Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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7 de junio de 2010

El mundo ideológico y político de José Carlos Mariátegui


SEMINARIO INTERNACIONAL
“JOSE CARLOS MARIATEGUI Y CAIO PRADO JÚNIOR: DOS VISIONES DEL SOCIALISMO LATINOAMERICANO”

Por: Héctor Béjar

Todas las personas, tanto las comunes como las singulares a las que llamamos personalidades tienen varios rostros y varios roles y su obra da lugar a interpretaciones múltiples y a veces equívocas cuando pasa el tiempo. La imagen de José Carlos Mariátegui que cultivamos es también multifacética. Podemos evocar al Mariátegui periodista que se gana la vida con sus artículos, el activista político organizador del Partido Socialista después Comunista, el padre de una familia de hijos numerosos, el amante y devoto esposo, el empresario de Minerva editor de Amauta, el revolucionario, el teórico del Perú, el novelista y crítico literario. Una personalidad integral como la suya no es solo política: es cultural y puede ser vista desde ángulos diversos. Es el observador quien elige, de acuerdo con sus opiniones y su época, alguna o algunas de esas facetas o investiga sobre otras todavía desconocidas.

Aun si fuera solo en el aspecto político, su permanencia espiritual ha sido vista de diversas maneras según la época, los personajes y los intereses en juego. Es conocido que apenas a cuatro meses de su muerte en abril de 1930, regresó al Perú Eudocio Ravínes importante colaborador de Amauta a quien Mariátegui llamaba en su correspondencia personal “nuestro querido Eudocio”, como enviado del Secretariado Latinoamericano de la Internacional Comunista; y en 1933 ese mismo “querido Euocio” propició “la desmariateguización del partido”[1] es decir el abandono de las originales tesis de Mariátegui sobre el campesinado, la comunidad indígena y el rol del Partido como célula organizadora de las masas a la manera gramsciana. En 1941 el mismo año en que Alemania invadía la Unión Soviética VM Miroshevski lo clasificaba como un autor populista y romántico. En 1942, expulsado Ravines del Partido Comunista, Jorge del Prado afirmaba en respuesta a Miroshevski que, en realidad, Mariátegui había sido un revolucionario “marxista leninista estalinista” es decir, un ortodoxo del marxismo a la manera soviética de la época[2]. En 1945, durante la fracasada primavera democrática del gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, ya era introducido en la opinión pública como el fundador del socialismo peruano a través de la publicación de la segunda edición de los Siete Ensayos por su familia, el clásico libro de Ricardo Martínez de la Torre Apuntes para una historia marxista del Perú y las biografías de María Wiese y Armando Bazán. Una tesonera labor de la familia Mariátegui se ocupó de republicar de manera continua los Siete Ensayos y difundir su obra en ediciones populares. En 1980, al terminar la revolución militar de 1968 --1975, era redescubierto en los trabajos de José Aricó y Carlos Franco como un marxista “original y creativo”, integrante del movimiento aprista internacional entre 1919 y 1929 (antes de su ruptura con Haya), soreliano y gramsciano [3].

En realidad, la vigencia de Mariátegui tiene su fundamento en cómo los actores de cada época lo reinventan. En su prólogo a la edición realizada por la Universidad Católica en homenaje al centenario del nacimiento de José Carlos Mariátegui, Gonzalo Portocarrero dice que cada época relee a los clásicos desde sus inquietudes y esperanzas. Y, según Portocarrero, la obra de Mariátegui conserva una actualidad que la convierte en clásica… es un clásico…En los años 70 tuvimos al Mariátegui clasista…en los años 80, al Mariátegui de la agonía…al intelectual…que quiso articular el socialismo con la tradición nacional…Es seguro que en los próximos años surgirá…una interpretación de su obra donde se acentúen otros rasgos, otras facetas de su rica y múltiple creación [4].

Estamos en esos próximos años que anunciaba Portocarrero y vale que nos preguntemos qué Mariátegui es el que necesitamos en esta hora de globalización, anomia generalizada, crisis capitalista mundial, crisis de la civilización, insurgencia de nuevos actores sociales, extinción del proletariado industrial, emergencia de potencias jóvenes en el escenario mundial, nuevos caminos abiertos en América Latina. No nos preguntamos si Mariátegui está vigente o no sino por qué está vigente Mariátegui.

Mi opinión es que la respuesta la encontraremos solo en Mariátegui sino en su tiempo, en los autores que pusieron atención en los problemas del socialismo que nacían por aquella época y se agigantarían después. Y para ello nos moveremos entre ortodoxia y herejía. Para eso necesitamos abandonar toda posición reverencial. En esta ponencia trataremos de ubicar a Mariátegui dentro de la izquierda de su tiempo, recordando qué se decía y qué se hacía mientras él estaba en Italia, publicaba Amauta y redactaba los Siete Ensayos. Haremos una semblanza de Friedrich Nietzsche, Eduard Bernstein, György Lukács, Ernst Bloch, Georges Sorel y Rosa Luxemburgo para sugerir que algunas ideas fuerza de estos autores fueron probablemente útiles a Mariátegui, inspiraron sus escritos y conviene recordarlas hoy porque fueron premonitorias de lo que después aconteció con los experimentos socialistas.


