Por Jorge Aliaga Cacho
Hoy quise recordar mis tiempos de cinéfilo cuando juntaba algún sencillo para ir al Edinburgh Film House, (La Casa del Cine de Edimburgo), un proyecto de cine club que ya cumplió cuarenta años de existencia y, que se ha ramificado en estos tiempos con hermanos proyectos de toda Europa y, ahora se constituyen en una buena alternativa al cine basura que nos impone Hollywood. Gracias a esta iniciativa hoy en día más de tres mil salas de cine en toda Europa pueden promocionar y hacer llegar a su público las películas que sus países producen.
Estas películas muchas veces superan en taquilla a las películas basura de los Estados Unidos. Los latinoamericanos podríamos hacer algo similar si unimos nuestros esfuerzos cinematográficos para, en forma coordinada, defender la industria del cine en Nuestra América.
Hoy me tocó ir a ver la película "Darkest Hour", no sé cuál será el título en español, pero podría ser "La hora más oscura".
Trata de la historia de Winston Churchill, cuando en Mayo de 1940, fue elegido primer ministro de Gran Bretaña. Ese fue el momento cuando el hombre del puro tuvo que establecerse como líder, al tiempo que luchaba contra el desprecio de sus pares del partido conservador y el Rey Jorge VI del Reino Unido. Winston Churchill, pasaba por una terrible encrucijada, pues tenía que decidir si debía o no llegar a un acuerdo de paz con Adolfo Hitler y el nazismo. El ejército británico se encontraba a la merced del ataque enemigo sin la posibilidad de retroceder hacia las islas británicas. Los americanos por haber firmado un tratado de neutralidad no atendieron el pedido, de préstamo que hacía Churchill, de cincuenta embarcaciones de la armada americana para salvar a las tropas británicas. Entonces Churchill tendría que elaborar una estrategia para un plan de evacuación para los más de 300,000 soldados atrapados en las playas de Dunkerque.
La película se centra en los discursos que diera Winston Churchill, con un gran poder de persuación, para todas las bancadas del parlamento que finalmente acuerdan, con el concurso del Rey Jorge VI, darle batalla a los nazis, como diría nuestro Francisco Bolognesi: "hasta quemar el último cartucho".
En un encendido discurso que ganó el apoyo de todas las bancadas de Westminster, Churchill dijo: "Seguiremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con confianza y fuerza creciente en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, pelearemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos". Indudablemente, WInston Churchill ya daba muestras de su gran capacidad de registro en su discurso que lo llevaría no solo a salvar a casi la totalidad de sus 300 mil hombres, sino que más tarde, en 1953, lo llevaría también a ganar el Premio Nobel en Literatura.
Sin embargo, en mi opinión, a la película le faltó resaltar a los verdaderos héroes de este gran desenlace bélico y me refiero a la población civil. Pues, en realidad, fueron miles las pequeñas embarcaciones civiles que desde el Reino Unido llegaron a las costas de Dunkerque para rescatar a las tropas británicas. Recuerdo que en una conversación con veteranos miembros del partido comunista de Escocia, ellos me contaban de sus actividades en la guerra, muchos de ellos habían sido bombarderos, infantes, marinos. Indudablemente habían dado su importante aporte para la victoria contra el fascismo.
La película termina con una elocuente cita de Churchill:
"El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el coraje para continuar".
Un dato anecdótico que quisiera resaltar. Llegando a casa reviso mi biblioteca y encuentro una biografía de Churchill escrita por Martín Gilbert. En ella publica la foto de la madre de Churchill, Doña Lady Randolph Churchill. Gilbert anota que la progenitora del personaje de nuestra nota tuvo en sus venas sangre de nativos americanos y que de ella, de su progenitora, provino la fortaleza de su carácter y de su espíritu.
Sin embargo no podemos dejar de comentar acerca de los sentimientos racistas, que alimento Churchill, que tuvo varias actitudes controversiales como la de su discurso ante la Comisión Real sobre Palestina, cuando en 1937 dijo:"No admito, por ejemplo, que se haya cometido un gran error con los indios nativos de America o los negros de Australia. No admito que se haya cometido un error con estas personas por el hecho de que una raza más fuerte, una raza de mayor grado, una raza sabia, más mundana para decirlo de esa manera, ha entrado y tomado su lugar".
Director: Joe Wright
Recaudación: 54.7 millones USD
Presupuesto: 30 millones USD
Nominaciones: Premio BAFTA al Mejor Actor, MÁS
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