Entre las reacciones inmediatas del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, estuvo el hecho de que la juventud pidiera armas al gobierno de Carlos Prio Socarrás para enfrentar la violenta opresión del general Fulgencio Batista y Zaldívar, conocido ladrón y asesino y quien ya había desgobernado la nación de 1934 al 44.
Los dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) acudieron al Palacio Presidencial en la capital de la República. Frank País y Pepito Tey, de 17 y 19 años de edad respectivamente, junto a otros jóvenes santiagueros se dirigieron al cuartel Moncada; todos en busca de las armas necesarias para enfrentar al tirano que nuevamente llegaba a oprimir a la patria.
Otro joven, el Dr. Fidel Castro, ya el 14 de marzo denunciaba la agresión a la patria y proclamaba contra los sátrapas que se decían revolucionarios: “¡Revolución no, zarpazo!”
“Cubanos: Hay tirano otra vez, pero habrá otra vez Mellas, Trejos y Guiteras. Hay opresión en la patria, pero habrá algún día otra vez libertad. (…) la hora es de sacrificios y de lucha, si se pierde la vida nada se pierde, vivir en cadenas, es vivir en afrenta y oprobio sumidos. Morir por la patria es vivir”.
Esa fecha, al cabo de 60 años, coincidía con el 14 de marzo de 1892, cuando José Martí lanzaba al mundo, en el primer ejemplar del periódico Patria, los principios de la guerra necesaria contra el colonialismo español: “La guerra es allá en el fondo de los corazones, allá en las horas en que la vida pesa menos que la ignominia en que se arrastra, la forma más bella y respetable del sacrificio humano. (…) proclaman la guerra los que son capaces del sacrificio, y solo la rehúyen los que son incapaces de él”. Dos épocas, un mismo pensamiento: la libertad de la patria.
¿Por qué el Moncada aquella mañana de la Santa Ana? Porque allí está Mariana Grajales pariendo héroes todavía y Fidel Castro lo sabe, y lleva con él a los que tienen a Martí en el corazón. ¡Van al encuentro de los nuevos Maceos! Falló el primer intento aquel 26 de julio de 1953 con sus 61 muertos gloriosos, pero señaló el verdadero camino hacia la libertad mancillada.
La prisión de los moncadistas fue fecunda, pues trazó en “La historia me absolverá” el programa de lucha al pueblo oprimido y desarmado: Las armas estaban en los cuarteles de la dictadura. ¡Allí era donde había que ir a tomarlas! La cárcel no los amilanó, tampoco la opresión y el crimen en campos, pueblos y ciudades. Ni acobardó a los que estuvimos dispuestos seguir atacando cuarteles para obtener armas libertarias.
En la Habana otro discípulo de Martí, José Antonio Echeverría, aglutina en la FEU a lo mejor de la juventud: estudiantes, obreros, profesionales, en plena identificación con el programa de los atacantes del cuartel Moncada, con la Generación del Centenario del Apóstol de nuestra independencia.
En Santiago de Cuba todo es actividad contra la opresión bajo la dirección de Frank País y Pepito Tey. Primero aglutinan a los futuros maestros en el Bloque Revolucionario Estudiantil Normalista (BREN), luego a los más decididos en “Decisión Guiteras”, quién contra la dictadura del general Machado Morales había proclamado: “La lucha armada para la recuperación de la libertad de nuestro país” y radicalizando más la lucha crearon Acción Revolucionaria Oriental (ARO) y al extenderla al Camagüey y al reclamo de los revolucionarios camagüeyanos encabezados por Jesús Suárez Gayol, pasaría a llamarse: Acción Nacional Revolucionaria (ANR). Esta es la organización revolucionaria que llega a oídos de los moncadistas y de Fidel, quién invita a sus miembros a incorporarse al “Movimiento Revolucionario 26 de Julio”, creado el 12 de junio de 1955 en La Habana.
Se cierran aun más otras posibilidades de lucha y al año siguiente es necesario recibirlo con la consigna “En 1956 Libres o Mártires”.