Friedrich Nietzsche


Dice Mariátegui en su Advertencia inicial a los Siete Ensayos sus famosas palabras:

Mi trabajo se desenvuelve según el querer de Nietzsche, que no amaba al autor contraído a la producción intencional, deliberada, de un libro, sino a aquél cuyos pensamientos formaban un libro espontánea e inadvertidamente. Muchos proyectos de libro visitan mi vigilia; pero sé por anticipado que sólo realizaré los que un imperioso mandato vital me ordene. Mi pensamiento y mi vida constituyen una sola cosa, un único proceso. Y si algún mérito espero y reclamo que me sea reconocido es el de -también conforme un principio de Nietzsche- meter toda mi sangre en mis ideas.

Los principios de Nietzsche. ¿Quién era Nietzsche?

Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 1900).

Nietzsche denunció el nihilismo, la ausencia de valores y de vigor vital en la sociedad moderna. Estaba en crisis la visión religiosa del mundo, se estaba afirmando una individualidad egoísta carente de trascendencia, se abría paso la mediocridad, la igualdad, la medianía. Proclamó que el dios cristiano, procedente de la tradición judía, ha muerto. Era necesario construir nuevos valores que reemplacen a los de la sumisión cristiana, característicos de los esclavos. Será un hombre nuevo, que él llama superhombre, el que ocupe el lugar de Dios. Es sabido que el pensamiento de Nietzsche tuvo enorme influencia en la izquierda europea, en pensadores latinoamericanos como José Ingenieros y después fue malentendido y usado por los nazis.


Eduard Bernstein


Eduard Bernstein, socialdemócrata alemán. Su nombre era impronunciable en los medios de la izquierda radical de la época. Repudiado por revisionista, compañero de quien Lenin llamó “el renegado Kautsky”. Perseguido, emigró a Suiza, donde editó la revista Sozial Demokrat. Expulsado de allí en 1898, tuvo que refugiarse en Londres hasta 1900. Diputado en el Reichstag en 1902-1906, 1912-1918, 1920-1928, el típico parlamentario socialista de la República de Weimar [5].


Es conocido que Bernstein fue atacado por su porfía en asegurar que la revolución podía realizarse de manera gradual y pacífica. Lo que sucedía era que observaba su medio. En Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia (1899) dio cuenta de algunos síntomas que se convertirían en fenómenos sociales después, repercutiendo negativamente sobre las posibilidades revolucionarias. Los obreros ya vivían mejor, el capitalismo estaba más fuerte, no estaba en extinción como afirmaban los marxistas radicales, había legislación social que amenguaba el conflicto de clases y convertía en desfavorables las condiciones objetivas y subjetivas para la revolución socialista. La burguesía de su época ya no era aquel sector homogéneo que criticaron Marx y Engels en su tiempo. Estaba más fragmentada en gran burguesía, pequeña burguesía y nuevas clases medias, una gama de medios tonos en la contradicción de clases. Algunos sectores de la clase obrera empezaban a vivir como la clase media. Bernstein sostenía que se debía esperar porque el socialismo no puede ser construido en medio de las privaciones y la pobreza ni en el subdesarrollo de las fuerzas productivas sino como resultado del éxito económico y el desarrollo del capitalismo. Creía también con Rosa Luxemburgo que los partidos socialistas debían ser el partido del proletariado pero no la dictadura del proletariado con lo que ponía el tema de la democracia en el centro del debate. Su gran concepto es el de la democracia, la eliminación de privilegios de clase y la igualdad para los individuos.

Junto con Lasalle, Bernstein es precursor en el señalamiento del rol que puede jugar el Estado. Según él se podía avanzar mediante la nacionalización o municipalización selectiva de los medios de producción, tolerando algunas empresas privadas. El Estado debía intervenir cada vez más pero sostenía que respecto de muchas empresas privadas "una buena ley industrial puede ser mejor que 100 nacionalizaciones".


Rosa Luxemburgo [6]


Mujer, polaca, judía e inmigrante, todo lo que podía serle desfavorable en la Alemania de posguerra, eso era Rosa Luxemburgo. Además era apasionada y no ocultaba sus opiniones. En La Revolución rusa criticó a los bolcheviques y avisó a tiempo, sin ser escuchada, del peligro de que se desarrollase una dictadura si se seguía la línea bolchevique que confundía la dictadura del proletariado con la dictadura del partido. Reivindicó iempre el carácter profundamente democrático del socialismo. Es famosa su frase: «Freiheit ist immer die Freiheit des Andersdenkenden» (La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensen diferente).

El tema central de su pensamiento fue el juego dialéctico entre espontaneidad y organización, en el cual debe considerarse la espontaneidad como un acercamiento radical, y la organización como un acercamiento más burocrático o institucional a la lucha de clases. La espontaneidad y la organización no son sino diferentes momentos del mismo proceso, uno no puede existir sin el otro. Gracias a esta perspectiva es como la lucha de clases se desarrolla hacia un nivel superior. La espontaneidad está siempre mediatizada por la organización, así como la organización debe ser mediatizada por la espontaneidad. Es el juego entre lo revolucionario y lo conservador, entre el impulso infantil o juvenil y la madurez que da la experiencia.

Ella desarrolló la Dialéctica de la Espontaneidad y la Organización bajo la influencia de una ola de huelgas masivas en Europa, especialmente durante la revolución rusa de 1905. No estuvo de acuerdo con la insurrección espartaquista de 1919 y sin embargo pereció asesinada junto con Karl Liebknecht como consecuencia de ella.

