Duilio De la Motta y Jorge Aliaga Cacho en el rìo Moscova |
El río Moscova (en ruso, Москва-река - Moskvá-reká) es un río afluente del río Oká en la parte europea de Rusia. Tiene una longitud de 502 km y su cuenca drena una superficie de 17 600 km². Administrativamente, el río discurre por el óblast de Moscú y el óblast de Smolensk de Rusia. (Wikipedia).
Un verano cuando me encontraba en Moscù recibì un mensaje de mi amigo Duilio De la Motta, me decìa que iba a viajar a Moscù con Angèlica, su esposa. Me pedìa que le buscara un hotel cèntrico que sea bueno y barato, cosa muy difìcil de lograr en Moscù. Yo habìa tenido una buena experiencia con un hotel cercano a la Plaza Roja, a una o dos paradas del Metro. Entonces le aconsejè alojarse en ese Hotel. Se llamaba Godzilla. El dueño era un americano que hablaba muy bien el español y era sociable. Ademàs la ventaja de este hotelera que tenìa facilidades de una cocina compartida y habìa un supermercado a 25 metros del lugar. El hotel era limpio y corrìa agua caliente las 24 horas del dìa. Duilio me dijo despuès que le habìa agradado el lugar.
Mi amigo Duilio habìa estudiado en Moscù durante su juventud. Estudiò Ciencias Econòmicas y fue un estudiante de buen rendimiento. Al regresar al Perù entre otras actividades habìa sido profesor de la Escuela Nacional Sindical que dirigìa mi padre en la CGTP. Duilio me contaba que mi progenitor le enviaba a hacer cursos de sindicalismo a varias regiones del Perù. Varias dècadas habìan pasado desde su tiempo estudiandil moscovita y Duilio querìa encontrar los edificios donde habìa tenido su departamento estudiantil en uno de esos complejos habitacionales de gran diseño contruìdos en la època de Stalin. Èl se acordaba que el edificio quedaba cercano al zoològico de la ciudad. Allì fuimos y empezamos a buscar; primero con dificultad porque todos los edificios eran parecidos. Duilio no recordaba la direcciòn. Entramos a varios de ellos que eran construìdos formando una manzana y en su interior un parque para niños, juegos, bancas para el solaz de los residentes. En uno de esos edificios que entramos, Duilio se sintiò familiar y dijo: 'este es, allì en ese departamento vivì'. En el parque se encontraban, muy comùn toda Rusia, las abuelitas chismoseando entre ellas, todo lo que veìan sentadas desde las bancas del parque. Duilio se acordaba que durante su estadìa en ese lugar los estudiantes latinoamericanos solìan sentarse en esas bancas y se ponìan a cantar al comàs de una guitarra echar. Finalmete, Duilio habìa cumplido el objetivo que se propuso al regresar a Rusia: encontrar aquel lugar de añoranza donde pasò su juventud de estudiante.
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