece de vital importancia hacer una aclaración al respecto. El ser humano, a mi entender, no puede separar sus partes componentes, esto es lo material y espiritual. y JSM a través de toda su obra no deja que nos falte la palabra de Dios. Fidel Castro en la década del 70. en Santiago de Chile, en una reunión con sacerdotes y ministros, de más de treinta denominaciones religiosas, había pedido la unidad de los creyentes y marxistas para contribuir mejor a la revolución que beneficie al desarrollo humano y social. Muy pocos escritores que apuntan desde la izquierda han tenido la capacidad para ver la importancia de esta simbiosis que se hace indispensable en nuestros días. Por ello, por la calidad estética de este libro, por el compromiso social asumido por el autor, con gran júbilo recomiendo “Cuentos Huachanos” a los amantes de la buena literatura.

Amor y Beriberi


Por Jorge Aliaga Cacho

Emilio Aliaga Reyna


Jorge Aliaga Cacho visita la tumba de Emilio Aliaga Reyna, su abuelo,  en Sucre, Cajamarca, Perù.

Familia Aliaga en el Huauco, hoy llamado Sucre, en Cajamarca, Perù


Amor y Beriberi
Por Jorge Aliaga Cacho

Había una vez una hermosa joven de dulce rostro y figura gràcil. Era hábil tejedora de sombreros y vivìa en las tierras del Huauco. La joven era alta, de pelo largo castaño que, al levantarse en las mañanas y acostarse por las noches, cepillaba con esmero. La joven era hija de brasilero y llevaba por nombre Santos. Santos solìa vestir prendas que los comerciantes traían al pueblo a costa de sacrificio y fatiga. Ellos sorteaban la selva y el beriberi. Grandes hazañas vivìan aquellos hombres que, en su afàn de negociar, cruzaban la selva a golpe de machete y picaduras de mosquitos. Tambièn portaban pìstola por si acaso se cruzaran, en su camino, con una vìbora de dos patas. Asì llegaban esos hombres al Huauco con sueños de fortuna. Allì los mercaderes ofrecían sus productos: mostacillas, paraguas, telas, shakiras, dagas, ponchos de jebe, diversidad de ropa y calzado de cuero fino. Los Celendinos, llamados shilicos, tambièn iban al Brasil para vender sus productos. Allà llevaban sus famosos sombreros de paja-toquilla, quesos, natillas, telares y buena cantidad de sencillo, para llevar a cabo sus transacciones mercantiles. Sabían que cuando faltaba suelto para dar el vuelto, se apagaba el negocio en cualquier lugar del mundo.

Neptalí Chávez era joven inteligente y apuesto. Èl pretendía a la bella Santos. Pero, para su mala suerte, a ella la pretendìa tambièn su hemano menor, el Clodomiro, que llamaba a la Santos en sus sueños.

La vida del pueblo transcurría tranquila. Las mujeres, como dice Joan Manuel Serrat, 'hacìan bolillo buscando ocultas tras los visillos a ese hombre joven que, noche a noche, forjaron en su mente'. 'Fuertes para ser su señor y tiernos para el amor'.

La tranquilidad del pueblo terminaba cuando al Emilio, que tambièn era huauqueño, se le antojaba montar a caballo y, en compañìa de sus compadres, incursionar en Celendìn haciendo disparos al aire. Asì entraban al pueblo que sacudìan de su letargo. Al oìr los ¡bang!; ¡pam, pam!, las mujeres shilicas sabían que llegaban Los galanes del Huauco y asomábanse a sus ventanas. Se escondìan gozosas detrás de las cortinas, encendían sus ojos zarcos y arrojaban suspiros al ver pasar a los jinetes de sus sueños.

