Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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10 de agosto de 2024

Jorge Aliaga Cacho analiza a Don Miguel de Cervantes - III

Jorge Aliaga Cacho en la Universidad de Glasgow, Escocia

Por Jorge Aliaga Cacho

El escritor es un personaje de su tiempo. En su obra aparece directa o indirectamente la España de Cervantes, es decir la España del siglo XVI. En la época de Cervantes, ninguna cultura nacional se desarrollaba siguiendo líneas enteramente racionales. La magia, el misterio, la creencia en los milagros y la presencia de Dios y lo sobrenatural, explicaban las actitudes irracionales.

Cuando se producían tensiones en el contexto social, porque los nobles tenían que encontrar trabajos de baja categoría o profesiones de baja estima social, para sobrevivir o morir de hambre con dignidad, algunos prefirieron emigrar al "nuevo continente". Estas colonias eran, de hecho, el paraíso para burócratas, aventureros y vendedores ambulantes. Por otra parte, las clases bajas convertidas en picarones se habían, «casi apoderado», de sectores enteros de ciudades, especialmente en Sevilla, enriquecidas por el comercio transatlántico. Cervantes sentía cariño por esta ciudad.

"Era consciente de la mezquindad y crueldad del sistema policial y judicial, y se puso del lado del transgresor más que de los defensores de la ley". (7)

Esto último quizás podría explicarse por el hecho de que Cervantes fue arrestado en Sevilla en 1597 y pasó trece meses en prisión. En el prólogo de la primera parte de “Don Quijote” escribe:

“Se puede suponer que fue hijo de la perturbación, engendrado en alguna prisión lúgubre, donde la miseria tiene su residencia y cada sonido lúgubre su habitación”.

¿Sería “razonable” sugerir que Cervantes encontró a los forajidos más espontáneos, sinceros y amigables que los miembros convencionales de la clase media y los pequeños nobles y burócratas que lo habían enviado a la cárcel? Pero si damos "razón" al hecho de que, si bien Cervantes trabajó como recaudador de impuestos, responsable de manejar y contabilizar bienes y dinero, era incompetente, "más incompetente que cualquier otro recaudador de impuestos debería ser", entonces los burócratas del El tesoro real lo persiguió durante años para obligarlo a cumplir con sus obligaciones. Se podría sugerir que las experiencias de vida de Cervantes y sus contradicciones humanas son parte de su obra. Esto último queda fuera de toda duda cuando leemos su Prólogo a la Parte 1:

“Cada producción debe parecerse a su autor”.

Otros protagonistas de la España de Cervantes fueron los escritores, poetas y dramaturgos que abundaban en todas las ciudades, pueblos y aldeas, “formando un nuevo grupo”, estimulados por la imprenta y los nuevos lectores producidos por el “boom” escolástico. El mensaje humanista que podía extraerse de la obra de Cervantes respondía y estaba inspirado en la composición social de una región gigante multicultural. Esta respuesta no es fácil de percibir porque, al igual que ocurre con los personajes de Cervantes, es ambivalente.Nuestro autor también vio el problema que plantea la forma en que vemos las cosas: ¿Realidad o apariencia?

“¿Cómo puedo equivocarme, traidor incrédulo?” preguntó Don Quijote. —Dime, ¿no ves a ese caballero que viene hacia nosotros montado en un corcel tordo y con un casco dorado en la cabeza?

"Lo que veo y percibo", respondió Sancho, "no es más que un hombre sobre un asno gris como el mío, con algo que brilla en la cabeza".

“Pues ese es el yelmo de Mambrinos”, dijo Don Quijote. (8).

Este último es un tema central que preocupaba a los pensadores del Renacimiento. La filosofía del Renacimiento iba a cambiar las relaciones entre el sujeto y el objeto que eran comunes en la Edad Media.

“La mente era una especie de tabla en la que estaban impresas las marcas de la realidad; esto y el tema se correspondían entre sí” (9).

Esta última era la filosofía aristotélica/escolástica que estaba en todas las mentes. Cervantes, tal vez, conocía y aprobaba esa teoría tradicional, pero no la utilizó en su concepción literaria. Es más, el humanismo había comenzado a dar importancia al hombre, rompiendo su pasividad a la hora de reflexionar sobre la realidad y dándole la oportunidad de diseñarla: una realidad propia.

‘Humanismo significa valoración y exaltación de los valores humanos, de la razón, subordinando el resto; es un nuevo método para observar el mundo”. (10).