El propio 24 de febrero en el Aula Magna de la Universidad de La Habana es fundado el Directorio Revolucionario por José Antonio Echeverria, Fructuoso Rodríguez, Joe Wesbrook, Enrique Rodríguez Loeches, Faure Chomón, Rene Anillo, Jorge Valls y Samuel Cherson, quienes integran su primera dirección.
Esta organización es constituida con el objetivo no solo de enfrentar a la dictadura con manifestaciones de estudiantes, trabajadores y pueblo en general, sino también con las armas redentoras.
En Alma Mater, revista fundada por Julio Antonio Mella, fue publicado el “Manifiesto al pueblo de Cuba”, que da a conocer la existencia del Directorio. Ya en los enfrentamientos en las calles aledañas a la Universidad de La Habana no solo el pueblo derramaría su sangre: los esbirros de Batista sentirán el plomo revolucionario. En el primer encuentro, doce esbirros fueron heridos.
El pueblo en lucha frontal contra la dictadura estremecerá la unidad de sus Fuerzas Armadas, y pundonorosos miembros de ellas se les opondrán resueltamente, sacudiendo la base castrense con la llamada “Conspiración de los Puros” en abril de ese año convulso. Es su jefe el Comandante Enrique Borbonet.
El 19 y el 20 de abril serán dos días de combate en las calles de Santiago de Cuba y La Habana. El ametrallamiento a mansalva frente a la Audiencia de Santiago de Cuba de cuatros estudiantes heridos, motiva la actuación de tres comandos bajo el mando de Frank País, Pepito Tey y Carlos Díaz Fontain. Ajustician a tres esbirros; pero dos revolucionarios, Orlando Carvajal Colás y Carlos Díaz Fontain, son capturados heridos y rematados por el capitán Alejandro García Olayón, conocido asesino de los revolucionarios Arsenio Escalona y Narciso Martínez, así como del ingeniero alemán Hanz Klein, trabajador de la fábrica de cemento “Titán”.
En solidaridad con los sucesos de Santiago de Cuba, un comando integrado por Guillermo Jiménez, Juan Nuiry y Tony Castell tratan de ajusticiar al vocero de la Dictadura Luis Manuel Martínez en los estudios del Canal 4 en La Habana. La acción de la policía contra ellos es detenida por el fuego de las armas de Juan Pedro Carbo, Fructuoso Rodríguez, José Machado y Efigenio Ameijeiras.
Otros jóvenes, ahora de la organización Triple A, tomando el ejemplo de la Generación del Centenario, se inmolarán en el intento de tomar la fortaleza militar del 4 Regimiento “Domingo Goicuría”, en la ciudad de Matanzas, el domingo 29 de abril. Más de diez héroes de la patria sucumbirán en el intento.
Mientras los politiqueros buscan migajas con el tirano, la juventud de valor se une para la lucha armada al firmar los dos más prestigiosos dirigentes revolucionarios del país, José Antonio Echeverria Bianchi y Fidel Castro Ruz, la denominada “Carta de México” el 30 de agosto de 1956.
Seguidamente, el ajusticiamiento del Coronel Blanco Rico el 28 de octubre, la masacre de los diez jóvenes revolucionarios exilados en la Embajada de Haití al día siguiente y la muerte del jefe de la Policía Nacional, Brigadier Rafael Salas Cañizares, conmocionaron la nación cubana.
Es Frank País la confianza de Fidel para organizar y dirigir nacionalmente a los más valerosos jóvenes y apoyar la llegada de los revolucionarios preparados en México para reiniciar la lucha armada frontal contra la dictadura. Cumpliendo instrucciones de Fidel, Frank regresa a Cuba por La Habana y de inmediato se va reuniendo con cada uno de los coordinadores y jefes de Acción de cada provincia. Va de occidente a oriente precisando en cada lugar las acciones previstas de acuerdo con las armas y medios del movimiento clandestino meticulosamente organizado.
