La Obediencia y el Civismo en la Educación

Jorge Aliaga Cacho en Bulgaria 

Por Jorge Aliaga Cacho

Un sistema educativo mejorado debería considerar no sólo el aporte de los alumnos al sistema, sino también el resultado. Sin duda, factores sociales como clase, racismo, discriminación sexual, género, etc., afectarán el rendimiento escolar del alumno, generando desventajas para los educandos afectados por estos males, y no solamente durante el período escolar, pues estos elementos afectan al individuo antes y después del periodo escolar. 

Algunos pedagogos liberales, creen que los niños deben ser tratados como individuos y ayudarlos a desarrollar su propio potencial. Otros piensan que la educación debería ocuparse de la enseñanza, la lectura, la escritura, la obediencia y el civismo. Considero que la enseñanza es una actividad que necesita interacción entre profesores y alumnos. Si las desventajas sociales persisten, se reflejarán en el desempeño escolar de los niños de la clase trabajadora, los niños de las minorías étnicas y otros grupos discriminados en nuestra sociedad. Dudo de la prioritaria relevancia dada al saber leer o escribir. Conocemos grandes civilizaciones, como la Civilización Inca que, a pesar de su desconocimiento de la escritura alfabética, lograron construir un imperio en el que el conocimiento jugó un papel importante en su éxito. 

En Bretaña, por su parte, la obediencia y el civismo devoraron los verdaderos objetivos del sistema educativo en el país. La obediencia y el civismo sirven a los intereses de la sociedad capitalista británica. Los incas también promovieron la obediencia y el civismo porque su sistema social, como el de los británicos, se basaba en la división de clases. Una sociedad capitalista, o de hecho socialista, requiere un sistema educativo que promueva los valores culturales de la clase dominante.

Según Durkheim, la educación puede desempeñar un papel central en la promoción de la integración social en sociedades con una división del trabajo compleja. Siguiendo este enfoque, los sociólogos a lo largo del presente siglo han identificado dos funciones básicas de los sistemas educativos. En primer lugar, la educación como agencia de socialización transmisora ​​de normas y valores sociales; en segundo lugar, la educación como canal de selección y formación de personas para llenar los puestos de trabajo en la economía industrial.

Jorge Aliaga Cacho analiza a Don Miguel de Cervantes - V

Jorge Aliaga Cacho en Berlín

Por Jorge Aliaga Cacho

Para los humanistas, el concepto humanista representaba un ideal de excelencia moral y social del hombre, y este podía alcanzarse mediante la práctica de cualidades humanas como la razón, la palabra y el libre albedrío con el que nace. Esta formulación fue expresada más claramente por Erasmo: “Los hombres, créanme, no nacen, sino que se hacen”. Y Cervantes contribuye a la consecución de ese objetivo, a través de, como dijo Forcione:

"templar y suavizar el desarrollo de la personalidad y las costumbres del individuo civilizado y una firme oposición en su nueva educación a cualquier culto individualista del yo y a la idealización del ser humano como una criatura que puede elevarse por encima de las restricciones éticas y bonos colectivos”. (17)

Se puede percibir más humanismo de Cervantes en “Don Quijote”, capítulos relacionados con Don Diego de Miranda y El Caballero del Verde Gabán. Aquí Cervantes parece darle a su agotado héroe un “descanso humano”. Tras la 'realidad' adversa sufrida por Don Quijote y Sancho durante toda la primera parte del libro y parte de la segunda, Cervantes sitúa a los personajes en un ambiente familiar, un remanso de paz, un reino de silencio, una escuela de "buen comportamiento". Sin embargo, en este santuario de Hidalgo, los héroes recuperan su dignidad para luego enfrentarse a más vicisitudes.

“los episodios de los duques transcurrieron entre fantasía, variantes de humor, dolor y carcajadas, en los que cada vez más la dignidad de don Quijote y Sancho, y hasta Rocinante y el burro, crecían sobre la caricatura feudal, perezosa y esponjosa, plena del vacío y de la podredumbre, sobre la riqueza de los brocados y de las piedras preciosas”. (18)

Otro aspecto del humanismo en la obra de Cervantes es la recreación, estimulada en el siglo XVI por Erasmo, los italianos y los clásicos, de un diálogo entre el noble y el siervo. El Caballero y el rústico Labrador.

