Felicitaciones, amigos del hermano país de Chile. Me enorgullece, mi estimado Jorge, poder publicar en tu pagina un poema que escribí sobre Pablo Neruda, hace algunos años. CANTO GENERAL A NERUDA Videlmo Nuñez Tarrillo
Por Videlmo Nuñez Tarrillo
In memoriam a los poetas caídos.
Pablo, eres el niño triste
que miraba desde el fondo de la vida
a la lucha del pueblo, tu compañero.
Plasmaste los misterios dolorosos
en la amarga esencia
de tu palabra encendida.
Sin ti, poeta, ¡qué difícil entender la vida!
En ese jardín de la palabra
cantaste muy bien a la vida,
más cerca del cielo que de la tierra.
Conociste el lenguaje inexorable
de los fusiles y el hambre azotado
de tu pueblo…
¿Acaso sabías que ibas a morir
estremeciendo la vida y los silencios?
Quisieron darte como cicuta
la gota sucia de la envidia.
Pero tú has muerto ahogado por la represión
que bañaban las calles de sangre,
salpicando los ventanales y los tejados.
Tu corazón se paralizó ahogado
sobre un inmenso charco de agonía.
En las cárceles de Santiago
no quisiste ver tu patria ensangrentada
porque era para ti la primera muerte.
Neruda. hijo de la luz de América
tu corazón sigue siendo una semilla
de amor y libertad
que germina entre nosotros.
Trituraron tu alma
y querían apagar la luz del alba,
la llama encendida de tu cuerpo muerto.
¿Acaso no sabías de tus aguas
nacidas en el dolor de las nubes
que otrora escarmenaban la suerte
en el crepúsculo de la vida?
Pablo Neruda, ¡has muerto hoy
para no morir mañana!
Pablo, eres el niño triste
que miraba desde el fondo de la vida
a la lucha del pueblo, tu compañero.
Plasmaste los misterios dolorosos
en la amarga esencia
de tu palabra encendida.
Sin ti, poeta, ¡qué difícil entender la vida!
En ese jardín de la palabra
cantaste muy bien a la vida,
más cerca del cielo que de la tierra.
Conociste el lenguaje inexorable
de los fusiles y el hambre azotado
de tu pueblo…
¿Acaso sabías que ibas a morir
estremeciendo la vida y los silencios?
Quisieron darte como cicuta
la gota sucia de la envidia.
Pero tú has muerto ahogado por la represión
que bañaban las calles de sangre,
salpicando los ventanales y los tejados.
Tu corazón se paralizó ahogado
sobre un inmenso charco de agonía.
En las cárceles de Santiago
no quisiste ver tu patria ensangrentada
porque era para ti la primera muerte.
Neruda. hijo de la luz de América
tu corazón sigue siendo una semilla
de amor y libertad
que germina entre nosotros.
Trituraron tu alma
y querían apagar la luz del alba,
la llama encendida de tu cuerpo muerto.
¿Acaso no sabías de tus aguas
nacidas en el dolor de las nubes
que otrora escarmenaban la suerte
en el crepúsculo de la vida?
Pablo Neruda, ¡has muerto hoy
para no morir mañana!