Santiago de Cuba de verde olivo y armas largas el 30 de noviembre, pero en todo el país se realizaron acciones en apoyo a los ochenta y dos expedicionarios del yate Granma que arribaron el 2 de diciembre de 1956. Veinticuatro héroes ofrendaron sus vidas vistiendo por primera vez el uniforme verde olivo del Ejército Revolucionario 26 de Julio.
Es a la Sierra Maestra a donde acuden los valientes a integrar la Columna 1 “José Martí”, la cual, bajo el mando de su Comandante Fidel Castro Ruz, se va convirtiendo en baluarte invencible del nuevo ejército del pueblo a base del sacrificio de hombres y mujeres del llano y las montañas.
La capital del país es estremecida de nuevo. Son los jóvenes del Directorio Revolucionario que, cumpliendo el compromiso de la “Carta de México”, atacan a plena luz del día la madriguera del Dictador… ¡Van a golpear arriba, como era su forma de lucha! Más de veinticinco vidas jóvenes se inmolan en la extraordinaria acción.
Combate tras combate en meses de guerra, desde ataques a las pequeñas guarniciones como el de La Plata el 17 de enero de 1957, hasta pasar a vencer otros, como en el Uvero, donde por lo cruento de la lucha hubo cuarenta y cinco bajas por ambas partes. Los cuarteles de Bueycito y del central Estrada Palma, el Hombrito y Mar Verde entre otros, van preparando a los revolucionarios para acciones más importantes.
El ejemplo de los “barbudos” en la Sierra Maestra señala el camino de los hombres de acción de otras organizaciones, y así la Organización Auténtica alista un grupo de ellos, quienes bajo el mando de Calixto Sánchez White desembarcan por la costa norte de la provincia de Oriente y tratan de llegar al macizo montañoso de la Sierra Cristal. Las duras condiciones de la travesía desde la Florida, Estados Unidos, el desembarco en un lugar equivocado y el deficiente entrenamiento para la lucha en las montañas les hace flaquear la voluntad y la mayoría concibe la rendición al enemigo que les promete garantías. Veinte jóvenes son asesinados, y demuestran que cuando se toman las armas, es para pelear con ellas.
Otra vez miembros de las Fuerzas Armadas estremecen al régimen. Ahora son jóvenes oficiales de la Marina de Guerra y la Aviación. Los marinos, con el Alférez de Fragata Dionisio San Román al frente, en coordinación con luchados clandestinos del 26 de Julio de la ciudad de Cienfuegos dirigidos por Camacho Aguilera se lanzan al combate el 5 de septiembre de 1957, mientras los pilotos se niegan a bombardear a sus compañeros y arrojan sus bombas a la mar.
El sacrificio de Frank País, el hijo más querido de Santiago de Cuba, germinó en una columna guerrillera en el febrero de 1958. Ya la Columna Madre había generado la Columna 4 al mando de quién más había despuntado como jefe capaz el Comandante Ernesto Che Guevara. Ahora les tocaría nacer a las que llevarían los nombres gloriosos de Santiago de Cuba y de Frank País, las Columnas 3 y 6, que tendrían de jefes a dos de los más destacados combatientes del ataque al cuartel Moncada aquel 26 de julio de 1953; quienes en el yate Granma habían venido de capitanes: a los Comandantes Juan Almeida Bosque y Raúl Castro Ruz.
La Columna 6 abriría el Segundo Frente Oriental. Zona Norte en la Sierra Cristal y los macizos montañosos de la Sierra Sagua-Moa-Baracoa, territorios del Realengo 18 de importantes luchas campesinas contra la explotación de los terratenientes y latifundistas.
La Columna 3 abriría el Tercer Frente “Mario Muñoz Monroy” al este de Santiago de Cuba, cuyo nombre rinde homenaje al heroico médico que acompañara a los combatientes al ataque al cuartel Moncada y fuera vilmente asesinado al terminar el combate.
