James Rojas Bazán es el autor de este tanto informativo como entretenido libro que llega con un registro fresco por parte de su autor, nacido en Santa Cruz, Cajamarca, Perú. Como ya lo había hecho antes con su libro ''Risoterapia'', aparecido del año 2015. Su nueva obra ''Historias JA, JA, JA'' llega con el objetivo de producir el nacimiento de sonrisas y carcajadas entre sus lectores. Felicitamos a James por su importante y jocosa obra que recomiendo a los seguidores del blog. Pues como dice el autor: 'la lectura de este libro es buena para combatir la tristeza y el estrés'.
Además como reza su cita del papa Francisco:
'Hay que vivir con cara de alegría y no con cara de velorio'.
El presente cuento, 'Los shilicos', es uno de los cuentos que contiene el libro: ''Historias JA, JA, JA'', de James Rojas Bazán.
Los shilicos
En el departamento de Cajamarca, una de las provincias con mucha tradición y arraigo religioso es la provincia de Celendín cuyos pobladores generalmente, se dedican a las actividades comerciales denominándoseles por ello, ''los judíos peruanos'' o ''shilicos''. La fundación de Celendín se realizó el año de 1802, por el arzobispo de Trujillo, Don Baltazar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda. Las primeras familias que poblaron este hermoso terruño provenían de la madre patria, España, y de familias que eran inmigrantes portuguesas las cuales -se dice- que, en muchos casos, son procedentes de familias galaico-portuguesas; tal vez de raíz judía o judía conversa (1) quienesmde enamoraron de la región y decidieron quedarse.
El origen de la denominación ''shilico'' se atribuye a un poblador chino que llegó a Celendín donde quedó prendado de una bella y enamoradiza celendina, la misma que creía en el amor a primera vista. Después de unas pocas semanas de compartir bellos momentos e innumerables promesas, cedió a los embates públicos del chinito. Y, después del primer encuentro amoroso, a paisana tratando de no defraudar, pregunto a su 'mariachi' si ella lo había complacido y si él ha disfrutado del sexo. A lo cual, e emocionado chinito, confeso:
- Shi, lico.
Y esta frase fue el inico y ya casi inobjetable gentilicio de los celendinos.
II
Por las características comerciaes y por ser pobladores muy metódicos y tacaños para gastar dinero -así como para realizar otros gastos-, se ha creado una serie de chistes y anécdotas de los ''shilicos''. Una de estas historias está relacionada con la celebración de la Fiesta Patronal de San Juan Bautista, en dos poblaciones vecinas de la provincia: en un centro poblado, celebran la festividad patronal el día 24 de junio; y, en el otro, el día 25; ya que; por tacaños, los moradores de uno de los poblados no han comprado la imagen del santo Parón, y tienen que prestar la imagen del pueblo vecino para celebrar su fiesta al día siguente.
III
Un ''shilico'' que está muy enfermo en su lecho de muerte susurra: Amancio, Amancio, ¿Dónde está tu mamá?
- Aquí estoy cariño a tu lado, cuidándote.
Y mis hijos, Pancracio, Isabel, Juana, Isidora, Lucrecia. ¿Dónde están?
- Aquí estamos todos a tu lado padre.
Y si todos están aquí.
- ¿Porqué mierda han dejado prendida la luz de la cocina?
IV
Un ''shilico'' había tenido un ataque cardiaco y, de emergencia, lo llevan a una clínica, donde lo recibe un equipo de médicos y enfermeras. Lo colocan en una camilla para llevarlo, con urgencia, a la Sala de Operaciones. Allí, el médico jefe ordena a la enfermera:
Rápido, señorita. Póngale una mascarilla.
Y, entonces, escuchan la voz estertórea del paciente que grita:
- ¡La mas carilla noo, la mas carilla noo! La mas baratilla, por favor!
V
Un ''shilico'' va a Lima y toma un taxi para que lo lleve desde el terminal de Flori hasta San Juan de Lurigancho. Luego del recorrido, y ya en casa, el ''shilico'' saca un billete de 20 nuevos soles y paga la carrera, ante lo cual el taxista, muy molesto, le reclama:
- Pero, señor. Yo le dije que la carrera costaba cuarenta soles.
Entonces el paisano le dice:
Claro; pero hemos viajado los dos, por tanto, yo solo pago la mitad.
VI
Un ''shilico'' ya casado, y con hijos, es descubierto por su esposa que estaba siéndole infiel. Por tal razón, muy molesta, le reclama acerca de este mal comportamiento y le plantea el divorcio. Sorprendido el marido, y tratando de dar una convincente explicación, le dice a su mujer:
- Todo lo que hago es por amor, ya que te amo demasiado.
Esta frase causó mayor indignación a la esposa que lo recriminó por su sinismo, por ser caradura y sinvergüenza.
¿Cómo te atreves a decir que tu infelidad es por amor?
El ''shilico'' respondió:
- Todo lo hago pensando en ti, cariño. Porque te quiero tanto, estoy con otra mujer; para que tú no te desgastes.