Raúl Gálvez Cuéllar y Jorge Aliaga Cacho
Raúl Gálvez Cuéllar fue un escritor magistral y polifacético.
Además de poeta, fue tambièn decimista, educador, periodista, genio en el juego del tiro al sapo: tiraba las fichas, de espaldas al batracio, y estas se introducían en la boca del sapo, espectacularmente. Raúl, además, fue juez, excelso abogado, y gran amigo. Fue un gran 'performer', tenía la capacidad de cautivar a su audiencia con su sola presencia. A veces, a lo Abraham Valdelomar, llegaba a sus presentaciones vistiendo alguna prenda rimbombante. Era pulcro en su vestir, magnífico anfitrión. Junto a su esposa Lucita, los dos fueron gran anfitriones. Recuerdo las tertulias que disfrutamos en su ''Rancho Grande'', nombre que acuñé para la casa donde vivía, en ''Los Girasoles'', camino a Chosica.
La ciudad de Huacho, los Viernes Literarios, Los Jueves de Poesía y Narrativa, el Museo José Carlos Mariátegui,y otros espacios, tuvieron la la oportunidad de verle en escena. Este gran escritor peruano, hijo de Tacna, adoptado por Lima, fue compañero de estudios del gran periodista, Marco Aurelio Denegri. En el eximio programa televisivo: 'La Función de la Palabra', Denegri, supo hacer un juicio de valor de la obra de su amigo, Raúl Gálvez Cuéllar.
Luego de su gira por Puerto Rico y New York, Raúl llegaría a Huacho cargado de anécdotas extranjeras. Pero también traía anécdotas de la selva peruana, como en su novela YERBABUENA, o historias de su accionar como dirigente de los trabajadores de correos y telegrafistas. También sobre su experiencia académica, universitaria, en París.
Como el mercado semanal, que describe en su novela: YERBABUENA, donde se puede encontrar de todo: desde una aguja de coser fabricada en China hasta un tractor viejo de fabricación checa. Así, de la misma manera, encontramos de todo en la obra de Gálvez Cuéllar, que ha dejado un vacío enorme en la escena literaria limeña. Raúl, tenía de sabio, de 'loco' y de todo un poco: y se reía escuchándome anunciar su grado de locura. Raúl Gálvez Cuéllar, añoraba un Perú más justo, digno y solidario. Tuvo ideas de vanguardia que abrazó con sus amigos como: Julio Solórzano Murga, gran animador cultural de la Región Lima.
Entre sus cercanos 'patíbiris', como el solía llamar a sus amigos, destacan:
Genaro Ledesma Izquieta, Santiago Risso, Juan Benavente, Anselmo Plasencia, Oscar Castillo Banda. Germán Rodas Vásquez, Lucy Martínez Zuzunaga, José Pablo Quevedo, César Aching Guzmán, Celia Luz Flores, Celia Ariza, Anna Sant, Delfina Santana, Roberto Aldave, Antonio Silva, André Kuo Robles, José Luis Villacreses Vinueza, Jorge Luis Roncal, Leoncio Bueno, Carlos Llanos, Carlos Alberto Valdivia Gálvez, Rodolfo Moreno, Hernán Anaya Arce, Lucien Andre Breux, René Aguilera Fierro, Duilio De la Motta, Maynor Freyre, Wilfres Díaz, Carlos Rojas Galarza, Anicia Vega Figueroa, Guillermo Furlong, José Guillermo Vargas, Arturo Bolívar Barreto, Manuel Mosquera, Bella Clara Ventura, Alfred Asís, Jorge Aliaga Cacho, etc.
Entre una de sus anecdotas fascinantes, y registrada en uno de sus cuentos, se encuentra la de haber sido abducido y llevado a una nave espacial, lugar donde permaneció por el periodo de una semana.
R.G.C. y J.A.C., en Huacho, Lima, Perú |
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