Poema del Libro Mujeres malas Mujeres buenas.
NATALIA
Por Jorge Aliaga Cacho
Apoyado en los balaustres,
tu cuerpo meciéndose en la hamaca, veo.
Amor fresco, fresca damisela,
repiquetean en mi alma campanas,
y recuerdo tus calles,
la calle de tu casa,
tu pasito apurado,
la estación de Sokol,
el mercado, las fresas y el pan negro.
Ahora, que respiras Lima,
has encendido mi vida,
rescatándome de la noche.
Tus piernas son dos péndulos de luz
y tus ojos encienden el color del guiso,
la elegancia del felino.
Triste es perder, poco a poco, la vida,
desperdiciarla en flores plásticas.
Recobrarla quisiera,
para repartirla en pedacitos,
a los gatos, a los perros, a los periquitos.
A las rosas y margaritas.
Para ti, el cacho más grande,
devolverte deseo,
la fiesta que me diste.
Siete estrellas iluminan los balaustres
dónde, trémulo, un día,
mirándote a los ojos,
te dije que te quería.