El 23 de marzo fue creada la Columna 7 “Regimiento Caracas” al mando del líder campesino, ahora, Comandante Crescencio Pérez.
Las victorias del Ejercito Revolucionario en las montañas hace comprender a las otras organizaciones revolucionarias la justeza de la concepción del Comandante Fidel Castro de crear en los combates en las montañas al nuevo ejercito revolucionario que fuera capaz de derrotar a enemigos más poderosos y crear las condiciones para gobernar el país una vez triunfado. El Directorio Revolucionario “13 de Marzo” y el Partido Socialista Popular crean frentes guerrilleros en el macizo montañoso del Escambray.
El movimiento clandestino en la Capital sufre pérdidas valiosas que lo debilitarán para las acciones de 1958: Sergio González, Gerardo Abreu, Arístides Viera, Manolito Aguiar entre otros. Los órganos represivos del régimen encierran en sus mazmorras a otros combatientes, quienes seguirán luchando desde las prisiones contra la dictadura y se preparan para futuras misiones de la revolución.
En apoyo a la Huelga General Nacional del 9 de abril las cinco Columnas realizaron valerosas acciones combativas como el ataque a los cuarteles de San Ramón, Imías, El Cobre, Soledad, Jamaica y Caimanera, mientras la naciente Columna de milicianos santiagueros, bajo el mando del Comandante Rene Ramos Latour, Daniel, asaltaba el cuartel de Boniato.
Al no tener éxito la huelga nacional convocada por la Dirección del 26 de Julio, la dictadura llevó a cabo el plan que tenía concebido contra el Primer y el Segundo Frente, y el 24 de mayo el Ejercito Rebelde comenzó el rechazo de la ofensiva de más de diez mil combatientes de la dictadura con el apoyo de la aviación, la marina, tropas blindadas y artillería. La columna 3 “Santiago de Cuba” tuvo que regresar a la Sierra Maestra a participar junto a la 1, la 4 y la 7 en el rechazo de la poderosa ofensiva enemiga de verano, operación denominada “Fase Final” o “Fin de Fidel”. ¡Vana ilusión de jefes que nunca combatieron junto a sus tropas!
La importante reunión de la Dirección Nacional del 26 de Julio en los Altos de Mompíe el 3 y 4 de mayo, fue de trascendental importancia para la Revolución: Se creó un Comité Ejecutivo de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, integrado por el Secretario General y Comandante en Jefe de todas las fuerzas revolucionarias en llanos y montañas , Fidel Castro Ruz, Faustino Pérez Hernández, Rene Ramos Latour, David Salvador Manso y Carlos Franqui; se nombraron los delegados de Finanzas, Obrero, Propaganda, Acción y como Coordinador Nacional Marcelo Fernández Font; se ratificó la designación del Dr. Manuel Urrutia LLeó para Presidente Provisional de la Republica; se creo un Comité del exilio y se nombró a Haydée Santamaría Tesorera Nacional y representante personal de Fidel en el exterior del país. También se acordó que la Columna 9 “José Tey” se incorporara al II Frente Oriental, Zona Norte a las órdenes del Comandante Raúl Castro Ruz y por último se acordó que el Ejercito Revolucionario del Movimiento 26 de Julio se denominara Ejercito Rebelde.
El 19 de julio las ondas de Radio Rebelde desde la Sierra Maestra daban a conocer al Comité del Exilio las bases más generales para la unidad con las demás organizaciones que luchaban contra la dictadura batistiana.
El documento elaborado por el propio Comandante en Jefe del Ejercito Rebelde, Fidel Castro Ruz, contenía tres aspectos fundamentales:
Primero: la aceptación de la insurrección armada como estrategia de lucha contra la dictadura;
Segundo: a la caída de la dictadura, un Gobierno Provisional conduciría al país a una situación democrática y constitucional;
Tercero: el Gobierno Provisional garantizaría un programa mínimo, que incluiría el castigo a los criminales de guerra y la implementación de medidas para lograr el progreso económico, social e institucional de Cuba.
