Daniel Baruc Espinal, nace el 23 de abril del 1962 en Sánchez, Samaná, en la República Dominicana. Es Licenciado en Filosofía [1985] y Licenciado en Ciencias Religiosas [1987]. Vive en México desde el 1988, teniendo ya la nacionalidad mexicana. Es sacerdote de la Iglesia Anglicana de México. Escribe poesía, cuento, novela y teatro. Es el ganador del Premio Internacional de cuento del Instituto de Cultura de Puerto Rico en el 2007 con el libro de cuentos:'Poner la mano en el fuego'; ganador del Premio Nacional de Poesía Angela Figueras Aymerich en el 1990 con 'A imágen y semejanza del fuego', del Premio Estatal de Cuento José Agustín en el 2007 con el cuento 'La mujer de madera', de mención de honor en Enero del 2009 en Santo Domingo en el Premio de Poesía Premio Mir con el poemario 'Los oscuros ritos del verano' y en el mismo mes y año en Venezuela otra mención de honor en el Premio Mundial de Poesía 'Andrés Bello' con el poemario " Habitar en otros cuerpo" . Ese mismo año recibe mención de honor en Paris y cada año gana innumerables premios en las diferentes disciplina de la literatura. Daniel Baruc Espinal es el escritor Latino, contemporáneo mas premiado, llenando así de orgullo a su patria natal como a su segunda patria, Mexico. Daniel también facilita talleres a jóvenes aspirantes de la escritura.
POEMA
De su libro
"La música y el vértigo".
Quiero hablar de ti con las palabras justas; con la misma serenidad sagrada con que el orfebre modela la materia que insondable, estremecida y muda, toma la forma exacta e inconfundible del milagro. Quiero hablar de ti como si fueras árbol que introduce su cristalina raíz en el abismo del corazón de Dios, y que soporta su fuego aterrador y convierte la noche en suave y dulce fruto.
Quiero hablar de ti y de esa jaula de fieras y de larguísimas espinas en que apresas las pocas palabras que poseo, las temblorosas palabras que me asedian: livianas, filosas y agridulces estrategias de la muerte, sobre la flor desnuda, gemela y tersa de mis labios.
Quiero hablar de ti como se habla del inconstante mar y del rabioso octubre, pero me duele la infinita resaca del olvido en los sudarios, y la sombra lunar de la soledad sobre la frente. Quiero hablar de ti para amarte y darte a luz en el presente de estas sabias y quebradizas palabras que me habitan.
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