Por Jorge Aliaga Cacho
Los comunistas peruanos han llamado a una conferencia internacional, su séptima edición, en la capital española, Madrid. No es la primera vez que la realizan en un ambiente unitario para esta importante efemèride Mariáteguista. Hace algunos años también se hizo lo propio en Paris. Entonces se presenta la pregunta: ¿Qué diferencia a los comunistas peruanos a quienes, en el exterior, se les presenta más fácil el espíritu unitario? Podría ser que ello es producto de la nostalgia por la patria lejana o el entendimiento de que una de las formas de sobrevivencia en un país lejano es la unidad entre peruanos y con mayor razón de peruanos que comparten una ideología, el socialimo. Hoy se da en Madrid un paso adelante en la dirección correcta mientras que en el Perú el trabajo de frente único vuelve a presentarse a la manera de tribus con especìficos elementos divisorios, Esta realidad, de continuar asì, es como leer el libro de Gracía Márqez: "La muerte anunciada". Pero qué sucede en el trabajo de frente único para que en el Perú no se logre una sola fuerza que nos conduzca a la victoria, ni en el terreno político-organizacional ni el el terreno electoral. La respuesta parece estar en la ineptitud generacional para lograr la anhelada unidad que el pueblo aspira para llegar al poder político en la vida del país. Hace poco puntualizaba que para que se establezca una unidad sólida de la izquierda y el campo popular, esta debería basarse en la unidad de los socialistas y comunistas. Puntualicé que esa sería la base para crear una izquierda duradera y que, para ello, debiera tomarse un acuerdo de carácter programático. En la coyuntura actual se hizo y viene haciendo todo lo contrario. Seguimos tratando de crear unidad en base a nombres de candidatos o dueños de inscripciones ante la ONPE. Esto hace que el ´dueño de la pelota´, cada vez que se le antoje, incumpla los acuerdos tomados y se vaya con su pelota a jugar a otra parte. Y ese ha sido siempre el marco en los cuales se ha jugado con las esperanzas del pueblo peruano. Pareciera que la izquierda peruana, en relación al trabajo de frente único no puede ver esta realidad y nos tienen no por años, sino por décadas deambulando entre fracaso y fracaso. Pero podrían haber otras motivaciones para no salir de este embrollo. Podría ser, por ejemplo, la existencia de ataduras de carácter económico que ligarían a ciertos dirigentes con el ´establishment´. Me refiero a que al haber un cambio en la estructura orgánica, de hecho tendrían que haber algunos cambiós en lo que respecta al rubro económmico que podría afectar a algunos de quienes administran las organizaciones, patrimonio, etc., que se verían expuestos a posible cambio, y en algunos casos podrìan mermar algunos emolumentos percibidos por sus organizaciones de origen. Este asunto me parece que podrìa ser solucionado con una auditoria a todas las organizaciones que desseen propiamente la unidad de sus fuerzas y organizaciones polìticas y sus recursos económicos. Vale la pena pensar en estos y otros puntos para comprender cuál es la razón que no permite avanzar en este terreno.
Héctor Béjar en una carta dirigida, precisamente a la izquierda, hace mención a la necesidad de un cambio generacional en las direcciones de las izquierdas. Me parece que esa podría ser otra valida observación para intentar la solución del problema. Quienes, por décadas, han estado dirigiendo el trabajo de frente único deben comprender que lo actuado no ha alcanzado llenar las aspiraciones del pueblo peruano. Sin embargo existe una luz. Ella la hemos visto en el actuar de los estudiantes peruanos que, unidos, pudieron traerse abajo la nefasta Ley Pulpin que afectaba sus intereses. Esta ha sido la lección que debiéramos aprender de las nuevas generaciones. Los estudiantes nos han enseñado que; sí es posible articular una estrategia para avanzar. Ellos lo hicieron sin mucho apoyo económico. Podríamos pensar que esta fuerza estudiantil, de contar mayor apoyo económico, como el que cuentan otras organizaciones, el SUEP, por ejemplo, nos podrían haber ofrendado victorias como la eliminación de los SERVIS u otras leyes que afectan tambièn de alguna manera a estudiantes y pueblo en general. La lección que hemos aprendido es que las victorias no se ganan solamente en el marco de la ´legalidad burguesa´ sino que deben ser orientadas por nuestros principios, las causas que precisamente nos llaman a cambiar las leyes de este paìs para alcanzar una real democracia. Y en esta lucha cabe destacar también al departamento juvenil de la CGTP que supo ponerse a la altura de las circunstancias y articular con gran madurez las necesidades de lucha de los jóvenes trabajadores y estudiantes. Hoy en el terreno político debemos señalar a quienes, con actitudes de "propietarios de inscripciones electorales", atentan contra la unidad del pueblo. Debemos de leer los programas que presenten los partidos y ver quienes claramente ven una alternativa socialista. Ellos son la sustancia para la unidad duradera, permanente y en avanzada, De esa manera lograrìamos, como en nuestros paises vecinos, mejoras en las condiciones de vidad de los que siempre fueron olvidados. ´Sin calco ni compia´ nos dirìa Mariàtegui, ello nos da espacio para desarrollar planes de gran esfuerzo creativo. Empecemos con un acuerdo programàtico de todas las zquierdas que nos lleven a un cambio constitucional y un proceso que nos lleve, sin retrocesos, a una nueva sociedad donde se elimine el saqueo de nuestros recursos y se distribuya democràticamente la riqueza que crean los trabajadores en interacciòn con los recursos naturales que pertenecen a todos los peruanos sin distinción. Fuerza camaradas, compañeros, correligionarios, compatriotas, hermanos y hermanas, cerremos filas con la unidad programàtica no en base a nombres de personas sino en base a las nuevas ideas para la patria.