-Señor, ¿Si será éste, a dicha, el moro encantado, que nos vuelve a castigar, si se dejó algo en el tintero?

- No puede ser –respondió Don Quijote-, porque los encantados no se dejan ver de nadie.

- Si no se dejan ver, déjanse sentir –dijo Sancho-, sino, díganlo mis espaldas.

- También lo podrían decir las mías –respondió don Quijote-; pero no es bastante indicio ese para creer que este que se ve seal el encantado moro. (19).

Finalmente, me gustaría mencionar un hecho histórico que puede servir como argumento para afirmar que la obra de Cervantes estuvo, en cierta medida, influenciada por la filosofía humanista. En 1569 el licenciado Juan López de Hoyos publicó un libro sobre el funeral de la reina Isabel. El libro incluía cuatro de los poemas de Cervantes. El licenciado Hoyos, insigne erasmista, parece haber sido el tutor de Cervantes como se desprende de las cálidas palabras que expresó al referirse a Cervantes: “Nuestro caro y amado discipulo”. (20).

La influencia de Hoyos sobre Cervantes, si la hubo, para usar la parodia de Cervantes, debe considerarse para establecer la filosofía de Cervantes. Marcel Bataillon y Américo Castro parecieron estar de acuerdo con esa percepción cuando resaltaron la importancia de la doctrina de Erasmo de Rotterdam en la filosofía de Hoyos. Sin embargo, debemos señalar que la influencia de Hoyos en España llegó tarde ya que sus obras religiosas fueron prohibidas en ese país a partir de 1559. Por lo tanto, podríamos concluir afirmando que no podemos tener certeza de hasta qué punto Cervantes estuvo influenciado por los humanistas. Aunque su formación espiritual temprana fue absorbida, si creyéramos en la interacción, los valores se orientarían a un esfuerzo espiritual cristiano en lugar de observar las ceremonias tradicionales cristianas.

Referencias

1 Werke Samtliche, quoted by Alban Forcione in “Cervantes, Aristotle and the Persiles”, p.7, Princeton University Press, 1970.

2 Ortega y Gasset, José, quoted by Manuel García Puertas in his introduction of “Cervantes y la Crisis del Renacimiento Español”, Universidad de la República, Montevideo, 1962.

3 Cervantes Saavedra, Miguel de, “Don Quixote”, pp 146-147, Book III, Chapter VII, Hertfordshire: Wordsworth, 1993.

4 Durán; Manuel, “Cervantes”, p.95, Twayne Publishers, New York, 1974.

5 Forcione, Alban, “Cervantes and the Humanist Vision”, p.250, Princenton Uni, New Jersey, 1982.

6 Idem, p.28

7 Durán, Manuel, “Cervantes”, p.19, Twayne Publishers, New York, 1974.

8 Castro, Américo, “El pensamiento de Cervantes”, p.83, Editorial Hernando, Madrid, 1925.

9 Ibid, page 81.

10 Ibid, page 84.

11 Ibid, page 89.

12 Ibid, page 99.

13 El Saffar, Ruth, “Critical Essays on Cervantes”, p.16, G.K.Hall&Co, Boston, 1986.

14 Ibid, p.16.

15 Ferguson, Harvie, “The Science of Pleasure”, p.106, Routledge, London, 1990.

16 Forcione, Alban, “Cervantes and the Humanist Vision”, p.250, Princenton Uni, New Jersey, 1982.

17 Iid, p.260.

18 García Puertas, Manuel, Cervantes y la crisis del Renacimiento Español”, p.71, Universidad de la República, Montevideo, 1962.

19 Cervantes, Miguel de, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”, Capítulo XVIII, p.208, Clásicos Castalia, Madrid, 1987.

20 Ibid, p.19. 

20 Ibid, p.19

Jorge Aliaga Cacho analiza a Don Miguel de Cervantes - IV

Jorge Aliaga Cacho en Estocolmo

Por Jorge Aliaga Cacho

Otros intérpretes, como Joaquín Casalduero, encuentran en la obra de Cervantes el amor y la feminidad en diferentes matices. Encuentra un contraste entre carne y espíritu. Casalduero también encuentra una obra maestra del Barroco, “rica en un pasado humanista, con infinitas perspectivas hacia el futuro”. La opinión de Américo Castro sobre el cristianismo de Cervantes afirma que en ocasiones el cristianismo de Cervantes se parecía más al de Erasmo que al de Trento.

