Por Eduardo Pimentel Mauricci
A los demócratas revolucionarios esta campaña electoral (segunda vuelta) nos impone la obligación (entre otras) de explicar la naturaleza económica y política de las propuestas vigentes de PPK y Fujimori, ambas neoliberales, de sida y cáncer al mismo tiempo.
Aun así, en este caso singular, nuestra tarea principal es mostrar el contenido terrorista del neoliberalismo con los ejemplos del fujimorato de la década del 90. Como tarea hasta junio, podemos y debemos evidenciar la relación entre el terrorismo neoliberal y el Fujimorismo, recordando, el contenido y forma de la futura política para el lapso del quinquenio 2016 al 2021 que viene. Tenemos la (obligación) oportunidad para mostrar con las evidencias acumulados en 11 años del régimen autoritario de Fujimori, la conducta terrorista del estado neoliberal que nos espera para los próximos 5 años
La actual coyuntura electoral, la segunda vuelta de junio, está servida en favor de las derechas (las grandes transnacionales); esa es una realidad indiscutible, el pueblo votó por la derecha. Es evidente que también hubo fraude; una campaña electoral nacional (presidente y congresistas) con tan solo 15 días de exposición es fraudulento desde cualquier punto de vista.
Ante esta realidad, durante una temporada de dos meses, tenemos la obligación de pasar a la ofensiva aún en estas circunstancias defensivas; podemos desbaratar a una de las partes: el terrorismo neoliberal fujimorista. La correlación política, la realidad y forma en que se nos presenta esta confrontación (electoral), no nos permite derrotar a los dos rivales (PPK y Fujimori) simultáneamente. Esa es la particularidad del momento.
La política y la ciencia social nos obliga a entender la imposibilidad de derrotar ni al fujimorismo ni a PPK ni al sistema electoral es esta segunda vuelta; no se puede negar la materialidad política de este momento. No se puede cerrar los ojos ante el vendaval derechista que viene con esta avenida de la historia; vendaval neoimperial que hemos facilitado por falta de unidad entre los izquierdistas, los nacionalistas y los originarios. Ahora inevitablemente tenemos que cruzar la calle; no podemos negarnos a transitar esta coyuntura, tampoco es útil taparnos los ojos y la nariz; ni tenemos fuerza y preparación para enfrentar al mismo tiempo contra toda la jauría (Fujimori, PPK y la victoria neoliberal) que se nos viene encima.
Es indiscutible; es evidente que los pueblos vamos a enfrentar durante los próximos 5 años la dureza represiva y económica por la imposición de la política neoliberal que implementará el próximo gobierno, mayordomo de turno del imperio privado global, cualquiera sea el ganador. Es natural que la lucha continúe, es inexorable y será cruel.
El próximo gobierno será neoliberal: subirán el costo de todos los servicios, del agua, la luz (quienquiera que gane las elecciones, primaran las urgencias por recaudar de las transnacionales); se aplicará el nuevo plan cóndor, igualmente se firmará el TPP aplicándose nuevas preferencias y poderes para los consorcios internacionales. Tanto es así, por ejemplo, que Keiko ya prometió limitar el uso de internet.
No importa si el gas lo llevan a Chile o a otro lado, lo trascendente son las consecuencias negativas para nuestro patria. Se acrecentarán las prerrogativas neoliberales a favor de las corporaciones globales en desmedro de nuestras necesidades económicas: Se aplicarán con más descaro mecanismos económicos de evasión tributaria y de protección a las utilidades de las grandes transnacionales así como a la legalidad de su exportación a los bancos offshore. En cualquier caso nos dejarán (a los peruanos) sin gas, sin minerales, sin ganancias, sin capitales, sin impuestos y sin industrializar.