Entonces, ¿qué se distingue en el razonamiento de los personajes de Cervantes? La respuesta debería ser: el uso de su “experiencia”. Claramente, esto se demuestra en el siguiente pasaje:

“Abrí, me froté los ojos y noté que no estaba durmiendo sino que estaba verdaderamente despierta; sin embargo, me toqué la cabeza y el pecho para certificar si era yo quien estaba allí o si se trataba de un fantasma irreal y falso; pero mi propio tacto, mi propia sensación y mi propio reflejo me dijeron que yo estaba allí, el mismo que soy ahora”. (11). Traducido por el autor.

En “Persiles” también está presente un ejemplo similar:

‘Ninguna ciencia, si es ciencia, miente; engañado es el que no tiene conocimiento; particularmente de la astrología, por la velocidad de los cielos, que lleva consigo todas las estrellas…’(12).

Los románticos teutónicos también veían en 'Don Quijote' un símbolo de nobles aspiraciones: justicia, heroísmo y caballerosidad en las luchas reales y cotidianas presentes en la vida. Hegel, Schiller, Goethe, Heine, Grillparzer, Tieck, Sismondi y los hermanos Schlegel, entre otros, mantuvieron esta opinión.

El profesor Mario Cassela de Milán ha dado un enfoque más filosófico a la obra de Cervantes. Casella explica que Cervantes: “personifica en forma de poesía pura, como él llama a la novela en contraposición a la filosofía técnica, la esencia de la tradición agustino-tomista en metafísica, estética y ética. Don Quijote parte de un amor ilusorio a sí mismo porque sus ilusiones caballerescas y pastorales le ocultan de tal manera la verdad que no puede verse como debe. Pero aunque la ilusión limita su naturaleza entusiasta, su lucha por la justicia, sus experiencias refinadoras y su elevado ideal de amor reflejado en Dulcinea, su Beatriz, prueban que 'quiere sublimar la justicia ciega en misericordia, el deseo sensual en amor de caridad, un mundo pecaminoso en un establecimiento más palpable del reino de Dios.' (13)

El Concilio de Trento, en una serie de conferencias celebradas por la Iglesia Católica Romana en Italia, entre 1545 y 1563, debía definir las creencias católicas y contrarrestar las enseñanzas protestantes. El concilio estableció muchas reformas en las prácticas de la iglesia y se convirtió en una herramienta importante en el movimiento de renovación católica, la Contrarreforma. Era la época de la España tridentina.

Cuando concluyeron las actividades de los concilios, Cervantes había cumplido 13 años. Era el año 1563. El 26 de enero de 1564, el Papa Pío IV confirmó todos los decretos del concilio que fueron adoptados como parte de la doctrina católica. Estas incluían, entre otras cosas, la concesión de "indulgencias" y el perdón de algunas de las penas por los pecados. Esto último recuerda lo que El Saffar escribió sobre “Don Quijote”: “quiere sublimar la justicia ciega en misericordia”.

Otra visión de Cervantes es la expresada por Marcel Bataillon:

«Cervantes es un representante típico de la España postridentina y, en consecuencia, deberíamos añadir, un hombre barroco, como Lope de Vega, pero presenta otro problema. ¿Cuál? Una mente humana…'. (14)

Continuará...

8 de agosto de 2024

Jorge Aliaga Cacho analiza a Miguel de Cervantes - II

Jorge Aliaga Cacho en Londres

Por Jorge Aliaga Cacho

Cervantes no pretendía formular un análisis de su sociedad contemporánea. Fue un hombre de letras, empírico y erudito. Sin embargo, si exploramos su obra sociológicamente podemos llegar a una representación clara de esta sociedad. Los personajes de Cervantes, que representan diferentes estratos sociales en muchas de sus obras, ofrecen claramente una crítica mordaz de la sociedad en la que vivió. Pero nuestra preocupación no es el sociólogo. Nuestra investigación se refiere al artista, al hombre de letras. Sin embargo, si el humanismo se ocupa del hombre más que de Dios o la naturaleza, seguramente en la literatura de Cervantes podemos encontrar muchos ejemplos en los que el hombre es el dogma central de su obra. La siguiente cita de “Don Quijote”, refleja un contenido esencialmente humano:

'Hay dos tipos de originales en el mundo; algunos que surgen de reyes y príncipes poderosos, que poco a poco han sido tan disminuidos y oscurecidos, que las propiedades y títulos de las siguientes generaciones se han reducido a nada y han terminado en una punta como una pirámide; otros que desde comienzos humildes y bajos, todavía se elevan y se elevan, hasta que finalmente son elevados a la cima misma de la grandeza humana: tan grande es la diferencia, que aquellos que eran algo ahora son nada, y aquellos que eran nada ahora son algo. '. (3)

Esto último también podría interpretarse como los pensamientos de uno de los humanistas más influyentes de Gran Bretaña, Sir Thomas More, 1478-1532, quien en 1534 se negó, como católico devoto, a prestar juramento de supremacía a Enrique VIII como jefe del Reino. Iglesia. Si coincidimos en nuestra percepción, podríamos decir que Cervantes, en cierta medida, dio “igual” importancia a los diferentes personajes de su “narrativa irreal”.