Sobre estas bases quedó constituido el “Pacto de Caracas”
Victoriosos combates como El Jigüe, Pueblo Nuevo, Santo Domingo, Naranjal, Meriño y Las Mercedes fueron los que originaron la gran victoria en la Sierra Maestra culminada el 6 de agosto, lo que permitió el paso a la contraofensiva y la creación de dos poderosas columnas guerrilleras, la 2 “Antonio Maceo” bajo el mando del Comandante Camilo Cienfuegos y la 8 “Ciro Redondo” del Comandante Ernesto Che Guevara, con las misiones de invadir con las tropas rebeldes los territorios del occidente del país.
La captura de miles de fusiles y armas automáticas permitió al Comandante Fidel Castro la creación del IV Frente “Simón Bolívar” que bajo el mando del Comandante Delio Gómez Ochoa operaría en la zona de Holguín, Gibara y Puerto Padre y nuevas columnas rebeldes: la 9 “Antonio Guiteras, la 10 “Rene Ramos Latour” bajo el mando de los Comandantes Huber Matos y Rene de los Santos respectivamente, para atacar los cuarteles de pueblos y ciudades cada vez más grandes y numerosos, como fueron Guisa, Maffo y Jiguaní hasta llegar a las puertas de Santiago de Cuba y planear su liberación mediante el ataque frontal al Regimiento 1 de la Guardia Rural en el cuartel “Guillermo Moncada”.
El Segundo Frente Oriental, mientras rechazaba la ofensiva por su territorio en las zonas de Cananova, las Cuchillas del Sitio, La Zanja, La Lima, Bayate, Marcos Sánchez, Cupeyal, Felicidad de Yateras, realizaba acciones ofensivas como fueron el ataque al cuartel de las minas de Ocujal y la Operación Antiaérea, que consistió en el secuestro de ciudadanos norteamericanos y canadienses para que, como “testigos internacionales”, denunciaran al mundo el abastecimiento de los aviones del dictador en la Base Naval de Guantánamo, territorio ocupado ilegalmente por el Gobierno de los EE.UU. en la región sur oriental de Cuba.
La toma de Nicaro el 20 de octubre, operación donde actuaron las columnas 6, 17 y 19 bajo el mando directo del Comandante Raúl Castro, fue el comienzo de la ofensiva final del II Frente “Frank País” el que en los meses de octubre, noviembre y diciembre desarrolló exitosos combates, al liberar los pueblos de Ermita, Rió Frío, Cuneira, Imías, San Luis, Songo, La Maya, Sagua de Tánamo, Cayo Mambí, Moa, Cueto, Mayarí, Guaro, San Germán, Banes y Antilla.
En Camagüey la 13 Columna “Cándido González” bajo el mando del Comandante Víctor Mora realizará sus acciones combativas en la zona más favorable de Morón.
Mientras la Columna 2 “Antonio Maceo” al mando del Comandante Camilo Cienfuegos tomaba los cuarteles de los pequeños pueblos de la zona norte de Las Villas y creaba las condiciones para atacar el fuerte cuartel de Yaguajay, fuerzas combinadas de la Columna 8 “Ciro Redondo” al mando del Comandante Che Guevara y del Directorio Revolucionario “13 de Marzo” al mando del Comandante Faure Chomón tomaban los cuarteles de Fomento, Cabaiguán, Guayos, Placetas, Santi Spiritus, Remedios y Caibarién.
Al ocupar Camajuaní sin tener que combatir se abrió el acceso a la importante ciudad de Santa Clara, sede del Regimiento “Leoncio Vidal”.
Además de la existencia de las estaciones de la Policía, el cuartel de Los Caballitos y el Escuadrón 31, en Santa Clara se encontraba el tren Blindado, concebido como la ultima esperanza de la dictadura para llevar refuerzos a la región oriental del país ya prácticamente tomada por el Ejército Rebelde.
