ESTEBAN PAVLETICH TRUJILLO
Nació en Huánuco el 13 de mayo de 1906. Fue alumno del Colegio Nacional de Minería. Realizó sus estudios en la Universidad "La Católica" y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1925 cuando era secretario del Exterior de la Federación Nacional de Estudiantes fue deportado del país a Centroamérica. Allí, durante cinco años realizó campañas americanistas. Intervino en el movimiento Inquilinario de Panamá, en las campañas contra la "United Fruit" en Guatemala; en las luchas contra el imperialismo norteamericano en México. En 1928 se incorporó al Ejército Liberador de Nicaragua, actuando como Secretario del General César Augusto Sandino. En 1930 retornó al país. En 1931 nuevamente fue deportado a Guayaquil, pero logró fugar en Huacho del barco que lo conducía. Fue nuevamente detenido e internado en "El Frontón". Se le destierra, esta vez a Chile. En 1933 volvió a Perú. Editó y dirigió la revista "Peruanidad". Fundó el seminario "Democracia" y en Huánuco, el semanario "Hércules". Fue director del Diario Oficial "El Peruano".Años más tarde le amputaron ambas piernas y vivió retirado en Magdalena del Mar, postrado en cama. Murió en Lima el 8 de febrero de 1981. Intelectualmente, incursionó en la poesía, la novela, cuentos, la historia, el folklore, la crítica literaria, el análisis político, etc.
Obras: 6 poemas de la revolución (1927); Leoncio Prado, una vida al servicio de la libertad (1930); hermosa biografía novelada del héroe de Huamachuco. Extraño caso de Amor (1954); novela de corte Psicologista que trata sobre los amores morbosos de una pareja de ascendencia europea, los cuales terminan trágicamente. No se suicidan los Muertos (1957): Esta obra ganó el premio Nacional de Novela en 1959. Es de naturaleza política e histórica. Tres Relatos (1959), Revelación de Kotosh (1964): sus 389 versos libres están distribuidos en 9 poemas de extensión variable. Entre sus ensayos y opúsculos tenemos: El Mensaje de Mejico (1934), Autopsia de Huánuco (1937), Emiliano Zapata, precursor del agrarismo americano (1959), Bolivia, Periodísta (1960), Un tal Gabriel Aguilar (1967), Antología de los Negritos (1973), en coautoría con Nicolás Viscaya y Javier Pulgar Vidal. Algunas consideraciones sobre la picaresca (1990).
Por Angela Ponce López
Hace 35 años y 16 días exactamente, Huánuco perdía a uno de sus autores más rebeldes y de alta calidad artística, dueño de un espíritu tenaz por alcanzar sus metas y una pluma capaz de extraer lo más roñoso del corazón de Huánuco. Político, literario y periodista, Esteban Pavletich Trujillo (1906) fue un hombre que resaltó por su activismo social, su lucha por los derechos de los oprimidos y su permanente optimismo.
VIDA Y POLÍTICA
Desde muy joven, Pavletich incursionó en la actividad política. A los 17 años, en la Universidad Católica impulsó un movimiento estudiantil que, basándose en los códigos de la Reforma Universitaria propuesta por Gabriel del Marzo en la Argentina, buscaba balancear el poder de la universidad entre sus funcionarios y los alumnos; por esta iniciativa fue expulsado del claustro universitario y no llegó a culminar sus estudios en Letras.
Sin embargo, Pavletich siguió en sus trece y luego de aquella experiencia, sirvió como vocero de los mineros explotados en La Oroya por la empresa Cerro de Pasco Copper Corporation, además de ejercer el liderazgo de los Intelectuales Revolucionarios en la Comisión Organizadora del Congreso Minero, actividades que motivaron su captura y posterior deportación a Panamá en 1925.