El deber del partido decía Rosa Luxemburgo consiste en educar a las masas no desarrolladas para llevarlas a su independencia, hacerlas capaces de tomar el poder por sí mismas. Lo que el partido debe asumir es la educación en el elemento subjetivo de la Revolución, que consiste en inculcar la conciencia de su misión histórica en la clase trabajadora. La revolución misma solo puede llevarse a cabo por la clase trabajadora en cuanto tal. Un partido que hable por los trabajadores, que los represente --por ejemplo en el Parlamento-- y que pretenda actuar en su nombre, se enfangará y se convertirá él mismo en un instrumento de la contrarrevolución[3]




György Lukács (1885-1971)


Bernstein pertenece a una generación anterior a Mariátegui, la del fin del siglo XIX. Al asumir posiciones socialistas, José Carlos ya encontró el debate entre radicales y socialdemócratas. En su propia generación encontramos a György Lukács. Cuando Mariátegui muere en 1930 a los 35 años, György Lukács tenía 45 años (nace en Budapest en 1885) y haría una larga vida llena de vicisitudes hasta 1971. Vive su juventud en Alemania donde conoce a Georges Simmel, el sociólogo de la cultura y de la vida cotidiana que traslada la reflexión sociológica desde los grandes esquemas abstractos a los pequeños problemas concretos de la vida cotidiana, creando la microsociología; a Ernst Bloch, el filósofo de las utopías; Ferdinand Tönnies, estudioso de las características y diferencias entre comunidad y sociedad, quien sostenía que existe relación entre la complejidad de la sociedad y el individualismo, a sociedades más complejas corresponde más individualismo; los neokantianos Wilhelm Windelband y Max Weber con quien Lukács hace estrecha amistad.

En sus reflexiones anticapitalistas Lukács no entra por el lado de las estructuras económicas sino señala el carácter vulgar, mediocre y rutinario del mundo burgués cuyo nacimiento ya había señalado Bernstein. Es un precursor de la crítica a la civilización del consumo que después hicieron Herbert Marcuse en El hombre unidimensional y Pierre Bordieu en La distinción. Frente al determinismo económico que era alentado por el socialismo oficial de la socialdemocracia alemana, enfatiza el rol de la conciencia, no solo el de las condiciones sociales de vida. El mensaje antecede al del Che: se puede hacer revolución siempre que la conciencia de las clases oprimidas sea favorable a ello. Pero frente a los extremistas que quieren hacer revolución en cualquier situación señala que esa conciencia de los oprimidos es importante, ineludible. Destaca el “deber ser” kantiano, que resalta la ética y no acepta las transacciones oportunistas con la realidad de la política cotidiana. La suya es una revuelta anticapitalista basada en la ética que es antepuesta a la fría estrategia del realismo que acepta todo o que justifica el uso de cualquier medio para obtener un fin oportunista o revolucionario.

En 1919 Lukács participa en la insurrección de los consejos obreros que proclama la República Soviética de Hungría donde es nombrado ministro de Cultura y Educación Popular. Tras la derrota de la revolución es condenado a muerte por el dictador contralmirante Miklós Horthy; huye a Viena, donde vivirá desde 1919 hasta 1929. Entre 1919 y 1923, mientras Mariátegui permanecía en Italia, Lukács escribe Historia y conciencia de clase.

Según Historia y conciencia de clase, toda la concepción marxista de la historia está resumida y sintetizada en la teoría del fetichismo de la mercancía que Marx expone en El Capital. No hay que ver en el capitalismo solo un régimen de explotación de los obreros a partir de la plusvalía. Más que eso, el capitalismo es el orden económico que convierte a todo –seres humanos incluidos—en cosas. Ser revolucionario es, frente a esa cosificación generalizada, reivindicar el valor de lo humano. Y lo humano vale no solo por lo material y racional sino por lo espiritual y espontáneo.

En la época de Lukács mientras el entonces marxismo ortodoxo de Karl Kautsky entendía al marxismo como una teoría de las “leyes objetivas” de la sociedad, el revisionismo de Edward Bernstein se limitaba a defender al socialismo sólo como una ética.

Lukács sostiene que el pensamiento racionalista heredado de la Revolución Francesa (desde Kant y el positivismo, hasta Kelsen y Weber) divide mecánicamente la objetividad donde se encontrarían las leyes de la economía y el mercado, separándola de la subjetividad donde están la conciencia revolucionaria y la ética comunista y establece una frontera entre ambos campos. Al hacerlo divorcian, separan y escinden el objeto y el sujeto, objetividad y subjetividad.

Cuando Lukács redacta en 1922 La cosificación y la conciencia del proletariado, Mariátegui estaba por retornar al Perú. El Ejército Rojo de Trabajadores y Campesinos había sido derrotado en Pyotr Polonia y Mussolini marchaba sobre Roma. La Segunda Internacional se reconstituía en medio de la catástrofe financiera de la República de Weimar. La hiperinflación y la pobreza castigaban Alemania. Se aplicaba la Nueva Política Económica en Rusia.

Al año siguiente de la publicación de Historia y conciencia de clase, muere Lenin. Inmediatamente Lukács redacta Lenin, la coherencia de su pensamiento y lo publica en Viena. Mariátegui ya estaba en el Perú, sufre una recaída de su enfermedad y se le debe amputar la pierna derecha. Prepara la edición de La Escena Contemporánea. Ya era una época de retroceso, de reflujo mundial.

En estas circunstancias, la tesis central de Lukács defiende la actualidad de la revolución frente a quienes la pretenden postergarla para un inalcanzable, lejano y difuso día de mañana.

Para Karl Kautsky, máximo teórico de la socialdemocracia, el marxismo se componía de leyes objetivas. Y esas leyes mostraban que la revolución era imposible en tanto la economía capitalista no se desarrolle. Había que esperar.


