Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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13 de abril de 2025

LOS CUATRO ELEMENTOS EN EL COSMOS Y EN EL HOMBRE

 


Por R.H. José Luis Rivas Huerta

"Sabe que cuatro son las raíces de toda cosa: Zeus brillante; Hera nutricia; Edoneus y Nestis, que nutre con sus lágrimas las fuentes de vida para los mortales; Zeus es el aire, Hera es la tierra, Hades es el fuego y Nestis (Perséfone) es el agua"

Empédocles Siglo V A.C.

El secreto del Cosmos para los antiguos es el tercer paso en un complejo proceso que solían simbolizar con un triángulo; el primer aspecto de este proceso es el Caos, no el caos como desorden, sino como infinito y a este Caos infinito le sucede la Inteligencia; este segundo paso es la suma de esquemas que permiten adecuar el Caos primero, organizarlo, esquematizarlo; el tercer paso es el Cosmos que ha nacido, que se ha gestado aparte de estos dos elementos primarios: con el Caos que es todo el infinito, con el Teos que le ha dado forma y le ha puesto orden.

De estos cuatro elementos, el inferior que es el más material y concreto, es el elemento Tierra; y aumentando la sutileza, seguiria el elemento Agua; un poco más sutil el Aire y más sutil todavía el Fuego; finalmente, habría un quinto elemento que se ha dado en llamar Éter, cuyas caracteristicas son indefinibles aún, porque pertenecen al Cosmos que rige a los cuerpos celestes.

La Tierra se relaciona con la materia concreta, expresado en dimensiones, que puede pesarse, medirse, trasladarse; esta tierra pesa no sólo en el Cosmos asumiendo forma de planeta, de estrella, y que pesa también en nosotros asumiendo la forma de cuerpo.

El Agua simbólicamente es la vida que recorre la materia, es la energía que baña la materia, es esa fuerza que hace que la materia entre en acción y que no sea materia inerte, que nos permite caminar, hablar, que tengamos temperatura, que podamos decimos vivos y hace que estén vivas todas las cosas que en el Cosmos se mueven, cumpliendo leyes inexorables y matemáticamente perfectas, el Agua es vitalidad, es la sangre de la Tierra, lo más vital, lo más fuerte.

El Aire es la psiquis, es el conjunto de emociones y sentimientos que nos inclina hacia las cosas, a favor o en contra de ellas, nos mueve en el plano del sentimiento, es la expresión de lo que se siente.

El Fuego es el mundo del pensamiento, de la idea, de la gestación, en un plano tan abstracto que sólo puede captarse por otra entidad abstracta como la mente y asi se manifiesta el Fuego en el Cosmos.

Un elemento puede transformarse directamente en otra si ambos comparten una cualidad común, este proceso es reversible; la transformación directa entre elementos opuestos es imposible; asi, el agua no puede convertirse directamente en fuego, ya que no posee ninguna cualidad en común que brinde continuidad al proceso, siempre que hayan dos elementos opuestos mutuamente tienden a neutralizarse; sin embargo, la esencia de la Gran Obra Alquímica es la unificación de los elementos opuestos (especialmente fuego y agua), una "Conjunción de Opuestos, en la cual forman una unidad más elevada, antes que una aniquilación mutua; otra fuente de los cuatro elementos es la leyenda:

"Antes del principio, el Creador de todo, el Hacedor-Arqui-tecto, el Dios de la Vida, decidió expandirse más allá de si mismo para hacerse más sabio y más bello, creando todo lo conocido y lo que aún no conocemos, y estiró su mano hacia el Sur, dirección que marca el crecimiento y la fructifi-cación, tomando de alli Agua y dijo: "Este es el elemento dei que surge la vida, que lava y refresca, que hace crecer y da vitalidad, que contiene belleza, emociones y sentimientos, asociándolo con lo femenino"

Luego estiró su mano hacia el Norte, dirección de la renovación, del conocimiento y la sabiduría, y de alli tomó Aire y dijo: "Este es el elemento del aliento, de la palabra, de la música, de la luz y del perfume, contiene los pensamientos, las ideas y la creatividad, la fuerza de la razón y lo asoció con lo masculino". Más tarde tendió su mano hacia el Este, dirección de lo nuevo, de los comienzos, del nacimiento, y de alli tomo Fuego y dijo: "Este es el elemento de la iluminación y esclarecimiento, de la purificación y de la fuerza de la vida, contiene la fuerza espiritual, es la energía, pasión, acción y lo asoció con lo masculino". Por último, Dios llevó su mano hacia el Oeste, que es la dirección de la madurez, de la cosecha y de las recompensas, y de alli tomó Tierra y dijo: "Este es el elemento de lo interior, de lo misterioso y lo secreto, de lo que muere para y de lo dinámico como parte de la vida".

Con respecto a los seres humanos relata: "Asi probó hacerlo con dos de los elementos, tierra y agua, amasando el barro con el que les diera forma, estos primeros seres eran torpes. sin vitalidad, inertes; por ello es que decidió incorporar un

tercer elemento que les diera el espiritu de la vida, el fuego; pero estos seres también estaban incompletos, no podian crecer, ni reconocer en ellos al Creador, no comprendian para qué habían sido creados, carecían de alma, por lo que incorporó un cuarto elemento a la creación, el aire, surgiendo la más sublime y hermosa de las combinaciones, el Espiritu Humano".

