Por Jorge Aliaga Cacho
Ha llegado a mis manos un interesante libro escrito por Simon Sebag Montefiore y publicado por el sello editorial Weidenfeld and Nicolson. Se titula ''Written in History'' (''Escrito en la historia''). El autor nos presenta en esta obra una deslumbrante colección de cartas desde tiempos antiguos, como la carta de Henry VIII escrita a Anne Boleyn en 1528, o la misiva escrita por Frida Khalo a Diego Rivera en tiempo moderno. El diario británico ''The Times'' ha catalogado el libro como: 'picante, horrible, apasionado, muy conmovedor y fascinante'. Se sugiere que esta correspondencia epistolar ha sido uno de los factores que cambió el mundo. En el libro desfilan cartas de Ghandi, Napoleón, Piccasso, Catherine the Great, Marx, Mozart, Anaïs Nin, Rasputín, entre otros grandes personajes de la historia.
La colecciòn incluye dos cartas escalofriantes fechadas el 22 y 24 de octubre de 1962, me refiero a las misivas que escribiera Nikita Khrushchev a John F. Kennedy: una que casi lleva al mundo al borde de la aniquilación nuclear y otra que lo trae de regreso. El amor también se hace presente como en la carta que Picasso le escribe a su joven musa Marie-Therèse Walter, desde Suiza, el 1 de julio de 1939, dos meses antes del comienzo de la II Guerra Mundial. El Marqués de Sade también se hace presente con su carga de sadismo. Y Alexander Pushkin contribuye con una carta a Jacob von Heeckeren, fechada el 25 de enero de 1837, esta carta lo guiaría a su trágica muerte. No podía faltar la presencia de Bolívar en esta obra, en ella se incluye una carta donde apasionadamente le confirma su amor a Manuela Sáenz. Otra carta es la de Hitler a Benito Mussolini sobre las preocupaciones de la guerra. Y también destaca la carta que el Che Guevara le escribiera a Fidel Castro el 1 de abril de 1965.
''Written in History'' es significativa además porque rescatamos cartas que podrían perderse en la rutina de la vida. En la introducción del libro Simon Sebag nos explica que: ''Nada supera la inmediatez y autenticidad de una carta. Los humanos tenemos el instinto de registrar sentimientos y recuerdos que podrían perderse en el tiempo. Tenemos instintos de compartirlos. Necesitamos desesperadamente confirmar relaciones, lazos de amor u odio, porque el mundo nunca está quieto y nuestras vidas son una serie de comienzos y finales: al grabarlos en papel, tal vez sentimos que podemos hacerlos más reales, casi eternos. Las letras son el antídoto literario a lo efímero de la vida y, por supuesto, a la copia de carbòn que nos ofrece la internet ''. Trad. Jorge Aliaga Cacho.
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