Según Bertrand Russel ni Desiderius Erasmus (1466-1536) ni Sir Thomas Moore (1478-1532) fueron filósofos en el sentido estricto de la palabra. Sin embargo, estos grandes humanistas ilustran el temperamento de una época prerrevolucionaria en la que había una demanda generalizada de reformas moderadas. Estos fueron los hombres que durante la época de Cervantes estaban ansiosos por difundir el saber lo más ampliamente posible. Si Cervantes estuviera familiarizado con el discurso humanista como la “Utopía” de Moore y el “Enchiridion” de Erasmus, podríamos suponer que sus escritos sobre la piedad y la virtud pública habrían tenido un impacto en la interpretación de Cervantes cuando consideró el peso humano de sus personajes. .

Don Miguel de Cervantes tenía nobleza. Sus antepasados ​​eran originarios de Galicia pero se habían expandido en la época de Don Miguel a Toledo, Sevilla y Alcarria. Sin embargo, a pesar de la nobleza de Cervantes, se había encontrado con dificultades económicas: un "buen linaje" pero comparativamente pobre. Partici

pó en guerras como contra la flota turca en el Mediterráneo. Además, luchó en la Batalla de Lepanto contra la supremacía de la armada otomana donde perdió su brazo izquierdo. En 1575 fue capturado por corsarios moros y hecho prisionero en Argel.

Luego, en 1607, se trasladó de Valladolid a Madrid, donde fue asaltado por celosos ataques personales de quienes se sentían víctimas de su sátira. Todas estas experiencias se reflejan en su obra. Cervantes conocía la condición humana. Es posible percibir la visión humanista en su obra. Sin embargo, no era anticlerical. Y es que el arzobispo de Toledo, Bernardo de Sandoval y Rojas, le brindó patrocinio, apoyo y protección.

Manuel Durán, quien trabajó bajo la dirección de Américo Castro en la Universidad de Princeton, investigó la ambigüedad de “Don Quijote” y ha dilucidado lo siguiente:

"La relación entre Cervantes y su héroe es extraña y vacilante; no debería sorprendernos si suscribimos la teoría de que Cervantes intentaba expresar a través de él toda una faceta de su propia personalidad". (4)
Si aceptamos la sugerencia de Durán de que Cervantes estaba tratando de expresar a través de sus personajes un lado de su propia personalidad, también debemos aceptar que la personalidad de Cervantes estaba al mismo tiempo influenciada por las ideas de su tiempo y en particular por las ideas humanistas de Erasmo (1466-1536).

Está claro que Cervantes, influenciado por el atractivo de la filosofía cínica, dio una alta prioridad a la categoría moral en la vida del hombre, utilizándola como crítica y como medio de mejora para el individuo y la sociedad.

Forcione ha escrito:

"Que Erasmo vio las fortalezas y debilidades de la doctrina cínica queda claro en su tratamiento en el Enchiridion, una obra que, en su posición filosófica general, se ocupaba de los usos adecuados del conocimiento y la crítica, al mismo tiempo que revelaba, en algunos aspectos interesantes detalles, un sorprendente parentesco con la parábola del conocimiento de Cervantes. (5) 

"La herencia espiritual del humanismo es, de hecho, visible en el nivel más profundo de la actividad de Cervantes como experimento narrativo y, para vislumbrarla, debemos ser plenamente conscientes de los códigos genéricos en los que se concibe y desarrolla la ficciónofrecida a lector'. Cervantes procede con absoluta libertad, combinando las 'formas tradicionales de desorden' en ''El casamiento engañoso'' y ''El coloquio de los perros', y la hábil adaptación de la compleja mezcla de ideas y convenciones románticas de ''La gitanilla'' a una forma hagiográfica en ''La fuerza de la sangre'', y la deconstrucción violenta en ''El celoso extremeño''. (6) 

Continuará.