La Masonería no es solamente simbólica, sino también es iniciática, lo que implica que por medio de la razón y el entendimiento del ser interior podremos ser verdaderos iniciados, pensadores en toda la extensión de la palabra, por lo que en Masoneria el Azufre, responde al Venerable Maestro; el Mercurio al 1 er Vigilante; la Sal al 2do Vigilante; el Fuego al Orador, el Aire al Secretario; el Agua al Hospitalario y la Tierra al Tesorero, encontrando así los Tres principios y los Cuatro elementos de los alquimistas; es por ello que para que una Logia sea perfecta debe contar con al menos Siete Maestros.

En el Ritual del Primer Grado Simbólico del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el profano es conducido con los ojos vendados hacia el Cuarto de Reflexiones, donde estará aislado rodeado de huesos y calaveras humanas y pintado en los muros las advertencias: "Si la curiosidad te ha conducido hasta aquí ¡vete!"; "Si eres capaz de disimular, ¡tiembla!, se te descubrirá"; "Si tu alma ha sentido miedo, ¡no vayas más lejos!"; "Si perseveras serás purificado por los elementos y saldrás del abismo de las tinieblas, įverás la luz!"; por estas razones el Profano es sometido a la "Prueba de la Tierra" y pone a prueba las energias latentes que lleva en sí, la Iniciación tiene por objeto favorecer la plena expansión de su individualidad; el Aspirante es presentado a los Elementales de la Tierra.

Primer Viaje: Purificación por el Aire"

El hombre que se ejercita en pensar marcha al principio ciego, avanza por tanteos, tropezando a cada paso contra obstáculos, que no podrá salvar sin la ayuda de protectores expertos (Oswald Wirth).

El aire (masculino) es asociado con tres factores: El hálito vital, creador y la palabra (Secretario); según Nietzsche, "el aire es una especie de materia superada, adelgazada, como la de nuestra libertad".

El camino de regreso, no está sembrado de obstáculos como al principio, pero el profano debe imponerse a las más duras fatigas para ganar la cumbre, es recibido por una violenta borrasca, el rayo crepita, el suelo tiembla y el granizo fatiga al imprudente, que al fin es arrastrado por los torbellinos de un viento furioso y precipitado a través del espacio, hasta el sitio de donde partió; es la purificación por el Aire; el Aspirante es presentado a los Elementales del Aire.

Segundo Viaje "Purificación por el Agua"

La Biblia narra en Génesis sobre el diluvio, donde Noé recibe la orden de construir un arca para ser salvado ya que la tierra seria purificada por agua, este relato también es conocido desde la historia babilónica donde el dios Bel (señor de la tierra) solicita para los hombres un terrible diluvio, pero EA, el dios del mar, avisa al rey UT, y este se salva en una "Barca", esotéricamente el gran diluvio es representación de la muerte a la cual nadie puede eludir, asimismo, cuando Jesús va donde Juan el Bautista para que lo bautice en agua y cumplir las profecias, Juan el Bautista decía: "Yo bautizo en Agua, pero, el que viene tras de mi, de quien no soy digno de atar la correa de sus sandalias, os bautizará en Espíritu Santo y Fuego"; ser purificado por el agua, es el retorno a lo preformal, con su doble sentido de muerte y disolución, pero también de renacimiento y nueva circulación en la vida, en esta purificación el hombre nuevo aparece, limpio exterior e interiormente (cuerpo y alma); el Aspirante es presentado a los Elementales del Agua.

Tercer Viaje: "Purificación por el Fuego"

Es el gran elemento purificador, no hay impureza que le resista, en el Simbolismo Masónico el Fuego tiene como finalidad manifestar en el Neófito la Voz de la Conciencia Profunda que censura toda falta al Deber, destruye en nosotros todo lo que se opone al Bien y toma la forma del remordimiento que nos quema y tortura, y luego se transforma en el Arrepentimiento, que nos purifica, ayudándonos a expiar, el Aspirante es presentado a los Elementales del Fuego.

Los Cuatro Elementos Iniciáticos son parte de un todo, no están separados, se potencian unos a otros, en numerología estamos frente al número Cuatro o Cuaternario, la cuadruple purificación debe enseñar al Iniciado a vencer las atracciones elementales, estas se ejercen oponiéndose de dos en dos, se hace corresponder la primera a la tierra que simboliza la pesadez, esta tendencia es combatida por el aire el elemento liviano, sutil, transparente pero dificil de tomar. El agua llena lo vacio, busca el reposo, la calma, a la Pasividad del agua se opone el Fuego, cuya actividad estimula todas las energías.


Bibliografia:

Vicente Garcia Escrivá. Los Nombres Divinos de Los Cuatro Elementos. Universidad de Alicante. Editorial Asociación Cultural Trama y Fondo, España 2016.

Ronald Casas Ulate. Los Griegos y la Doctrina Esotérica de los Elementos. Universidad Nacional Heredia. Editorial Uniciencia. Costa Rica 2009.

Jorge Blaschke & Santiago Rió. La Verdadera Historia de los Masones. Editorial Planeta. España 2006.
Fuente: PIEDRA SOBRE PIEDRA

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