María Esther Róttoli |
Por Marcelo Moreyra
Donde quiera que estés, mis mejores recuerdos, abrazos y besos!
como aquél último abrazo que nos dimos en Aeroparque, en medio de marcantes lágrimas, como presintiendo que ya no volveríamos a vernos!
Hoy es tu primer cumple, tras la dura y definitiva ausencia! Gracias por darnos la vida a mis hermanos y a mí!
Debutaste como madre, con 18 años, "allá ité", muy lejos, en la paz y la tranquilidad selvática de lo que fue Tobuna en 1958, y me tuviste dentro de aquél Destacamento Policial, de madera, construido por tu esposo, mi padre, (Marcelo Moreyra) flamante jefe de allá, con la ayuda de dos amigos de San Pedro (El Destacamento estaba dividido en tres partes: Vivienda, Oficina policial y calabozo).
Allá quedaron tus huellas en el viejo brocal del pozo de agua, que aún sobrevive!
Te recuerdo con un nudo en el alma y con este poema:
A T O B U N A
A mi pueblo solitario
de polvorientos cristales
cuánto daría por volver
en otoño alguna tarde
a rescatar las violetas
y los sueños de mi madre.
Por aquellas lejanías
de azulados minerales
sus manos buscaban ríos
bajo las cruces de sangre
sobre la estrella dormida
de gastados almanaques.
El embrujo de los grillos
cuando morían las tardes
llenaba su alma de duendes
de imaginarios rosales,
el monte de oscura mueca
se arrastraba por las calles.
Las araucarias buscaban
la bruma para ocultarse
al fondo de las colinas
donde el verano no arde
tras las mieles invisibles
de alguna tobuna errante.
Tal vez encuentre si vuelvo
las quimeras de mi padre
su grave voz en el patio
de soldado trashumante
la puerta del sol perdido
que en silencio nos abrace.-
Marcelo Moreyra
26- 08- 99
Puerto Iguazú, Misiones, Argentina.
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