Para Lukacs eso era positivismo porque tomaba en cuenta solo lo objetivo pero no el devenir de la historia y la conciencia de clase.

A fines de ese año 1922 se realiza el IV Congreso de la Internacional Comunista. La KOMINTERN llama al frente único pero precisa que entendía por «frente único», un bloque obrero evitando toda fusión o concesión doctrinaria. La Rusia Soviética ya había sido invadida por la ortodoxia de un marxismo pretendidamente científico. La presidencia de la Tercera Internacional estaba a cargo de Gregory Zinoviev. Él y Nicolás Bujarin condenaron Historia y conciencia de clase en 1924. Pravda publicó la condena el 25 de julio de 1924. Lenin había muerto y los debates dentro de la URSS comenzaron a resolverse administrativa y burocráticamente. Moscú empezaba a transformarse en el Vaticano de los comunistas que podía autorizar o condenar posiciones filosóficas y políticas.

En respuesta a Bujarin y Zinoviev, Lukács redactó Chvostismus und Dialektic. El manuscrito permaneció oculto durante largos años. Se descubrió en los antiguos archivos del Instituto Lenin de Moscú y fue publicado por primera vez en Budapest en 1996 En Francia se lo tradujo en el año 2001 con el título: Dialectique et spontanéité. Em défense de Histoire et conscience de classe (Dialéctica y espontaneidad. En defensa de «Historia y conciencia de clase»). París, Les Éditions de la Pasión, 2001. Prefacio de Nicolás Tertulian. Aún no ha sido traducido al castellano.

En el mismo 1925 Lukács escribe una crítica a Teoría del materialismo histórico. Ensayo popular de sociología marxista (1921) de Nicolas Bujarin quien, presidiendo en 1928 el VI Congreso de la Internacional Comunista, declarará al materialismo dialéctico (DIAMAT) “filosofía oficial” de la Internacional. La Tercera internacional se izquierdiza y declara mundialmente la etapa de lucha de clase contra clase. Se lucha por el poder en la dirección del Partido Comunista de la URSS. Lukács escribe Tecnología y relaciones sociales. Acusa a Bujarin de caer en “un materialismo burgués” y en un “burdo naturalismo”. Antonio Gramsci llegará a las mismas conclusiones que Lukács (sin haber leído su crítica) cuando opina contra Bujarin en sus Cuadernos de la cárcel.

En resumen, Lukács postula la reunificación de táctica y estrategia, es decir la necesaria continuidad dialéctica entre las reivindicaciones puntuales de las clases oprimidas y la lucha por la transformación global de la sociedad, ciencia y ética, objeto y sujeto, estructura y conciencia.


Antonio Gramsci (1891 – 1937)


El 21 de enero de 1921, en el Teatro San Marco de Livorno, nace el Partido Comunista de Italia (PCI), sección italiana de la Internacional. En el comité central entran dos ordinovistas (redactores del periódico de Gramsci L´Ordine Nuovo), Gramsci y Terracini. Mariátegui estaba en esos momentos en Italia.

Cuando el 12 de febrero de 1924 sale en Milán el primer número del nuevo diario comunista L’ Unitá y desde el primero de marzo la nueva serie quincenal L’Ordine Nuovo Mariátegui ya está de regreso en Lima.

Gramsci escribe una carta al comité central del partido bolchevique que ha iniciado una lucha entre las diversas corrientes: hoy ustedes están destruyendo vuestra propia obra y corren el riesgo de anular la función dirigente que el partido comunista de la URSS había conquistado [...] vuestros deberes rusos pueden y deben ser llevados a cabo sólo en el cuadro de los intereses del proletariado internacional. Pero Togliatti, delegado del PCI en Moscú, prefiere no entregar la carta.

El 8 de noviembre de 1926, en violación de la inmunidad parlamentaria, Gramsci es arrestado en su casa y encerrado en la cárcel de Regina Coeli. El ministerio público, en conclusión de su requisitoria, declara que por veinte años debemos impedir a este cerebro funcionar y de hecho Gramsci, el 4 de junio, es condenado a veinte años, cuatro meses y cinco días de reclusión; el 19 de julio es internado en la cárcel de Turi, en provincia de Bari.

El 8 de febrero de 1929 mientras Mariátegui rompe con Haya de la Torre, Gramsci obtiene finalmente lo necesario para escribir e inicia la escritura de sus Quaderni del carcere [7].

En esos escritos sostiene que el poder no se concentra en un Palacio de Invierno que haya que tomar, sino que se establece en un Estado-gobierno que difunde e impregna la sociedad. Es la búsqueda del autogobierno de los trabajadores, como una nueva forma del ejercicio del poder. Esta nueva forma constituye el embrión y el proyecto de la sociedad futura que se desarrolla en la sociedad presente. La organización partidaria no se plantea como instrumento de reclutamiento y selección o como tarea de especialistas que dirigen a las masas, sino como una organización a través de la cual los trabajadores ponen en pie su propia organización. Revalora el papel del Partido y de los sindicatos en este sentido y construye el concepto de "bloque nacional-popular", de alianzas dirigidas a establecer, necesariamente, las nuevas formas de hegemonía.

¿A qué apunta el príncipe moderno, el intelectual orgánico según Gramsci? A buscar la relación entre la organización y las masas como una relación entre educadores y educados que se invierte dinámica y constantemente. El partido es educador de las masas no seguidista de los reclamos inmediatos de las masas (reformismo) ni debe distanciarse de las masas por su radicalismo (maximalismo). Debe ser un partido del proletariado, no para el proletariado.

