Norka Bríos, al fondo, de negro, la homenajeada. |
Blanca De los Ríos |
Por Jorge Aliaga Cacho
Blanca De los Ríos Vivanco, Blanquita para sus amigos, además de ser una fina artista visual y poeta de registro literario--espiritual es, sin lugar a dudas, una gran anfitriona. Ella como lo diría, en su oportunidad, un comercial de alguna marca de bebida gaseosa, es digo: 'la chispa de la vida'. Existe tanto amor en esta gran artista nacional que no le cabe en su propio ser y tiene que repartirlo en grandes tajadas a sus amigos. Me enteraba en reciente conversación que las presentaciones literarias o pictóricas que realiza Blanquita son del atractivo de centenares de personas. Y en sus presentaciones no solamente se da el ´lujo' de vender sus cuadros o libros, sino que se complace en atender con un compartir a sus invitados que llenan los salones más grandes que puede ofrecer la ciudad de Lima. Esa es la Blanquita que vale su peso en oro, una mujer graduada en la Escuela de Bellas Artes y profesora de las alumnas del Instituto Educativo General Prado del Callao. Blanca le escribe a la paz, a la navidad, al amor y sobre todo al Señor:
'Antes que aclare el día,
mis abiertos ojos contemplan
y sienten el dulce y amoroso
beso de Dios'.
Y pareciera que ese amor que ella recibe del Divino es plasmado en su creación plástica y literaria cargada de simbolismo religioso. Blanquita siente y ve cosas que podrían ser imperceptibles para muchos:
'¡Ay! pajita caliente
caliente estás,
con el calor del cuerpito
del Niño Dios'.
De los Ríos Vivanco, nacida en Acobamba, Huancavelica, es también chalaca de corazón pues en sus versos dedicados a la juventud chalaca y, y dedicados hasta al mismo Papa, Blanquita no quiere dejar duda de la convicción de su grito y grita: 'Chim Pum! ¡Callao!
Su hogar adornado de bellas obras de arte fino y majestuosas flores que recibe hebdomadariamente de su más fervoroso admirador: su hijo, son el marco de un espacio lleno de amistad, conversaciones, risas, música y, por si esto fuera poco, los deliciosos potajes del ande peruano. A finales del mes de noviembre Blanquita presentará un nuevo libro en el Club Ancash. El auditorio que tiene una capacidad para 300 personas, como sucede siempre que ella presenta, estará abarrotado. Por eso recomendará cercana a la fecha que los invitados confirmen su asistencia pues de lo contrario se quedarían pateando piedritas en el Campo de Marte.
Hoy hubo de todo en casa de Blanquita donde ella para llamar la atención suele hacer sonar una campanita. De los Ríos convocó hoy a una reunión para celebrar el cumpleaños de su colega poeta que fuera también profesora en el Instituto Educativo General Prado, del Callao. Ellas se conocieron el año 1980 e inmediatamente se reconocieron como hermanas del arte y la educación. Norka y Blanquita han formado a miles de alumnas chalacas para cumplir el rol que les corresponde en la sociedad. Ambas han merecido el reconocimiento de ex alumnas, madres de familia, de dicha institución, que las frecuentan año a año para renovarles su aprecio y cariño. Dos historias de estas maestras, que escuché en la tertulia, son lecciones vivas de estas mujeres que sin mucho discurso político hacen mucho bien al prójimo, a nuestro pueblo: la historia de la cruz roja escolar y la historia de la niña cuyos padres no tenían dinero para comprar los útiles escolares, han quedado latiendo en mi memoria. Y por si esto fuera poco, se apareció en el lugar, el poeta ancashino, Juan Rodríguez Jara, quien repartió a los asistentes un poema impreso dedicado a la maestra, titulado: "Maestra Norka Bríos", que los concurrentes aplaudimos. Sin temor a equivocarnos estuvimos de acuerdo en decir que hoy fue un gran día para la amistad, el arte y la poesía. ¡Salud por ello!
Blanca De los Ríos es presidenta del Círculo de Poetas y Escritores del Callao y también forma parte de AEA.
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