Indignamente nos hemos embarrado con la victoria de la derecha neoliberal. Estamos indignados, pero no solucionamos nada insistiendo con posturas extremas. La postura negativa y exagerada (de no votar, o votar blanco o nulo) o de imaginar que se puede buscar la nulidad de las elecciones, no impedirá la victoria neoimperial de la derecha. Tal vez podamos sentirnos muy dignos y podremos presumir en el futuro de nuestra pureza.
La experiencia de la primera vuelta muestra que este tipo de “dignidad” y de “pureza” individual no apareja consecuencias políticas favorables a los pueblos, a la democracia revolucionaria, sino únicamente fortaleció a la derecha neoimperial.
No podemos (no debemos) propugnar el voto inútil (el nulo, blanco o la abstención) que no define nada políticamente; Sumandos los votos “validos” de Keyko y de PPK se tiene un total del 40.84% de los votos; más aún, cuanto sabemos que ningún fujimorista ni PPKasista dejarán de votar por su opción. SON 9 MILLONES de electores que no cambiaran su opción neoliberal.
Por otro lado, sumados los votos válidos del Frente amplio, de Democracia directa a los votos de los demás candidatos, más los votos blanco, nulo y los que no votaron se tiene el 59.16%. Son 13 millones de electores; que no tienen unidad política.
Suponiendo (inviable realmente) que todo este conjunto votemos blanco, nulo o no votemos, nos quedamos muy lejos del 66% de votos hábiles (somos 22 millones de votantes habilitados); necesitamos 14 millones (66%) para tener una expresión útil electoralmente, para anular las elecciones.
NUESTRA TAREA ES MOSTRAR LAS ESPERANZAS VANAS DEL POPULISMO FUJIMORISTA.
Desdichadamente, estos datos evidencian la siguiente realidad: Keiko es portadora de una parte de la “esperanza” de las masas populares confundidas. En el norte peruano y en el anillo de pobreza de Lima (comedores populares y otras dádivas); en el campo del ande y en la Amazonía (carreteras, facilitad de gestión, presencia del estado, etc.) para la juventud nuevas esperanzas “sin antecedentes” conocidos. Similar es el caso, por ejemplo, en zonas supuestamente modernas, instruidas y urbanizadas como Arequipa; donde se negocian para profesionales y empresarios locales, contratos y cupos “empresariales” de “éxito” con las empresas transnacionales mineras, financieras, etc; Donde se tolera que las tierras del campo sean transferidas a las mineras a cambio de la ofertas de plazas de trabajo, en las empresas mineras.
Sin embargo estas abundancias fujimorista de ofertas de trabajo, contratos, comedores populares, carreteras, calles, etc. durante la campaña 2016, son esperanzas vanas, necesidades convertidas en ilusiones. Pues la coyuntura de abundancia de la década del 90 ya concluyó; ahora ya no hay caja en el estado para dilapidar como lo hicieron Fujimori y Montesinos (se acabaron los 9 mil millones de dólares de la privatización y no es momento de bonanza en el comercio exterior). Ahora en el 2016, se tiene la total descapitalización del estado peruano; El Perú ya no es propietario de ningún activo valioso, de ninguna empresa estatal. Los Fujimori remataron hace 30 años toda la herencia de capital nacional, que nos dejó Velasco y nuestros antepasados como: PetroPerú, EntelPeru, MineroPeru, PetroPeru y otras 200 empresas estatales con un valor cercano a los 50 mil millones de dólares; rematados por Fujimori en 9 mil millones.
Por otro lado se vive una extrema crisis económica internacional las propias entidades transnacionales urgen aplicar el TPP para salvaguardar sus ganancias (y no solo ganancias, sino ganancias proyectadas, imaginadas) por medio de la coacción a los gobiernos. Y en el narcotráfico ni pensar, pues el narcoterrorismo es y será negocio de las transnacionales.