Como filosofía, el humanismo se dedicó a los intereses humanos, incluida la cultura literaria, en particular la literatura clásica. A este respecto, Cervantes no sólo estaba bien versado en la literatura clásica y, en particular, en las obras de caballería, sino que experimentó con un nuevo 'estilo' al abordar la escritura épica. Cervantes no se limitó a escribir en forma épica. Cervantes vio que era posible escribir la historia de “El Cid” en estilo épico. Se creaba así para el lector la posibilidad de leer con un efecto 'cuasi similar' las verdaderas aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar o las fingidas de “Don Quijote”. Cervantes aplicó las normas de la ficción a sus obras en prosa. Es en este sentido que Cervantes, mirando retrospectivamente la ya anacrónica literatura romántica, comenzó parodiando sus simples manierismos, aunque 'Don Quijote', como 'verdadero caballero', valora más su honor que la realidad misma y, por tanto, triunfa. sobre su Creador. Harvie Ferguson ha escrito: 'Su pasión, que es la devoción caballeresca al orden caballeresco, crea su propio mundo en oposición a cualquier experiencia mundana que pueda negarla...' Convertido en pasos subjetivos o proyectado en el mundo como actos virtuosos, el monje y el caballero fueron llevados más allá del mundo social. Por un lado, la contemplación y, por otro, la acción, trascendieron las limitaciones de tiempo y lugar para alcanzar el reino del ser puro; el amor y el valor que fueron identificados como felicidad”. (15)

En el prólogo de “Don Quijote”, nuestro autor escribe algunas líneas que también pueden examinarse en el contexto del pensamiento humanista. En el prólogo afirma: "Ten cuidado de expresarte de manera sencilla y fácil, en términos bien elegidos, significativos y decentes, y de dar un giro armonioso y agradable a tus períodos: estudia para explicar tus pensamientos, y colóquelos en la luz más verdadera, trabajando tanto como sea posible, no para dejarlos oscuros ni intrincados, sino claros e inteligibles: deje que sus divertidas historias se expresen en términos divertidos, para encender la alegría en los melancólicos y aumentarla en los alegres. : deja que la alegría y el humor sean tu designio superficial, aunque apoyado sobre una base sólida, para desafiar la atención de los ignorantes y la admiración de los juiciosos, para proteger tu trabajo del desprecio de los más graves y merecer los elogios de los hombres sensatos. ; manteniendo la vista fija en el fin principal de su proyecto: la caída y destrucción de ese monstruoso montón de novelas mal ideadas que, aunque aborrecidas por muchos, tan extrañamente han enamorado a la mayor parte de la humanidad. Tenga esto en cuenta y su negocio estará hecho.

La última cita, de "Don Quijote", daba importancia a la risa que, en la transformación de la sociedad feudal, y como en épocas anteriores, se hizo generalmente accesible en oposición al 'mundo oficial', que no puede ser cómico. Cervantes, Shakespeare y Rabelais durante ese período supieron explotar su imaginería variable. En las obras de Cervantes podemos encontrar ese tipo de alegría carnavalesca que se burla del estilo de 'seriedad helada y petrificada' propio de la escritura seria, liberada de la estructura petrificada de la jerarquía feudal. La personalidad humana surgió así como sujeto privilegiado de la historia mundial, pero aún libre de todos los determinantes históricos. El autor existe, por lo tanto, no existe una validación estándar con la que el yo pueda probarse. Este problema de la identidad fue también preocupación de otros humanistas como Montaigne, cuya psicología se parece mucho a la de los escritores modernos. Erasmus también da importancia a las cualidades internas del individuo. Erasmo vio la necesidad de comprender la verdadera bondad. En opinión de Forcione, el estudioso holandés sugiere que: 'esa auténtica nobleza deriva de las cualidades internas del individuo más que de sus posiciones sociales y habla de las dificultades que tiene el cristiano para distinguir la bondad y la virtud de todos los falsos valores que Los vulgares, atrapados en la sombra de la cueva de Platón, persiguen locamente como si fueran ciertos y verdaderos. Para los humanistas, como se puede percibir en las obras de Cervantes, cualquier norma evidente es, en última instancia, autogeneradora. (16)

Continuará...