Después de colaborar como secretario del revolucionario Augusto César Sandino y sus acciones libertarias en Nicaragua y otros países de Centroamérica, José Carlos Mariátegui le envía una carta pidiéndole que retorne al Perú (el gobierno de Augusto B. Leguía había sido depuesto) e invitándolo a unirse al movimiento que lideraba. Sintiéndose un Quijote, Pavletich empezó nuevamente a tener contacto con la clase obrera del Perú, específicamente de Huánuco. Por aquella época, contrajo matrimonio con Dina Blengery Espinoza con quien llegó a tener tres hijos. Años más tarde, formando parte de la élite cultural del país, incursionó en la política peruana asumiendo posturas polémicas, siendo alabado por unos y criticado por otros. Ejerció cargos públicos: en el gobierno del presidente Manuel Prado fue jefe de Informaciones de Palacio de Gobierno y director del Diario Oficial “El Peruano”. Más adelante, bajo el gobierno de facto del general Manuel A. Odría, fue designado representante cultural en las embajadas de Bolivia y Colombia. Además, fue candidato por Huánuco en las elecciones de 1945, pero dichos comicios fueron anulados al final. En 1956 volvió a postular a la cámara de diputados, también por Huánuco, sin ser elegido, pues la votación se inclinó por la lista de Manuel Prado, según sostiene el abogado Jorge Espinoza Egoavil en el prólogo de la novela “No se suicidan los muertos”.
LITERATURA Y PENSAMIENTO
Esteban Pavletich no solo compartió su pensamiento mediante la política o el activismo social, sino también con la Literatura. Por su obra se encuentran elementos indigenistas, históricos, reclamos sociales y posiciones políticas, tradiciones, descripción geográfica, espiritualismo, entre otros aspectos, que caracterizan una propuesta literaria y ensayística que registra su tiempo, su entorno y los avatares de la gente y sus héroes.
Llegó a posicionarse como uno de los intelectuales más grandes en la historia de Huánuco y el país al punto de ser condecorado con la Insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 1960, galardón que solo obtienen los máximos exponentes de la cultura.
Una de sus más altas obras literarias y que retrata el lado oscuro de Huánuco, es su célebre novela “No se suicidan los muertos”, una historia terrible que ocurre en una hacienda ubicada en el valle Derrepente (entre Churubamba y Chinchao). Al respecto, el escritor Luis Hernán Mozombite escribió: “Novela de naturaleza política e histórica con la que Pavletich desmitifica la figura del político liberal Augusto Durand, mostrándolo como un gamonal despótico y cruel en sus haciendas, pero que se enmascaraba de demócrata y humanista ante la opinión pública”.
Por esta obra, en la que Pavletich aporta además una escritura sencilla y fascinante, recibió el Premio Nacional de Novela en el año 1959.
En 1937, publica su ensayo “Autopsia de Huánuco”, en donde expone su visión sobre un Huánuco feudal y atrasado. Es una obra controversial y llena de rabia y fervor social por el que acusaron a su autor de anti nacionalista y alborotador.
Pavletich, conocido por su perseverante activismo político, dotado de una pluma capaz de transmitir sus pensamientos, conocimientos y emociones más profundas, murió en Lima con las piernas amputadas, dejando como legado una vasta obra y una trayectoria caracterizado por la acción y la búsqueda de la justicia.
OBRAS POESÍA
6 poemas de la revolución (1927)
Revelación de Kotosh (1964)
CUENTO
Tres relatos (1959)
Las Verrugas (1962)
El Pelado
NOVELA
Extraño caso de amor (1954)
No se suicidan los muertos (1957)
Leoncio Prado: una vida al servicio de la libertad (1939)
ENSAYO
Autopsia de Huánuco (1937)
Emiliano Zapata: precursor del agrarismo americano (1959)l
Bolívar periodista (1960)
Un tal Gabriel Aguilar (1967)
La Picaresca y la Acética en la conquista de América (1990) Nació en la ciudad de Huánuco en 1906, hijo de Esteban Pavletich Stiglich, un inmigrante yugoslavo, y Josefa Melida Trujillo Vega, nativa de Huánuco.
En 1925 fue representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, lo que origina su temprano encarcelamiento en la Isla penal del Frontón y su posterior deportación a Panamá. Es allí donde comienza su peregrinaje, participando de diversos movimientos estudiantiles y sindicales de distintos países de Latinoamérica. En 1945 es elegido diputado por el Departamento de Huánuco, y luego desaforado por el gobierno entrante. Fue agregado cultural en las ciudades de Quito, Bogotá, La Paz y Santiago de Chile. En 1959, su novela "No se suicidan los muertos" ganó el Premio Nacional de Novela. Además, fue director del diario oficial "El Peruano" durante el segundo gobierno del presidente Manuel Prado.
Falleció en la ciudad de Lima el 8 de febrero de 1981.
No hay comentarios:
Publicar un comentario