Por Tatiana Shevshenko
Tatiana Shevshenko |
Año tras año,
el tiempo derrite los límites
los nombres se pierden y sus caras se olvidan.
Millones de corazones que no han conocido el amor.
Millones de cuencas oculares
convertidas en polvo ...
No son asesinos, ni ladrones, ni violadores,
No son asesinos, ni ladrones, ni violadores,
tampoco son animales ...
Son personas que vivieron, creyeron,
Son personas que vivieron, creyeron,
soñaron, y su risa extendieron...
Acuérdate de ellos hoy,
sin tintinear, amigo.
No te quedes a un lado,
conducido a la indiferencia.
Por el bien de los niños
que murieron en el horno,
por el bien de aquellos cuyas sonrisas
desvanecieron para siempre;
manos quemadas,
nieve ensangrentada.
No hay listas y los nombres
No hay listas y los nombres
se olvidan para siempre ...
Sólo viven
en el recuerdo
de nuestros corazones.
en el recuerdo
de nuestros corazones.
¡Feliz día de los caídos!
Traducción: Jorge Aliaga Cacho.
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