Es palabra proveniente del sánscrito y es utilizado cómo saludo sagrado, cómo muestra de reverencia, acompañándola con el gesto de juntar las palmas de las manos en forma de rezo colocándolas en el centro del pecho.
Más allá del ritualismo de esté gesto y saludo, esconde un mensaje mucho más sagrado.
Dice algo como esto:
“Mi SER interno saluda a tú SER interno sin máscaras y ni etiquetas, desdé lo profundo de mi alma se que ambos procedemos de la misma energía creadora.
Mi alma saluda a tu alma...
No veo en Ti ni en Mi división, no nos dividen ni el color de tú bandera ni tú nacionalidad. No nos dividen el estatus social, ni sexo ni religión.
No nos dividen las creencias,
Veo en ti lo que veo en mi.
Somos hermanos de la misma Fuente Creadora, del mismo Dios, gestados por la misma energía, somos iguales en esencia.”
NAMASTÉ es uno de los saludos que llaman a la unificación, a la unión... cuando decimos namasté con el corazón le estamos abriendo la puerta de nuestro espíritu a las almas que saludamos.
¡Recibe una bendición infinita desdé mi alma! ...
NAMASTÉ!
(Compartido del facebook).
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