Por Isidoro Arturo Gomez Montenegro.
Resulta imposible... éstas breves manos acariciaron ayer tu cuerpo, apenas mujer
con rostro de óvalo perfecto y pecas
de tus 19 años.
Apareciste así el primer día
con el alma pura, pacificadora, sonriente.
No tenía palabras sobre la dicha,
tu corazón bienechor, es la gravidez
de tu alma anhelada...
Eras luz, distinta envuelta en aroma de
benjui.
Representaba la calma, la brisa, mi playa...
Tu espalda era de leche.
Éramos tú y yo
desbaratamos la sombra falsa
en charcas de luz.
Elaboro pájaros de origami
con enigmática sonrisa; volaban sobre
tu frente.
Tienes cepa de miel entre tus labios,
así seguimos.
Disfrazamos mitos del tiempo.
Flameará el silencio
!No es difícil!
Sobrarán palabras.
Vemos en la oscuridad,
no somos esclavos del ayer;
admiramos las bondades de la gente
en la brevedad de una mirada
o en la dibujada sonrisa de los nietos.
Dejamos atrás la primavera.
Yo cruelmente golpeado por el tiempo,
Hoy en tu día, discúlpame por escribirte
entre mi sórdida memoria.
Cada tarde inicia la levedad del ser; alivia tanto.
Recuerda; siempre será abril para
nosotros.
Seré río y tú mar.
con rostro de óvalo perfecto y pecas
de tus 19 años.
Apareciste así el primer día
con el alma pura, pacificadora, sonriente.
No tenía palabras sobre la dicha,
tu corazón bienechor, es la gravidez
de tu alma anhelada...
Eras luz, distinta envuelta en aroma de
benjui.
Representaba la calma, la brisa, mi playa...
Tu espalda era de leche.
Éramos tú y yo
desbaratamos la sombra falsa
en charcas de luz.
Elaboro pájaros de origami
con enigmática sonrisa; volaban sobre
tu frente.
Tienes cepa de miel entre tus labios,
así seguimos.
Disfrazamos mitos del tiempo.
Flameará el silencio
!No es difícil!
Sobrarán palabras.
Vemos en la oscuridad,
no somos esclavos del ayer;
admiramos las bondades de la gente
en la brevedad de una mirada
o en la dibujada sonrisa de los nietos.
Dejamos atrás la primavera.
Yo cruelmente golpeado por el tiempo,
Hoy en tu día, discúlpame por escribirte
entre mi sórdida memoria.
Cada tarde inicia la levedad del ser; alivia tanto.
Recuerda; siempre será abril para
nosotros.
Seré río y tú mar.
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