"La miraba mientras... y otros cuentos"

Algunos escritores reunidos en Santiago de Chile se despiden en las instalaciones de un restaurante peruano.

Por Jorge Aliaga Cacho.

Osvaldo Hueso es el autor de un significativo e innovativo libro titulado: "La miraba mientras...y otros cuentos", lo conocí en el encuentro de escritores latinoamericanos y del Caribe realizado recientemente en Santiago de Chile, y al cual el escritor mexicano Guillermo Furlong y su compañera Hilda Morgan le ponen tónico entusiasmo, de tal manera que, hasta la fecha, ya han realizado nueve encuentros. Estos certámenes itinerantes se han desarrollado en diversas ciudades de Nuestra América. Es posible, dice Furlong, que el décimo encuentro se realice, el próximo año, en la ciudad de México.

Volviendo a Osvaldo Hueso, un hombre de mediana estatura, ex atleta, de bonachona apariencia y disposición para la conversación amical que él acompaña con rostro sonriente y ojitos vivaces.

Cuando me disponía a agradecer a amigos, al terminar mi discurso, en el Salón América de la Biblioteca Nacional de Chile, Osvaldo Hueso, arremetió con ímpetu para entregarme su libro con una dedicatoria. Entre nosotros se encontraban: Fernando Gustavo Russo venido desde La Patagonia, y quien ganaría los juegos florales de este certamen, organizado por el excelso escritor argentino, Héctor Vigna, que, valiéndose de un guía aymara, nos llevara a un salón de la Biblioteca de Santiago de Chile para conducir la jornada literaria. También se hallaban entre nosotros: María Inés Grimaldi, autora de "La Butaca Inquieta", obra de ensayos sobre teatro y opera. Con ellos me encontaba cuando arremetió Osvaldo Hueso para entregarme su libro con la dedicatoria, que al leerla, despertó mi asombro:

"Al amigo Jorge Aliaga Cacho, 

peruano y poeta

hoy lo conocí, hoy lo admiré".

Posiblemente, Osvaldo, concordaba conmigo en mi apreciación del rol que debemos tener los escritores frente a la sociedad en la cual vivimos; y posiblemente también teníamos coincidencias de apreciación sobre el "juego bonito". Al revisar su obra, por mi parte, lo que me impresiona de él es la capacidad que demuestra, en su registro literario para desprenderse de la ficción e ingresar al mundo de la intra-ficción, al permitir que sus personajes intenten hacerle cambiar el rumbo de sus historias. Pero de Osvaldo Hueso es también significativa su profunda filosofía: "La materia, por lo que había entendido, no desaparece se transforma. Yo diría que allí está el misterio de la vida, la dicótoma realidad visible-invisible.

Nuestro encuentro fue, temporalmente, breve. Teníamos que despedirnos pero habíamos entablado contacto. Habíamos escuchado a Sergio Rodríguez Saavedra, autor de "Antología de agua y hueso", libro que empacaba junto a "Evas" de Mireya B. Rosas y Nora E. Ruíz. Ahora tengo en mis manos la obra de Fernando Gustavo Russo, cuya lectura, empieza a deleitarme:

"Duro oficio el del escritor

digo yo

eso de querer cambiar las cosas

incluso lo irrenunciable" F.G.R.