Para Gramsci el Estado no se reduce sólo a sus aspectos coercitivos (como en la concepción de Stalin) sino que comprende el conjunto de procesos que se desarrollan en la sociedad civil, las fuerzas espontáneas y creadoras que nacen en la práctica social del pueblo, de los trabajadores. En las sociedades occidentales, el cambio revolucionario sólo puede darse si se lucha por la hegemonía social y cultural. Esa hegemonía se desarrolla cuando las clases oprimidas despliegan su propia concepción del mundo y obtienen para ella el "consenso activo" de otras clases y capas sociales. En síntesis, la revolución se prepara y sobreviene como cambio estructural cuando los trabajadores organizados trascienden el gueto sindical y se transforman en clase nacional, asumiendo a la nación en su conjunto y bajo su hegemonía y dirección política.

El elemento popular siente, pero no siempre comprende o sabe; el elemento intelectual sabe, pero no siempre comprende y especialmente no siempre siente.

Ernst Bloch (1885 – 1977): el concepto de utopía

Ernst Bloch era diez años más joven que Mariátegui. Es el filósofo de las utopías concretas, de las esperanzas. Se centra en el proceso por el cual el ser humano se concibe a sí mismo. La conciencia del ser humano está dotada de un “excedente” que halla su expresión en las utopías sociales, económicas y religiosas, en el arte gráfico, en la música. Como marxista, Bloch ve en el socialismo y el comunismo los instrumentos para trasladar este “excedente" intangible a la realidad [8].

Para Bloch la utopía es algo abierto, porque hay muchas cosas no conclusas en el mundo, que aún no se han realizado y que se puede realizar. Crearlas es una función del ser humano. Esta función utópica es trascendente. En ese proceso de construcción el ser humano se encuentra en la esperanza y en el presentimiento objetivo de lo que todavía-no-ha-llegado-a-ser, en el sentido de lo que todavía-no-ha-llegado-a-ser-lo-que-debiera. La función utópica es la actividad inteligida del presentimiento de la esperanza. El contenido del acto de la esperanza es, en tanto que clarificado conscientemente, la función utópica positiva; El humanismo se acrecienta en la utopía y es a partir de Marx cuando, para Bloch, adquiere verdadero sentido: homo homini, una naturalización del hombre, una humanización de la naturaleza. El tránsito desde la utopía a la ciencia que habría tenido lugar con la obra de Marx no significa en absoluto que el marxismo deba perder su impulso utópico, la "voluntad de utopía" que le ha abierto la posibilidad de poner al descubierto las insuficiencias del presente.


Georges Eugène Sorel (1847 - 1922)


Como Proudhon, veía al socialismo como una cuestión principalmente moral. También estaba fuertemente influido por Henri Bergson, el filósofo de la espontaneidad y el movimiento. Sostenía que el ser humano solo vive plenamente en y a través de sus obras. Cuando busca otras cosas como el poder, es porque ha degenerado su verdadera humanidad. La democracia parlamentaria es hipócrita y fraudulenta, vive a costa de trabajadores explotados.

Sólo es posible rescatar a los seres humanos mediante una fuerza moral, mediante el desarrollo de hombres nuevos que no se dejen obsesionar por el temor ni la codicia. Esta idea del hombre nuevo en Sorel es también la que encontramos en Las fuerzas morales de José Ingenieros y en Educación y lucha de clases de Aníbal Ponce. Fue la idea que impregnó la revolución universitaria de Córdoba en 1919.

Sorel señala que no es la posesión de ideas engendradas por el raciocinio lo que crea vínculos verdaderamente humanos, sino la vida en común, el esfuerzo comunitario. La verdadera base de toda asociación es la familia, la tribu, las polis en las que la cooperación es instintiva y espontánea, y no depende de normas y contratos inventados. Las asociaciones que tienen por objeto el lucro o la utilidad, que se fundamentan en un acuerdo artificial, como es el caso evidente de las asociaciones políticas y económicas del sistema capitalista, ahogan el sentido de una humanidad común y destruyen la dignidad humana al generar un espíritu de oportunismo competitivo.

Sólo el conflicto purifica y fortalece, porque crea unidad y solidaridad duraderas, mientras que los partidos políticos son estructuras inestables, expuestas a coaliciones y alianzas oportunistas. Ese es el vicio de la democracia.

A través de mitos es como el socialismo puede convertirse en una especie de poesía social, algo opuesto a sus representantes corrompidos o cobardes.

En resumen sostenemos que Mariátegui vivió un ambiente intelectual revolucionario, opuesto al cientificismo, la apología y el dogma. Asombrosamente bien informado para su tiempo, abierto a todas las ideas. Recordamos que en su época y antes de su época se hicieron muchas formulaciones que fueron después olvidadas en nombre del mismo cientificismo marxista que pretendía, en palabras de Lukács, “cosificar” el marxismo. Muchas advertencias sobre las consecuencias de una aplicación dogmática del marxismo, hechas por autores anteriores y de la época de Mariátegui, que hemos ido destacando en este texto, fueron desoídas y olvidadas. Por eso hemos revisitado esas opiniones. Porque creemos que son valiosas y debemos tenerlas en cuenta para nuestras tareas del presente.