Las fuerzas revolucionarias en Las Villas habían destruido la vía férrea en los accesos a la Loma del Capiro y el puente de La Cruz, descarrilaron e inmovilizaron al blindado “caballo de hierro”, cuya dotación era de 28 oficiales e ingenieros y trescientos ochenta soldados.
A pocas horas de iniciado el ataque, en la tarde del 29 de diciembre se rendían y caía en manos rebeldes de la Columna 8 y del Directorio Revolucionario un poderoso botín de guerra que incluyó lanza cohetes, morteros, ametralladoras calibre 30, fusiles automáticos, Garand, armas cortas y abundante parque de todos los calibres, con el que se armó a los combatientes y al pueblo revolucionario de Santa Clara para ir contra la fortaleza militar del 3er. Regimiento de la Guardia Rural.
Ante el poderío de las fuerzas revolucionarias, el mando del 3 Regimiento “Leoncio Vidal” capituló y en horas de la tarde del 1ro. de enero de 1959 la provincia de Las Villas quedó liberada.
En las provincias occidentales fuerzas del Ejército Rebelde del MR 26 de Julio organizadas en columnas de pequeños y rápidos destacamentos realizan acciones combativas contra los pequeños cuarteles de los centrales azucareros y pueblos, que interrumpieron las comunicaciones por carreteras, vías férreas y telefónicas bajo el mando del capitán Ramón López Fleitas, en Matanzas, del capitán Víctor Solís, jefe de la Columna “Ángel Ameijeiras”, en La Habana y el Comandante Derminio Escalona en Pinar del Río.
Las tropas de los tres Frentes, bajo el mando directo del jefe del Ejército Rebelde, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, actuaron conjuntamente para la liberación de los pueblos al norte de Santiago de Cuba, como Baire, Contramaestre, El Cristo y Palma Soriano y se aprestaban a la liberación de Santiago de Cuba, cuando el jefe del 1 Regimiento de la GR, Coronel Rego Rubido no le quedó más remedio que entregar la plaza sin combatir y el Moncada fue rodeado por las tropas de las columnas 9 y 10 del III Frente “Mario Muñoz” al mando del Comandante Juan Almeida Bosque, lo que permitió que el jefe del Segundo Frente Oriental “Frank País”, Comandante Raúl Castro Ruz, tomara oficialmente el cuartel “Guillermo Moncada” al atardecer del 1er. día de 1959 y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz realizará la entrada victoriosa al frente de su glorioso Ejército Rebelde en la siempre heroica Santiago de Cuba, cinco años, cinco meses y cinco días de aquel 26 de julio de 1953, de aquella mañana de la Santa Ana.
La Dictadura no pudo resistir el empuje de un pueblo en revolución. La Libertad había sido conquistada.
Esa noche el parque Carlos Manuel de Céspedes se llenó de un pueblo libre, que en delirante júbilo deseaba ver y escuchar las palabras del máximo héroe de la triunfante Revolución, del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quién en vibrantes palabras expresó:
“¡Al fin hemos llegado a Santiago de Cuba! Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado.
(….) Esta vez no se frustrará la Revolución.
(….) La República no fue libre en el 95 y el sueño de los mambises se frustró a última hora; la Revolución no se realizó en el 33 y fue frustrada por los enemigos de ella. ¡Esta vez la Revolución tiene al pueblo entero, tiene a todos los revolucionarios, tiene a los militares honorables; es tan grande y tan incontenible su fuerza que esta vez el triunfo está asegurado! Podemos decir con júbilo que en los cuatro siglos de fundada nuestra nación, por primera vez seremos enteramente libres y la obra de los mambises se cumplirá”.
Más de 600 muertos le había costado a Santiago de Cuba los casi siete años de dictadura… Pero nada pudo impedir que triunfara en Cuba la libertad, la independencia y la justicia. ¡Gloria eterna a los héroes y mártires de la patria!
*Capitán del ER, jefe de la Compañía B “Pedro Sotto Alba”, Columna 19 “José Tey”, Segundo Frente Oriental “Frank País”