Considerando que existen 18 candidatos presidenciales, los mismos que cuentan, cada uno, con una cifra pobre en la intenciòn de voto, entonces podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que no habrà ganador en primera vuelta como, derrochando 'gran imaginaciòn', lo manifiestan algunos candidatos bajo los efecto de los estragos producidos por la luna de Paita.
La recta final en las elecciones presidenciales en el Perù serà muy difìcil por la dispersiòn de los candidatos, no tanto en colores polìticos sino, en las ambiciones personales y sus sueños de sentarse en el sillòn presidencial que, de acuerdo a Jorge Rendòn Vàsquez, no serìa ningùn premio si consideramos que la composiciòn del congreso serà predeterminante en el futuro polìtico y no la figura presidencial.
Asì, a dos semanas de las elecciones, y con figuras raquìticas de apoyo electoral, se presentan los candidatos a ofrecer el oro y el moro a una poblalciòn azotada por la pandemia, y sumergida en la ignorancia polìtica, y la influencia del circo electoral promocionado por los medios masivos de comunicaciòn cuya propiedad està en manos de los candidatos de la derecha. Algo asì como decir: 'Juguemos a este jueguito pero yo impongo las reglas', entonces, la misma historia de siempre porque a las fuerzas de izquierda les hacen pisar el palito hacièndolas creer que, divididas, podrìan tener la posibilidad de ganar el poder polìtico, nada màs lejano de la realidad.
Entonces al no haber ganador en primera vuelta, y teniendo como resultado un congreso dividido, lo que viene luego es la negociaciòn de grupos congresales respondiendo a sus interèses personales màs que a los interèses del pueblo que con su voto los puso en el parlamento. En esta coyuntura las fuerzas del neoliberalismo reconocerìan con facilidad su comùn interès y actuarìan unidas para seguir saqueando al paìs, continuar la corrupciòn y olvidarse de las promesas que le hicieran al electorado. Las fuerzas de cambio, de otro lado, tendrìan que aprender tambièn a interpretar su comùn interès en la defensa de los interèses populares y presentar una sòlida conformaciòn de las izquierdas que permita una verdadera polìtica de alianzas que, desde el propio seno del congreso, sea ejemplo de honestidad y de lucha indesmayable en contra de la corrupciòn. Las izquierdas tendràn que enfrentarse a todo el poder de la media conservadora que se opondrà a sus polìticas de cambio constitucional. Por ello la creatividad tiene que estar presente en todas sus luchas. Al no contar con medios masivos de comunicaciòn, las izquierdas, y el campo popular, tendràn que aprender a salir a las calles no solamente durante el periòdo electoral, para pedir el voto, sino en todos los periodos del año para realizar una sostenida campaña de concientizaciòn que prepare al pueblo para discernir mejor en las elecciones del 2016. En esas elecciones con un candidato ùnico, y bajo el compromiso de un programa mìnimo, la izquierda peruana sì estarìa en condiciones realistas de aspirar un triunfo en primera vuelta pero por el momento les queda aprender el camino de la unidad.
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