El masestro Raúl Gálvez Cuéllar en la antigua estación "Desamparados". |
Por Raúl Gálvez Cuéllar
Me alegra tener tan sobresalientes escritores que se declaran mis discípulos, y sobre todo que manejan la pluma por el lado más difícil que es el buen humor. Mis cuentos para reír, y mis relatos para sonreír no serán sino pálidas caricaturas a perderse en la niebla de los tiempos, cuando aparece JORGE ALIAGA CACHO, digno exponente de la nueva hornada y con una hoja de vida impresionante. No obstante estos Laureles de JAC obtenidos en el País de los Incas y en las mejores civilizaciones de la Europa moderna, este destacado Vate sospecha que mantendrá la Corona de Campeón Internacional del Juego Peruano del Sapo, conquistado por cortesía en la residencia de mi hija Laura Gálvez. La ficha de bronce lanzada por Aliaga y que recorrió la garganta del batracio también de bronce, ingresó por su boca (del sapo pues, y no de JAC ), siendo impulsada. desde el aire metafísico animado por una fuerza dirigida a catapultarlo como Monarca de este singular Juego practicado por los incas, en una regresión, repetición y diferencia, muy claras en favor de nuestro insigne amigo peruano-escocés. Resulta falso de toda falsedad que me haya amparado en una visita al oculista para evadir la revancha. Lo cierto es que deseo que mi distinguido amigo y soberbio escritor JORGE ALIAGA CACHO, mantenga todavía este preciado Cetro de Campeón Internacional, como un estímulo necesario para su valiosa producción cultural, artística y literaria, en beneficio de los pueblos originarios y de las clases populares, como lo hiciera su egregio padre, el Amauta de Celendn, tanto en los países progresistas como desde la gloriosa CGTP. FELIZ DÍA DEL PADRE querido Amigo, ya nos veremos para que seas paganini como en Huacho, Barranca, Paramonga y Pativilca, donde Víctor La Chira fue testigo de tus inolvidables derrotas en Sapo y en Billas.
raul galvez cuellar
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