Aun cuando nuestra tarea principal es mostrar el contenido terrorista del neoliberalismo con los ejemplos del fujimorato. Durante esta coyuntura electoral de dos meses, también es nuestra tarea es evidenciar la imposibilidad del programa neoliberal (la falsedad de las promesas fujimoristas), que en la década del 90 pudo mostrarse populista distribuyendo dádivas y construyendo infraestructura. Ahora en el 2016, la situación económica ha cambiado, el estado peruano (el fujimorismo, PPK; el neoliberalismo) no tiene liquides la interna, ni el superávit internacional del siglo XX para ofrecer ninguna dádiva, programas sociales intensivos, ni construir Infraestructura.
La única alternativa política y económica viable para cubrir las necesidades transnacionales, el neoliberalismo es: el desempleo, el remate de nuestros recursos, el empoderamiento superlativo de las instituciones privadas del capital internacional, el sometimiento del sector público a extremos de insignificancia (del gobierno) como autoridad; la represión y destrucción de nuestros pueblos y sus instituciones como ya lo hizo en la década del 90 (destrucción de poblados enteros, matanzas indiscriminadas, asesinatos selectivos, desaparecidos por doquier, despidos masivos, etc.) son su única receta viable tal como están haciendo ahora mismo en Argentina, Honduras, etc. Durante el 2016-21, para poder sobrevivir a la quiebra las grandes transnacionales están desesperadas por arrancar ganancias, recursos naturales y capitales a los pueblos, territorios, empresas nacionales, profesionales, originarios y trabajadores.
Keiko Fujimori ganó con votos de los sectores populares. Y tal como los usó en la pasada batalla electoral del 10 de abril; desde hoy día los usa y mañana también los usará (a estos sectores populares) primero para imponerse a PPK y luego para la guerra interna durante los siguientes 5 años contra el Frente Amplio, Patria Libertaria y Democracia Directa.
Aun así; desde la perspectiva de no cejar, ni dejar “cancha libre al enemigo”; de ninguna manera podemos permitir, estoicamente, el éxito electoral, político y además ideológico del neoliberalismo, para combatirlos tenemos la piñata a destruir: “la pandilla Fujimori”. La mafia Fujimori es títere de los imperios extranjeros; banda con amplio prontuario y experiencia en guerra interna (60,000 muertos, destrucción de partidos, de los gremios y de la cultura nacional). No podemos hacernos los desentendidos, alegando “principios” para justificar que además del monopolio en el poder legislativo (que le hemos permitido ganar) le facilitemos acaparar el poder ejecutivo a los Fujimori. Fujimoristas nunca más es la consigna para estos dos meses; no permitamos que acumulen más poder; frustremos sus esperanzas dictatoriales.
NUESTRA TAREA PRINCIPAL ES MOSTRAR EL CONTENIDO TERRORISTA DEL NEOLIBERALISMO CON LOS EJEMPLOS DEL FUJIMORATO.
Como políticos tenemos la posibilidad y obligación de usar el inmenso material real, peruano, la gran cantidad de acontecimientos registrados sucedidos durante la década del 90 para mostrar evidencias de la conducta narcoterrorista y del terrorismo del estado como forma de gobierno del neoliberalismo en el Siglo XXI, conducido por los Fujimori. Una cosa es hablar, en teoría, sobre los posibles procedimientos narcoterroristas y del terrorismo de estado aparejado al neoliberalismo y otra cosa es mostrar con ejemplos de la década del 90, con pruebas, hechos conocidos por la población peruana sobre cómo funciona el estado para favorecer la voracidad de ganancias y recursos (minerales y otros) que necesitan las transnacionales neoliberales; tal como evidencia lo hicieron los Fujimori con la Primera Dama Keiko a la cabeza.
No solo alertamos sobre el futuro neoliberal terrorista que se acrecienta sobre nuestra patria, no solo nos movilizamos contra las posibles consecuencias mayúsculas del terrorismo neoliberal para los próximos años, sino que, ADEMÁS, zahiriendo contra el fujimorismo LOS EJEMPLOS de la década del 90, mostramos y recordamos hechos reales de terrorismo de estado que el pueblo peruano conoce; pruebas del modo de gobernar del neoliberalismo, como ejemplos de lo que acontecerá en el próximo quinquenio (anécdotas contra los trabajadores, los empresarios, los pequeños mineros, asesinatos y otros contra la vida y la salud).
