Por Jorge Aliaga Cacho
desde el Reino Unido.
Donald Trump se encuentra en nueva disputa diplomática con la Gran Bretaña. Sucedió cuando el inquilino de la Casa Blanca se refirió a una marcha efectuada en Inglaterra, en protesta por los recortes presupuestales en el sector salud. En sus declaraciones, Trump trato de llevar agua para su molino, argumentando a favor del sistema de salud americano.
Sin embargo, tanto conservadores como laboristas británcios, dijeron que los manifestantes no estaban en contra del sistema de salud británico sino que protestaban por la falta de recursos. Trump sostuvo, falsamente, que los británicos rechazaban su sistema de salud, pero esto fue rechazado por los políticos de la corona británica al resaltar las bondades del servicio de salud en el Reino Unido, el mismo que tiene carácter universal, es para todos, sin importar el balance que uno tenga en su cuenta bancaria. En otras palabras todos están protegidos y los pagos al seguro se cubren con los impuestos.
Jeremy Hunt, Secretario de Estado para la Salud, salió a responder lo siguiente:"Puedo estar en desacuerdo con los reclamos de los manifestantes británicos pero creo que ninguno de ellos desee tener un sistema de salud como el americano donde 28 millones de personas no gozan de seguro de salud". La marcha en referencia se produjo en Londres. Jeremy Hunt también manifestó que el Servicio Nacional de Salud (NHS) puede tener desafíos pero que se sentía orgulloso del país que inventara la protección universal en el servicio de salud.
Las observaciones de Trump se produjeron en medio de una oposición demócrata, en EE.UU., que se oponía a sus intentos de retirar el financiamiento de la salud para personas con bajos ingresos, que anteriormente contaba con el apoyo de su predecesor Barack Obama. Algunos demócratas de izquierda, como el ex aspirante presidencial Bernie Sanders, quieren ir en la dirección opuesta en la política de salud y proponen un sistema al estilo del Reino Unido financiado a través de los impuestos. Mientras tanto los medios informaban que el ex líder del partido UKIP, de tendencia ultra derechista, dijo que los hospitales estaban sometidos a una presión por el excesivo flujo migratorio e instó a los Estados Unidos a no seguir el camino del sistema de salud en el Reino Unido.
Por su parte el líder del partido laborista, Jeremy Corbyn, respondió a Trump con el siguiente mensaje en Twitter: 'INCORRECTO. La gente marchaba porque amamos nuestro Sistema Nacional de Salud y odiamos lo que los conservadores le están haciendo. La asistencia en la salud es un derecho humano', dijo.
Los organizadores de la marcha de Londres, confesaron que temían las reformas y por ello decenas de miles de británicos salieron a las calles para identificarse con el principio de atención universal y completamente gratuita que se pague con los impuestos. La Primer Ministra británica, Theresa May dijo ayer que estaba orgullosa del Servicio Nacional de Salud. Algunos críticos manifiestaron que un sistema basado en impuestos en los Estados Unidos ahorraría dinero a la mayoría de las personas y facilitaría el control de los costos. Parece ser que esta vez a Trump le salió cuadrada con los británicos.
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