Por Jorge Aliaga Cacho
Doris Lessing es una escritora británica nacida en Irán en 1919. Vivió en Africa hasta cumplir los 36 años de edad. Su obra recoge sus experiencias en el continente de Mandela donde pasó su infancia y juventud. Lessing siempre se mantuvo ligada a los acontecimientos sociales y políticos que la convirtieron en destacada figura del feminismo y militante del Partido Comunista Británco. Además de abrazar las ideas marxistas se consagró como luchadora pacifista y anticolonialista. Su obra comprende la preocupación por las injusticias sociales y desigualdad racial. Doris Lessing luchó contra el apartheid. La autora ha escrito más de un centenar de novelas. Los excesos cometidos por Stalin en la URSS la hacen alejarse del partido comunista pero no, como lo establece su obra, de las ideas socialistas. Su producción literaria la hace merecedora, el año 2007, del Premio Nobel de Literatura, por su «capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria». Sus obras más conocidas son:''Canta la hierba'' y ''El cuaderno dorado'', esta última la lleva a la fama internacional. Doris Lessing falleció a la edad de 94 años después de haber sufrido varios derrames cerebrales.
Ser Rebelde
Por Doris Lessing
Ser rebelde lleva la vida entera,
borrarte los privilegios de la piel,
inscribirte en la soledad del desacuerdo,
dejar atrás a los usurpadores….
No hay premio a una rebelde
más allá de poder regar sus flores en el tiempo que apropia,
salir a dar de comer a las aves una mañana donde el capital devora,
sonreír con los dientes maltrechos ante la desventura del desayuno,
ser indigente en la casa que nadie sueña.
Las rebeldes saben de qué están hechos los premios,
rechazan los mendrugos que lanza la mano del opresor.
Una rebelde tiene como único premio la vida,
porque de ella nadie se apropia,
en ella nadie la usurpa,
porque es la única tierra propia de cada rincón donde duerme.
Su rebeldía alcanza siempre a cobijar el desánimo del progreso
y si de paso una rebelde tiene la alegría en soledad, ha vencido al mundo.
dejar atrás a los usurpadores….
No hay premio a una rebelde
más allá de poder regar sus flores en el tiempo que apropia,
salir a dar de comer a las aves una mañana donde el capital devora,
sonreír con los dientes maltrechos ante la desventura del desayuno,
ser indigente en la casa que nadie sueña.
Las rebeldes saben de qué están hechos los premios,
rechazan los mendrugos que lanza la mano del opresor.
Una rebelde tiene como único premio la vida,
porque de ella nadie se apropia,
en ella nadie la usurpa,
porque es la única tierra propia de cada rincón donde duerme.
Su rebeldía alcanza siempre a cobijar el desánimo del progreso
y si de paso una rebelde tiene la alegría en soledad, ha vencido al mundo.
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