Por Percy Aquino Rodríguez
El debate presidencial de TV de anoche probablemente altere muy poco o nada las decisiones electorales a favor o en contra del quien va primero en las encuestas, Ollanta Húmala, porque éste no cometió errores, o no reaccionó de la forma como querían ante el ataque que le hicieron sus contrincantes, sobre todo Alejandro Toledo.
Por eso la Televisión en general anoche buscó un ganador del debate, PPK (en quien confían que podría subir para disputar la segunda vuelta con Ollanta), y al finalizar el debate dieron cobertura con entrevistas a todos los participantes menos, a Ollanta, demostrando una gran parcialidad. La intención de la TV ha sido casi ignorar a Ollanta, porque no podían darlo como perdedor. Pero quien cumplió un rol más patético, fue Canal 7, el canal del Estado, que supuestamente debía ser imparcial, pero que puso a Cecilia Valenzuela y a sus panelistas a destilar sus fobias contra Ollanta.
Tal como van las cosas nos espera una semana donde la TV tendrá un rol protagónico para azuzar elementos en contra de una candidatura a la que sin pruebas acusan de querer atentar contra la libertad de expresión. La TV se suma así con zapato y todo a la campaña del miedo que impulsan los grupos de poder en el país.
Estos grupos están entre ciertas grandes empresas que nos quieren vender la idea que crecimiento es igual que desarrollo, que han acuñado el concepto de “estabilidad jurídica” para preservar privilegios y creen que el modelo apenas necesita un maquillaje para ser perfecto. Ellos temen al cambio, ellos temen al antisistema, ellos juegan al miedo para conservar el actual modelo de desarrollo.
No tengo ningún temor de hacer cambios al modelo, porque soy consciente que ha hecho que el 77% de la Población Económicamente Activa labore en los sectores servicios y comercio con sueldos promedios de 650 soles y con muy escasa productividad. Este modelo ha permitido que no se privilegie el desarrollo de la industria y de la rentabilidad del agro nacional. Al contrario, ha posibilitado que entre el 2006 y el 2010, salgan del país, como utilidades de las inversiones extranjeras, 37 mil millones de dólares; mientras que en ese período entró menos inversión al Perú, 27 mil millones de dólares.
Los defensores del modelo se ufanan del crecimiento de las exportaciones, cuando en gran parte continúan siendo materias primas, y destacan el despegue de las agro exportaciones, sostenidas por un régimen laboral especial que precariza el empleo. Este modelo permite el crecimiento de sectores empresariales con mano de obra barata; política que también se sostiene con una educación que NO PRIORIZA el desarrollo del potencial cognitivo de los alumnos y la preparación para el trabajo.
Este modelo que la TV, y la gran prensa, financiada por estos grupos de poder, defienden es el que quiere que el Estado mantenga privilegios tributarios, o saque leyes a su medida. Es el modelo defensor de los contratos de estabilidad tributaria para que las empresas mineras paguen menos impuestos, a pesar de las grandes ganancias que tienen. Es el modelo que PPK, Toledo y Keiko defienden para hacer que los peruanos compremos caro el gas de Camisea, y que nuestro gas se exporte barato. Es por estos motivos, y muchos otros, que la campaña del miedo seguirá fracasando.
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