Por Jorge Aliaga Cacho
Leo Yashin, fue un gran guardameta de fútbol soviético e ídolo de su pueblo. Una de sus anécdotas dice que el mismo se lavaba sus camisetas de arquero y que en su carrera futbolística no llegó a tener más de tres camisetas deportivas. Leo Yashin innovó el juego del guardameta, añadiéndole la función de 'sweeper', pues salía jugando con el balón y abandonaba su arco para avanzar con el esférico. Era el centro de la atención dentro del campo de juego, no así fuera del estadio de fútbol. Era la época cuando la Unión Soviética atravezaba por su mejor momento en los años 60 cuando la URSS puso al primer hombre en el espacio. Otro que destacaba y que también, al igual que Yashin, era una especie de rock star fue Yuri Gagarín. Sin embargo, tanto el uno como el otro. fueron ordinarios hombres soviéticos e indiferentes a la fama. Su esposa Valentina Yashina recuerda a Leo Yashin después de 28 años de su partida física. Su simple apartamento en Moscú se encuentra lleno de los trofeos ganados por su esposo; uno de ellos fue el Balón de Oro. Yashin es el único arquero que ha ganado esa distinción, como también el trofeo 'Arquero del Centenario'. Yashin se retiró del fútbol a la edad de 41 años pero su leyenda perdura. Jugó 21 años por el Dinamo de Moscú. Ganó la Liga del Fútbol de la URSS en cinco diferentes oportunidades y también ganó la Copa Europea en el año de 1960. Al cumplir 60 años de edad a Yashin se le rindió un homenaje con un partido de fútbol. Allí llegaron futbolistas de su época para rendirle honores, entre ellos el futbolista inglés Bobby Charlton. Yashin recibía los abrazos de los futbolistas amigos pero tenía tristeza en la mirada. Nadie sabía, solamente él, que estaba muy enfermo y que pronto llegaría su final. Ese día Yashin estuvo muy emocionado y lloró en el campo de juego. Alguien comentó que Leo Ivanovich Yashin era un revolucionario silencioso. A Vladimir Putin le preguntaron una vez cuál era, en su opinión, el mejor jugador en la historia del fútbol soviético, Putin afirmó sin ninguna duda: Leo Yashin.
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