6 de agosto de 2024

DE LA MANO DEL SEÑOR

Por Jesús Gálvez

Señor todopoderoso,
en este momento no sé que hacer ni que pensar.
Señor Dios de la gloria,
me acuerdo que los más hermosos salmos de esperanza nacen de circunstancias adversas
soy yo de repente
Tus historias me reflejan.
Padre Celestial,
también me viene al pensamiento 
y me sube al corazón 
que los justos pueden pasar muchas dificultades 
pero nunca fueron de tu olvido.
YHWH, quisiera cerrar los ojos y reposar 
en tu gracia salvadora.
Adonai, mi alma es como la arena del desierto 
que alberga un pequeño oasis
y como el oscuro bosque lleno de luciérnagas.
Santo de Israel, con una de tus palabras será suficiente,
la atesoraré de todo corazón,
como espero por oír tu voz ,
tu palabra será mi salvación
porque no sólo de pan vive el hombre 
sino de toda palabra que sale del Rey de gloria 
hacedor de maravillas.
Señor de los Ejércitos
Tú que enviaste al Paracleto
tu Santo Espíritu,
definitivamente Él nunca me abandonará
y en los momentos más necesarios de pronto aquí estás
me acompañas, tu presencia se impone
Trae la realidad y gracia sobre gracia es su mensaje.
Padre Celestial,
que bondadoso eres,
te alabaré.
Feliz descansaré y disfrutaré de tu maravillosa compañía
cuan grande eres,
por eso los que conocen tu nombre callan de alegría.
Dios de mis padres
aquí me tienes delante de ti callado 
y en paz lleno de esperanza.
Dios de mis antepasados 
escucha mi oración y guardarme en tu camino.
Porque sólo tu eres el maná escondido 
que logran hallar los que con todo el corazón te buscan.
Dios, Santo es tu nombre
Tú, que habitas en las alabanzas 
de tu pueblo, de tus redimidos.
Como esta escrito en los íntegros 
es hermosa la alabanza.
Santo, Santo, Santo Dios todopoderoso
Tú que escuchas las oraciones de los justos
y para los íntegros es toda tu complacencia.
Enséñame a hacer tu voluntad 
y no permitas que yo prevalezca
Que ame más tus caminos que mi vida.
Despierta mi espíritu
de madrugada te buscaré.

5 de agosto de 2024

Jorge Aliaga Cacho analiza a Don Miguel de Cervantes


Por Jorge Aliaga Cacho

El humor como fenómeno de la experiencia humana depende en gran medida del desarrollo del proceso histórico. Los franceses, durante el siglo XVIII, se reían de "Don Quijote" como una sátira dirigida contra la civilización "no ilustrada" de la Edad Media, mientras que los ingleses se divertían con los aspectos cómicos de sus diversas escenas de farsa. Los latinoamericanos disfrutaron del Quijote romántico, de su “antiheroísmo”, mientras que los alemanes, en la voz de Heinrich Heine, inauguraron una nueva época conceptual para examinar la obra literaria de Cervantes.

"Una época en la que la reacción del lector ante la obra ha estado condicionada por su propia conciencia de que él, al igual que el caballero andante demente, es un vagabundo sin hogar, perdido en algún lugar entre el mundo como le gustaría que fuera y el mundo él sabe como es'. (1).

Para introducir este tema: los aspectos generales del humanismo en la obra de Cervantes, debemos imaginar al autor como un animal político de su tiempo que tuvo que lidiar, voluntaria o involuntariamente, con el tipo de interrogantes formuladas por Heine para crear sus personajes:

Si el hombre se pierde en algún lugar entre lo real y lo irreal, seguramente, debe haber estado buscando una salida, si el humanismo fue una alternativa propuesta para mejorar la condición humana del siglo XVI de Cervantes, entonces, hay razones para creer que la interacción entre lo real y lo irreal, el artista y su época se reflejarían de alguna manera, por torpe que fuera en su creación artística. Los párrafos siguientes pretenden poner a prueba el siguiente postulado: 'Cervantes fue influenciado hasta cierto punto por las ideas del Humanismo'.

El humanismo como sistema de pensamiento y movimiento crítico literario se dedicó a los intereses humanos y la cultura literaria. Sin embargo, para comprender el enfoque de Cervantes, su percepción del mundo real e “irreal” es agotadora. Esta afirmación la ha expresado otro gran representante de las letras españolas.

'¡Oh! Si pudiéramos estar seguros del estilo de Cervantes y de su propia forma de abordar las cosas, podríamos conseguirlo todo. Porque su cumbre espiritual está regida por una solidaridad inquebrantable y porque un estilo poético se compone de filosofía, valores morales, política y ciencia. Si alguien pudiera venir algún día a desvelar el estilo de Cervantes, bastaría para extender sus líneas a otros problemas de la humanidad y despertar nueva vida. Entonces, si hay coraje y genio entre nosotros podremos escribir en toda su pureza el nuevo ensayo español”. (2)

1 Werke Samtliche, quoted by Alban Forcione in “Cervantes, Aristotle and the Persiles”, p.7, Princenton Uniersity Press, 1970.

2 Ortega y Gasset, José, quoted by Manuel García Puertas in his introduction of “Cervantes y la Crisis del Renacimiento Español”, Universidad de la República, Montevideo, 1962.

Continuará...