Durante los últimos 25 años diversas investigaciones, juicios, denuncias periodísticas han demostrado que el fujimontesinismo toleró, infiltró y se aprovechó tanto de los narcotraficantes como del terrorismo para obrar con doble racero (por un lado los combate por otro lado los tolera; los infiltra y participa de ellos); para obrar con bandera falsa (usan el narcotráfico y el terrorismo de estado para cubrirse la espalda, por ejemplo el caso Vaticano o el caso del incendio del Banco de la nación), para generar miedo y duda. El fujimontesinismo recurre al asesinato y tortura sistemática. Usa planificadamente el narcotráfico, el terrorismo y los grandes medios de comunicación (los compra o los amedrenta o los infiltra) para calumniar a sus oponentes, campañas de desprestigio, presentar cortinas de humo, para encubrir sus latrocinios y saqueos de los recursos nacionales y del erario. En realidad el fujimorismo ni venció al terrorismo ni lucha contra él.
Las campañas electorales son vitrinas que demuestran con plena claridad la relación entre el fujimorismo, los grandes medios de comunicación el neoliberalismo, el narcotráfico y el terrorismo de estado
Por otro lado, para la mafia Fujimori, somos sencillamente “terroristas”; a quienes hay que desaparecer, o dividir, o exasperar a unos, o llamar y comprar a otros, o desmoralizar a los demás. En fin muchas variantes de guerra y muchas cortinas de humo con un solo objetivo: otra vez el exterminio de la izquierda, del nacionalismo, de toda forma de lucha gremial, política, ecologista u originario. Los Fujimori son expertos en este nivel y usanzas de la lucha "antiterrorista". Ahora, a falta de caja y recursos se impondrán a sangre y fuego.
QUE NO NOS CONFUNDAN, CON EL CAOS Y LA DIVISIÓN:
Por ende, no confundamos de enemigo; entre nosotros puede haber discrepancias pero los enemigos siguen siendo los mismos: el neo imperialismo, los imperios globalizados; los imperios que promueven la división entre los pueblos de Latinoamérica, división entre peruanos (entre los colectivos democráticos, socialistas y originarios) como mecanismo para seguir dominándonos.
Los izquierdistas, los nacionalistas, los etnocaceristas y los originarios nos equivocamos, descuidamos y no entendemos suficientemente, la gran crisis internacional que se vive en este momento; las divergencias, dicotomías y contradicciones entre las grandes corporaciones por repartirse y acumular capitales, ganancias y recursos, sus gigantescas quiebras, la acumulación de capital financiero “toxico” no respaldado; su urgente necesidad de aplicarlos el TPP sometiendo aún más a los designios privados internacionales, casi desapareciendo, el poder de los gobiernos y del orden público .
Preparan la división territorial de nuestra patria y la guerra interna (VRAE sin soluciones); Las transnacionales necesitan la guerra interna para despojarnos y destruirnos aún más; los grandes imperios promueven la guerra fratricida, declaran nuestra patria como inviable, inexistente, fallido, (sea Keiko Fujimori o PPK),
Tenemos ya el caso de la Región Loreto preparando un referéndum para independizarse con apoyo de ONG’s extranjeras; exactamente el mismo libreto usan las grandes corporaciones internacionales (sus bases militares, mercenarios, ONG’s y contratistas) para promover la guerra en Libia (Autonomía para Cirenaica), la guerra en Irak (Autonomía para los Kurdos), la guerra en Siria (Autonomía para kurdos y sunitas)
Nos equivocamos y no entendemos a los pueblos y naciones del Perú; sus formas de pensar, de necesitar y de organizarse; Tampoco tomamos en cuenta con suficiente preocupación la necesidad de la unidad entre nosotros, y perdimos todo en esta coyuntura electoral. Todas las posibilidades que este recodo histórico (el proceso electoral de abril) nos brindó... La lucha y el debate en abril no era entre nosotros (tampoco lo es ahora, durante mayo y junio).
