Irina Goncharuk |
Como dos soles azules brillantes,
son tus ojos, amada mìa.
Ellos alumbran los penosos caminos quejumbrosos
son tus ojos, amada mìa.
Ellos alumbran los penosos caminos quejumbrosos
de mis dìas heridos.
Con tu luz he encontrado una salida que me libera de profundidades, obtusas, amenazantes, descocnocidas.
Pensando en tus ojos despierto cada mañana,
con el deseo de besar tu rebosante piel de rosa eslava.
Por tus soles azules
A veces despierto y te encuentro en la playa de un mar sereno, arropada de blanco,
Con tu luz he encontrado una salida que me libera de profundidades, obtusas, amenazantes, descocnocidas.
Pensando en tus ojos despierto cada mañana,
con el deseo de besar tu rebosante piel de rosa eslava.
Por tus soles azules
desvarìo en las noches
navegando en un mar de tormentas,
surcando tempestades
que me allegen a tu puerto.
A veces despierto y te encuentro en la playa de un mar sereno, arropada de blanco,
con la impaciencia de quien busca
a quien le canta desde lejos.
Y yo llego, entonces, con un mariachi de àngeles,
que bajaron desde el cielo, para contemplar tu hermosura.
Mujer sedante de mis penas, regocijo para mi vida;
Y yo llego, entonces, con un mariachi de àngeles,
que bajaron desde el cielo, para contemplar tu hermosura.
Mujer sedante de mis penas, regocijo para mi vida;
què no diera del alma para navegar en tus sueños.
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