Por Hector Cacho
En las venas de los valles,
donde reverbera la vida,
los cauces secos se han llenado de miseria,
y se revuelve iracunda cada piedra en ellos,
hasta volverse polvo sobre la tierra.
.
Verde es la fuerza del mundo y verde es su vida,
verde su faz bajo el cristal azul enamorado de los bosques,
y el tierno polen que amoroso lleva el viento
se asfixia en el aire,
sin fecundar la pequeña ilusión de la vida,
palpitante en cada flor.
.
Todo lo que muere,
con las mil raíces sedientas al borde,
en el cauce del río lleno de grietas,
y los cantos rodados deshechos,
han aullado al cielo con furor
las tropelías del hombre,
y el cómplice silencio del arcángel de la anunciación
apaga la guerra santa de los rebeldes sentimientos,
y nos hace sentir la muerte de todas las flores,
y la de los olores del enamorado jazmín.
.
De sus manos el milagro maligno salió,
y después del habitual rito bajo las sombras
se vuelven fantasmales sus ojos,
sin agua los cauces dejó,
y sin sangre las venas del mundo.
.
Lunático artífice de osadías sin sombra
era el bípedo exótico,
era el implume temerario
un mamífero siniestro,
humano lo llamaban.
.
Sin rumbo el andante bajo el cielo dormido,
de su espinada ebriedad
provenían sus delirios y extravío,
las mil fuentes de ceguera no le dejaron ver
que la vida se bebía del cauce,
lleno de río,
lleno vida.
.
Se quedó sólo de rodillas,
invocando santidades virginales,
y el polvo de sus huesos se hundió
en el polvo de todo lo que quedó,
mientras dormían moribundos
el aroma del aire, las silenciosas venas del valle,
y el dulce amor de las flores.
donde reverbera la vida,
los cauces secos se han llenado de miseria,
y se revuelve iracunda cada piedra en ellos,
hasta volverse polvo sobre la tierra.
.
Verde es la fuerza del mundo y verde es su vida,
verde su faz bajo el cristal azul enamorado de los bosques,
y el tierno polen que amoroso lleva el viento
se asfixia en el aire,
sin fecundar la pequeña ilusión de la vida,
palpitante en cada flor.
.
Todo lo que muere,
con las mil raíces sedientas al borde,
en el cauce del río lleno de grietas,
y los cantos rodados deshechos,
han aullado al cielo con furor
las tropelías del hombre,
y el cómplice silencio del arcángel de la anunciación
apaga la guerra santa de los rebeldes sentimientos,
y nos hace sentir la muerte de todas las flores,
y la de los olores del enamorado jazmín.
.
De sus manos el milagro maligno salió,
y después del habitual rito bajo las sombras
se vuelven fantasmales sus ojos,
sin agua los cauces dejó,
y sin sangre las venas del mundo.
.
Lunático artífice de osadías sin sombra
era el bípedo exótico,
era el implume temerario
un mamífero siniestro,
humano lo llamaban.
.
Sin rumbo el andante bajo el cielo dormido,
de su espinada ebriedad
provenían sus delirios y extravío,
las mil fuentes de ceguera no le dejaron ver
que la vida se bebía del cauce,
lleno de río,
lleno vida.
.
Se quedó sólo de rodillas,
invocando santidades virginales,
y el polvo de sus huesos se hundió
en el polvo de todo lo que quedó,
mientras dormían moribundos
el aroma del aire, las silenciosas venas del valle,
y el dulce amor de las flores.
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