Y entonces podemos responder a la pregunta planteada al comienzo de esta ponencia: ¿qué Mariátegui necesitamos hoy día? ¿quién es nuestro Mariátegui? Me permito opinar que la respuesta es: el Mariátegui total, el que se movía con comodidad en las ideas de Sorel y Nietzsche, a la vez que el doctrinario de Defensa del marxismo, Porque Mariátegui demostró que la ortodoxia no es necesariamente opuesta a la cultura ni a las ideas nuevas que van nutriendo la existencia humana. Mariátegui fue un revolucionario marxista, no fue ni socialdemócrata a la usanza de Kautsky ni aprista a la usanza de Haya, ni extremista a la manera del infantilismo revolucionario alemán de 19, ni leninista a la manera de la Tercera Internacional de Bujarin. Ni por supuesto europeísta. Fue un árbol con raíces en la realidad peruana e indoamericana y con ramas y hojas expandidas hacia el mundo y desde el mundo. Esa es la sombra que todavía nos cobija. No olvidemos la lección.

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NOTAS

[1] “El mariateguismo es una confusión de ideas procedente de las más diversas fuentes. No hay casi tendencia que no esté representada en él. Antes de haber bebido de la fuente del marxismo, y particularmente del leninismo, Mariátegui había conocido del movimiento revolucionario a través de las más diversas tendencias no proletarias. Tuvo grandes errores no sólo teóricos sino también prácticos. Son en realidad muy pocos los puntos de contacto entre el leninismo y el mariateguismo y estos contactos son más bien incidentales…nuestra posición frente al mariateguismo es tiene que ser de combate implacable e irreconciliable, puesto que él entraba la bolchevización orgánica e ideológica de nuestras filas, impide que el proletariado se arme de los arsenales del leninismo y del marxismo; obstaculiza el crecimiento rápido del PC y la formación de sus cuadros; es una de las dificultades muy serias para ponernos a la cabeza de los grandes acontecimientos y cumplir así nuestro papel de vanguardia de los explotados en sus luchas y acciones. (Fragmento de un documento del Paritdo Comunista de la época de “clase contra clase” citado por Héctor Béjar en: APRA – PC 1930 – 1940, itinerario de un conflicto. En: “Socialismo y Participación” No.9, febrero 1980, pág.13).

[2] En un artículo escrito en 1941, V.M. Miroshevsi, consejero del Buró Latinoamericano del Komintern, señalaba el “populismo” y “romanticismo” de Mariátegui basándose en las esperanzas de éste en el paso de la comunidad indígena al socialismo, a la manera de los populistas rusos. V.M. Miroshevsi. El populismo en el Perú. Papel de Mariátegui en la historia del pensamiento social latinoamericano. Publicado originalmente en Moscú y reproducido en Dialéctica, revista del Partido Comunista Cubano No.1 La Habana Cuba mayo – junio 1942.

[3] Trataré de mostrar, dice Aricó, que Mariátegui se diferenciaba de Haya de la Torre, por una parte, y de la Comintern, por otra, en tres aspectos sustanciales, aspectos que han quedado oscurecidos, velados o menospreciados por la tendencia a enfatizar en forma desmedida otras diferencias reales de carácter fundamentalmente teórico…1) una concepción democrática, no jacobina, del proceso revolucionario, visto desde una perspectiva “de abajo” como irrupción en la vida nacional de un movimiento social autónomo, homogeneizado por un mito de regeneración de la nación peruana, capaz de constituirse en una voluntad colectiva y de devenir estado; 2) una forma no aristocrática de concebir la relación entre intelectuales y masas, no ya como términos de una abstracta alianza de clases, sino como elemento de decisiva importancia en la organización del movimiento de masas y en la formación de un bloque ideológico revolucionario (aquí Aricó usa la noción de bloque hegemónico extraída de Gramsci, otro autor revalorado en los ochenta); 3) una percepción distinta del “tiempo” propio del proceso político y social peruano, en que el elemento determinante resulta ser el nivel de organicidad alcanzado por el movimiento social. La dilucidación de estos puntos o núcleos temáticos de diferenciación puede arrojar la suficiente luz para aclararnos por qué, en la construcción de la organización política revolucionaria, Mariátegui insistió en defender su condición de Partido socialista (y no “comunista”); su modelo organizativo propio y su composición social amplia y definitoria de un partido “popular” antes que “de clase”. José Aricó. Mariátegui y la formación del Partido Socialista del Perú. En: “Socialismo y Participación No.11, setiembre 1980, pág.143.

[4] Gonzalo Portocarrero et al. La aventura de Mariátegui, nuevas perspectivas. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1995.

[5] Obras de Bernstein: Cromwell and Communism: Socialism and democracy in the Great English Revolution, 1895; Evolutionary Socialism: A criticism and affirmation, 1899; Wie ist Wissenschaftlicher Socialismus Möglich?, 1901.

[6] Rosa Luxemburgo nació en Zamosc Polonia dentro del imperio ruso en 1871 y murió en Alemania el 15 de enero de 1919. Como Mariátegui tenía una cojera permanente. Era judía, polaca e inmigrante. Militó activamente en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), hasta que en 1914 se opuso a la participación de los socialdemócratas en la I Guerra Mundial. Constató que el sentimiento nacionalista de los partidos obreros era más fuerte que su conciencia de clase. Integró la Liga Espartaquista, origen del Partido Comunista de Alemania (KPD). Al terminar la guerra fundó el periódico La Bandera Roja junto con Karl Liebknecht. Se solidarizó con la revolución rusa pero la criticó. Tomó parte en la frustrada revolución de 1919 en Berlín aun cuando este levantamiento tuvo lugar en contra de sus consejos. La revuelta fue sofocada por el ejército y los Cuerpos Libres (paramilitares de derecha), cientos de personas, entre ellas Rosa Luxemburgo, fueron encarceladas, torturadas y asesinadas. fue golpeada a culatazos hasta morir, y su cuerpo fue arrojado a un río cercano. Liebknecht recibió un tiro en la nuca, y su cuerpo fue enterrado en una fosa común. Obras de Rosa Luxemburgo: (1978) Obras Escogidas. Madrid: Editorial Ayuso. (1977) Escritos Políticos. Barcelona: Editorial Grijalbo. Crítica al bolchevismo. Problemas de Organización de la Socialdemocracia rusa y Critica de La Revolución rusa.