Podemos y debemos nuestros resolver los problemas internos, por cuanto son nuestras propias debilidades: El sectarismo, el caudillismo y la falta de unidad. La falta de organización.
Ahora, estamos descontentos frente a los resultados electorales, nada gratos; ante la adversidad que nosotros fomentamos, con nuestros errores. Por ende nos toca recordar las pasadas conductas y nuestros procedimientos; evaluemos autocríticamente y con ese sustento de nuevas ideas, rectifiquémonos. No echemos la culpa al grupo vecino, a los demás, ni mucho menos al pueblo (No escondamos nuestros fallos, tras el falso supuesto de la ignorancia o atraso de los pueblos).
El tema a discutir entre nosotros y explicar a las masas no es sobre el honor, ni la pureza de nuestros actos. En el mejor de los casos solo satisface nuestro ego individual: “POR DIGNIDAD” personal. El “ego” exige pensar primero en el “futuro que dirán” sobre nuestro prestigio individual o el futuro de mi grupo político.
En lugar de autoflajelarnos, comprendamos que Votar Blanco, nulo o no votar, es una cortina de humo, que no sos permite fijar el tema político del momento, ni valorar adecuadamente nuestras fuerzas y debilidades; es volver a dispersamos en nuestras divergencias y dudas; es una opción que fortalece el inmovilismo en política. Votar Blanco, nulo o no votar, no permite esclarecer, con ejemplos, la lucha contra el terrorismo realmente existente y neoliberal del Fujimorismo; es ambiguo en relación a la existencia real del terrorismo neoliberal. La ambigüedad, no es una categoría acertada ni del análisis ni del actuar.
La tarea, obligación principal que tenemos es mostrar la naturaleza narcoterrorista del neoliberalismo que ya se aplicó en el Perú en su forma más brutal, que ya usó el terrorismo de estado para imponer el neoliberalismo; evidenciemos, recordemos las pruebas que tenemos acumulados en los 11 años de gobierno de Fujimori y Keiko (primera dama).
No dejemos pasar esta oportunidad para mostrar con ejemplos concretos del modo de existir del terrorismo neoliberal, con lo acontecido en la década del 90 fujimorista. Nuestra tarea principal es mostrar el contenido terrorista del neoliberalismo con los ejemplos del fujimorato. Dediquemos esta campaña electoral, de dos meses, para informar, organizar y participar con las masas contra el neoliberalismo terrorista ejemplarizado con la conducta gubernamental de la banda de los Fujimori en el 90. En el Perú, el fujimorismo no pasará de nuevo.
Organicémonos, salgamos a las calles, Preparémonos ahora contra Fujimori y mañana contra el neoliberalismo afrontando los retos del próximo gobierno neoliberal. Opongamos más democracia, organización y movilización por los derechos reales de los pueblos y naciones, por los derechos laborales, impongamos la necesidad de un nuevo contrato social (referéndum constitucional), exijamos más soberanía y competencias para el sector público, evitemos la aprobación del TPP pretendiendo supeditar, aún más, a la autoridad pública al dominio privado del poder internacional de las transnacionales; defendamos nuestra Pacha Mama, el agua, el equilibrio ecológico y nuestras maneras de buen vivir.
Sumemos e integremos las plataformas planteadas por el Frente Amplio, Democracia Directa, Perú Libertario, Etnocaceristas, Velasquistas, así como las plataformas de la CGTP, la CNA, CCP, gremios mineros, etc; facilitemos una síntesis de estas plataformas y programas para dar la cara al quinquenio de más neoliberalismo y corporativo global; por pan, trabajo, soberanía, democracia directa y paz.