Entre los de a caballo no faltaba algún mataperro que entraba a algún almacén para exigir cupo. Entonces los mercaderes, de apariencia àrabe, les alcanzaban una botella de caña y un paquete de cigarrillos 'Inca', conocidos como los 'matagarganta'. Los celendinos tenían una jurada rivalidad con sus pares huauqueños, y ellos también solían hacer ese tipo de incursiones 'cosacas' en el vecino pueblo, llamado hoy Sucre, a 15 minutos de Celendìn, capital de la provincia del mismo nombre, en el departamento de Cajamarca. En Celendìn, descansaba una plaza, un hotel familiar y una iglesia pintada de celeste. En esa plaza se reunìan las doncellas del pueblo los fines de semana. Allì ellas paseaban en duos o trìos, conversadoras, pìcaras, ojitos, se le corriò la media, zapatos de charol, medias canilleras, esperaban ser presas de las miradas de los mozos que animaban su hombrìa, con alguna copla de carnaval, interpretada por los mùsicos flacuchentos de un destacamento militar en el cual destacaban el gordo que tocaba el bombo y un enano que tocaba el tambor.

Esa era la dinámica de esa vida puebleril, siempre marcada por la rivalidad entre los habitantes de esos distritos vecinos: El Huauco y Celendìn.

Emilio era huauqueño y pretendía a Angélica, una mujer celendina de finos cabellos y ojos azúles. Angèlica era pequeña de estatura, era todo ternura y trabajaba como maestra en la escuela del pueblo. Emilio la querìa mucho pero tambièn tenìa su 'punterìa' dirigida a la bella Santos de gràcil figura, cortejada por los hermanos Chàvez.

Pasaban los días y las muchachas casanderas esperaban ansiosas las incursiones de sus pretendientes que llegaban al galope hasta la plaza del pueblo. Algunos vestìan espuelas de plata que relucìan en las ancas de sus rocines. La excepción de este detalle era el 'El moco' Manuel que trotaba montado en un burro o en una mula alazana. Ello motivaba risas que las muchachas apagaban en el umbral de sus ventanas. Grimaldo, 'El orejòn', hermano de 'El moco', se preocupaba. 'El moco' sufrìa del corazòn que, a veces, le bombeaba con dificultad.

Pasaron varios meses y llegò la lluvia con nuevas cargas de los enamorados jinetes. En una de estas a 'El moco' le vino una descompensaciòn cardìaca y cayò de la mula sobre un terral. Allì muriò y terminò la incursiòn de los celendinos. De luto se vistieron los dos pueblos. Pasado el tiempo, el Emilio conquistò el amor de Santos, la de la gràcil figura y Angèlica la de la ternura infinita. Los hermanos Chàvez quedaron despechados y le tejieron mala fama al Emilio: Hoy circulan en el pueblo esas despechadas historias: 'que el Emilio era torpe, que no sabìa bailar, que no usaba pañuelo para sonarse los mocos'. Una noche, el Emilio, entrò a una casa de adobe donde se celebraba una fiesta. Allì bailò placenteramente con mujeres huauqeñas que admiraban su porte distinguido y vida bohemia. El era alto de estatura y formaba un garabato, para acercarse al oìdo de sus parejas de baile. Les contaba historias picarescas, historias de amor. Entre mùsica, trago y bocanadas del cigarrillo 'Inca', pasò la noche bailando, cantando, fumando, comiendo. Antes de llegar el alba, en las ùltimas horas de la oscuridad, el Emilio se puso su abrigo, se acomodò el sombrero y saliò a la calle rumbo a su hogar. Por allì corrìa una acequia turbia y peligrosa. Emilio habìa disfrutado la vida plenamente, a su manera. Sonreìa al ver correr las aguas turbulentas pues la alegrìa de lo vivido era superior, pura y cristalina. Contento volvìa a casa el Emilio, pero de imprevisto, sintiò trastabillar y cayò a la acequia. En ella lo encontraron muerto con los brazos levantados al cielo. Unos dicen que lo matò el beriberi, yo digo que lo matò el amor.