[7] Los Cuadernos fueron enumerados, sin tener en cuenta su cronología, por su cuñada Tatiana Schucht que, junto con Piero Sraffa, logró sustraerlos de las inspecciones policíacas y entregarlas al banquero Raffaele Mattioli, secreto financiador de las redacciones de Gramsci, el cual las confió en Moscú a Palmiro Togliatti y a los otros dirigentes comunistas italianos.

Después del final de la guerra los Cuadernos, revisados por Felice Platone, fueron publicados por la casa editora Einaudi – unidas a sus Cartas de cárcel remitidas a los familiares – en seis volúmenes, ordenados por argumentos homogéneos, con los títulos: El materialismo Histórico y la filosofía de Benedetto Croce (1948); Los intelectuales y la organización de la cultura (1949); El Risorgimento (1949); Notas sobre Maquíavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno (1949); Literatura y vida nacional (1950); Pasado y Presente (1951)


[8] Obras de Ernst Bloch: 1909 Tesis Disquisiciones críticas sobre Rickert y el problema de la epistemología; 1918 Espíritu de la utopía, Munich; 1921 Thomas Münzer como teólogo de la revolución, Munich; 1930 Vestigios, Berlin; 1935 Herencia de esta época, Zürich; 1949 Sujeto-objeto, Christian Thomasius, El principio Esperanza, Avicena y la izquierda aristotélica, Leipzig; 1959 Vestigios y El principio de la esperanza.




BIBLIOGRAFÍA

BÉJAR Héctor. APRA – PC 1930 – 1940, itinerario de un conflicto. En: “Socialismo y Participación” No.9, febrero 1980, pág.13). Lima: CEDEP ediciones.

MIROSHEVSKI V.M.. El populismo en el Perú. Papel de Mariátegui en la historia del pensamiento social latinoamericano. La Habana Cuba: Dialéctica, revista del Partido Comunista Cubano No.1 mayo – junio 1942.

ARICÓ José. Mariátegui y la formación del Partido Socialista del Perú. En: “Socialismo y Participación No.11, setiembre 1980, pág.143. Lima: CEDEP ediciones.

PORTOCARRERO Gonzalo et al. La aventura de Mariátegui, nuevas perspectivas. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1995.

LUXEMBURGO Rosa: (1978) Obras Escogidas. Madrid: Editorial Ayuso. (1977)
Escritos Políticos. Barcelona: Editorial Grijalbo, 1970.

SOREL Georges. Reflexiones sobre la violencia. Madrid: Alianza Editorial, 1976

1912 Trabajo de Mariátegui en La Prensa pierolista que apoyaba la candidatura de Billinghurst. Primer decreto estableciendo las ocho horas en el Callao.

1914 Golpe de Benavides

1915 El Congreso elige a José Pardo. Mariátegui es ya cronista parlamentario de La Prensa. Publicación de La novela y la vida (Profesor Canella)

1916 Colónida, amistad con Valdelomar. El Turf. Se aparta de La Prensa que apoyaba a Pardo. Abril, aparece El Tiempo con César Falcón. Columna Voces como Juan Croniqueur. Denuncia la acción del imperialismo yanqui contra México.

1917 Incidente de Norka Rouskaya.

1918 Nuestra Época. Solo aparecieron dos números. José Vásquez Benavides agrede a Mariátegui. El deber del ejército y el deber del Estado. Muere González Prada. Haya y Mariátegui se conocen en El Tiempo.

1919 Golpe de Leguía Jornada de ocho horas. Clausura de El Tiempo. Publicación y clausura de La Razón con César Falcón.

1919 Marzo. Fundación de la III Internacional. 21 condiciones de Lenin.

1919 Golpe de Leguía. Jornada de ocho horas. Clausura de La Razón.

1920 II Congreso de la Internacional Comunista

1921 III Congreso de la IC. Replanteamiento estratégico: “ir a las masas”. Frente Único Proletario, ya no partido de cuadros.

1921 III Congreso de la IC. Congreso del Partido Socialista Italiano. División del PS y fundación del PC Italiano.

1923 Retorno al Perú. Asume la dirección de Claridad. (Henri Barbusse). Universidades Populares.

1924 Agravamiento de su enfermedad. Amputación de la pierna derecha.

1925 Funda la Editorial Minerva. Sale La Escena Contemporánea

1926 Sale Amauta.

1927 Prisión de Mariátegui y clausura de Amauta. Viaje de Julio Portocarrero a Moscú al V Congreso de la Internacional Sindical.

1927 Fundación de la Editorial Minerva con su hermano Julio

1928 Julio a setiembre VI Congreso de la Internacional Comunista. Línea de “clase contra clase”.

1928 22 de enero: lanzamiento del Partido Nacionalista Libertador por Haya de la Torre. Ruptura entre Mariátegui y Haya. Redacción por Haya de El anti-imperialismo y el APRA. Aparecen los Siete Ensayos de interpretación de la realidad peruana.

