José Vicente Quevedo |
Los besos que soñé
cuando adolescente
rimaban en las noches
a mi oído,
hoy, el tierno beso tuyo
me recuerda
la musicalidad del viento
Y el rocío.
El beso que, bebiendo
el néctar de tu boca
deja impresa la huella
de tus labios,
que mañana, mirando al espejo
de tu vida
se hará carne y sangre
en la mía.
El dulce beso que
acorta la distancia
de dos seres que en los ríos
de la ausencia
son océanos de amor
y esperanza
donde ancla el abrazo
y la caricia.
Tu beso es la esencia
que me inspira
buscarte en los naufragios
de la vida,
para los dos, en acto de
elevada confidencia
declarar música para tus labios
y fuego para mi boca que extraña.
José Vicente Quevedo
Quito, Ecuador
cuando adolescente
rimaban en las noches
a mi oído,
hoy, el tierno beso tuyo
me recuerda
la musicalidad del viento
Y el rocío.
El beso que, bebiendo
el néctar de tu boca
deja impresa la huella
de tus labios,
que mañana, mirando al espejo
de tu vida
se hará carne y sangre
en la mía.
El dulce beso que
acorta la distancia
de dos seres que en los ríos
de la ausencia
son océanos de amor
y esperanza
donde ancla el abrazo
y la caricia.
Tu beso es la esencia
que me inspira
buscarte en los naufragios
de la vida,
para los dos, en acto de
elevada confidencia
declarar música para tus labios
y fuego para mi boca que extraña.
José Vicente Quevedo
Quito, Ecuador
No hay comentarios:
Publicar un comentario