1928 Conferencia Sindical Latinoamericana de Montevideo. 7 octubre Fundación del Partido Socialista.

1929 Fundación de la CGTP. I Conferencia Comunista Latinoamericana, Congreso de partidos comunistas latinoamericanos en Buenos Aires (1 al 12 de junio). Julio Portocarrero lee el programa del Partido Socialista.

1929 Noviembre. La policía asalta su casa.

1930 Marzo. Mariátegui decide viajar a Buenos Aires. El Partido Socialista acuerda su adhesión a la Internacional.

1930 Febrero. Carta a Martín Glusberg. Proyecto de viaje a Buenos Aires

1930 Abril. Muere Mariátegui

1930 Mayo. El Partido Socialista cambia de nombre a Partido Comunista.
1930 22 de agosto. Levantamiento de Sánchez Cerro y caída de Leguía


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1919 Moscú 2 al 6 marzo I Congreso.. 36 delegados plenos y 15 consultivos. 8 rusos y el resto emigrados en Rusia. Representantes de Austria, Suecia, Noruega, Holanda, Suiza, Hungría y Estados Unidos.

1920 10 julio-7 agosto 1920 II Congreso. 200 delegados. El Ejército Rojo avanzaba sobre Varsovia. Se aprueban las 21 condiciones de admisión. Condiciones: mantener organizaciones clandestinas.

1921 22 junio-12 julio. III Congreso. El Ejército Rojo es derrotado en Polonia. Insurrección de Cronstandt. Derrota de la revolución en Alemania e Italia. NEP. El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo «Hay que terminar con los asaltos y pasar al sitio» Lenin. Tesis sobre el Frente Único Proletario con la segunda Internacional.

1922 Triunfo del fascismo en Italia. Reconstitución de la II Internacional.

1922 5 noviembre-5 diciembre, IV Congreso. La Comintern precisa lo que entendía por «frente único», bloque obrero evitando toda fusión o concesión doctrinaria.

1923 Enero, Congreso en Hamburgo (mayo 1923), emerge la Internacional Socialista.

1923 Escisión del movimiento obrero entre socialistas y comunistas. La acusación socialista contra los comunistas: la existencia de una dictadura terrorista en la URSS; persecución de los socialistas dentro de dicho país y labor de zapa contra ellos en el exterior; y la tesis leninista de la «inevitabilidad de la guerra». La táctica de los comunistas: reivindicar sistemáticamente más de lo que solicitan los socialistas, cualesquiera que sean las condiciones objetivas.

1924 Enero, muerte de Lenin.

1924 17 junio-8 julio V Congreso. Si en el III Congreso de la Comintern se había ablandado la táctica política con la consigna de «Id a las masas», en el V Congreso se llevaron más a la izquierda las conclusiones del IV, cuidándose más estrictamente la calidad del reclutamiento. Pugna por la sucesión de Lenin.

1927 Ruptura entre Trotski y la Comintern. Destierro de Trotski en Alma Ata. Masacre de comunistas en China.

1929 Trotski es expulsado de la Unión Soviética. Bujarin (en realidad Manuilsky) sucede a Zinoviev en la dirección de la Comintern.

1928 17 julio- 1 septiembre. VI Congreso de la KOMINTERN. Bujarin pierde su puesto. Stalin abre la tesis del «tercer período» (crisis general del capitalismo) y su política toma un rumbo «ultraizquierdista». Trotski, Zinoviev y Kamenev excluidos del partido. XV Congreso del PCUS declara terminada la «estabilización» del capitalismo, y por ende la «coexistencia pacífica». Se decreta que «la URSS es la única patria del proletariado mundial. La socialdemocracia es ascendida de socialchauvinismo a social-imperialismo. Los socialdemócratas son acusados de «social-fascistas». El Congreso da por inaugurada la fase de la «clase contra clase» estando a la vista una «radicalización de las masas».

1929 Crisis de Wall Street.

1931 Abril. XI Pleno Ampliado de la KOMINTERN. Se declara que los «socialdemócratas son el partido más activo preparando una agresión contra la URSS.

1933 Advenimiento de Hitler. Persecución de comunistas y socialdemócratas en Alemania.

1934 Julio Piatnizki ante el comité ejecutivo de la Comintern: Hemos dicho que los fascistas no conservarían el poder. La resolución del buró ha sido corroborada; la crisis en el campo fascista está comenzando. Fritz Hecker, miembro del CC. del PC alemán, «demostró» que la dictadura hitleriana era mucho- más débil que la de Mussolini.

1934 30 junio. El III Reich se retira de la Sociedad de Naciones, la URSS ingresa. Noche de los cuchillos largos: Hitler hace asesinar a sus opositores en Alemania. Rapprochement a las democracias occidentales (se omitía «burguesas»). El presidente del Comité Ejecutivo de la Comintern declara que “los grupos socialdemócratas que están luchando en Alemania no son social-fascistas y no constituyen un sostén social de la burguesía. Se encuentran en el camino hacia el comunismo y deben ser ganados al partido comunista».

1935 25 julio-21 agosto. VIl y último Congreso. Dimitrov – Manuilsky. Convocado para explicar un cambio de política que ya había sido decidida por Moscú. El Congreso anterior fue el último en que todavía se permitió una variedad de opiniones, pues Stalin todavía no estaba consagrado. Gran parte de la generación de los «viejos revolucionarios» son convocados a Moscú y liquidados. Se instaura la línea de Dimitrov, Frentes Populares. España, Francia y Chile (1937) lo hacen.

1939 Pacto germano soviético Molotov Ribbentrop.

1941 Invasión hitleriana a la Unión Soviética.

1943 15 de marzo. Es disuelta la Internacional Comunista.

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